02. Hostiles
03. Lonely Press Play
04. Mr. Tembo
05. Parakeet
06. The Selfish Giant
07. You & Me
08. Hollow Ponds
09. Seven High
10. Photographs (You Are Taking Now)
11. The History Of A Cheating Heart
12. Heavy Seas Of Love
Damon Albarn anunció en septiembre de 2011 su intención de editar un disco, el primero de música pop bajo su nombre. Tras haber publicado una decena de álbumes al margen de Blur (Gorillaz -4-, Mali Music, The Good The Bad And the Queen, Kinshasa One Two, Rocket Juice & the Moon, Democrazy), dos bandas sonoras (Ravenous y 101 Reykjavík), una ópera oriental (Monkey: Journey to the West) y el brillante y sorprendente disco operístico-conceptual “Dr Dee” de 2012, Albarn se decide a lanzar un disco bajo su nombre.
Y es que, hasta ahora y exceptuando el caso especial de “Dr. Dee”, siempre había usado formaciones bajo las que proteger su nombre a pesar haber sido el principal/único artífice de la música que aparecía en la mayoría de ellos. “Yo siempre he sido el autor de la música, ya sabes, en Blur, en Gorillaz…, la diferencia es que ahora pongo mi nombre y supongo que eso es como entrar en una nueva fase”
Así llegó abril de 2014, mes en el que se editó el esperado debut de Albarn en solitario. Estamos, en palabras de su autor, ante “una mezcla de folk y soul y, sin duda, el disco más personal de mi carrera”. Partiendo de unas sesenta canciones, Damon y Richard Russell –con el que ya colaboró en la producción del álbum de Bobby Womack “The Bravest Man in the Universe” (2012)-, realizaron una primera selección. Russell, brillante productor del disco, afirmó al respecto: “es definitivamente distinto a todo lo que ha hecho, ha escrito muchas canciones y ha trabajado muy duro en expresar sentimientos muy personales pero que, a la vez, pudieran resultar interesantes para quien escuche las canciones… Él ha querido crear sonidos muy atmosféricos y eso es lo que yo he intentado”.
El álbum se abre con el single, “Everyday Robots”, una estupenda canción sobre la deshumanización en la era digital. Cadenciosamente guiada por un siniestro sampler de violín y varios fragmentos de voz extraídos de la obra «The Gasser» (1960) que Lord Buckley grabara sobre la vida del conquistador Álvar Núñez Cabeza de Vaca, resulta sobrecogedoramente melancólica y una perfecta introducción a un disco muy alejado de los joviales sonidos de quien escribiera himnos juveniles como “Girls & Boys”. «We are everyday robots on our phones…». Producción de otro mundo, melodía maravillosa…, un verdadero temazo que -además- sirvió de single de adelanto al disco.
El piano, predominante en la primera canción, da paso al sencillo y arquetípicamente albarniano arpegio de guitarra que acompaña la excelente “Hostiles”. Otra enorme canción de tonos ocres que se acerca a alguna de las sonoridades que Albarn explorara con The Good The Band And The Queen y posteriormente en “Dr.Dee”. Un precioso y tristón tema que, según Damon «tiene que ver con la forma en la que la gente ve películas en las que se aniquila a personas anónimas que parece que no tuvieran historia ni pasado. Mira en los videojuegos, se llama a los enemigos “hostiles”, no se les da una historia de fondo, no se les dota de humanidad”. Una de sus mejores interpretaciones vocales y otra canción sobresaliente.
Tiempo para el segundo single, “Lonely Press Play”. Ligeramente más animada (pero muy ligeramente) es un tema muy en la línea melódica de algunos cortes de Gorillaz. Pop de altos quilates que, a pesar de su excelente producción, ha perdido parte del encanto que tenía en las versiones acústicas que Damon presentó en directo durante la promoción previa del disco. Otra joyita, en cualquier caso.
“Mr. Tembo” –esta sí- resulta mucho más animada. De aire muy rítmico, ukeleles y voces góspel, resultan un excelente acompañamiento a la sencilla y muy efectiva melodía de Albarn inspirada, según el autor, por una cría de elefante que vio en el Zoo. Un muy buen tema que acabó en el disco a pesar de que, en origen, era un regalo de Damon a su hija Missy y. Nunca fue pensada como una candidata a formar parte del álbum, pero incluso acabó siendo single en Estados Unidos . La única concesión al optimismo sonoro del disco.
“The Selfish Giant”, precedida del brevísimo instrumental “Parakeet”, mantiene el excelente nivel y nos adentra de forma perezosa en un sugerente cuento para adultos con la heroína como transfondo y con la colaboración vocal de Natasha Kahn (Bat For Lashes). Su perezoso y acogedor sonido soul dotan al tema de un ambiente casi hipnótico aderezado por versos como «Es dífícil ser tu amante mientras la televisión está encendida y no hay nada en tus ojos”… Acojonante.
«You And Me«, en la que Brian Eno colabora como co-productor y a los coros, es la fusión de dos canciones. «You», la primera de ellas, un siniestro y estupendo tema con la heroína -a la que Albarn reconoció haber estado enganchado- como argumento principal, se acaba fundiendo en la mucho más melódica «Me», basada en varios juegos vocales de contrapunto.
El carácter introspectivo del álbum alcanza su máxima expresión con «Hollow Ponds«, un tema en el que Damon repasa momentos fundamentales de su vida. El clarinete ejerce de excelente contrapunto a la deprimente línea melódica de la canción. No obstante, llegados a este punto el disco, aunque excelente en cuanto a lo artístico, se empieza a hacer patente su principal y único defecto: puede resultar monótono y hasta tedioso si no se está preparado. Las canciones funcionan fantásticamente de forma aislada, pero escucharlo de un tirón no es tarea sencilla dada su carga emocional y una casi total ausencia de temas alegres que aligeren la intensidad y el ambiente tristón que inunda el álbum.
«Photographs (You are Taking Now)«, precedida del interludio instrumental «Seven High«, es otro notable ejercicio de melancolía pop, como «The Story Of A Cheating Heart«, si bien esta última recuerda poderosamente a las sonoridades de los Blur de «Modern Life Is Rubbish» o incluso «13». Muy bonita.
La voz de Brian Eno entonando el coreable estribillo de «Heavy Seas Of Love» nos introduce en la última canción del disco. De tono sensiblemente más optimista que su predecesoras, este notable ejercicio de gospel blanco es un muy apropiado cierre para un álbum que ha sido muy bien acogido por gran parte de la crítica británica (Uncut 8/10, Clash 8,5/10, The Independent 4,5/5, Q Magazine 4/5). Entre las reviews escritas encontramos frases como “es uno de los mejores trabajos de Albarn, muy sincero y personal, un glorioso lamento musical” (Q), “fantástica producción la de este álbum, íntimo y reflexivo” (Uncut), “muy bueno, una nueva muestra de su remarcable talento” (Clash Magazine’s), “Albarn cada vez recuerda más a Ray Davies, un gran álbum” (The Independent).
«Everyday Robots» es un gran disco. Un álbum a la altura del que, en mi opinión, es el mejor compositor de pop de los últimos veinte años. Es cierto que puede pecar de un exceso de introspección y no es un disco repleto de los excelsos estribillos a los que Albarn nos acostumbró en sus tiempos mozos. Pero está repleto de buenas canciones…, lentas y tristes, sí, pero extraordinariamente hermosas. Un placer volver a escucharle Mr. Albarn.
VALORACIÓN GUILLETEK’S: (8/10)