THE ROLLING STONES. Capítulo 3 (1965-1966): creando obras maestras. «Out Of Our Heads» y «Aftermath»

A estas alturas Jagger y Richards habían demostrado que, sin duda, sabían escribir canciones. Oldham lo sabía y decidió que ningún single de los Stones volvería ser una versión (salvo rarísimas excepciones). La fuerza del dúo formado por Mick y Keith era un hecho y el grupo estaba fuerte y a gran nivel en lo musical…, tal y como se encargarían de demostrar con su siguiente e histórico single.

Al parecer, durante las sesiones de grabación que el grupo había concertado durante la que ya era su tercera gira por Estados Unidos., Keith llegó con un riff muy básico, muy en la línea del «Dancing In The Street» de Martha & The Vandellas… El resto es historia. Mick escribió una provocadora letra llena de simbolismos sexuales que pretendía críticar el mercantilismo salvaje que dominaba el mundo. «(I Can’t Get No) Satisfaction«, uno de los temas seminales del rock universal, empezó a grabarse en Chicago el 10 de mayo de 1965 siendo la versión definitiva la del día 13 del mismo mes.

Como no podía ser de otra forma, y a pesar de la inicial reticencia de Richards, la canción se editó como single y se convirtió en un número 1 mundial. El fuzz de Keith Richards (copiado hasta la saciedad), la insolente interpretación de Mick Jagger y, sobre todo, la excelsa calidad de la canción, colocaron a los Stones en la élite del rock mundial. El histórico tema fue acompañado en su cara B en Estados Unidos, por «The Under Assistant West Coast Promotion Man» y en Inglaterra por la estupenda «The Spider and the Fly«.

Enrachados y espoleados por su nuevo status de estrellas de las lista de ventas, el grupo no tardaría  ni un mes en editar su siguiente LP en Estados Unidos: El fantástico «Out Of Our Heads«. Partamos de que es, de largo,  su mejor trabajo hasta entonces. En realidad, el disco se eleva gracias a las fantásticas «(I Can’t Get No) Satisfaction«, «The Last time«, «The Spider and the Fly«, «The Under Assistant West Coast Promotion Man» … Todas ya editadas con anterioridad como single, pero son tan buenas que no importa que lo demás sean versiones y un poco más de lo mismo que hasta entonces.

El disco abre con una estupenda y bastante fiel versión del «Mercy Mercy» de Don Covay que en voz de Mick suena fantástica. Buen soul para arrancar, como ocurre con la interpretación que el grupo hace del  «Hitch Hike» de Marvin Gaye. Tras la fantástica «The Last Time«, sin duda el primer temazo Jagger-Richards. «That’s How Strong My Love Is» -originalmente popularizada por Otis Redding– nos muestra a los Stones más sensibles y deja bien claro que el grupo escuchaba mucho soul por aquel entonces, y más después de escuchar el cover del «Good Times» de Sam Cooke. La cara A se cierra con «I’m Alright«, firmada por todo el grupo bajo su habitual seudónimo Nanker Phelge.

En la cara B las hostilidades se inician con la inmejorable «(I Can’t Get No) Satisfaction» de la que ya hemos hablado, antes de pasar a la versión del «Cry To Me» de Solomon Burke, más y más soul del bueno. «The Under Assistant West Coast Promotion Man«, otro tema Nanker Phelge, recupera el tono R&B. «Play With Fire«, que había sido la cara B de «The Last Time» en Inglaterra y  estaba inédita en los States, vuelve a estar firmada por todo el grupo, y es una estupenda canción que supone el momento más tranquilo e intimista del álbum. «The Spider and the Fly» es una fantástica y sencilla pieza de R&B que supone la tercera aportación del tándem Jagger-Richards al disco, aunque ya había sido editada como single con anterioridad en Inglaterra. Y es que, el disco básicamente se compone de grandes canciones ya editadas en versión single y versiones de  R&B, blues y soul de impecable factura. La única «nueva» canción 0riginal es el «One More Try» de Jagger y Richards, que, además sirve para cerrar el LP

Tres meses después editaron en Inglaterra la versión para su país del álbum. El tracklist fue bastante modificado y sólo seis canciones coinciden con su homónimo americano («Mercy Mercy«, «Hitch Hike«, «That’s How Strong My Love Is«, «Good Times«, «Cry To Me» y «The Under Assistant West Coast Promotion Man«). El «Out Of Our Heads» británico no dispone del tirón de los singles estrella del grupo y, en general, tiene menos gancho. No obstante tiene algunas canciones de Jagger y Richards verdaderamente brillantes de las que no gozaba el americano. No hay más que oír temas como «Gotta Get Away«, «Heart of Stone» (que ya había sido editada en Usa en el LP anterior) o «I’m Free» para darse cuenta de que el tándem compositivo del grupo gozaba de excelente salud. Las versiones del «She Said Yeah» de Larry Williams, el «Talkin’ ‘Bout You» de Chuck Berry  y «Oh Baby (We Got A Good Thing Goin’)» de Barbara Lynn completan la oferta británica.

El disco consiguió el nº1 en USA, pero en Inglaterra no pudo con el excelso «Help!» de los Beatles y se paró en el segundo puesto de las listas.

Siguiendo con su frenética actividad, editan su siguiente single en septiembre de 1965: «Get Off Of My Cloud«, una trepidante y rítmica canción que vuelve a resultar muy desafiante en lo lírico aumentando la fama de «niños malos» del grupo. Se trata básicamente de una composición de Keith (muy basada en «Louie Louie» de The Kingsmen) con un procaz texto de Jagger acerca de la alienación de la sociedad moderna. El cóctel perfecto y un nuevo número 1 tanto es Estados Unidos como en Inglaterra.

Si excelente es la trepidante cara A del single, igualmente o más fantástica es «The Singer Not The Song«, que acompaño a «Get Off Of My Cloud» en la edición europea del single y en la que los Stones se acercan más que nunca al sonido de sus «rivales»: The Beatles. Y es que, poco a poco, comienza a observarse como el estilo de los de Liverpool enpieza a filtrarse, para enfado de Brian Jones, entre las hasta ahora negroides influencias de los Stones. En Estados Unidos la cara B fue «I’m Free».

Aprovechando el tirón del exitoso single, editaron en diciembre de 1965 un nuevo LP para el mercado americano: «December’s Children (And Everybody’s)» que, como bien dijo el bajista Bill Wyman, «se trata más de una recopilatorio que de un álbum en sí». Encontramos aquí varias canciones provenientes de la versión inglesa de «Out Of Our Heads», algunas caras B y un par de temas en directo. Las canciones inéditas que aparecieron en el LP fueron el cover de «Look What You’ve Done» y las estupendas composiciones de Jagger y Richards «Blue Turns To Grey» y «As Tears Go By«. El disco consiguió llegar al número 4 en listas haciendo de The Rolling Stones una banda cada vez más consolidada al otro lado del Atlántico.

Dos meses después, la frenética del grupo se traduce en la edición de un nuevo y fantástico single: «19th Nervous Breakdown«. A pesar de quedarse «sólo» en el numero 2 en las listas americanas (1 en UK), esta canción supone un gran avance estilístico en el grupo que comienza a abandonar los clichés del r&B para dejar que los nuevos sonidos proto-psicodélicos  empezaran a impregnar su música. La sinuosa línea de bajo de Wyman, el hipnótico riff de Brian dan muestras de esta nueva dirección. Al estupenda «As Tears Go By«,  otra maravillosa canción «alla Beatle», fue la cara B del single.

Los Stones ya no son ese grupo rudo (aunque genial) de sus inicios, el mundo del pop desde finales de 1965 estaba entrando en un terreno de sofisticación y experimentación que iba a proporcionar al mundo cinco años de joyas discográficas y, como no podía ser de otra forma, los Stones estarían en el meollo del asunto. En 1965, los Beatles habían editado «Help!» y «Rubber Soul», los Stones habían mantenido el tipo en cuanto a singles pero estaban muy lejos de los de Liverpool en cuanto a calidad en lo que a LP’s se refiere.

Oldham tenía más que claro que la rivalidad (repito, no real) entre los grupos beneficiaba los intereses de sus pupilos, El nuevo reto sería hacer un gran LP, pero esta vez, compuesto por temas propios… Y vaya si lo hicieron… El disco es una maravilla de principio a fin. Todas las canciones son obra de Jagger y Richards…, se acabó hacer versiones… Bienvenidos a la era dorada de los Rolling Stones.

«Aftermath» se editó en abril de 1966 en Inglaterra, fue grabado enteramente en los legendarios estudios RCA de Hollywood y consiguió un rutilante número 1. En Estados Unidos se editó dos meses después con importantes variaciones de tracklisting y no pudo pasar del número 2. Estamos ante uno de los discos capitales de los años 60 y, por ende, de la historia de la música moderna.

Ya desde el arranque con la gloriosa «Mother’s Little Helper» escuchamos a un grupo distinto con Jones pletórico al sitar (instrumento en el que fue introducido por George Harrison), y con sonoridades muy alejadas de sus primeros tiempos. Y es que la variedad estilística, al parecer sugerida por el otrora defensor a ultranza del más puro R&B Brian Jones, es una de las principales señas de identidad de este excelente LP

La más tradicional aunque interesante «Stupid Girl» da paso a la fabulosa y barroca «Lady Jane«, en la que Brian se vuelve a lucir como instrumentista esta vez con un dulcimer…, pero es que con la aún más fantástica «Under My Thumb«, vuelve a cambiar de instrumento y nos deleita con una marimbas que lideran la canción de principio a fin…, un fiera. La psicodelia se cuela de forma sinuosa entre las notas de un disco que no da la espalda a sus orígenes R&B sino que lo mezcla de forma magistral con toques de jazz, pop, soul y folk.

Tras un sobresaliente arranque el disco baja ligeramente el nivel (era imposible mantenerlo) con las más anodinas «Doncha Bother Me» y la eterna «Goin’ Home» (más de diez minutos de jam de R&B psicodélico). «Flight 505» nos devuelve a los Stones de toda la vida con un patina de sonidos psicodélicos , mientras «High And Dry» se convierte en un sobresaliente ejercicio de country blues.

Y entonces nos encontramos con la maravillosa «Out Of Time«, una absoluta preciosidad pop que muestra a los Rolling Stones en una excelenet forma durante sus más de cinco minutos de duración. Una joya eterna que el grupo decidió ceder a Chris Farlowe quien, con producción del propio Jagger, la llevó al número 1. Una maravilla de canción.

«It’s Not Easy» nos vuelve a recordar que los Stones manejaban el R&B como pocas formaciones de la época y sirve de excelente preuldio a «I Am Waiting«, lo confieso, mi debilidad. Un pedazo de pop perfecto, sin fisuras. Una de mis canciones preferidas de siempre, cada vez que la escucho tarareo su estribillo durante horas.  El álbum mantiene un enorme nivel ya hasta el final. «Take It Or Leave It» es deliciosa y vuelve a demostrar las capacidades como arreglista y multimstrumentista de Jones, que se atreve esta vez con el clavicordio, varios instrumentos de percusión e incluso un koto japonés. «Think» es simplemente una joya construida en torno a un hipersaturado bajo fuzz a cargo de Wyman y la divertida «What To Do» supone el colofón perfecto a un álbum imprescindible que tuvo mucho éxito, además, consiguiendo un nº1 en Inglaterra como antes hemos comentado.

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Pero es que apenas dos meses después editan lo que posiblemente sea una de sus mejores canciones, la celebérrima «Paint It Black«. Una canción fantástica y la demostración de que Jagger y Richards no eran sólo los chicos malos del momento, sino un pedazo de compositores. La melodía, obra de Keith, es simplemente brillante y el sitar de Brian le va como anillo al dedo. Otro número 1 a ambos lados del Atlántico.

Para acabar de rematar una excelente primera mitad de 1966, el grupo edita la versión americana de «Aftermath». En esta ocasión la editora americana decidió acortar el metraje del álbum para hacerlo más accesible y comercial. Desgraciadamente esto supuso la supresión de cuatro canciones excelentes: «Out of Time», «Take It or Leave It», «What to Do», y «Mother’s Little Helper» que acabarían siendo editadas con posterioridad en Estados Unidos. En busca de un mayor impacto comercial, se incluyó la recién editada «Paint It, Black». La versión yanqui de Aftermath, con portada también renovada, alcanzó el puesto número 2 en los listas norteamericanas.

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 2 de noviembre de 2014

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THE ROLLING STONES. Capítulo 2 (1964-1965): forjando el mito. «12 x 5», «The Rolling Stones Vol.2» y «The Rolling Stones Now!»

Tras conseguir el éxito en la patria británica, el siguiente paso no podía ser otro que intentar asaltar unos Estados Unidos recién conquistados por sus pretendidos (insisto) némesis artísticos: The Beatles. No obstante, a diferencia de lo que ocurrió con los de Liverpool, la primera gira americana del grupo fue, en palabras del propio Bill Wyman, «un pequeño desastre…, llegamos allí sin un single de éxito y no nos fue nada bien».

No obstante, el grupo aprovechó su aventura americana para grabar en los Chess Studios de Chicago. De esas sesiones saldría  el que acabaría siendo su primer número 1 en el Reino Unido:  «It’s All Over Now«, editada en julio de 1964. Los Stones seguían siendo un (fantástico) grupo de versiones y así lo demostraron con esta estupenda canción de los Valentinos. Curiosamente el grupo de Bobby Womack no había conseguido pasar de un número 94 con esta canción durante el mismo 1964.

También grabado en Chicago y editado poco después, en agosto, el EP (discos de 45 rpm de cuatro o cinco canciones)  «Five by Five» vuelve a demostrar el buen hacer del grupo con versiones como el «If You Need Me» de Wilson Picket, «Confessin’ The Blues» de Jay McShann & His BluesMen o el «Around and Around» de Chuck Berry, además de incluir un par de  nuevas canciones originales de Nanker/Phelge (recordemos, el seudónimo que utilizaban cuando la canción estaba compuesta entre todos los miembros de la banda): «Empty Heart«, y el instrumental «2120 South Michigan Avenue«.

Como era habitual en la época, y más en una banda que no componía su material, tardaron muy poco  en editar su siguiente disco grande. Octubre de 1964 sería la fecha. Sin embargo, en esta ocasión, su nuevo álbum -titulado «12 x 5»- se editaría sólo en el mercado estadounidense ya que, en un hábil intento de Oldham de trasladar la dicotomía Stones-Beatles más allá del Atlántico (los Beatles tenían absolutamente dominado el mercado americano), decidieron atacar de frente el mercado yanqui en el que no les estaba yendo tan bien como esperaban. Imagen

A diferencia del anterior, el grupo compone casi la mitad de las canciones. El disco es mucho mejor que el anterior, las composiciones de Mick y Keith siguen sin ser maravillosas pero comienzan a apuntar maneras…, y muy buenas. Temas como la bluesy «Good Times,Bad Times«, la balada «Congratulations» o «Grown Up Wrong» empiezan a dejar entrever el talento como creadores del támdem Jagger-Richards.

El disco incluye además del single «It’s All Over Now» todas las canciones del EP británico, es decir, las versiones como de  «If You Need Me» de Wilson Picket, «Confessin’ The Blues» de Jay McShann & His BluesMen y el «Around and Around» de Chuck Berry, y las dos canciones originales de Nanker/Phelge: «Empty Heart» y  «2120 South Michigan Avenue«. Para rematar un par de canciones eternas como el «Under The Boardwalk» de los Drifters y «Susie Q» de Dale Hawkins ,y, ante todo una canción para la historia: la espectacular versión que el grupo grabó de «Time Is On My Side«,original del jazzer Jerry Ragoboy pero popularizada por la dama del soul Irma Thomas.

El disco supone un definitivo paso adelante para el grupo que, además, consiguió un meritorio nº3 en el difícil mercado americano.

Apenas un mes después, en noviembre de 1964,  y sin un segundo para  la relajación, The Rolling Stones editan su quinto single, en esta ocasión compuesto por un cover de Willie Dixon , «Little Red Rooster« y una nueva canción de Jagger y Richards, «Off the Hook«. De nuevo el single alcanzó el número 1 en el Reino Unido, pero no tuvo ningún tipo de repercusión en USA, ya que la distribuidora yanqui no consideró apropiado ni siquiera publicarlo.

El grupo, no obstante, insitía en su intención de conquistar a los americanos y cuatro semanas después, en diciembre, editan un nuevo sencillo en Estados Unidos, esta vez con dos canciones originales de Jagger y Richards, «Heart Of Stone» y «What A Shame«. Con este single el grupo no sólo consigue llegar al fin al top-20 en Estados Unidos sino que empiezan a demostrar que son mucho más que un (excelente) grupo de covers. «Heart Of Stone» y «What A Shame» son dos canciones fantásticas y, sobre todo la primera, dejan muy a las claras que tras el aspecto canallesco delgrupo había mucho talento.

ImagenTras conseguir, al fin, penetrar en el mercado americano, el grupo vuelve a casa para editar el que sería su segundo LP británico: «The Rolling Stones Vol.2«. Editado en enero de 1965, apenas sin descanso, es un extraño compendio de algunas de las canciones del álbum americano «12 x 5» (las versiones del «Under The Boardwalk» de los Drifters, el «Susie Q» de Dale Hawkins y una versión de «Time Is On My Side«diferente y muy mejorada de la editada en «12 x 5«), al que unieron algunas composiciones de Mick y Keith que se habían editado como caras B de singles («What A Shame«, «Off the Hook» y «Grown Up Wrong«).

Para completar el repertorio, nada mejor que una nueva ración de versiones de bleus, R&B y rock & roll. Esta vez las elegidas serían el glorioso y archiconocido «Everybody Needs Somebody To Love» de Solomon Burke, «Down Home Girl» antes grabada por Alvin Robinson, el «You Can’t Catch Me» del inefable Chuck Berry, «Down The Road Apiece» grabado en 1940 por el trío de Will Bradley, «I Can’t Be Satisfied» de Muddy Watters y un clásico soul como «Pain In My Heart«que también grabara gente como Otis Redding.

En general, volvemos a encontrarnos con un álbum repleto de versiones. Sacando discos a tal velocidad, y más para un tándem inexperto, es lógico que el número de composiciones propias se resintiese. Aún con todo vuelve a ser un estupendo compendio de R&B y las canciones de Jagger y Richards siguen creciendo en calidad, si bien el disco no deja de ser un compendio de retales de material editado previamente. El segundo LP del grupo en el mercado europeo consiguió un rutilante número 1 en el Reino Unido arrebatando el puesto al cuarto LP de los Beatles, «Beatles For Sale», si bien el disco de los de Liverpool recuperaría la cabeza de lista apenas unas semanas después relegando a este «The Rolling Stones nº2» al segundo puesto

En USA, el equivalente al disco europeo se tituló «The Rolling Stones Now!«, y se editaría un mes después, en febrero de 1965. El álbum americano se compuso de las canciones que se habían utilizado para «The Rolling Stones Vol.2» y que no habían sido editadas en Estados Unidos, es decir, las versiones del «Everybody Needs Somebody To Love» de Solomon Burke, «Down Home Girl» antes grabada por Alvin Robinson, el «You Can’t Catch Me» de Chuck Berry, «Down The Road Apiece» del trío de Will Bradley, y «Pain In My Heart«. A esto añadieron las dos canciones de Jagger y Richards publicadas en su anterior single americano, las estupendas «Heart Of Stone» y «What A Shame» así como los dos cortes que compusieron su anterior single británico, el «Little Red Rooster» de Willie Dixon y el «Off the Hook» de los propios Stones. El grupo también recuperó «Mona» de  Bo Didley, que habían incluido en su primer álbum británico pero no en su homólogo norteamericano.

Sólo dos nuevas canciones fueron grabadas para la ocasión, el cover de «Oh Baby (We Got A Good Thing Going)«de Barbara Lynn y una nueva y fantástica canción de Mick y Keith, la rítmica «Surprise,Surprise«. El resultado es un disco mucho más compensado que su versión británica, más comercial y mejor en general qye alcanzó el número cinco en las listas estadounidenses.

El grupo tenía éxito, ya era un hecho, pero Andrew Loog Oldham y Brian Jones (recuerdo, líder absoluto del grupo aún en aquellos momentos) no se iban a conformar aún con eso. Querían el trono de los intocables Beatles. La estrategia «Vs Beatles» había funcionado, pero ahora había que atacarles en su terreno, la composición… Si los Beatles tenían a Lennon y McCartney, los Stones tendrían a Jagger y Richards.  Mick y Keith habían mejorado mucho a la hora de componer. Según cuenta la leyenda, Oldham encerró a Mick y Keith en una sala y les prohibió salir hasta que compusieran algo realmente bueno. El resultado fue la extraordinaria «The Last Time«, sin duda la mejor canción que el grupo había escrito hasta la fecha y uno de los grandes temas de la primera mitad de los sesenta. El propio Keith reconoció que se habían inspirado en un tema gospel titulado «This May Be The Last Time», grabado por The Staple Singers en 1955.

Sea como fuere, el single, con el también estupendo «Play With Fire» (compuesta por la banda completa – Nanker/Phelge-) en la cara B, alcanzó rápidamente el número 1 en Inglaterra y un Top-10 en Estados Unidos. Ahora comienza lo bueno. Jagger y Richards habían demostrado que, sin duda, sabían escribir canciones. Oldham lo sabía y, desde entonces, ningún single de los Stones volvería ser una versión (salvo rarísimas excepciones).

La fuerza del dúo formado por Mick y Keith empezó a minar el liderazgo (aún muy fuerte) de Brian que, por otro lado, cada vez se adentraba más en el mundo de los excesos. Bill Wyman dijo en su momento «si alguna vez un hombre vivió genuinamente la vida del rock and roll y caracterizó a los Rolling Stones en todos sus aspectos, mucho antes de que los cinco asumiéramos un estilo, ese fue Brian Jones».  Jones se refugió en el alcohol, las drogas y los placeres del sexo contrario probablemente para superar el complejo de inferioridad que le estaba provocando su nuevo status en la banda. El cada vez más evidente talento para la composición de Jagger y Richards erosionó la confianza de Brian quien nunca tuvo la necesaria confianza para defender ante el grupo las canciones que escribía en solitario y que nunca consideró suficientemente buenas para el grupo. El cambio de regimen era cada vez más evidente: Mick y Keith comenzaban a tomar el mando.

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 18 de octubre de 2014

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THE ROLLING STONES. Capítulo 1 (1943-1964): Orígenes, «The Rolling Stones»

Michael Philip Jagger (Kent, 1943), aún siendo hijo de la persona que introdujo el baloncesto en Inglaterra, Basil Jagger, no tuvo en el deporte uno de sus fuertes. A pesar de no ser propio de los tópicos del rock, el bueno de Mick, hijo y nieto de profesores fue un excelente estudiante.

En 1960, en uno de sus frecuentes viajes en tren Londres-Kent, Mick se encontró con un viejo conocido de sus tiempos infantiles, un antiguo compañero de escuela: Keith Richards (Kent, 1943), al que conocío cuando ambos tenían siete años en la Wentworth Primary School. El viaje se les hizo cortísimo a ambos, embarcados en una apasionante charla sobre su idolatrada música negra yanqui y, sobre todo, sobre sus ídolos: Chuck Berry y Little Richard.

El reencuentro hizo que ambos trabaran una profunda amistad que fue a más cuando los dos estuvieron definitivamente afincados en Londres al comenzar Richards sus estudios de Arte. Allí, y junto a su amigo Dick Taylor, formaron su primer grupo: Little Boy Blue & The Blue Boys. Sin embargo, el trío no tuvo demasiado éxito (tampoco eran demasiado brillantes) y no tardó en disolverse.

En 1961, cuando ambos cumplietron los dieciocho se mudaron a un piso en Edith Grove, en el barrio de Chelsea, junto a otro joven al que habían conocido: Brian Jones (Cheltenham, 1943) quien, a tan pronta edad (18 años), ya era un competente multinstrumentista. Hijo de padres músicos y aficionado al jazz, Jones ya había debutado como clarinetista en la Dean Close Junior Public School con tan solo 14 años y a principios de los 60 ya tocaba en un grupo razonablemente consolidado, los Blues Incorporated, y propuso a sus compañeros de piso que se unieran él. Jagger, que  había podido acceder a una beca merced a su brillante expediente y había comenzado sus estudios económicos en la London University, tuvo algunas dudas pero acabó compaginando sus actividades académicas con las musicales.

La nueva banda fue ganando y perdiendo miembros y nombres continuamente hasta que el 12 de julio de 1962 actuaron en el Marquee de Londres por primera vez bajo el nombre de The Rollin’ Stones. El nombre, sugerido por Brian, es un homenaje a Muddy Waters siendo el título de una de sus más célebres canciones.

Aquellos Rollin’ Stones fueron Mick Jagger (voz), Brian Jones (guitarra), Keith Richards (guitarra), Dick Taylor (bajo), Tony Chapman (batería) e Ian Stewart (piano). Aunque la actuación, y muchas de las posteriores, tuvieron bastante éxito, el grupo seguía teniendo bajas: Taylor se uniría a los fabulosos Pretty Things y Chapman abandonó el grupo. No obstante, la banda tenía buen nombre en la escena musical londinense y no les costó encontrar dos sustitutos para bajo y batería. Bill Wyman (Plumstead, 1936) y Charlie Watts (Islington, 1941) fueron los elegidos.

Wyman había sido un músico precoz y, a los 14 años, ya dominaba varios instrumentos. Tras contraer matrimonio a los 23 años, empezó a tocar el bajo en la banda The Cliftons en 1961. Ingresó en los Stones en 1962 a pesar de las reticencias iniciales del resto de la banda a los que les echaba para atrás la importante (6 años) diferencia de edad. Por otro lado, Charlie Watts, ya había tocado con Brian Jones en Blues Incorporated y, tras abandonar la música para dedicarse a trabajar, fue reclutado por los nuevos Rollin’ Stones en 1963.

Pronto la banda consiguió un contrato para actuar  cada domingo en el Crawdaddy Club de Richmond,El sexteto fue acumulando fama entre el mundillo artístico londinense, en absoluta efervescencia con el estallido de la Beatlemania. Los Beatles, que acababan de aparecer, ocupaban todas las portadas y copaban todas las listas de éxitos y de ventas del país. El tremendo éxito de los de Liverpool provocó que un jovencísimo y avispado publicista, Andrew Oldham, propusiera a los Stones presentarse al mundo como la antítesis de los Beatles, la cara oculta del rock, su lado oscuro.

Oldham, personaje clave en la historia de la banda, había sido parte del gabinete de prensa de los Beatles y sabía qué hace para conseguir convertirlos en un producto de éxito. Se convirtió en manager del grupo y realizó varios cambios en la imagen de la banda. Su primera y polémica decisión fue deshacerse de Stewart quien, a pesar de su competencia musical, no daba la imagen de «pretty, thin, long-haired boy» que quería para el grupo (se nota que el caballero se basaba en criterios publicitarios). Por otro lado añadió una «g» al Rollin’ del nombre del grupo y le quitó un «s» al apellido de Keith porque «sonaba más pop». Señoras, señores, saluden a The Rolling Stones…

A pesar de la leyenda, Stones y Beatles no sólo no eran enemigos sino que se llevaban francamente bien. Sus edades, intereses y gustos musicales eran muy similares. De hecho, fue George Harrison quien aconsejó al dueño de DECCA (compañía que había rechazado a los Beatles el año anterior) que fichara al entonces ya quinteto. En esta época los Stones prácticamente no componían temas propios. Sus conciertos se basaban en interpretar de forma abrasiva versiones de la música negra norteamericana.

Siguiendo esta máxima grabaron su primer single con “Come On” de Chuck Berry en la Cara A y “I Want To Be Loved” de Willie Dixon en la B. Andrew Oldham no se conformó con ser el manager del grupo y se convirtió también en su productor musical. El single tuvo un éxito relativo y les aupó al puesto 21 de las listas. El disco no es gran cosa, aunque deja entrever las buenas maneras del grupo con el R&B. Sin embargo, Oldham tenía pensado un futuro mucho más ambicioso para sus chicos. El agresivo publicista tenía claro que la mejor y más rápida forma de llegar al éxito era subirse al imparable carro de los Beatles. Su idea se basaba en presentar al grupo como el contrapunto a aquellos. De esta forma comenzó una campaña presentando a la banda como los “chicos malos del rock” y buscando atraer con esa estrategia de lo “atractivo de lo prohibido” al mayor número de jóvenes posible. Puro marketing. Lemas como «¿dejaría a su hija salir con un Rolling Stone?» ideados y promovidos por el astuto Oldham hicieron el resto

No obstante, como os he dicho, la relación entre ambos grupos era excelente. Hasta tal punto que el segundo disco de la banda de Londres fue “I Wanna Be Your Man” un tema compuesto por unos tales Lennon y McCartney que además también incluyeron dicha canción en su segundo LP «With The Beatles». La cara B fue ocupada por una nueva versión, el «Money» que popularizara Barret Strong y que, curiosamente, también grabarían los Beatles. Con la canción de sus “rivales” llegaron al 12, puesto que mejorarían y mucho,  (alcanzaron un muy meritorio nº3) con su siguiente sencillo: “Not Fade Away”, una excelente versión del clásico de Buddy Holly, en la que la banda da rienda suelta a su sonido de r&b canallesco tan característico de sus primeras grabaciones. «Little By Little» ocupó la cara B , tratándose del primer tema propio del grupo, en este caso obra de la banda al completo, aunque decidieron acreditarla bajo los seudónimos Nanker/Phelge. «Fue idea de Brian» -recuerda Bill Wyman- «sugirió que cuando la canción fuera fruto de la colaboración de todos estaría bien acreditarla bajo seudónimo y compartir los royalties».

Por aquel de entonces, los Rolling Stones era una banda conocida y asentada, Jagger y su provocadora imagen hacían estragos entre las jovencitas de la pérfida Albión y los medios empezaron a centrarse en el descarado frontman de la banda. Esto provocó los celos de Brian, quien se sabía el líder absoluto del grupo a nivel musical. Esto provocó los primeros conflictos internos en el seno de un grupo que caminaba imparablemente hacia el estrellato.

Pero, aunque en 1964 aún estamos en la época en la que el single era el formato rey,  como a todo grupo  les llegó el momento de grabar el Imagenprimer disco. Su primer álbum, homónimo, se editó el 16 de abril de 1964. Aunque hoy en día es algo relativamente habitual, por aquel entonces no era demasiado frecuente que los grupos compusieran su material. Normalmente tenía tres o cuatro singles propios (que era lo importante) y rellenaban el LP con versiones. Los Beatles fueron los primeros en romper con esa tónica y componían la mayoría de su material hasta que, en 1964, editaron «A hard day’s night» convirtiéndose en la primera banda que esitaba un LP completo con canciones propias.

Los Stones, aún lejos de su mejor nivel, editan un disco de debut con buenas versiones de R&B y pocos temas propios: el no excesivamente meritorio tema de Jagger/Richards: «Tell Me» y «Now I’ve Got A Witness» (instrumental) y «Little By Little» firmadas por Nanker/Phelge que, recordamos, es como el grupo acreditaba sus composiciones corales. Por lo demás muchas versiones: el «Route 66» de Bobby Troup y que previamente había popularizado Chuck Berry, el «I Just Want to Make Love to You«, original de Willie Dixon y llevada a la fama por Muddy Waters, «Honest I Do» de Jimmy Reed, «Mona» de  Bo Didley, «I’m a King Bee» de Slim Harpo, «Carol» de su adorado Chuck Berry, «You Can Make If You Try» que popularizó Gene Allison y el «Walking The Dog» de Rufus Thomas. conforman una excelente selección de blues , soul y R&B que, una vez pasadas por la patina rollingstoniana resulta tremendamente atractiva

El disco, absolutamente liderado en lo musical por Brian Jones, no es una joya pero les valió para llegar al nº1. Bien es cierto que habían pactado con los Beatles la fecha de lanzamiento para no coincidir en el tiempo y tener que pelear en las listas. Fue bien recibido por la crítica y supone un más que aceptable debut en el que destaca la calidad como intérpretes del grupo y la enorme fuerza que transmiten. Esta pretendida intensidad buscaba reproducir el espíritu de los conciertos del grupo y se grabó prácticamente en directo en sesiones desarrolladas a lo largo de cinco días entre enero y febrero de 1964.

Un mes después, en mayo, el LP se editó en USA con el epígrafe «England’s Newest Hitmakers» y, buscando conseguir un mayor impacto comercial, sustituyeron «Mona» por «Not Fade Away» que había sido editada como single en Inglaterra. El debut de los Stones en Estados Unidos fue respaldado por una gira del grupo por el país que tuvo más sombras que luces. La extremadamente conservadora sociedad americana no estaba preparada para las provocativas actitudes del grupo, los sexuales movimientos de Jagger y su desaliñada presencia. Con todo, el disco alcanzó el numero 11 en las listas.

Llegarían tiempos mejores. Comienza la leyenda

 

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 4 de octubre de 2014

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