THE ROLLING STONES: «Their Satanic Majesties Request» (1967) (6,5/10)

1. Sing This All Together (Jagger/Richards)
2. Citadel (Jagger/Richards)
3. In Another Land (Wyman)
4. 2000 Man (Jagger/Richards)
5. Sing This All Together (See What Happens) (Jagger/Richards)

6. She’s a Rainbow (Jagger/Richards)
7. The Lantern (Jagger/Richards)
8. Gomper (Jagger/Richards)
9. 2000 Light Years from Home (Jagger/Richards)
10. On with the Show (Jagger/Richards)

Producido por The Rolling Stones
Editado en Inglaterra el 8 de diciembre de 1967

La detención de Mick, Keith y Brian por posesión de drogas supuso la gota que colmó el vaso de la paciencia del que fue su manager, productor y prácticamente sexto miembro del grupo, Andrew Loog Oldham. La ausencia de una cabeza pensante, hizo que las ya de  por sí relajadas maneras de los miembros del grupo se agudizaran aún más. Sabían que tenían que volver al estudio, y lo hicieron…, pero no de la mejor forma. «Cada día era una lotería. Nadie sabía qué podía pasar y cuánta gente podría venir a la sesión. Un día Keith podía traer a diez personas, Brian a media docena y Mick a otras tantas… Eran novias, ligues, colegas… Fue un poco una locura», llegó a comentar Bill Wyman.

Bajo esta premisa de total y caótica libertad, el grupo tomó la decisión de no contratar a un productor tras la marcha de Oldham: ellos mismos producirían el álbum en el que estaban trabajando, cuyo título provisional era «Cosmic Christmas».

Las sesiones de trabajon resultaron bastante caóticas. El ambiente no era el mejor tampoco con Jones y Richards sin dirigirse la palabra tras que éste se fugara con la novia de aquel. Brian Jones reconoció que «faltaba un mes para que empezara la grabación del disco y no teníamos nada». Las jornadas de grabación eran absolútamente infructíferas y se prolongaron desde febrero a octubre de 1967. «Teníamos trocitos de cosas», recordaba Jones, «un poco de editing por aquí, un poco por allá…Nada concreto». Jagger también ha tenido palabras para aquellos días: «demasiadas drogas, demasiada gente pululando por el estudio…, ningún productor poniendo orden».

Entretanto sus apreciados rivales, los Beatles editaron su excelso «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band«, recibiendo miles de elogios y vendiendo millones de discos con un LP que ponía a la psicodelia al servicio del pueblo. Una de la sobras capitales (si es que no es LA obra capital) de la historia del rock.

Se cuenta que los Stones quedaron con los Beatles en intento de ponerse al día de las nuevas tendencias (los londinenses tenían en ese momento un sonido mucho más clásico). Durante la fiesta los de Jagger tuvieron acceso a la grabación del «Sgt. Peppers», y quedaron absolutamente impresionados. Algunas versiones afirman que se se propusieron superarlo, otras afirman que, conscientes de no poder alcanzar semejante nivel decidieron grabar un disco a modo de broma sobre el movimiento hippie y la psicodelia.

El caso es que los Stones también habían empezado su propio camino de experimentación en el estudio, pero el trabajo de los de Liverpool no hizo sino animarles a ir más allá. De esta forma, decenas de instrumentos -algunos exóticos- se unieron al tradicional combo de guitarras, bajo y batería. Órgano, mellotrón, flautas, dúlcimer eléctrico, harpas, sarod, clavicordios… No tuvo un mal debut en listas y alcanzó el número 3 en el Reino Unido y el segundo puesto en las listas americanas, si bien perdió posiciones rápidamente.

«Sing This All Together«, con su fantasmagórica intro y tono festivo, recuerda a las grabaciones más locas de los Kinks y resulta interesante como intoducción a este surrealista collage sonoro. No obstante, lo más destacable del tema, y por lo que será recordado, es porque  Paul McCartney  y John Lennon vuelven a estar a los coros.

La siguiente canción del disco, «Citadel«, tiene una estructura mucho más clásica a pesar de su hipersaturada grabación. Es una de las tres canciones del disco que Keith Richards salvó de la quema en los comentarios que años después haría sobre este controvertido álbum. Uno de los temas más rockeros del disco. Mucho más pop resulta «In Another Land«, la primera incursión en la composición del bajista Bill Wyman. Se trata de una estupenda canción que Wyman grabó durante un receso de la grabación del LP acompañado de Charlie Watts, Brian Jones y los miembros de Small Faces Steve Marriott y Ronnie Lane. Posteriormente enseñaron el resultado a Mick y Keith, quienes tras elogiar la canción añadieron coros y propusieron no sólo su inclusión en el álbum sino su adición como single.

Las cosas mejoran, y mucho, con «2000 Man«, una joya acústica que acaba evolucionando en una suerte de rock psicodélico que fue versionado con excelencia por Kiss en 1979. Sin lugar a dudas una de las mejores canciones de un disco cuya cara A concluye de forma bastante desafortunada con «Sing This All Together (See What Happens)«, una locura de relleno en la que ruidos y sonidos varios se entremezclan con algunos fragmentos musicales basados en la canción que abre el álbum.

Sin embargo la cara B se abre de forma inmejorable. «She´s A Rainbow«, una de las mejores (si no la mejor) canciones que Jagger y Richards escribirían durante los años 60. Desde el excelente piano de la introducción -ejecutado por el omnipresente session man Nicky Hopkins- al excelente arreglo de cuerdas escrito por el que acabaría siendo bajista de Led Zeppelin John Paul Jones, todo en ella es perfecto. Una canción para la historia que, a pesar de su sobresaliente calidad, no tuvo demasiada suerte en su edición como single.

El buen tono de la sobresaliente «She’s a RAinbow» se mantiene con la notable «The Lantern«. Una estupenda canción guiada por el tembloroso y vibrante piano del inefable Hopkins que es habitualmente olvidada en las reseñas  sobre la banda y que realmente tiene un gran nivel. Lástima que el anodino experimento pseudo oriental que supone «Gomper» estropee lo que hubiera sido una excelente cara B  en la que la psicodélica «2000 Light Years From Home» brilla con luz propia y a la que «On With the Show» supone un divertido remate.

Este «Satanic Majesties» dista mucho de ser un mal LP. Es cierto que, si pretendía ser un rival para «Sgt. Pepper’s», no duró ni un asalto ante la enormidad de la obra de los Beatles. Pero un disco en el que encontramos canciones como «Citadel«, «In Another Land«, «2000 Man«, «She´s A Rainbow«, «The Lantern» o «2000 Light Years From Home» no puede ser tratado como un mal disco. No es menos cierto que el resto de los temas son bastante flojos, pero el resultado final aguanta el envite. No es uno de los mejores discos del grupo, eso es obvio.

VALORACIÓN GUILLETEK: 6,5/10

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 25 de abril de 2015

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THE ROLLING STONES: “Aftermath” (1966) (8,5/10)

CARA A

  1. Mother’s Little Helper
  2. Stupid Girl
  3. Lady Jane
  4. Under My Thumb
  5. Doncha Bother Me
  6. Going Home

CARA B

  1. Flight 505
  2. High And Dry
  3. Out Of Time
  4. It’s Not Easy
  5. I Am Waiting
  6. Take It Or Leave It
  7. Think
  8. What To Do

Producido por Andrew Loog Oldham

A finales de 1965, los Rolling Stones ya eran ese grupo rudo (aunque genial) de sus inicios. El mundo del pop estaba entrando en un terreno de sofisticación y experimentación que iba a proporcionar al mundo cinco años de joyas discográficas y, como no podía ser de otra forma, los Stones estarían en el meollo del asunto. En 1965, los Beatles habían editado «Help!» y «Rubber Soul», los Stones habían mantenido el tipo en cuanto a singles pero estaban muy lejos de los de Liverpool en cuanto a calidad en lo que a LP’s se refiere.

Oldham tenía más que claro que la rivalidad (repito, no real) entre los grupos beneficiaba los intereses de sus pupilos, El nuevo reto sería hacer un gran LP, pero esta vez, compuesto por temas propios… Y vaya si lo hicieron… El disco es una maravilla de principio a fin. Todas las canciones son obra de Jagger y Richards…, se acabó hacer versiones… Bienvenidos a la era dorada de los Rolling Stones.

«Aftermath» se editó en abril de 1966 en Inglaterra, fue grabado enteramente en los legendarios estudios RCA de Hollywood y consiguió un rutilante número 1. En Estados Unidos se editó dos meses después con importantes variaciones de tracklisting y no pudo pasar del número 2. Estamos ante uno de los discos capitales de los años 60 y, por ende, de la historia de la música moderna.

Ya desde el arranque con la gloriosa «Mother’s Little Helper» escuchamos a un grupo distinto con Jones pletórico al sitar (instrumento en el que fue introducido por George Harrison), y con sonoridades muy alejadas de sus primeros tiempos. Y es que la variedad estilística, al parecer sugerida por el otrora defensor a ultranza del más puro R&B Brian Jones, es una de las principales señas de identidad de este excelente LP

La más tradicional aunque interesante «Stupid Girl» da paso a la fabulosa y barroca «Lady Jane«, en la que Brian se vuelve a lucir como instrumentista esta vez con un dulcimer…, pero es que con la aún más fantástica «Under My Thumb«, vuelve a cambiar de instrumento y nos deleita con una marimbas que lideran la canción de principio a fin…, un fiera. La psicodelia se cuela de forma sinuosa entre las notas de un disco que no da la espalda a sus orígenes R&B sino que lo mezcla de forma magistral con toques de jazz, pop, soul y folk.

Tras un sobresaliente arranque el disco baja ligeramente el nivel (era imposible mantenerlo) con las más anodinas «Doncha Bother Me» y la eterna «Goin’ Home» (más de diez minutos de jam de R&B psicodélico). «Flight 505» nos devuelve a los Stones de toda la vida con un patina de sonidos psicodélicos , mientras «High And Dry» se convierte en un sobresaliente ejercicio de country blues.

Y entonces nos encontramos con la maravillosa «Out Of Time«, una absoluta preciosidad pop que muestra a los Rolling Stones en una excelenet forma durante sus más de cinco minutos de duración. Una joya eterna que el grupo decidió ceder a Chris Farlowe quien, con producción del propio Jagger, la llevó al número 1. Una maravilla de canción.

«It’s Not Easy» nos vuelve a recordar que los Stones manejaban el R&B como pocas formaciones de la época y sirve de excelente preuldio a «I Am Waiting«, lo confieso, mi debilidad. Un pedazo de pop perfecto, sin fisuras. Una de mis canciones preferidas de siempre, cada vez que la escucho tarareo su estribillo durante horas.  El álbum mantiene un enorme nivel ya hasta el final. «Take It Or Leave It» es deliciosa y vuelve a demostrar las capacidades como arreglista y multimstrumentista de Jones, que se atreve esta vez con el clavicordio, varios instrumentos de percusión e incluso un koto japonés. «Think» es simplemente una joya construida en torno a un hipersaturado bajo fuzz a cargo de Wyman y la divertida «What To Do» supone el colofón perfecto a un álbum imprescindible que tuvo mucho éxito, además, consiguiendo un nº1 en Inglaterra como antes hemos comentado.

Pero es que apenas dos meses después editan lo que posiblemente sea una de sus mejores canciones, la celebérrima «Paint It Black«. Una canción fantástica y la demostración de que Jagger y Richards no eran sólo los chicos malos del momento, sino un pedazo de compositores. La melodía, obra de Keith, es simplemente brillante y el sitar de Brian le va como anillo al dedo. Otro número 1 a ambos lados del Atlántico.

Para acabar de rematar una excelente primera mitad de 1966, el grupo edita la versión americana de «Aftermath». En esta ocasión la editora americana decidió acortar el metraje del álbum para hacerlo más accesible y comercial. Desgraciadamente esto supuso la supresión de cuatro canciones excelentes: «Out of Time», «Take It or Leave It», «What to Do», y «Mother’s Little Helper» que acabarían siendo editadas con posterioridad en Estados Unidos. En busca de un mayor impacto comercial, se incluyó la recién editada «Paint It, Black». La versión yanqui de Aftermath, con portada también renovada, alcanzó el puesto número 2 en los listas norteamericanas.

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 28 de marzo de 2014

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