SMITH, Elliott. «Figure 8» (2000). ( 9/10 )

01  Son Of Sam
02  Somebody That I Used To Know
03  Junk Bond Trader
04  Everything Reminds Me Of Her
05  Everything Means Nothing To Me
06  L.A.
07  In The Lost And Found (Honky Bach)/The Roost
08  Stupidity Tries
09  Easy Way Out
10  Wouldn’t Mama Be Proud
11  Color Bars
12  Happiness/The Gondola Man
13  Pretty Mary K
14  I Better Be Quiet Now
15  Can’t Make A Sound
16  Bye
Producido por Rob Schnapf, Tom Rothrock y Elliott Smith

Con un buen puñado de canciones compuestas, Elliott grabó el disco a caballo entre los Sunset Sound Studios de Hollywood, los Sonora Studios en Los Angeles, los Capitol Studios de Hollywood y -cumpliendo un anhelado sueño del músico- en los Abbey Road Studios de Londres, el estudio de sus idolatrados Beatles. «Figure 8« salió  al mercado el 18 de abril del año 2000 mostrando, tanto en su portada como en  las fotos promocionales del álbum, a un Smith aseado y con buen aspecto. Elliott deja atrás su imagen de outsider en busca de una estética mucho más convencional… Y, en cierto modo, es lo mismo que le ocurre al disco, sin duda el más accesible de toda su carrera. Claramente enmarcable en lo mejor del power-pop, «Figure 8» pierde parte de de la melancolía y oscuridad que caracterizaban sus obras anteriores a cambio de ofrecernos  un «caleidoscopio de sonidos e instrumentos deliciosamente inteligente» tal y como dijo NME.

La música de Smith es perfectamente reconocible en este álbum, más luminoso y menos triste, sí, pero igualmente emotivo y extraordinariamente sensible. Es su disco más ambicioso y también el más lujoso, quizás provocando que sea  menos personal, aunque igualmente brillante en lo artístico. Si lo comparamos con sus primeros trabajos, es mucho más ornamentado en lo instrumental y líricamente menos duro, menos directo y con un estilo poético mucho más impresionista

El álbum cosechó, en general, buenas críticas y alcanzó el puesto 99 en la lista de ventas. Elogiado por sus complejos arreglos, se dijo de él que «Es el mejor disco de Elliott Smith hasta el momento y eso es mucho decir» (NME) y «este disco representa la progresión de un gran músico» (Spin). No obstante también fue el primero de sus trabajos en recibir críticas no unánimemente favorables.  AllMusic escribió: «Aunque es un disco bastante impresionante, está lejos de ser la obra maestra que parece pretender ser»; Pitchfork opinó, «no es tan bueno como XO o Either/Or,  aunque este tipo aún merece la pena».

Smith vuleve a hacerse cargo de todos los intrumentos y todas las voces en la mayoría de los temas del álbum, si bien, en esta ocasión cuenta con la colaboración de sus amigos Sam Coomes y Jon Brion, así como el reputado batería de sesión (Elvis Costello, Tom Waits) Pete Thomas.

El disco arranca con la prodigiosa «Son of Sam«, un tema simplemente perfecto que, desde su sobresaliente intro (con el piano que Paul McCartney para “Penny Lanne» en 1967) a su emotivo pasaje instrumental intermedio nos traslada a un mundo en el que la melodía es la reina indiscutible. Una brillante canción que, en contra de lo que se dijo , no está dedicada al asesino en serie David Berkowitz (conocido como «El Hijo de Sam» y que mató a seis personas entre 1976 y 1977).  El tema fue editado como single, acompañado de su correspondiente videoclip, pero no tuvo demasiada repercusión.

«Te vi lidiar con un día agonizante y tirar el pasado vivido lejos. Así que puedes estar segura de que tienes todo controlado, no eres más que alguien a quien yo solía conocer» canta Elliott en «Somebody That I Used To Know«, un tema heredero de los Beatles del White Album y mucho más cercano al tradicional sonido de Smith. Una canción fabulosa de principio a fin. «Junk Bond Trader» es otro fantástico tema que cuenta con el habitual batería de Elvis Costello, Pete Thomas, y con versos como «Tu mundo no es más ancho que el odio que le tienes a él. Investigando una pequeña realidad aburrida, como una droga que tomas con demasiada frecuencia«, que  muestran que el nivel lírico de Smith está a la misma estatura que su estratosférico talento musical.

Con «Everything Reminds Me Of Her» volvemos al bucólico sonido acústico tradicional del de Portland, con una canción impregnada de la melancolía por la pérdida del amor perdido y que sirve de perfecto preparatorio para la sublime «Everything Means Nothing To Me«, uno de los momentos álgidos del disco. Sus primorosos arreglos de cuerdas, su deliciosa construcción musical y su alto grado de emotividad la convierten en uno de esos temas a los que recurrentemente volver cuando se necesita una dosis de belleza. Mención aparte merece su letra de la que me niego a tocar un solo verso: » Alguien encontró al futuro como una estatua en una fuente, firme como un soldado, mirando hacia atrás a un charco de agua que desea que un pájaro cantor azul, melancólico, se mantenga en su hombro cantando sobre todas las cosas. Todo significa nada para mí. Escogí la canción y encontré mi retrato en el papel y su reflejo en el agua mostraba un hombre de hierro aún intentando saludar a la gente de una época en la que él era todo lo que debía ser. Todo significa nada para mí». Inconmensurable canción en la que vuelve a tener mucho protagonismo el piano Beatle de 1967.

«L.A.» nos devuelve al nuevo Elliott eléctrico cantando sobre su nueva ciudad de residencia, mientras en «In The Lost And Found (Honky Bach)/The Roost» vuelve a hacer uso del piano de McCartney para volver a regalarnos otro temazo que supura influencias de los 4-fab por los cuatro costados y acaba fusionándose con la evocadora «The Roost».

Tiempo para otro de los momentazos de disco, «Stupidity Tries«, una enorme canción en la que Elliott se disfraza del Lennon de principios de los 70 para construir un monumento al gusto. Decir que es una buena canción es quedarse muy corto, es una obra de arte sólo al alcance de un auténtico genio…, un genio que también puede escribir preciosidades minimalistas como «Easy Way Out» que definitivamente, y tras nueve canciones, nos deja a las claras que estamos ante un disco estupendo

«Wouldn’t Mama Be Proud» es una versión eléctrica de un tema que Elliott ya tocaba en sus conciertos hacía un año. Otra buena canción, aunque no tanto como «Color Bars«, otra joyita oculta interpretada y arreglada con la exquisitez exhibida a lo largo de todo el disco. «Happiness/The Gondola Man» es otro de los highlights del disco. Un tema pop absolutamente redondo que fue editado como single y que cuenta con Jon Brion a los coros. Otra maravilla…, y van 12.
La recta final arranca con  otros dos temazos: «Pretty Mary K» y la preciosa e impresionante «I Better Be Quiet Now«, y concluye con «Can’t Make A Sound» («Me he convertido en una película muda y el héroe asesinó al payaso sin poder hacer un sólo sonido. Nadie sabe lo que él anda haciendo, sigue desperdiciando el tiempo sin poder hacer un sólo sonido») y el minimalismo instrumental de «Bye«.

Y así concluye el disco más accesible de la carrera de Smith. Independientemente de su potencial comercial, es un disco extraordinariamente bueno y que, tras «Either/Or» y «XO», suponen la absoluta confirmación de Elliott Smith como uno de los mejores creadores de canciones de los últimos tiempos.

VALORACIÓN GUILLETEK: 9/10