Paul McCartney: «Memory Almost Full» (2007) (8/10)

1. Dance Tonight (McCartney)
2. Ever Present Past (McCartney)
3. See Your Sunshine (McCartney)
4. Only Mama Knows (McCartney)
5. You Tell Me (McCartney)
6. Mister Bellamy (McCartney)
7. Gratitude (McCartney)
8. Vintage Clothes (McCartney)
9. That Was Me (McCartney)
10. Feet In The Clouds (McCartney)
11. House Of Wax (McCartney)
12. End of the End (McCartney)
13. Nod Your Head (McCartney)

Para entender este “Memory Almost Full” deberíamos aclarar que, a pesar de haber sido editado el 4 de junio de 2007, fue concebido y en su mayoría grabado en 2003. De hecho, habría que situarlo en el periodo entre sus dos anteriores trabajos, “Driving Rain” y el fabuloso “Chaos and Creation in the Backyard».

McCartney, terminado “Driving Rain” (2001), inició una larga gira mundial durante la que tuvo tiempo suficiente para centrarse en componer. Terminada la gira, grabó varias demos de sus nuevas canciones con la banda que le había acompañado durante el tour (Paul ‘Wix’ Wickens, Rusty Anderson, Brian Ray y Abe Laboriel Jr.) en su estudio casero y, cuando tuvo que pensar en un productor con el que grabar el álbum que tenía en mente, la primera opción siempre fue volver a contar con David Khane (Sugar Ray, The Strokes)  ya que Macca había quedado muy satisfecho con su trabajo en “Driving rain”. No obstante, en 2003 y con el trabajo muy avanzado, Paul abandonó el proyecto atraído por la idea de grabar un disco entero él solo (tocando todos los instrumentos) a las órdenes del productor de moda Nigel Godrich (Radiohead, Travis)…, y así nació “Chaos and Creation in the Backyard”.

El proyecto con David Khane quedó en el olvido hasta que en la primavera 2006, Paul decidió recuperarlo. «Fue cuando todo lo que envolvió a «Chaos» se fue apagando, justo después de las nominsaciones a los Grammy. Me acordé de que tenía ese álbum esperando ser terminado, así que volví al estudio dispuesto a escuchar de nuevo las canciones… La verdad, ya no me acordaba bien de si me gustaban o no, así que las puse y pensé, «oye, me gusta…, quizás habría que retocar alguna cosilla pero está bien» . De esta forma, McCartney y Khane retomaron el trabajo donde lo habían dejado, rematando los temas que dejaron a medio terminar y trabajando sobre otras canciones nuevas como «Mr Bellamy», «Ever Present Past», «Gratitude», «Nod Your Head» y «See Your Sunshine».

Esta mezcla de material «antiguo» y nuevo hace que sea, en palabras del propio McCartney, ”un disco retrospectivo”. El anacronismo musical llega también al terreno lírico puesto que hay algunas canciones de amor dedicadas a Heather Mills cuando el disco fue editado después de que la ex-modelo y el músico protagonizaran un amargo divorcio. «See Your Sunshine»  es  una canción de amor redomado hacia Heather. Gran parte del disco fue hecho antes, durante y después de nuestra separación. No volví atrás y eliminé las canciones que hice para ella», aclaró en una entrevista el propio Paul.

Es por todo esto que el disco no sigue la senda intimista del excelso “Chaos and Creation”, que tan elogiada fue por la crítica y apuesta por una línea mucho más pop y moderna, si bien también menos inspirada. En cualquier caso la crítica recibió bien el álbum. La web musical Allmusic publicó: «Desde la muerte de Linda en 1998, ha estado bailando en torno al tema, salpicando Flaming Pie de nostalgia  y llegando a acuerdos con su estátus de vieja guardia en el cuidadamente reflexivo Chaos and Creation in the Backyard. Pero si el disco anterior era preciso, llevando los distintivos del productor Nigel Godrich, Memory Almost Full es asombrosamente brillante y lleno de vida, un álbum que comprende un regalo infalible de McCartney a la melodía». Entertainment Weekly lo encumbró como «el mejor disco de McCartney desde Flowers in the Dirt»; The Observer lo calificó como «armonioso y mezclado con armonías de alta gama». Por su parte, Rolling Stone situó el álbum en la lista de los mejores discos de 2007.

He de decir, que no comparto el desmesurado entusiasmo de algunas críticas y este «Memory Almost Full», aunque tiene momentos sobresalientes, me parece que debería situarse por debajo de «Chaos And Creation» y en un nivel similar  a «Driving Rain». Es, quede claro, un excelente álbum que mejora con las escuchas y que comercialmente obtuvo, además, excelentes resultados. Tras 45 años editando discos con EMI-Parlophone, McCartney consiguió que este su primer álbum con el sello Hear Music (propiedad de la cadena de cafeterías Starbucks), se hiciera con el tercer puesto en la listas de ventas norteamericanas y con el quinto en las británicas. Gran éxito.

Y eso que el veterano de 65 años arranca el álbum con una sencillísima tonadilla. En «Dance Tonight«, con apenas un bombo y una bandurria, Macca construye una encantadora canción que, disfrazada de insustancialidad, resulta absolutamente catártica. Qué facilidad tiene este hombre para construir melodías que martillean los sentidos. Os reto a no tararearla como posesos tras un par de escuchas. Como hiciera en su anterior álbum «Chaos And Creation In The Backyard», McCartney toca la mayoría de los instrumentos del disco habiendo canciones, como esta que nos ocupa, en la que fue el único músico en el estudio

El pop, fresco y rutilante, de «Ever Present Past» vuelve a presentarnos a un McCartney que toca y canta todo. No es una súper canción pero resulta efectiva, muy agradable y, como es habitual, su factura es impecable. Mucho más sofisticada resulta «See Your Sunshine«. El trabajo instrumental de Paul -de nuevo toca todo- en esta canción es sencillamente sobresaliente, especialmente su soberbia línea de bajo, y eso contribuye a elevar una elegante pieza de pop preciosista que alcanza la gloria en sus partes sincopadas. Muy buen tema.

La primera aparición de la banda completa se produce con la fantástica «Only Mama Knows«, un muy buen rock que recuerda poderosamente al sonido Wings de mediados de los 70 y en el que incluso la voz de McCartney parece rejuvenecer. El sonido Wings también se deja notar en «You Tell Me» en la que nos encontramos a Paul haciendo de Paul: acústica en ristre, construye una melodía impecable, la arregla maravillosamente y se marca una preciosa canción muy en su estilo de balada de toda la vida. Una joyita.

Y tras este momento revival, la incalificable y bizarra «Mr. Bellamy» se erige ante nosotros como un pedazo de canción que se convierte en el momento más sorprendente y brillante del disco. Art-pop puro para el goce extremo de quienes busquen experiencias diferentes. Y del vanguardismo pasamos al clasicismo de un R&B de toda la vida como el que nos ofrece «Gratitude«, otra estupenda canción en la que McCartney vuelve a hacerse cargo de toda la instrumentación y en la que, además, su voz luce más que en la mayoría de sus últimos trabajos. Un tema realmente destacable y fácil de disfrutar para cualquier tímpano mínimamente educado en el buen gusto.

«Vintage Clothes» nos devuelve a la línea pop en la que el de Liverpool siempre se ha movido como pez en el agua. Buena melodía para otra porción de pop mccartiano, en esta ocasión aderezada con unos ligeros toques de psicodelia. Una buena canción que, además inicia el medley de cinco canciones que nos llevará hasta el final del disco. «La idea del medley a lo Abbey Road es algo que quería volver a visitar porque nadie lo había hecho en mucho tiempo», declaró el propio McCartney. El medley en sí guarda además cierta coherencia argumental y, si bien no puede considerarse una de esas operetas rock de las que Pete Townshend es amo y señor, sí resulta muy cohesionada. De esta forma la citada «Vintage Clothes» es una vuelta atrás en el tiempo y en el siguiente tema, la sobresaliente «That Was Me«, McCartney recuerda sus «días de escuela y profesores». Musicalmente, «That Was Me» es una joya, un pop-rocker acústico que se va endureciendo conforme avanza (fabulosa la parte del solo) y que adquiere dimensiones de monumento musical en sus versiones en directo.

El tercer tema del medley, «Feet In The Clouds» sigue con la temática escolar/juvenil y resulta mucho más reposada. Tiene unos arreglos muy inteligentes que la hacen muy interesante (brillante el canon de voces), sin ser ninguna súper canción. La cuarta canción es la siniestra  y oscura «House Of Wax«. La intro suena a los primeros Wings pero luego desemboca en un enorme baladón a veces demasiado ampuloso, aunque de indudable y muy destacable valor melódico, en el que McCartney reflexiona sobre la fama. El medley concluyte con la delicada «End Of The End«…, tras cantar sobre sus días de escuela y la fama es el turno de escribir sobre la madurez y el final de los días. De nuevo una balada que no está entre las mejores de McCartney, maestro en estas lides, pero que resulta un más que apropiado final para el medley merced, sobre todo, a sus acertados versos.

Y cuando nos habíamos quedado con el corazón en un puño  «Nod Your Head«, una especie de híbrido entre los White Stripes, los Pixies y el letrista de lascanciones de Barrio Sésamo, turba nuestra paz. Puedes odiarla o amarla, pero estoy convencido que si la hubiera escrito alguna luminaria indie actual se aclamaría su «intenso minimalismo» o alguna mandanga similar. No es de mis favoritas, en cualquier caso.

«Memory Almost Full» es un muy buen álbum. Necesita escuchas, y corre el riesgo de perder en la comparación con el excelso «Chaos And Creation» que le precede en el tiempo, pero resulta fresco, innovador, estimulante y confirma la recuperación de McCartney tras una década de los 80 muy irregular y tras la edición de cinco trabajos -«Flowers In The Dirt» (1989), «Off The Ground» (1993), «Flaming Pie» (1997), «Driving Rain» (2001) y «Chaos And Creation In The Backyard» (2005)- más que notables. Definitivamente el Maestro sigue mandando.


VALORACIÓN GUILLETEK: 8/10

Paul McCartney: «Chaos And Creation In The Backyard» (2005). (9,5/10)

Fine Line (McCartney)
How Kind Of You (McCartney)
Jenny Wren (McCartney)
At The Mercy (McCartney)
Friends To Go (McCartney)
English Tea (McCartney)
Too Much Rain (McCartney)
A Certain Softness (McCartney)
Riding To Vanity Fair (McCartney)
Follow Me (McCartney)
Promise To You Girl (McCartney)
This Never Happened Before (McCartney)
Anyway (McCartney)

I’ve Only Got Two Hands (tema oculto) (McCartney)

Es habitual en la carrera de Paul McCartney que, tras un fracaso comercial o artístico, el Sir conteste a las críticas con un trabajo de alto nivel. «Driving Rain», su anterior álbum, es un disco notable pero fue un sonoro desastre en cuanto a ventas. También es habitual que McCartney, orgulloso de su pasado Beatle, acuda a antiguos colaboradores cuando se trata de reverdecer laureles… Y esto es lo que hizo en el invierno de 2003: tras componer un buen puñado de canciones llamó al inefable George Martin para que se situara tras los mandos de la mesa de mezclas.

No obstante, el genial productor ya no estaba para estos trotes. Sufriendo una severa pérdida de audición, Martin sugirió a Nigel Godrich como posible alternativa. Godrich, con 32 años por aquel entonces, era conocido por su brillantísimo trabajo con Beck, Travis, R.E.M y, sobre todo, con los excelentes Radiohead. «Mi primera reacción fue de terror, no solo porque era una persona muy importante, sino también porque no estaba seguro de si él estaba dispuesto a trabajar con estas sucias manos», comentó el joven productor que había adquirido fama mundial tras firmar el estratosférico «Ok Computer» de Radiohead.

De hecho, la relación inicial no fue fácil: «Nigel me impidió que cantara canciones que a él no le gustaban, criticó abiertamente mi trabajo… lo cual fue muy atrevido por su parte, y me sorprendió mucho…, no fue fácil y hubo momentos de bastante tensión», declaró el propio McCartney. No obstante, esta situación sacó a Paul de su recurrente zona de confort e hizo que se encorajinara en demostrar a ese insolente jovencito de lo que era capaz. Godrich, recuerda al respecto: «Llegó a la tercera sesión con nuevas canciones…¡Joder!, eran cojonudas…, mucho mejores».

Sin embargo el insolente Godrich seguiría empeñado que la ampulosa y veterana estrella no se acomodara y, cuando Paul llegó con su banda dispuesto a grabar perfectamente rodada tras una larga gira mundial y un exitoso y comentado concierto en el festival de Glastonbury,  se encontró con la negativa del productor. «Nigel quiso que yo tocara todo y sacarme de mi zona de confort…, quería que arriesgara…, y lo hice».

Y es que, en mucho sentidos, este disco es una especie de «McCartney III». No sólo porque, como hiciera en «McCartney I» (1970) y «McCartney II» (1980), asuma la responsabilidad de tocar todos los instrumentos, sino porque supone un giro de tuerca en su discografía. De hecho, ya desde un inicio la crítica valoró muy positivamente  su «inusual carácter reflexivo y repleto de sonidos intimista». La nueva dirección tomada por el jovial McCartney hacia ese sonido fue toda una sorpresa, que le valió tres nominaciones a los premios Grammy, incluyendo la de mejor álbum del año.

Desde su edición en septiembre de 2005, las  reseñas de «Chaos and Creation in the Backyard» fueron excelentes y fue un comentario generalizado considerar el álbum como uno de los mejores de su carrera en solitario. Rolling Stone dijo «…Se palpa un nuevo comienzo. Su voz está llena de la sabiduría que dan los años. Las canciones están llenas de convincente emotividad. El disco seduce al oyente con su mundo de invenciones musicales…» y el New York Times gritó «¡Macca ha vuelto!, se pueden oir los ecos de los Beatles. Un disco íntimo y poco convencional», pero, en general, todo fueron críticas positivas: «Su mejor disco en muchos años…»  (Newhouse Newswire), «Una sobresaliente colección de canciones. Este McCartney recuerda al de Magical Mystery Tour, White Album y Abbey Road…» (The Houston Chronicle), «Uno de esos discos que permaneceran en el tiempo…» (Fox News), «Posiblemente su mejor trabajo en solitario…» (Daliy News).  El disco también funcionó bien en listas y debutó en el puesto 6 de la lista americana y consiguió un Top-10 en la británica.

En mi opinión este álbum, junto a «Ram», «Band On The Run», «Tug Of War», «Flowers In The Dirt» y «Flaming Pie», es uno de los imprescindibles de la carrera de Paul McCartney en solitario. Inspirado, melancólico, inteligente, variado , brillante y con un el habitual sentido melódico del Sir, resulta un experiencia sobrecogedora. Un disco maravilloso. Desde su portada, protagonizada por un joven-beatle-Paul practicando con la guitarra en el patio del hogar familiar merced una fotografía tomada por Mike (el menor de los hermanos McCartney) en 1962 , el veterano músico parece decirnos: «el que tuvo retuvo».

Y eso que el primer tema, siendo fantástico, no resulta en absoluto novedoso. «Fine Line» es una de esas típicas y geniales canciones de pop vitalista mccartiano basadas en un marcado toque de piano. Una sobresaliente pieza de pop en la que Macca se encarga de toda la instrumentación a excepción de la programación de cuerdas introducida por Godrich en posproducción. Un tema fantástico que consiguió un número 20 en listas.

La primera sorpresa llega con la oscura y sobresaliente «How Kind Of You«, un espeso tema engrandecido por los loops de piano Godrich. La triste atmósfera añadida a la quebradiza y vulnerable voz de McCartney dotan al tema de una dulce amargura a la que es difícil resistirse. Pero mejor aún resulta la imprescindible «Jenny Wren«, un tema que hubiera ocupado un lugar de honor en el celebérrimo «White Album» de los Beatles, de hecho, el propio McCartney se refirió a ella como «la hermana gemela» de Blackbird. Mucho más triste que el clásico Beatles, estamos ante una de las mejores canciones que Paul escribiera nunca y quizás la culminación de este tan particular estilo suyo de composiciones de fingerpicked-folk. Una tema a la altura de lo mejor de su material. Mención aparte merece el excelente uso del duduk, un extraño instrumento armenio.

«At The Mercy» es sencillamente soberbia. Su aire pesaroso y grisáceo esconde unos tenues y contenidos arreglos que no terminan de explotar hasta el final. Inteligente y escandalosamente buena. Mucho más fresca pero igualmente resaltable es «Friends To Go«, según el propio Paul, George Harrison le inspiró esta delicada canción. Es de nuevo una pieza de pop puro que mejora conforme avanza en minutaje (maravillosos esos coros a lo Beach Boys hacia el final). El estilo en general ciertamente recuerda a Harrison pero también a Dylan. Buen trabajo instrumental de McCartney que consigue sonar realmente como una banda siendo él quien toca todos los instrumentos

Si «Jenny Wren» podría haber figurado en el «White Album», «English Tea» no hubiera desentonado en «Revolver». Británica hasta la médula, se basa en unos violines a lo «For No One» que visten una melodía a medio camino entre los Beatles y los Kinks. Otra canción para la historia… Y van unas cuantas… Insisto, uno de los mejores discos de uno de los mayores genios de todos los tiempos.

Pero, por si fuera poco, «Too Much Rain«, vuelve a poner sobre la mesa la capacidad de Macca para hacer canciones pop maravillosas y, a la par, sencillas. Pop perfecto y atemporal, tocado con un gusto que quita el hipo y con, además, una letra excelente («Ríe cuando tus ojos están quemando/ Sonríe mientras tu corazón está lleno de pena/ Suspira como si te cepillarás el dolor/ Haz un  promesa/ para que no vuelva a sucederte/ No está bien en una vida/ Demasiada lluvia»). Una excelente canción para la que Paul dice haberse inspirado en el tema «Smile» del cómico Charles Chaplin.

«A Certain Softness» supone una nueva sorpresa. Tiene un aire latino, casi de bolero, que la entronca con «And I Lover Her». Preciosa melodía. Extremadamente delicada y cantada , tocada y arreglada a un nivel de otro mundo, supone el dulce contrapunto a la áspera «Riding To Vanity Fair«, su canción «contra» la prensa amarilla («Mordí mi lengua/ Nunca hablé demasiado/ Traté de ser tan fuerte/ Di lo mejor de mí/ Usé mis amables maneras/ Lo hice por mucho tiempo/ Tú me machacaste/ Y yo no puedo responder con una sonrisa/ Y actuar como si nada estuviera mal/ Qué pretendes!»). Oscura y cadenciosa es un tema excelente y una nueva muestra de la versatilidad de McCartney en su ánimo de explorar nuevos ambientes sonoros. De nuevo se nota mucho la mano de Godrich en los arreglos.

«Follow Me» es, quizás, el tema más estándar del disco. Pop inspirado y de impecable factura pero no al excelso nivel de sus compañeras de álbum. . SI bien tiene algunos fragmentos memorables (¡qué grande es ese «in any situation…»!) y el puente es muy bueno.

Y llegamos a la recta final de este excelente disco con otra canción sobresaliente, mi favorita, la colosal «Promise to you Girl«. Enorme monumento al pop que, a pesar de arrancar con aires de Queen (esos coros…), pronto gira hacia a un estilo muy a lo «Wings» de 1975-76. Una barbaridad de canción construida sobre una base de piano y en la que el maduro McCartney saca fuerzas de flaqueza para realizar una soberbia interpretación vocal. Muy buena. El punteo de guitarra está lleno de esa bizarra genialidad que tiene este hombre al tocar las seis cuerdas. Simplemente genial.

No podía faltar la gran balada marca de la casa y «This never happened before» es el título de la canción en esta ocasión. La melodía es absolutamente preciosa y, de alguna forma, me recuerda al mejor Brian Wilson en su estilo. Es una canción maravillosa, está muy bien interpretada y el trabajo de producción de Nigel Godrich, que definó el tema como una canción «tremendamente orgánica» es sobresaliente.

El álbum se cierra con «Anyway» con el que, según el propio Paul, quiso homenajear o a Curtis Mayfield y The Impressions (de hecho, toma prestados algunos elementos de su clásico «People Get Ready») con este tema de marcados aires soul. Muy clásico y sosegado, los arreglos de Godrich le dan un punto de modernidad, si bien no es de lo mejor del disco a pesar de su excelsa línea de bajo. Siempre he pensado que hubiera sido preferible sustituir esta canción por la fantástica y misteriosa «She’s So Beautiful«, incluida como bonus en la edición japonesa del álbum. Una de esas canciones que van directas a la parte más blanda de tus vísceras.

Esto es el fin ¿o no?, apenas unos segundos tras la conclusión de «Anyway» arranca una canción instrumental escondida titulada «I’ve Only Got Two Hands» que es sencillamente prodigiosa y pone fin a un disco excelente de principio a fin. Aún tiene que pasar la prueba del tiempo, pero quizás sea uno de los cinco mejores discos de su carrera en solitario y tiene pinta de convertirse en un clásico con el transcurrir de los años. Si os gusta McCartney os va a encantar, si no, es una maravillosa oportunidad de enmendar vuestro error. Una joya.

VALORACIÓN GUILLETEK: 9,5/10

Paul McCartney: «Driving Rain» (2001) (8/10)

Lonely Road (McCartney)
From A Lover To A Friend (McCartney)
She’s Given Up Talking (McCartney)
Driving Rain (McCartney)
I Do (McCartney)
Tiny Bubble (McCartney)
Magic (McCartney)
Your Way (McCartney)
Spinning On An Axis (McCartney-McCartney)
About You (McCartney)
Heather (McCartney)
Back In The Sunshine Again (McCartney-McCartney)
Your Loving Flame (McCartney)
Riding Into Jaipur (McCartney)
Rinse The Raindrops (McCartney)

Freedom (McCartney)

Es cierto que el Paul McCartney crepuscular no es cool... Su parecido cada vez más acusado con Angela Lansbury (la Sra Fletcher), su imagen de «abuelete molón», su a veces patético postureo o sus videoclips de dibujos animados llenos de ranitas, no juegan en su favor. Pero es de necios o simplemente de sordos no reconocer la enormidad artística de su obra, con y sin los Beatles. Su carrera en solitario contempla varios discos flojos, algunos directamente malos, pero está salpicada de discos fabulosos y de canciones absolutamente sobresalientes que, de haber sido editados por otros artistas menos brillantes pero más «molones,» hubieran sido elevados a los altares, No tengo ninguna duda de que si Neil Young hubiera escrito «From A Lover To A Friend» se consideraría la quintaesencia de la madurez musical, si Clapton se hubiera marcado «Back In The Sunshine Again» se valoraría su autenticidad, o que si Keith Richards se hubiera atrevido con algo parecido a «Rinse The Raindrops» se hubiera elogiado su temeridad pro-rockera… Pero es el siempre sonriente McCartney el que se atreve a estas cosas…, y Paul no mola…

Y es que este disco, frecuentemente olvidado, es un claro ejemplo del «maltrato» al que se ha sometido la carrera en solitario de Paul McCartney. Producido por David Khane (The Strokes, Sugar Ray), «Driving Rain» nos presenta a un McCartney aún tocado por la muerte de su esposa Linda y, a la vez, ilusionado por su nueva relación con Heather Mills. Esta situación deriva en un disco lleno de claroscuros, si bien es el ambiente triste y taciturno el que gobierna el disco.

Grabado en apenas dos semanas, es un notable disco que, a pesar de obtener críticas favorables en la mayoría de medios (4/5 en Rolling Stone), fue un rotundo fracaso comercial obteniendo un puesto 26 en Estados Unidos y un terrible 46 en su país natal, siendo este el disco de Paul que peores resultados consiguió en el Reino Unido. La falta de un single que tirara de las ventas y el ambiente tristón del álbum supuso un bajo resultado en ventas injusto a todas luces puesto que, lejos de ser uno de los peores trabajos de McCartney, se encuentra entre los más destacables.

El álbum arranca con «Lonely Road«, un meritorio blues-rock de amarga melodía que deja claro desde el primer momento que los luminosos sonidos de «Flaming Pie» quedaron atrás. Una canción estupenda que, sin embargo, queda ensombrecida por la enormidad de la excelente «From A Lover To A Friend«, sencillamente una de las mejores canciones de lo que llevamos de siglo. Todo en ella es genial: una melodía de otro mundo,su acertada y parca producción, una línea de bajo estratosférica, la afectada voz de Paul, su excelente letra en la que McCartney pide permiso a su difunta esposa para rehacer su vida…, un clásico. Una canción que, insisto, de haber escrito otro «dinosaurio del rock» tendríamos hasta en la sopa. Sublime.

«She’s Given Up Talking» introduce a Paul McCartney en nuevas sonoridades minuciosamente tejidas por David Khane. Se trata de un tema de aires folkies que Paul escribió tras conocer a una niña con mutismo selectivo (un trastorno de origen emocional que consiste en que los afectados, en determinados contextos o circunstancias, no pronuncian ni una sola palabra) y que se tiñe de modernidad merced a unos acertados efectos de estudio. Mucho más clásica, aunque también mucho menos estimulante es la anodina «Driving Rain«, una de las canciones más prescindibles del álbum.

El maravilloso baladista que siempre fue McCartney se deja ver en la romántica «I Do«, una estupenda canción al igual que «Tiny Bubble» un moderno ejercicio de pop con un marcado tono bailable que recuerda poderosamente los sonidos de Wings. Menos agraciada es «Magic» que, a pesar de su emotiva letra (acerca del día en el que Paul y la fallecida Linda se conocieron), resulta bastante plana en lo musical.

Con «Your Way«, Paul construye una de sus fantásticas canciones folkies basadas en su depurada técnica de finger picking y que tantas joyas ha regalado a la historia del rock. Genial porción de clasicismo antes de llegar a «Spinning On An Axis«, un sorprendente collage sonoro que viaja desde el clásico crooning inicial a sonidos muy pegados a la actualidad. Un curioso y meritorio corte que supone el debut de la pareja de compositores McCartney-McCartney…, Paul y su hijo James.

«About You» nos devuelve al McCartney rockero, al que ya echábamos en falta y que, acompañando de una pequeña banda, suena de fábula. Y es que, en un ejercicio similar al que hizo en las fechas previas a «Flowers In The Dirt», Paul reclutó una banda para que le acompañaran durante las sesiones de grabación y en la posterior gira de promoción. Así, Rusty Anderson (músico de sesión de Elton John, Sinead O’Connor, Santana…) a la guitarra, y el sobresaliente batería Abe Laboriel Jr (Seal, Steve Vai) entraron a formar parte de la McCartney Crew y permitieron a McCartney centrarse en el bajo y se nota… Muchas  de las mejores líneas de bajo del McCartney maduro están en este disco.

«Heather» es otro de los momentazos del álbum. Un temazo, en su mayoría instrumental, que recuerda poderosamente el sonido de los Beatles del 68. De hecho, según cuenta el propio McCartney, «estaba tonteando al piano cuando surgió la melodía de esta canción… Heather, que desconoce el material de los Beatles, me preguntó «¿qué canción de los Beatles es esa?»… Yo le dije que era una nueva…, y entonces ella, emocionada, me animó a grabarla. Es por lo que decidí decicarle la canción». Es un tema excelente y que se hace corto, no hubieran estado de más unas cuantas estrofas cantadas adicionales.

La dupla McCartney-McCartney vuelve a la carga con la fantástica «Back In The Sunshine Again«, un pesaroso e inspirado blues al que no le sobra ni le falta nada y sirve de contrapunto a la romanticona «Your Loving Flame«, una gran balada que Paul dedica a Heather Mills, su nueva pareja. Buena canción, con el punto justo de azúcar.

La recta final se inicia con «Riding Into Jaipur«, una notable canción que Paul compuso tras el segundo viaje que hizo a la India tras el que hiciera acompañado de John, George y Ringo en aquel lejano 1968. No hubiera extrañado oírla en un disco de George Harrison, es fantástica en cualquier caso. El gran final llega en forma de 10 minutos de desparrame rockero con la genial «Rinse The Raindrops«, para la que Paul cantó la misma estrofa en una cincuentena de diferentes estilos de los que Khane extrajo los que conforman la edición final. Una gozada de principio a fin que como ocurría con «From A Lover To A Friend», hubiera recibido todo tipo de elogios de haber sido escrito por alguna otra luminaria del  rock de los 60… Poco antes de la edición del álbum, se produjo el atentado de las torres gemelas de NY. Paul compuso un tema conmemorativo que interpretó en The Concert for New York que él mismo organizó y en el que participaron varias estrellas. El tema es la vulgar y absolutamente prescindible «Freedom» que también acabó incluyéndose en el álbum, si bien como tema oculto, puesto que las carátulas ya habían sido impresas.

Un muy buen álbum escrito e interpretado por un adorable y nada molón casi-sesentón McCartney al que recurrentemente se le niega un mayor reconocimento. Me gustaría oír más álbumes actuales de músicos (jóvenes y viejos) con temas como «Lonely Road», «From A Lover To A Friend», «I Do», «About You», «Heather», «Your Loving Flame», «Back In The Sunshine Again» o «Rinse The Raindrops».

VALORACIÓN GUILLETEK’S: 8/10