Paul McCartney: «Memory Almost Full» (2007) (8/10)

1. Dance Tonight (McCartney)
2. Ever Present Past (McCartney)
3. See Your Sunshine (McCartney)
4. Only Mama Knows (McCartney)
5. You Tell Me (McCartney)
6. Mister Bellamy (McCartney)
7. Gratitude (McCartney)
8. Vintage Clothes (McCartney)
9. That Was Me (McCartney)
10. Feet In The Clouds (McCartney)
11. House Of Wax (McCartney)
12. End of the End (McCartney)
13. Nod Your Head (McCartney)

Para entender este “Memory Almost Full” deberíamos aclarar que, a pesar de haber sido editado el 4 de junio de 2007, fue concebido y en su mayoría grabado en 2003. De hecho, habría que situarlo en el periodo entre sus dos anteriores trabajos, “Driving Rain” y el fabuloso “Chaos and Creation in the Backyard».

McCartney, terminado “Driving Rain” (2001), inició una larga gira mundial durante la que tuvo tiempo suficiente para centrarse en componer. Terminada la gira, grabó varias demos de sus nuevas canciones con la banda que le había acompañado durante el tour (Paul ‘Wix’ Wickens, Rusty Anderson, Brian Ray y Abe Laboriel Jr.) en su estudio casero y, cuando tuvo que pensar en un productor con el que grabar el álbum que tenía en mente, la primera opción siempre fue volver a contar con David Khane (Sugar Ray, The Strokes)  ya que Macca había quedado muy satisfecho con su trabajo en “Driving rain”. No obstante, en 2003 y con el trabajo muy avanzado, Paul abandonó el proyecto atraído por la idea de grabar un disco entero él solo (tocando todos los instrumentos) a las órdenes del productor de moda Nigel Godrich (Radiohead, Travis)…, y así nació “Chaos and Creation in the Backyard”.

El proyecto con David Khane quedó en el olvido hasta que en la primavera 2006, Paul decidió recuperarlo. «Fue cuando todo lo que envolvió a «Chaos» se fue apagando, justo después de las nominsaciones a los Grammy. Me acordé de que tenía ese álbum esperando ser terminado, así que volví al estudio dispuesto a escuchar de nuevo las canciones… La verdad, ya no me acordaba bien de si me gustaban o no, así que las puse y pensé, «oye, me gusta…, quizás habría que retocar alguna cosilla pero está bien» . De esta forma, McCartney y Khane retomaron el trabajo donde lo habían dejado, rematando los temas que dejaron a medio terminar y trabajando sobre otras canciones nuevas como «Mr Bellamy», «Ever Present Past», «Gratitude», «Nod Your Head» y «See Your Sunshine».

Esta mezcla de material «antiguo» y nuevo hace que sea, en palabras del propio McCartney, ”un disco retrospectivo”. El anacronismo musical llega también al terreno lírico puesto que hay algunas canciones de amor dedicadas a Heather Mills cuando el disco fue editado después de que la ex-modelo y el músico protagonizaran un amargo divorcio. «See Your Sunshine»  es  una canción de amor redomado hacia Heather. Gran parte del disco fue hecho antes, durante y después de nuestra separación. No volví atrás y eliminé las canciones que hice para ella», aclaró en una entrevista el propio Paul.

Es por todo esto que el disco no sigue la senda intimista del excelso “Chaos and Creation”, que tan elogiada fue por la crítica y apuesta por una línea mucho más pop y moderna, si bien también menos inspirada. En cualquier caso la crítica recibió bien el álbum. La web musical Allmusic publicó: «Desde la muerte de Linda en 1998, ha estado bailando en torno al tema, salpicando Flaming Pie de nostalgia  y llegando a acuerdos con su estátus de vieja guardia en el cuidadamente reflexivo Chaos and Creation in the Backyard. Pero si el disco anterior era preciso, llevando los distintivos del productor Nigel Godrich, Memory Almost Full es asombrosamente brillante y lleno de vida, un álbum que comprende un regalo infalible de McCartney a la melodía». Entertainment Weekly lo encumbró como «el mejor disco de McCartney desde Flowers in the Dirt»; The Observer lo calificó como «armonioso y mezclado con armonías de alta gama». Por su parte, Rolling Stone situó el álbum en la lista de los mejores discos de 2007.

He de decir, que no comparto el desmesurado entusiasmo de algunas críticas y este «Memory Almost Full», aunque tiene momentos sobresalientes, me parece que debería situarse por debajo de «Chaos And Creation» y en un nivel similar  a «Driving Rain». Es, quede claro, un excelente álbum que mejora con las escuchas y que comercialmente obtuvo, además, excelentes resultados. Tras 45 años editando discos con EMI-Parlophone, McCartney consiguió que este su primer álbum con el sello Hear Music (propiedad de la cadena de cafeterías Starbucks), se hiciera con el tercer puesto en la listas de ventas norteamericanas y con el quinto en las británicas. Gran éxito.

Y eso que el veterano de 65 años arranca el álbum con una sencillísima tonadilla. En «Dance Tonight«, con apenas un bombo y una bandurria, Macca construye una encantadora canción que, disfrazada de insustancialidad, resulta absolutamente catártica. Qué facilidad tiene este hombre para construir melodías que martillean los sentidos. Os reto a no tararearla como posesos tras un par de escuchas. Como hiciera en su anterior álbum «Chaos And Creation In The Backyard», McCartney toca la mayoría de los instrumentos del disco habiendo canciones, como esta que nos ocupa, en la que fue el único músico en el estudio

El pop, fresco y rutilante, de «Ever Present Past» vuelve a presentarnos a un McCartney que toca y canta todo. No es una súper canción pero resulta efectiva, muy agradable y, como es habitual, su factura es impecable. Mucho más sofisticada resulta «See Your Sunshine«. El trabajo instrumental de Paul -de nuevo toca todo- en esta canción es sencillamente sobresaliente, especialmente su soberbia línea de bajo, y eso contribuye a elevar una elegante pieza de pop preciosista que alcanza la gloria en sus partes sincopadas. Muy buen tema.

La primera aparición de la banda completa se produce con la fantástica «Only Mama Knows«, un muy buen rock que recuerda poderosamente al sonido Wings de mediados de los 70 y en el que incluso la voz de McCartney parece rejuvenecer. El sonido Wings también se deja notar en «You Tell Me» en la que nos encontramos a Paul haciendo de Paul: acústica en ristre, construye una melodía impecable, la arregla maravillosamente y se marca una preciosa canción muy en su estilo de balada de toda la vida. Una joyita.

Y tras este momento revival, la incalificable y bizarra «Mr. Bellamy» se erige ante nosotros como un pedazo de canción que se convierte en el momento más sorprendente y brillante del disco. Art-pop puro para el goce extremo de quienes busquen experiencias diferentes. Y del vanguardismo pasamos al clasicismo de un R&B de toda la vida como el que nos ofrece «Gratitude«, otra estupenda canción en la que McCartney vuelve a hacerse cargo de toda la instrumentación y en la que, además, su voz luce más que en la mayoría de sus últimos trabajos. Un tema realmente destacable y fácil de disfrutar para cualquier tímpano mínimamente educado en el buen gusto.

«Vintage Clothes» nos devuelve a la línea pop en la que el de Liverpool siempre se ha movido como pez en el agua. Buena melodía para otra porción de pop mccartiano, en esta ocasión aderezada con unos ligeros toques de psicodelia. Una buena canción que, además inicia el medley de cinco canciones que nos llevará hasta el final del disco. «La idea del medley a lo Abbey Road es algo que quería volver a visitar porque nadie lo había hecho en mucho tiempo», declaró el propio McCartney. El medley en sí guarda además cierta coherencia argumental y, si bien no puede considerarse una de esas operetas rock de las que Pete Townshend es amo y señor, sí resulta muy cohesionada. De esta forma la citada «Vintage Clothes» es una vuelta atrás en el tiempo y en el siguiente tema, la sobresaliente «That Was Me«, McCartney recuerda sus «días de escuela y profesores». Musicalmente, «That Was Me» es una joya, un pop-rocker acústico que se va endureciendo conforme avanza (fabulosa la parte del solo) y que adquiere dimensiones de monumento musical en sus versiones en directo.

El tercer tema del medley, «Feet In The Clouds» sigue con la temática escolar/juvenil y resulta mucho más reposada. Tiene unos arreglos muy inteligentes que la hacen muy interesante (brillante el canon de voces), sin ser ninguna súper canción. La cuarta canción es la siniestra  y oscura «House Of Wax«. La intro suena a los primeros Wings pero luego desemboca en un enorme baladón a veces demasiado ampuloso, aunque de indudable y muy destacable valor melódico, en el que McCartney reflexiona sobre la fama. El medley concluyte con la delicada «End Of The End«…, tras cantar sobre sus días de escuela y la fama es el turno de escribir sobre la madurez y el final de los días. De nuevo una balada que no está entre las mejores de McCartney, maestro en estas lides, pero que resulta un más que apropiado final para el medley merced, sobre todo, a sus acertados versos.

Y cuando nos habíamos quedado con el corazón en un puño  «Nod Your Head«, una especie de híbrido entre los White Stripes, los Pixies y el letrista de lascanciones de Barrio Sésamo, turba nuestra paz. Puedes odiarla o amarla, pero estoy convencido que si la hubiera escrito alguna luminaria indie actual se aclamaría su «intenso minimalismo» o alguna mandanga similar. No es de mis favoritas, en cualquier caso.

«Memory Almost Full» es un muy buen álbum. Necesita escuchas, y corre el riesgo de perder en la comparación con el excelso «Chaos And Creation» que le precede en el tiempo, pero resulta fresco, innovador, estimulante y confirma la recuperación de McCartney tras una década de los 80 muy irregular y tras la edición de cinco trabajos -«Flowers In The Dirt» (1989), «Off The Ground» (1993), «Flaming Pie» (1997), «Driving Rain» (2001) y «Chaos And Creation In The Backyard» (2005)- más que notables. Definitivamente el Maestro sigue mandando.


VALORACIÓN GUILLETEK: 8/10

Paul McCartney: «Chaos And Creation In The Backyard» (2005). (9,5/10)

Fine Line (McCartney)
How Kind Of You (McCartney)
Jenny Wren (McCartney)
At The Mercy (McCartney)
Friends To Go (McCartney)
English Tea (McCartney)
Too Much Rain (McCartney)
A Certain Softness (McCartney)
Riding To Vanity Fair (McCartney)
Follow Me (McCartney)
Promise To You Girl (McCartney)
This Never Happened Before (McCartney)
Anyway (McCartney)

I’ve Only Got Two Hands (tema oculto) (McCartney)

Es habitual en la carrera de Paul McCartney que, tras un fracaso comercial o artístico, el Sir conteste a las críticas con un trabajo de alto nivel. «Driving Rain», su anterior álbum, es un disco notable pero fue un sonoro desastre en cuanto a ventas. También es habitual que McCartney, orgulloso de su pasado Beatle, acuda a antiguos colaboradores cuando se trata de reverdecer laureles… Y esto es lo que hizo en el invierno de 2003: tras componer un buen puñado de canciones llamó al inefable George Martin para que se situara tras los mandos de la mesa de mezclas.

No obstante, el genial productor ya no estaba para estos trotes. Sufriendo una severa pérdida de audición, Martin sugirió a Nigel Godrich como posible alternativa. Godrich, con 32 años por aquel entonces, era conocido por su brillantísimo trabajo con Beck, Travis, R.E.M y, sobre todo, con los excelentes Radiohead. «Mi primera reacción fue de terror, no solo porque era una persona muy importante, sino también porque no estaba seguro de si él estaba dispuesto a trabajar con estas sucias manos», comentó el joven productor que había adquirido fama mundial tras firmar el estratosférico «Ok Computer» de Radiohead.

De hecho, la relación inicial no fue fácil: «Nigel me impidió que cantara canciones que a él no le gustaban, criticó abiertamente mi trabajo… lo cual fue muy atrevido por su parte, y me sorprendió mucho…, no fue fácil y hubo momentos de bastante tensión», declaró el propio McCartney. No obstante, esta situación sacó a Paul de su recurrente zona de confort e hizo que se encorajinara en demostrar a ese insolente jovencito de lo que era capaz. Godrich, recuerda al respecto: «Llegó a la tercera sesión con nuevas canciones…¡Joder!, eran cojonudas…, mucho mejores».

Sin embargo el insolente Godrich seguiría empeñado que la ampulosa y veterana estrella no se acomodara y, cuando Paul llegó con su banda dispuesto a grabar perfectamente rodada tras una larga gira mundial y un exitoso y comentado concierto en el festival de Glastonbury,  se encontró con la negativa del productor. «Nigel quiso que yo tocara todo y sacarme de mi zona de confort…, quería que arriesgara…, y lo hice».

Y es que, en mucho sentidos, este disco es una especie de «McCartney III». No sólo porque, como hiciera en «McCartney I» (1970) y «McCartney II» (1980), asuma la responsabilidad de tocar todos los instrumentos, sino porque supone un giro de tuerca en su discografía. De hecho, ya desde un inicio la crítica valoró muy positivamente  su «inusual carácter reflexivo y repleto de sonidos intimista». La nueva dirección tomada por el jovial McCartney hacia ese sonido fue toda una sorpresa, que le valió tres nominaciones a los premios Grammy, incluyendo la de mejor álbum del año.

Desde su edición en septiembre de 2005, las  reseñas de «Chaos and Creation in the Backyard» fueron excelentes y fue un comentario generalizado considerar el álbum como uno de los mejores de su carrera en solitario. Rolling Stone dijo «…Se palpa un nuevo comienzo. Su voz está llena de la sabiduría que dan los años. Las canciones están llenas de convincente emotividad. El disco seduce al oyente con su mundo de invenciones musicales…» y el New York Times gritó «¡Macca ha vuelto!, se pueden oir los ecos de los Beatles. Un disco íntimo y poco convencional», pero, en general, todo fueron críticas positivas: «Su mejor disco en muchos años…»  (Newhouse Newswire), «Una sobresaliente colección de canciones. Este McCartney recuerda al de Magical Mystery Tour, White Album y Abbey Road…» (The Houston Chronicle), «Uno de esos discos que permaneceran en el tiempo…» (Fox News), «Posiblemente su mejor trabajo en solitario…» (Daliy News).  El disco también funcionó bien en listas y debutó en el puesto 6 de la lista americana y consiguió un Top-10 en la británica.

En mi opinión este álbum, junto a «Ram», «Band On The Run», «Tug Of War», «Flowers In The Dirt» y «Flaming Pie», es uno de los imprescindibles de la carrera de Paul McCartney en solitario. Inspirado, melancólico, inteligente, variado , brillante y con un el habitual sentido melódico del Sir, resulta un experiencia sobrecogedora. Un disco maravilloso. Desde su portada, protagonizada por un joven-beatle-Paul practicando con la guitarra en el patio del hogar familiar merced una fotografía tomada por Mike (el menor de los hermanos McCartney) en 1962 , el veterano músico parece decirnos: «el que tuvo retuvo».

Y eso que el primer tema, siendo fantástico, no resulta en absoluto novedoso. «Fine Line» es una de esas típicas y geniales canciones de pop vitalista mccartiano basadas en un marcado toque de piano. Una sobresaliente pieza de pop en la que Macca se encarga de toda la instrumentación a excepción de la programación de cuerdas introducida por Godrich en posproducción. Un tema fantástico que consiguió un número 20 en listas.

La primera sorpresa llega con la oscura y sobresaliente «How Kind Of You«, un espeso tema engrandecido por los loops de piano Godrich. La triste atmósfera añadida a la quebradiza y vulnerable voz de McCartney dotan al tema de una dulce amargura a la que es difícil resistirse. Pero mejor aún resulta la imprescindible «Jenny Wren«, un tema que hubiera ocupado un lugar de honor en el celebérrimo «White Album» de los Beatles, de hecho, el propio McCartney se refirió a ella como «la hermana gemela» de Blackbird. Mucho más triste que el clásico Beatles, estamos ante una de las mejores canciones que Paul escribiera nunca y quizás la culminación de este tan particular estilo suyo de composiciones de fingerpicked-folk. Una tema a la altura de lo mejor de su material. Mención aparte merece el excelente uso del duduk, un extraño instrumento armenio.

«At The Mercy» es sencillamente soberbia. Su aire pesaroso y grisáceo esconde unos tenues y contenidos arreglos que no terminan de explotar hasta el final. Inteligente y escandalosamente buena. Mucho más fresca pero igualmente resaltable es «Friends To Go«, según el propio Paul, George Harrison le inspiró esta delicada canción. Es de nuevo una pieza de pop puro que mejora conforme avanza en minutaje (maravillosos esos coros a lo Beach Boys hacia el final). El estilo en general ciertamente recuerda a Harrison pero también a Dylan. Buen trabajo instrumental de McCartney que consigue sonar realmente como una banda siendo él quien toca todos los instrumentos

Si «Jenny Wren» podría haber figurado en el «White Album», «English Tea» no hubiera desentonado en «Revolver». Británica hasta la médula, se basa en unos violines a lo «For No One» que visten una melodía a medio camino entre los Beatles y los Kinks. Otra canción para la historia… Y van unas cuantas… Insisto, uno de los mejores discos de uno de los mayores genios de todos los tiempos.

Pero, por si fuera poco, «Too Much Rain«, vuelve a poner sobre la mesa la capacidad de Macca para hacer canciones pop maravillosas y, a la par, sencillas. Pop perfecto y atemporal, tocado con un gusto que quita el hipo y con, además, una letra excelente («Ríe cuando tus ojos están quemando/ Sonríe mientras tu corazón está lleno de pena/ Suspira como si te cepillarás el dolor/ Haz un  promesa/ para que no vuelva a sucederte/ No está bien en una vida/ Demasiada lluvia»). Una excelente canción para la que Paul dice haberse inspirado en el tema «Smile» del cómico Charles Chaplin.

«A Certain Softness» supone una nueva sorpresa. Tiene un aire latino, casi de bolero, que la entronca con «And I Lover Her». Preciosa melodía. Extremadamente delicada y cantada , tocada y arreglada a un nivel de otro mundo, supone el dulce contrapunto a la áspera «Riding To Vanity Fair«, su canción «contra» la prensa amarilla («Mordí mi lengua/ Nunca hablé demasiado/ Traté de ser tan fuerte/ Di lo mejor de mí/ Usé mis amables maneras/ Lo hice por mucho tiempo/ Tú me machacaste/ Y yo no puedo responder con una sonrisa/ Y actuar como si nada estuviera mal/ Qué pretendes!»). Oscura y cadenciosa es un tema excelente y una nueva muestra de la versatilidad de McCartney en su ánimo de explorar nuevos ambientes sonoros. De nuevo se nota mucho la mano de Godrich en los arreglos.

«Follow Me» es, quizás, el tema más estándar del disco. Pop inspirado y de impecable factura pero no al excelso nivel de sus compañeras de álbum. . SI bien tiene algunos fragmentos memorables (¡qué grande es ese «in any situation…»!) y el puente es muy bueno.

Y llegamos a la recta final de este excelente disco con otra canción sobresaliente, mi favorita, la colosal «Promise to you Girl«. Enorme monumento al pop que, a pesar de arrancar con aires de Queen (esos coros…), pronto gira hacia a un estilo muy a lo «Wings» de 1975-76. Una barbaridad de canción construida sobre una base de piano y en la que el maduro McCartney saca fuerzas de flaqueza para realizar una soberbia interpretación vocal. Muy buena. El punteo de guitarra está lleno de esa bizarra genialidad que tiene este hombre al tocar las seis cuerdas. Simplemente genial.

No podía faltar la gran balada marca de la casa y «This never happened before» es el título de la canción en esta ocasión. La melodía es absolutamente preciosa y, de alguna forma, me recuerda al mejor Brian Wilson en su estilo. Es una canción maravillosa, está muy bien interpretada y el trabajo de producción de Nigel Godrich, que definó el tema como una canción «tremendamente orgánica» es sobresaliente.

El álbum se cierra con «Anyway» con el que, según el propio Paul, quiso homenajear o a Curtis Mayfield y The Impressions (de hecho, toma prestados algunos elementos de su clásico «People Get Ready») con este tema de marcados aires soul. Muy clásico y sosegado, los arreglos de Godrich le dan un punto de modernidad, si bien no es de lo mejor del disco a pesar de su excelsa línea de bajo. Siempre he pensado que hubiera sido preferible sustituir esta canción por la fantástica y misteriosa «She’s So Beautiful«, incluida como bonus en la edición japonesa del álbum. Una de esas canciones que van directas a la parte más blanda de tus vísceras.

Esto es el fin ¿o no?, apenas unos segundos tras la conclusión de «Anyway» arranca una canción instrumental escondida titulada «I’ve Only Got Two Hands» que es sencillamente prodigiosa y pone fin a un disco excelente de principio a fin. Aún tiene que pasar la prueba del tiempo, pero quizás sea uno de los cinco mejores discos de su carrera en solitario y tiene pinta de convertirse en un clásico con el transcurrir de los años. Si os gusta McCartney os va a encantar, si no, es una maravillosa oportunidad de enmendar vuestro error. Una joya.

VALORACIÓN GUILLETEK: 9,5/10

Paul McCartney: «Driving Rain» (2001) (8/10)

Lonely Road (McCartney)
From A Lover To A Friend (McCartney)
She’s Given Up Talking (McCartney)
Driving Rain (McCartney)
I Do (McCartney)
Tiny Bubble (McCartney)
Magic (McCartney)
Your Way (McCartney)
Spinning On An Axis (McCartney-McCartney)
About You (McCartney)
Heather (McCartney)
Back In The Sunshine Again (McCartney-McCartney)
Your Loving Flame (McCartney)
Riding Into Jaipur (McCartney)
Rinse The Raindrops (McCartney)

Freedom (McCartney)

Es cierto que el Paul McCartney crepuscular no es cool... Su parecido cada vez más acusado con Angela Lansbury (la Sra Fletcher), su imagen de «abuelete molón», su a veces patético postureo o sus videoclips de dibujos animados llenos de ranitas, no juegan en su favor. Pero es de necios o simplemente de sordos no reconocer la enormidad artística de su obra, con y sin los Beatles. Su carrera en solitario contempla varios discos flojos, algunos directamente malos, pero está salpicada de discos fabulosos y de canciones absolutamente sobresalientes que, de haber sido editados por otros artistas menos brillantes pero más «molones,» hubieran sido elevados a los altares, No tengo ninguna duda de que si Neil Young hubiera escrito «From A Lover To A Friend» se consideraría la quintaesencia de la madurez musical, si Clapton se hubiera marcado «Back In The Sunshine Again» se valoraría su autenticidad, o que si Keith Richards se hubiera atrevido con algo parecido a «Rinse The Raindrops» se hubiera elogiado su temeridad pro-rockera… Pero es el siempre sonriente McCartney el que se atreve a estas cosas…, y Paul no mola…

Y es que este disco, frecuentemente olvidado, es un claro ejemplo del «maltrato» al que se ha sometido la carrera en solitario de Paul McCartney. Producido por David Khane (The Strokes, Sugar Ray), «Driving Rain» nos presenta a un McCartney aún tocado por la muerte de su esposa Linda y, a la vez, ilusionado por su nueva relación con Heather Mills. Esta situación deriva en un disco lleno de claroscuros, si bien es el ambiente triste y taciturno el que gobierna el disco.

Grabado en apenas dos semanas, es un notable disco que, a pesar de obtener críticas favorables en la mayoría de medios (4/5 en Rolling Stone), fue un rotundo fracaso comercial obteniendo un puesto 26 en Estados Unidos y un terrible 46 en su país natal, siendo este el disco de Paul que peores resultados consiguió en el Reino Unido. La falta de un single que tirara de las ventas y el ambiente tristón del álbum supuso un bajo resultado en ventas injusto a todas luces puesto que, lejos de ser uno de los peores trabajos de McCartney, se encuentra entre los más destacables.

El álbum arranca con «Lonely Road«, un meritorio blues-rock de amarga melodía que deja claro desde el primer momento que los luminosos sonidos de «Flaming Pie» quedaron atrás. Una canción estupenda que, sin embargo, queda ensombrecida por la enormidad de la excelente «From A Lover To A Friend«, sencillamente una de las mejores canciones de lo que llevamos de siglo. Todo en ella es genial: una melodía de otro mundo,su acertada y parca producción, una línea de bajo estratosférica, la afectada voz de Paul, su excelente letra en la que McCartney pide permiso a su difunta esposa para rehacer su vida…, un clásico. Una canción que, insisto, de haber escrito otro «dinosaurio del rock» tendríamos hasta en la sopa. Sublime.

«She’s Given Up Talking» introduce a Paul McCartney en nuevas sonoridades minuciosamente tejidas por David Khane. Se trata de un tema de aires folkies que Paul escribió tras conocer a una niña con mutismo selectivo (un trastorno de origen emocional que consiste en que los afectados, en determinados contextos o circunstancias, no pronuncian ni una sola palabra) y que se tiñe de modernidad merced a unos acertados efectos de estudio. Mucho más clásica, aunque también mucho menos estimulante es la anodina «Driving Rain«, una de las canciones más prescindibles del álbum.

El maravilloso baladista que siempre fue McCartney se deja ver en la romántica «I Do«, una estupenda canción al igual que «Tiny Bubble» un moderno ejercicio de pop con un marcado tono bailable que recuerda poderosamente los sonidos de Wings. Menos agraciada es «Magic» que, a pesar de su emotiva letra (acerca del día en el que Paul y la fallecida Linda se conocieron), resulta bastante plana en lo musical.

Con «Your Way«, Paul construye una de sus fantásticas canciones folkies basadas en su depurada técnica de finger picking y que tantas joyas ha regalado a la historia del rock. Genial porción de clasicismo antes de llegar a «Spinning On An Axis«, un sorprendente collage sonoro que viaja desde el clásico crooning inicial a sonidos muy pegados a la actualidad. Un curioso y meritorio corte que supone el debut de la pareja de compositores McCartney-McCartney…, Paul y su hijo James.

«About You» nos devuelve al McCartney rockero, al que ya echábamos en falta y que, acompañando de una pequeña banda, suena de fábula. Y es que, en un ejercicio similar al que hizo en las fechas previas a «Flowers In The Dirt», Paul reclutó una banda para que le acompañaran durante las sesiones de grabación y en la posterior gira de promoción. Así, Rusty Anderson (músico de sesión de Elton John, Sinead O’Connor, Santana…) a la guitarra, y el sobresaliente batería Abe Laboriel Jr (Seal, Steve Vai) entraron a formar parte de la McCartney Crew y permitieron a McCartney centrarse en el bajo y se nota… Muchas  de las mejores líneas de bajo del McCartney maduro están en este disco.

«Heather» es otro de los momentazos del álbum. Un temazo, en su mayoría instrumental, que recuerda poderosamente el sonido de los Beatles del 68. De hecho, según cuenta el propio McCartney, «estaba tonteando al piano cuando surgió la melodía de esta canción… Heather, que desconoce el material de los Beatles, me preguntó «¿qué canción de los Beatles es esa?»… Yo le dije que era una nueva…, y entonces ella, emocionada, me animó a grabarla. Es por lo que decidí decicarle la canción». Es un tema excelente y que se hace corto, no hubieran estado de más unas cuantas estrofas cantadas adicionales.

La dupla McCartney-McCartney vuelve a la carga con la fantástica «Back In The Sunshine Again«, un pesaroso e inspirado blues al que no le sobra ni le falta nada y sirve de contrapunto a la romanticona «Your Loving Flame«, una gran balada que Paul dedica a Heather Mills, su nueva pareja. Buena canción, con el punto justo de azúcar.

La recta final se inicia con «Riding Into Jaipur«, una notable canción que Paul compuso tras el segundo viaje que hizo a la India tras el que hiciera acompañado de John, George y Ringo en aquel lejano 1968. No hubiera extrañado oírla en un disco de George Harrison, es fantástica en cualquier caso. El gran final llega en forma de 10 minutos de desparrame rockero con la genial «Rinse The Raindrops«, para la que Paul cantó la misma estrofa en una cincuentena de diferentes estilos de los que Khane extrajo los que conforman la edición final. Una gozada de principio a fin que como ocurría con «From A Lover To A Friend», hubiera recibido todo tipo de elogios de haber sido escrito por alguna otra luminaria del  rock de los 60… Poco antes de la edición del álbum, se produjo el atentado de las torres gemelas de NY. Paul compuso un tema conmemorativo que interpretó en The Concert for New York que él mismo organizó y en el que participaron varias estrellas. El tema es la vulgar y absolutamente prescindible «Freedom» que también acabó incluyéndose en el álbum, si bien como tema oculto, puesto que las carátulas ya habían sido impresas.

Un muy buen álbum escrito e interpretado por un adorable y nada molón casi-sesentón McCartney al que recurrentemente se le niega un mayor reconocimento. Me gustaría oír más álbumes actuales de músicos (jóvenes y viejos) con temas como «Lonely Road», «From A Lover To A Friend», «I Do», «About You», «Heather», «Your Loving Flame», «Back In The Sunshine Again» o «Rinse The Raindrops».

VALORACIÓN GUILLETEK’S: 8/10

Paul McCartney: «Flaming Pie» (9/10)

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The Song We Were Singing (McCartney)
The World Tonight (McCartney)
If You Wanna (McCartney)
Somedays (McCartney)
Young Boy (McCartney)
Calico Skies (McCartney)
Flaming Pie (McCartney)
Heaven On A Sunday (McCartney)
Used To Be Bad (Miller-McCartney)
Souvenir (McCartney)
Little Willow (McCartney)
Really Love You (McCartney-Starkey)
Beautiful Night (McCartney)
Great Day (McCartney)

«Cuando terminé Anthology sentí la necesidad de hacer música nueva (…) viendo Anthology me acordé de lo bien que lo pasábamos los Beatles grabando, y eso asentó las bases de lo que sería Flaming Pie. Anthology me recordó los patrones de The Beatles y los valores que alcanzamos con las canciones. Así que de algún modo me sirvió como curso que ahora se ve reflejado en este álbum». Y es que Paul pasó unos cuatro años, desde 1992 a 1996, trabajando en el proyecto Anthology de los Beatles, un proyecto largamente madurado (es una idea de 1971) que consitía en los Beatles contaran su historia a través de una serie de documentales. Neil Aspinall -otrora road manager, asistente personal de los Beatles y director de Apple Corps-, pensó que sería una buena idea recopilar toda la información posible de los archivos del grupo (tanto en EMI como en Apple)  para realizar un documental sobre la historia del mismo. Las malas relaciones entre Paul y el resto del grupo a principios de  los 70 y la muerte de John en 1980 truncaron el proyecto, pero desde principios de los 90 Neil lo había recuperado. La idea no era otra que los miembros vivos del grupo, apoyados por horas de entrevistas a John (autorizadas por Yoko), contaran su historia a través de una serie de documentales. Dichas entrevistas se completarían con el vasto material videográfico y sonoro que Aspinall había recopilado a lo largo de todos estos años.

El caso es que Paul, inspirado por los recuerdos, comenzó a componer y en febrero de 1995 decide volver al estudio para grabar parte del material que habíaImagencompuesto mientras trabajaba en Anthology. Tenía claro que quería que las canciones fueran sencillas y directas («me sorprendió, mientras trabajábamos en Anthology, darme cuenta de los sencillas y a la vez perfectas que eran muchas de aquellas primeras canciones de los Beatles»), pero Paul no quiso afrontar esta vuelta al estudio en solitario y pidió a su amigo Steve Miller (líder de la fabulosa Steve Miller Band) que le acompañara. Ambos músicos, que ya habían colaborado en la canción de Miller «My Dark Hour» en 1969 y en la que Paul toca todos los instrumentos, grabaron hasta siete canciones, algunas como «Country Girl» o «Soul Boy», aún hoy inéditas.

La idea original de Paul era autoproducir su nuevo disco, pero tras trabajar con el Jeff Lynne (líder de la ELO) en los dos nuevos temas Beatle que se estrenaron con los Anthology -«Free As A Bird» y «Real Love«-, decidió poner su trabajo en manos de Lynne y juntos trabajaron en las canciones que Paul había grabado con Miller y nuevo material de McCartney. Las sesiones transcurrieron a buen ritmo hasta diciembre de 1995, fecha en la que a Linda se le diagnostica un cáncer, provocando un lógico cese en el trabajo de estudio.

El golpe para los McCartney, compañeros inseparables durante casi treinta años, fue durísimo pero ambos convinieron que lo mejor para la recuperación de Linda y para el estado mental de su marido es que éste volviera al trabajo. De esta forma, las sesiones se retomaron en febrero de 1996. Quién sabe si necesitado de la ayuda de sus amigos, Paul pidió a Ringo que participara en las grabaciones y el fiel baterista se incorporó al trabajo en mayo.

Las últimas sesiones de trabajo datan de febrero de 1997 con George Martin dirigiendo un arreglo orquestal. El disco se mezcló en marzo de 1997 y en mayo estaba en las tiendas, recibiendo las mejores críticas de un disco de McCartney desde el fabuloso «Tug Of War» de 1982 y una excelente respuesta del público, que respondió aupando el álbum hasta el puesto número 2 tanto en Estados Unidos como el Reino Unido. Y es que estamos ante un disco fantástico, de principio a fin. «Flaming Pie» es el álbum más beatlemaniaco de Paul McCartney en su etapa en solitario. Se puede decir que Macca rinde aquí tributo a su pasado sin rubores ni pretensiones. Desde el mismo título (John dijo que inventó el nombre de «Beatles» cuando un hombrecillo saliendo de un pastel en llamas -Flaming pie- les dijo: «os llamareis Beetles pero con «a»…), a la sonoridad del álbum, Paul recoge el testigo de su propio pasado y concluye un álbum fabuloso. No creo que sea su mejor disco, como muchos afirman, y estoy convencido de que se benefició de la renovada popularidad Beatle que supuso el estreno de los Anthology, pero sí es un muy buen trabajo que incluso mereció una nominación para el Álbum del Año en los Grammy de 1998, que ganó Bob Dylan por su álbum Time Out of Mind.

El disco arranca con la evocadora «The Song We Were Singing«, una fantástica canción con una gran interpretación vocal en la que Paul toca gran parte de los instrumentos y recuerda sus tiempos mozos. «Estaba una noche recordando los años sesenta, ya sabes, estábamos allí fumando cigarros, bebiendo vino… hablando acerca de la solución cósmica. Eso era lo que todos hacíamos… pero ¡Qué demonios! Es el periodo de tiempo en tu vida en el que tienes la oportunidad de todo eso». El sonido íntimo y sosegado del tema inicial será la tónica general de un álbum tendente a la introspección y al sonido acústico y en el que hay pocas concesiones al rock. Si acaso la más contundente de dichas concesiones sea la estupenda «The World Tonight«, un sobresaliente rock en el que, como ocurre en la mayoría del disco, Paul (voz principal, coros, batería, bajo, guitarra eléctrica, guitarra acústica,  piano y percusión) y Jeff Lynne (coros, guitarra eléctrica, guitarra acústica y teclados) son los únicos interpretes.

El excelente tono inicial del disco se corta con «If You Wanna«, un corte normalito de esos que a McCartney se le caen de los bolsillos sin apenas esfuerzo y posiblemente uno de los puntos más bajo del álbum…, lo mejor del tema, la guitarra de Steve Miller y la producción tompettyniana de Lynne. No obstante, Paul recupera nuevamente el pulso con  «Somedays«, una soberbia balada «a lo beatle» con un arreglo escrito por el inefable George Martin. «Durante las sesiones de Anthology le pregunté a George Martin si podía escuchar Somedays ya que me gustaría que escribiera un arreglo con orquesta. Estaba nervioso viendo cómo reaccionaba al escucharla. pero cuando acabó me miró y me dijo «Veo que no pierdes tu toque»…, fue genial». Un tema para el recuerdo. Sobresaliente. A la altura (o muy cerca) de sus mejores canciones con y sin los Beatles.

Con «Young Boy» llegamos al que fuera primer single del álbum. Steve Miller de nuevo está a la guitarra y Paul toca todo lo demás. Es una excelente lección de pop sencillo y directo que  Paul escribió en la cocina mientras Linda cocinaba el almuerzo. No tuvo un éxito rutilante como single (número 16), pero vuelve a dejar claro quien es el maestro absoluto en esto del pop. Fantástica guitarra de Miller, por cierto.

Los Beatles del White Album es su vertiente mccartiana resucitan con la estratosférica «Caliko Skies«, con George Martin tras la mesa de mezclas. Esta genial canción se grabó en 1992 y resulta simplemente perfecta en su composición y ejecución. Otra canción para la historia que muestra al fin a un McCartney liberado de complejos y que no tiene reparos en volver a los sonidos que él mismo creo antaño. Esa es la línea que también sigue «Flaming Pie«, otra beatlelada en forma de boggie basado en una fantástica línea de piano y una genial melodía. Una vez más Paul y Jeff Lyne se bastan y se sobran para tocar y cantar todo. Otro temazo, y ya llevamos unos cuantos en el disco.

…Y Paul sigue manteniendo el nivel con la tierna «Heaven On A Sunday«, una bonita balada en la que Paul comparte el solo de la canción con su hijo James. El hijo de Paul se encarga de la guitarra eléctrica con destreza mientras Macca se dedica a la acústica. Es un tema tranquilo y relajado con una preciosa melodía de aires perezosos… Todo lo contrario que ocurre con «Use To Be Bad«, un sencillo blues compuesto, más Steve Miller que por Paul, siguiendo los cánones de la vieja escuela y que poco o nada aporta al género, la verdad.

Mucho más estimulante resulta «Souvenir«, puro R&B. Una fantástica canción que no tiene desperdicio para la que se inspiró en los sonidos de Wilson Picket y en la que Paul toca y canta absolutamente todo lo que suena en el tema. Enorme. Tras esta maravillosa concesión al soul, McCartney retoma las sonoridades Beatle con «Little Willow«, una sobrecogedora canción  que dedicó a Maureen, la que fuera esposa de Ringo y fallecida en 1995. Sencillamente preciosa. La paz en la que nos sumerge «Little Willow» se ve interrumpida por la línea de bajo de «Really Love You«, un nuevo blues-rock escrito con el bueno de Ringo -el primer «McCartney-Starkey» de la historia- y que sin ser ninguna maravilla, es bastante disfrutable.

Y entonces llegamos a «Beautiful Night«, el tema fundamental del disco. Una maravillosa canción que data de 1987 y que McCartney recuperó poniéndola en manos de George Martin para que escribiera un arreglo orquestal. Genial. La parte final con Ringo haciendo coros y todos esos metales pone los pelos de punta. Absolutamente sobresaliente. El disco concluye con «Great Day«, un bonito tema acústico compuesto por Paul en 1970 que recuerda a las sonoridades de «Ram» y que supone un cierre perfecto para un álbum maravilloso.

En definitiva una joya auténtica que se editó en mayo del 97 y que, en mi opinión, no ha sido todo lo elogiado que debiera… Vale fue nº2 en USA e Inglaterra (tapado en ambos países por el debut de las Spice Girls, por cierto), pero es que estamos ante un disco histórico y uno de los mejores del mejor creador de melodías de todos los tiempos. Supongo que sera uno de esos álbums que mitificaremos cuando el bueno de Paul esté criando malvas.

VALORACIÓN GUILLETEK’S: 9/10

Paul McCartney: «Off The Ground» (1993). (7,5/10)

Off The Ground (McCartney)
Looking For Changes (McCartney)
Hope Of Deliverance (McCartney)
Mistress And Maid (McCartney-MacManus)
I Owe It All To You (McCartney)
Biker Like An Icon (McCartney)
Peace In The Neighbourhood (McCartney)
Golden Earth Girl (McCartney)
The Lovers That Never Were (McCartney-MacManus)
Get Out Of My Way (McCartney)
Winedark Open Sea (McCartney)
C’Mon People (McCartney)

Cosmically Conscious (tema oculto)

Tras editar «Tripping The Life Fantastic», un prodigioso triple disco en directo que recogía su gira de 1989-1990,  «Unplugged», un LP acústico para un programa de MTV, y «Liverpool Oratorio», su soprendente incursión en la música clásica, este «Off The Ground» supone el primer disco de McCartney en la década de los 90 y tiene la difícil misión de suceder al sobresaliente «Flowers in the Dirt», con el que guarda varias similitudes.

La primera similitud entre ambos LP’s es que Paul repite banda de acompañamiento, a excepción del batería Chris Whitten que se enroló en los nuevos Dire Straits y fue sustituido por Blair Cunningham. De esta forma Robbie McIntosh, Hamish Stuart y Paul «Wix» Wickens, acompañaron a Paul y Linda McCartney en una grabación dirigida por el productor Julian Mendelsohn (Pet Shop Boys, Level 42, Elton John) y cuyas primeras sesiones tuvieron lugar en noviembre de 1991. La segunda coincidencia con «Flowers In The Dirt» es la aparición de Elvis Costello como co-compositor de un par de canciones.

No obstante, la idea de Paul era hacer un disco menos sofisticado y más directo que «Flowers»: «Le dije a Julian, mi productor, que mis más satisfactorias grabaciones fueron con los Beatles. En esa época grabábamos de 10:30 de la mañana a las 13:30, entonces nos íbamos a comer y volvíamos de 14:30 hasta las 17h. Era como una jornada de trabajo. Y quería hacer lo mismo con este disco, y así lo hicimos. Para eso hace falta conocer bien las canciones… Algunas de las canciones que escucháis en el resultado final están grabadas en una toma». 

Las sesiones transcurrieron a buen ritmo y el grupo terminó 22 canciones, pero apenas una docena de ellas acabaron incluyéndose en el LP final. «Peace In The Neighbourhood» , «Biker Like An Icon», «Off The Ground», «Looking For Changes», «Hope Of Deliverance», «Mistress And Maid», «I Owe It All To You», «Golden Earth Girl», «The Lovers That Never Were», «Get Out Of My Way», «Winedark Open Sea», «C’mon People», «Long Leather Coat», «Big Boys Bickering», «Kicked Around No More», «I Can’t Imagine», «Keep Coming Back To Love», «Down To The River», «Style, Style», «Sweet Sweet Memories», «Soggy Noodle» y «Cosmically Conscious»… Y este,  la selección de canciones, es uno de los fallos de un LP sólido, pero no sobresaliente: muchas de las canciones descartadas para el LP (que fueron utilizadas como caras B de singles) son mucho mejores que algunas de las editadas como parte del álbum final. Y es que «Long Leather Coat«, la anti-política «Big Boys Bickering«, la encantadora pieza acústica «Down To The River» y sobre todo las excelentes «I Can’t Imagine«, «Style, Style» y «Sweet Sweet Memories» son mucho (pero mucho) mejores que «Looking For Changes», «Peace In The Neighbourhood» y algún otro tema que acabó en la selección final del disco.

El caso es que el LP arranca con la alegre «Off The Ground«. Un correcto tema pop en el Paul juguetea con la electrónica. «Wix me preguntó si quería probar con una grabación computerizada como alternativa a todo ese material en vivo que estábamos produciendo. Le dije a todos que se tomaran un día libre y experimenté con una cancioncilla folk llamada Off The Ground». Es un tema agradable y pegadizo no exento de calidad al que no termina de favorecer el exceso de azúcar en su estribillo. Buen arranque.

«Looking For Changes«, con letra contra el maltrato animal incluida, no es ni mucho menos una mala canción (McCartney hace pocas de esas, la verdad sea dicha) pero es un rock bastante simplón y, a pesar de sus méritos, es uno de los temas que debería haber alternado su puesto con algunos de los descartes anteriormente mencionados. Mucho mejor resulta  «Hope Of Deliverance«, un tema simplemente redondo y el single más recordado del disco a pesar de tener sólo un relativo éxito en Reino Unido (nº18) y fracasar estrepitosamente en Estados Unidos (83). Muy clásica, muy Buddy Holly y muy buena.

Mejor, si cabe, resulta «Mistress & Maid«, otro fruto de la colaboración entre Macca y Costello y uno de los temas más beatle de la carrera en solitario de Paul. Con ecos del glorioso 1967, Paul y Elvis nos regalan una circense e inspirada melodía con una comprometida letra de tintes feministas. Una estupenda canción que eleva y mucho el nivel del LP.

Notable es también la dulce «I Owe It All To You«, merced a un efectivo arpegio y a un pegadizo estribillo que hace que la canción resulte muy agradable y sirva para coger fuerza para una nueva incursión en el rock con «Biker Like An Icon«, un sencillo corte roquero en el que los juegos de palabras destacan más que la melodía en sí pero que en conjunto resulta una buena canción, todo lo contrario que le ocurre a «Peace In The Neighbourhood«, un elegante pero soporífero tema que  la prodigiosa «Golden Earth Girl«, verdaderamente sobresaliente, compensa con creces. Una de las canciones más inspiradas del McCartney crepuscular y que rara vez aparece destacada. Evocadora y con una melodía intachable es otro de los puntos álgidos de un álbum que alcanza su cénit con la espectacular «The Lovers That Never Were«, la última joyita de la factoría McCartney-Costello.

Los clásicos compases rock de la olvidable «Get Out Of My Way«, un muy sencillo rock que no aporta demasiado (aunque tampoco molesta. a decir verdad), nos introducen en la parte final que arranca con la onírica «Winedark Open Sea«, una mágica canción con algunas partes sencillamente memorables. El gran final llega con la pomposa, «C’Mon People«, una ampulosa balada que aunque queda lejos de ser una mala canción (más bien es todo lo contrario), parece un futil intento de construir un nuevo «Hey Jude»…, lo mejor: el arreglo de cuerda de George Martin. No obstante, cuando parece que todo ha acabado, Paul rescata del baúl de canciones que se trajo en 1968 de la India,  «Cosmically Conscious«, un tema de absoluto sabor Beatle que ni siquiera aparece en los créditos y que es un estupendo fin de fiesta.

«Off The Ground» salió al mercado en Febrero de 1993  alcanzando un puesto número 5 en Inglaterra y obteniendo un notable éxito a nivel europeo y, algo menos, en el americano (número 17). La critica en general acogió bien un disco que no mantiene el excelso nivel de «Flowers In The Dirt» pero que tiene canciones estupendas como «Hope Of Deliverance», «Mistress And Maid», «I Owe It All To You», «Golden Earth Girl», «The Lovers That Never Were» o «Winedark Open Sea» y que podría haber sido mucho mejor de haberse incluido «I Can’t Imagine«, «Style, Style» o «Sweet Sweet Memories» que se utilizaron como caras B cuando tenían nivel de sobras para ser parte de álbum. Merece un notable en cualquier caso.

VALORACIÓN GUILLETEK: 7,5/10

PAUL McCARTNEY. «McCartney» (1970) (6,5 / 10)

The Lovely Linda
That Would Be Something
Valentine Day
Every Night
Hot As Sun/Glasses
Junk
Man We Was Lonely
Oo You
Momma Miss America
Teddy Boy
Singalong Junk
Maybe I’m Amazed
Kreen-Akrore

Producido por Paul McCartney

En medio de su conflicto con el resto de los Beatles, McCartney, poco después de la edición de Abbey Road, decidió emprender la aventura de grabar un álbum en solitario siguiendo la tónica inaugurada por John Lennon y George Harrison. Paul había decidido crear un álbum nuevo en el que él tocaría todos los instrumentos y con una producción absolutamente austera. Las grabaciones se desarrollaron en una sencillo cuatro pistas (de marca Studer) entre finales de 1969 y marzo de 1970 en casa de Paul, los Morgan Studios y  los estudios de Abbey Road (para lo que Paul tuvo que utilizar el seudónimo de «Billy Martin» para no levantar sospechas).

La edición del LP llevó consigo una amarga polémica ya que supuso un conflicto de intereses entre McCartney  y la estrategia comercial del nuevo manager de los Beatles, Allen Klein, y que terminó, el 10 de abril de 1970, con Paul McCartney anunciando a la prensa que deja la banda alegando “diferencias personales, comerciales y musicales”. Finalmente “McCartney”, el primer disco en solitario de Paul, se editó el 20 de abril de 1970.

El disco se abre con la inocente «The Lovely Linda«, una sencillísima y encantadora canción campestre de 40 segundos con guitarra, bajo, voz y percusión manual que da paso a la interesante «That Would Be Something«, un buen country rock que recibió los elogios del propio George Harrison y que hace pensar que Paul está calentando motores para ofrecernos algo realmente grande… Sin embargo, lo que recibimos es  «Valentine Day» que, sin ser terrible, es un instrumental bastante mediocre que apenas el buen hacer de McCartney a la guitarra consigue salvar.

El primer momento en el que reconocemos al verdadero Paul McCartney es con «Every Night«, un bonito medio tiempo pop que, aunque alejado de sus mejores obras, sí permite reconocer al gran autor de canciones que llevaba ocho años asombrando al mundo. Ahora sí, nos relajamos seguros de que es un disco de un ex-beatle, seguro que ahora viene lo mejor… Pero nos encontramos con «Hot As Sun/Glasses«, otro instrumental absolutamente anodino, mucho mejor que «Valentine Day» pero demasiado ligero e  impropio del Paul McCartney que apenas 10 días antes era un beatle. Todo lo contrario que le ocurre a la maravillosa «Junk«, un descarte del Álbum Blanco que supone, hasta el momento lo mejor del LP.

De momento, tenemos una cal y una de arena, así que después de la fantástica «Junk» toca bajón, y así es. «Man We Was Lonely» tiene uno de los peores estribillos que McCartney escribiera nunca y apenas las acertadas estrofas consiguen salvarla del desastre total. Mala forma de acabar una Cara «A» ciertamente decepcionante que sólo contiene una gran canción («Junk») acompañada de un par de temas notables («That Would Be Something» y «Every Night«).

Cuando ya estamos a punto de rendirnos, Paul nos sorprende con la vibrante «Oo You«. ¡Esto sí! Excelente rock riffero de Paul que nos devuelve una confianza que el instrumental «Momma Miss America« consigue mantener, merced a una excelente línea de bajo y a una buena guitarra solista. «Teddy Boy» es un nuevo descarte beatle y, tras oírla, no es difícil entender porque su monótona melodía no pasó el estricto filtro de los de Liverpool. Eso sí, la línea de bajo es magistral. «Singalong Junk«, la siguiente canción, es una revisión instrumental de «Junk» si bien mucho más arreglada y con un acabado exquisito.

Hasta aquí el disco tiene más sombras que luces, ninguna canción es mala , todo sea dicho, pero estamos hablando de Paul McCartney, el escritor de «Yesterday», «Hey Jude» o «Eleanor Rigby» y el autor principal de «Sgt. Pepper’s» o «Abbey Road»… ¿se le había acabado el talento? Pero entonces suenan unos acordes de piano cuyo volumen se va elevando lentamente… «Maybe I’m Amazed«. Absolutamente brillante de principio a fin y una de las mejores canciones de la historia de la música. Para mí, sin duda, la balada rock definitiva. Todo en ella es perfecto: Paul canta como nunca, la ejecución instrumental es soberbia (la solista es de estudio), la melodía es sencillamente inmejorable y, por si fuera poco, la letra -a menudo el punto flojo de Paul- raya también a gran altura Sencillamente impresionante. El disco acaba con «Kreen-Akrore«, un extraño y rítmico instrumental con un gran solo de guitarra al final, pero da igual… No puedes quitarte «Maybe I’m Amazed» de la cabeza.

El LP, a pesar de su excesivo sonido casero y su total ausencia de producción llegó al número 1 en Estados Unidos y al 2 en Inglaterra (frenado por el fabuloso “Bridge Over Troubled Waters” de Simon and Garfunkel”). A pesar de su éxito la prensa especializada lo calificó como “muy casero e integrado por canciones a medio escribir”. La reacción del resto de Beatles fue dispar, mientras George afirmaba que “«Maybe I’m Amazed» y «That Would Be Something» son geniales”, John criticaba su falta de calidad sobre todo sabiendo lo perfeccionista que siempre había sido Paul.

Hay varias formas de juzgar este «McCartney». Si no tenemos en cuenta quien es su autor, sería un disco bastante decente, pero sabiéndolo, hay que ser más exigente en la crítica. Sin «Maybe I’m Amazed» tendría un aprobado raspado pero, repito, creo que es una de las mejores canciones de todos los tiempos y eso ha de hacer subir necesariamente su calificación.

VALORACIÓN GUILLETEK: 6,5 / 10

THE BEATLES. Capítulo 15 (1969-1970). El amargo final, «Let it Be»

John y Yoko seguían haciendo de las suyas y, en noviembre de 1969, editan «The Wedding Album«, otra basura disfrazada de obra experimental. Incluye únicamente dos temas, uno en cada cara de la edición original de vinilo: «John & Yoko», en la primera cara, es una grabación de John y Yoko llamándose entre sí con distintos rangos vocales; «Amsterdam», en la segunda cara, está compuesto de entrevistas, conversaciones y sonidos registrados durante la conocida encamada por la paz de la pareja.

Pero, con John entretenido con sus experimentos y Paul retirado en su granja, nadie se había ocupado de dar la puntilla y finiquitar a los Beatles, así que la banda seguía oficialmente en activo. De hecho, en diciembre de 1969 se edita, en el álbum benéfico «No One’s Gonna Change My World» editado por la World Wildlife Fun (WWF), una canción inédita hasta el momento, la espléndida «Across The Universe» (enlace). La canción fue originalmente grabada en 1968 durante las sesiones del «Álbum Blanco» pero no fue terminada. Para esta versión se aceleró el tempo y se incluyeron unas voces en falsete en el estribillo intrepretadas por dos fans que se encontraban a las puertas del estudio y a las que Paul invitó a participar en la grabación. Luego se incluyeron efectos de aves volando y sonidos de animales salvajes.

Por otro lado, ajeno a todo,  Glyn Johns seguía trabajando en el proyecto «Get Back». Las instrucciones que le había dado desde Apple es que las canciones deberían coincidir con las incluidos en la aún inédita película. Así que desde mediados de diciembre a principios de enero de 1970, Johns preparó nuevas mezclas en las que omitió «Teddy Boy» (enlace)  (porque no aparecía en la película y porque Paul había decidido grabar esta canción en el que iba a ser su próximo y primer álbum en solitario) y agregó «Across the Universe». Cuando las cintas fueron presentadas al grupo, decidieron rechazarlas. Los días 3 y 4 de enero George y Ringo se reunieron en los estudios de Abbey Road para intentar mejorar algunas pistas junto a Paul que volvió momentáneamente de su retiro escocés, John estaba en Dinamarca de vacaciones.

Mientras, John, hiperactivo, edita un nuevo single y esta vez, al fin, sí es un tema propio de su enorme talento. John escribió «Instant Karma» (enlace) y ese mismo día la grabó junto a Billy Preston (teclados), Klaus Voormann  (bajo y  piano eléctrico), Alan White (batería), George Harrison (guitarra eléctrica) , y Yoko Ono y Mal Evans (coros). Buena canción de John que alcanzó el número 3 en lista y que fue producida por el archiconocido productor Phil Spector.

John disfrutó de la experiencia con Spector y decidió que sería buena idea dejarle las cintas de «Get Back » para que trabajara con ellas. Y así lo hizo, dejando fuera tanto a Glyn Johns como a su productor de toda la vida, George Martin.

En febrero de 1970, y ante la ausencia de lanzamientos, EMI lanza un recopilatorio titulado «Hey Jude» y en cuya selección de canciones nigún Beatle se molestó en participar. Es una selección francamente extraña («Can’t Buy Me Love”, «I Should Have Known Better”, «Paperback Writer”, «Rain”, «Lady Madonna”, «Revolution”, «Hey Jude”, «Old Brown Shoe”, «Don’t Let Me Down” y «The Ballad of John and Yoko”) y lo más recordado del disco es que la foto de la portada pertenece a la última sesión de fotos del grupo, la última vez que John, Paul, George y Ringo fueron fotografiados juntos… Hecho que no volvería a producirse, jamás.

A principios de marzo, el día 6, EMI edita el nuevo single del grupo, «Let It Be» (enlace) como adelanto promocional del disco y la película del mismo título -el proyecto «Get Back» había cambiado su nombre por el de «Let It Be»- que deberían aparecer en abril  y mayo respectivamente. La canción, una de las obras maestras de McCartney, es un clásico de todos los tiempos tienen como fuente de inspiración a la madre de Paul, fallecida cuando éste tenía 14 años. Transmisora de una paz casi mística, es una balada de marcado aire soul que consigue el equilibrio perfecto entre emoción y sentimiento a través de una magnifica interpretación vocal de McCartney. Una JOYA con mayúsculas que, como no podía ser de otra forma se convirtió en un número 1 planetario. La cara B del single fue ocupada por la festiva «You Know My Name (Look Up the Number)» (enlace), canción que proviene de los felices tiempos posteriores a Sgt. Peppers. John explica que «era un fragmento musical inacabado que convertí en comedia con Paul. Le estaba esperando en su casa y vi que tenía el listín de teléfonos sobre el piano, con las palabras, ‘You know the name, look up the number’ (Ya sabes el nombre, busca el número). Era como un logo, y no hice más que cambiarlo. Iba a ser una de esas canciones a lo Four Tops… los acordes lo dicen todo… pero nunca la terminamos, así que nos la tomamos en broma». La canción tuvo varios añadidos durante los años siguientes, incluido el saxo a cargo del Rolling Stone Brian Jones, hasta que fue recuperada para la cara B de «Let It Be». El single alcanzó el  nº 3 en Inglaterra y en Estados Unidos permaneción en el nº 1 durante dos semanas manteniéndose en total trece semanas en listas.

Para promocionar el single «Let It Be», Apple distribuyó para algunas cadenas de televisión un clip de 16 milímetros en color mostrando una de las nueve tomas de la canción grabada y filmada el 31 de enero, pero con imágenes diferentes a las de la película y entre las que se incluían algunas secuencias correspondientes a las interpretaciones de «Two Of Us» y «The Long And Winding Road».

En pleno éxito del single, Paul vuelve a Londres con su disco en solitario bajo el brazo. Su intención es editarlo el 10 de abril a través de Apple, sin embargo recibe la negativa de Allen Klein alegando que abril es la fecha elegida para la edición del LP «Let It Be» y no querían que compitieran comercialmente. Paul alegó que George y John habían editado sus primeros discos en solitario («Wonderwall» y «Two Virgins») a la vez que el»Album Blanco» y que eso no había sido un problema. Klein no sólo se negó sino que además le indicó a McCartney que tampoco podría editar su disco después de «Let It Be» ya que Ringo también había grabado un disco y había pedido su turno antes…, Paul tendría que esperar.

Fue precisamente Ringo quien intento mediar en el conflicto. Una noche fue a casa de Paul para intentar apaciguar los ánimos pero McCartney lo echó a empujones gritando: «¡¡Queréis joderme!!, ¡me las pagaréis!, ¡os aniquilaré a todos!». A pesar de todo, Ringo habló con el resto y les convenció que deberían ceder ante Paul aunque sólo fuera por amistad y retrasar «Let It Be» a mayo que, además era la fecha de estreno de la película. El propio Ringo adelantó el lanzamiento de su disco, un sencillo álbum de versiones titulado «Sentimental Journey«, para evitar conflictos.

Cerrado el acuerdo, el 1 de abril, los Beatles escucharon por primera vez el LP «Let It Be» tras pasar por las manos de Phil Spector. John quedó encantado, a George le gustó… y Paul entró en cólera tan pronto como escuchó «The Long And Winding Road». Spector le había aplicado su famosa técnica de muro de sonido (enlace), consistente en crear un masa sonora de cuerdas y voces  que dieran un cuerpo grandilocuente a las canciones, y Paul cuando compuso la canción la concibió justo de forma opuesta, como una sencilla balada sin casi instrumentación (enlace).

El caso es que Paul, horrorizado, envió una carta a Allen Klein diciéndole que la instrumentación fuera reducida, la parte de arpa eliminada y  que «nunca volviese a hacer algo parecido de nuevo». Paul estaba alucinado, «nadie me preguntó mi opinión, no podía creerlo», pero Klein contestó que ya era tarde y que los discos ya estaban prensados.  Spector dijo que se vio forzado a hacer esto con «The Long and Winding Road», por la baja calidad con que John Lennon tocó el bajo a lo que McCartney argumentó que hubiera sido tan sencillo como haber grabado una pista adicional tal y como habían hecho con otras canciones del disco los días 3 y 4 de enero de es ese mismo año. Fue la gota que colmó el vaso.  Nueve días después, el 10 de abril de 1970, Paul McCartney anuncia a la prensa que deja el grupo y el Daily Mirror lo lleva a su primera página. McCartney alegaba «diferencias personales, comerciales y musicales».

John montó en cólera, él ya había dejado el grupo…, de hecho, no creía que el grupo existiera…, entonces ¿qué estaba anunciando Paul?, ¿cómo se atrevía?, los Beatles era su grupo y él era quien había decidido abandonarlos. John jamás perdonó a Paul este movimiento y siempre defendió que fue él y no Paul quien dejó el grupo provocando su posterior separación.

Finalmente «McCartney» (enlace a crítica en Guilletek’s), el primer disco en solitario de Paul, se editó el 20 de abril de 1970. A diferencia de los trabajos en solitario que habían editado George y John, de marcado carácter experimental, «McCartney» es un disco propiamente dicho. Paul grabó el LP de forma casera, con un magnetófono de cuatro pistas y tocando todos los instrumentos que aparecen el álbum.  Es un disco notable por la inclusión de grandes canciones como la maravillosa «Junk«, «That Would Be Something«, «Teddy Boy«, «Every  Night» y, sobre todo, por la sobresaliente «Maybe I’m Amazed» (enlace), una de las mejores canciones que un beatle editaría nunca en solitario. El resto son canciones sin demasiado peso, pero el conjunto, a pesar de su excesivo sonido casero y su total ausencia de producción le llevó al número 1 en Estados Unidos y al 2 en Inglaterra (frenado por el fabuloso «Bridge Over Troubled Waters» de Simon and Garfunkel»).

A pesar de su éxito la prensa especializada lo calificó como «muy casero e integrado por canciones a medio escribir». La reacción del resto de Beatles fue dispar, mientras George afirmaba que ««Maybe I’m Amazed» y «That Would Be Something» eson geniales», John criticaba su falta de calidad sobre todo sabiendo lo perfeccionista que siempre había sido Paul.

Paul decidió incluir una auto-entrevista (redactada por él mismo y el colaborados de Apple Peter Brown), en la que según él «intentaba aclarar la situación a los Fans».

– ¿Por qué decidiste hacer un álbum en solitario?
PAUL: «Porque tengo una Studer de 4 pistas en casa, practiqué con ella (tocando todos los instrumentos), me gustaron los resultados y decidí hacer un álbum»
– ¿Estuviste influenciado por las aventuras de John con la Plastic Ono Band y del LP en solitario de Ringo?
PAUL: «En cierta forma, pero no realmente»
– ¿Son todas las canciones de Paul McCartney en solitario?
PAUL: «Sí, señor.»
– ¿Estarán entonces acreditadas: McCartney?
PAUL: «Sería un poco injusto para ellas que estuviesen acreditadas a Lennon/McCartney, entonces lo están a McCartney»
– ¿Disfrutaste trabajando en solitario?
PAUL: «Mucho. Sólo tenía que preguntarme a mí mismo para tomar una decisión, y generalmente estaba de acuerdo conmigo mismo. Recuerda, Linda también está en el asunto, es realmente un acto de dos»
– ¿Eres capaz de describir la textura o el sentimiento del álbum?
PAUL: «Casa, familia, amor»
– ¿Cuánto tiempo te llevó completarlo, desde cuándo hasta cuándo?
PAUL: «Desde antes de las Navidades, hasta ahora. «The Lovely Linda» fue lo primero que grabé en casa y fue, originariamente, para probar el equipo. Eso fue aproximadamente en Navidades»
– ¿Asumiendo que las canciones son nuevas para el público, lo son también para ti? ¿Son recientes?
PAUL: «Una es de 1959, «Hot As Sun». Dos son de India, «Junk» y «Teddy Boy». El resto son bastante recientes. «Valentine Day», «Momma Miss America» y «Oo You» fueron realizadas en el momento»
– ¿Qué instrumentos tocaste en el álbum?
PAUL: «Bajo, batería, guitarra acústica, guitarra solista, piano, órgano, mellotron, xilófono de juguete, arco y flecha» (Estos dos últimos en Kreen-Akrore)
– ¿Por qué tocaste todos los instrumentos?
PAUL: «Creo que soy bastante bueno»
– ¿Estará Linda en todos los álbumes futuros?
PAUL: «Podría ser. Nos gusta cantar juntos y tenemos muchas oportunidades para practicar»
– ¿Se convertirán Paul y Linda en unos John y Yoko?
PAUL: «No, se convertirán en unos Paul y Linda.»
– ¿Estuvisteis influenciados por su trabajo?
PAUL: «No»
– ¿Serán ellos o quién será el que reciba las primeras copias?
PAUL: «La prensa.»
– ¿Echaste de menos a los otros Beatles y a George Martin? ¿Hubo algún momento en el que pensaste: «Me gustaría que estuviese Ringo en este descanso»?
PAUL: «¡No!»
– Asumiendo que este es un álbum de mucho éxito, ¿harás otro?
PAUL: «Incluso si no lo fuera, continuaré haciendo lo que quiera, cuando quiera»
– ¿Estás planeando un nuevo álbum o single con los Beatles?
PAUL: «No.»
– ¿Es este álbum un «descanso» de los Beatles o el inicio de una carrera en solitario?

PAUL: «El tiempo lo dirá. Ser un artista en solitario implica el inicio de una carrera en solitario y no hacerlo con los Beatles implica sólo un descanso. Entonces es las dos cosas, realmente»
– ¿Es tu ruptura con los Beatles, temporal o permanente, debida a diferencias personales o musicales?

PAUL: «Diferencias personales, diferencias económicas, diferencias musicales… pero sobre todo porque lo paso mejor con mi familia. ¿Temporal o permanente? No lo sé.»
– ¿Puedes ver un momento en el que Lennon/ McCartney vuelva a ser una pareja de compositores otra vez?
PAUL: «No.»
– ¿Qué piensas del esfuerzo pacifista de John? ¿Y la Plastic Ono Band? ¿Devolver su MBE (Medalla Del Imperio Británico)? ¿Yoko?
PAUL: «Quiero a John y respeto lo que hace, pero realmente no me hace mucha gracia»
– ¿Fueron algunas de las canciones originalmente escritas pensando en los Beatles?
PAUL: «Las más antiguas sí: «Junk» era para «Abbey Road», pero algo pasó. «Teddy Boy» era para «Get Back», pero algo pasó»
– ¿Te gustó «Abbey Road»? ¿Fue musicalmente restrictivo?
PAUL: «Fue un buen álbum»
– ¿Cuál es tu relación con Klein?
PAUL: «No existe. No estoy en contacto con él, y él no me representa de ningún modo»
– ¿Cuál es tu relación con Apple?
PAUL: «Es la oficina de una compañía que yo poseo a partes iguales con los otros tres Beatles. No voy allí porque no me gustan las oficinas ni los negocios, especialmente cuando estoy de vacaciones»
– ¿Tienes planes para crear una compañía de producción independiente?
PAUL: «Sí, Producciones McCartney» (En el futuro, MPL, McCartney Producciones Limitadas)
– ¿Cuáles son tus planes ahora? ¿Unas vacaciones? ¿Un musical? ¿Una película? ¿Retirarte?
PAUL: «¡Mi único plan es crecer!»

En medio de toda esta marejada, el 8 de mayo de 1970, se edita el que sería el último disco de los Beatles: «Let It Be»

«LET IT BE»

«Two Of Us» (Lennon-McCartney)
«Dig A Pony» (Lennon-McCartney)
«Across The Universe» (Lennon-McCartney)
«I Me Mine» (Harrison)
«Dig It» (Lennon-McCartney-Starkey-Harrison)
«Let It Be» (Lennon-McCartney)
«Maggie Mae» (trad. arr. Lennon-McCartney-Starkey-Harrison )

«I’ve Got A Feeling» (Lennon-McCartney)
«One After 909» (Lennon-McCartney)
«The Long And Winding Road» (Lennon-McCartney)
«For You Blue» (Harrison)
«Get Back» (Lennon-McCartney)

Producido por Phil Spector.

Desde la misma portada, de aspecto fúnebre y con los Beatles en fotografías separadas, el álbum transmite tristeza y melancolía. Obra de John Kosh con fotos de Ethan A. Russell, el austero diseño en negro de la cubierta contrasta con la alegre y evocadora portada (basada en el primer disco del grupo: «Please Please Me») que estaba pensada para el malogrado proyecto «Get Back». «Let It Be» son los restos del proyecto «Get Back», en palabras de George Martin «era una idea brillante, creo que de Paul. La idea original era grabar un álbum con nuevo material, ensayarlo y tocarlo por primera vez en directo y ante el público, en disco y en película. En otras palabras, grabar un álbum en directo con material nuevo, algo que nadie había hecho nunca… «.

Hagamos un poco de memoria. Como comentamos en el capítulo 13 de este blog, la banda trabajó sobre este proyecto desde el 2 al 30 enero de 1969. No querían artificios ni trucos de estudio, el plan era recuperar la frescura y la espontaneidad de los primeros años alternando canciones nuevas y viejas e incluso versionando algunos clásicos del rock’ n’ roll… Volverían a ser un grupo de dos guitarra, bajo y batería…Volverían al principio… El proyecto llevaría por título Get Back (vuelve), una  vuelta a los orígenes, y el gran final sería una actuación en directo que acabó produciéndose sobre la azotea de las oficinas de Apple. George Martin, su productor de siempre, acabo hastiado del mal ambiente reinante entre los miembros del grupo y abandonó el proyecto, quedando el mismo en manos del ingeniero Glynn Johns. El trabajo de producción, premeditadamente austero, no terminó de convencer al grupo y Lennon decidió darle las cintas al afamado productor Phil Spector para que re-produjera el álbum.

Por delante quede dicho que soy fan de Phil Spector, su trabajo durante la primera mitad de los 60 me parece sobresaliente, pero soy de los que prefieren la austera idea original del proyecto «Get Back» a lo que acabó siendo el por momentos grandilocuente «Let It Be».  Spector hizo un buen trabajo con algunas canciones pero con otras decidió añadir su mítico muro de sonido a temas como «Across The Universe», «Let It Be», «I Me Mine» y «The Long And Winding Road», y esto implicaba dotar a las canciones de un estilo muy alejado al sonido de la banda. George Martin criticó la decisión: «Pensé que la parte orquestal no era representativa en absoluto. A lo largo de los años habíamos establecido un estilo de música particular y me pareció que lo que había hecho Phil Spector no sólo no era representativo, sino también equivocado… Lo que ocurrió con Let It Be me decepcionó totalmente. En mi opinión en los creditos no debería poner «Producido por Phil Spector», sino «Sobreproducido por Phil Spector»…, no es nada Beatle». El más crítico con el trabajo de Spector fue McCartney: «… La mejor versión del álbum Let It Be fue la primera, antes de que nadie la manipulara; las primeras mezclas de Glyn Johns eran fantásticas, aunque muy espartanas; hubiera sido un disco muy avanzado si hubiera salido tal cual. Antes de que lo pulieran, era de los mejores álbumes de los Beatles porque era vanguardista. Me encantaba».

Por otro lado, Lennon, defendió el trabajo del productor neoyorquino: «Cuando Spector vino trabajó como un cerdo. Siempre había intentado trabajar con nosotros y  al final, le dimos las peores grabaciones del mundo. Logró sacar algo decente de aquello. Hizo una labor buenísima». Finalmente, entre el 23 de marzo y el 2 de abril de 1970 (tan sólo siete días de trabajo), Spector redujo Let It Be a 12 canciones, introduciendo coros femeninos y arreglos orquestales en algunas de ellas y prescindiendo de la idea original de hacer un disco en el que se escuchase a Los Beatles tocar en directo con la mayor sencillez posible.

El caso es que el disco se abre con una frase de John:» ‘I Dig A Pigmy’, by Charles Hawtrey and the Deaf Aids. Phase one, in wich Doris gets her oats» («‘Pasión por un pigmeo’, de Charles Dawtrey y Los Sonotones. Fase uno, en la que Doris folla»), e inmediatamente suena «Two Of Us» (enlace), una fabulosa canción acústica de Paul en la que McCartney y Lennon cantan empastando sus voces a la perfección. La canción versa sobre Paul y Linda aunque hay un verso en particular, «You and I have memories, longer than the road that stretches out ahead» («Tú y yo tenemos recuerdos más largos que el camino que se estrecha entre nosotros»), que parece referirse a la larga y en ese momento dañada relación de amistad entre John y Paul. De cualquier forma es una canción maravillosa en la que, ante la ausencia de bajo (Paul toca la guitarra), George toca una solista de notas bajas. En la película aparece en dos versiones: una de donde sale el corte para el disco, y otra mucho más movida.

El disco continúa con «Dig A Pony» (enlace), fruto de la fusión de dos canciones de John («Dig A Pony» y «All I Want Is You»). John nunca estuvo satisfecho con esta canción que calificó como «otra de mis porquerías». Si bien no es una canción brillantísima, la calificación de Lennon no le hace justicia y puede resultar muy disfrutable. La versión que aparece en el disco pertenece al mítico concierto de la azotea, prueba evidente que los Beatles se habían convertido en una banda más que competente en directo.

La mejor contribución de John al álbum llega con la fenomenal «Across The Universe» (enlace), una fantástica y cósmica canción que Lennon compuso en la India y que originalmente estaba destinada al «Álbum Blanco». La canción fue editada en una versión muy diferente en el álbum benéfico «No One’s Gonna Change My World» editado por la World Wildlife Fun (WWF). Phil Spector redujo el tempo, añadió una gran masa de cuerdas y prescindió de los efectos. El efecto satisfizo mucho a John que, hasta entonces, no había conseguido conseguir una grabación que le terminara de gustar, siendo ésta además una de sus canciones propias favoritas. Queda a juicio del gusto del oyente si esta versión final es mejor que la original mezclada por Glynn Johns, yo no lo creo, pero en cualquier caso es una canción monumental.

Tiempo para George Harrison y su «I Me Mine» (enlace), un tema que gira en torno al problema del ego: «Después de tomar LSD miré a mi alrededor y todo lo que veía tenía que ver con mi ego, ya sabes: ‘mi hoja de papel’, ‘mi ropa’, ‘yo soy’. Me volvió loco porque odiaba todo lo que tenía que ver con mi ego. Supuso un flash sobre todo lo falso y precario que tanto me desagradaba«. La melodía, inspirada en el vals, es fabulosa y George realiza una de sus mejores interpretaciones vocales. Ninguna de las tomas que se grabaron para la película era buena, así que la versión que aparece en el disco tuvo que ser regrabada el 3 de enero de 1970 en Abbey Road, ya sin John, con Paul al piano y haciendo la segunda voz, Ringo a la batería, Billy Preston toco el órgano y George cantó y se ocupó de la guitarra acústica. Phil Spector luego añadió una capa de cuerdas sobre la versión original. Fue la última sesión de grabación de los Beatles.

«Dig It» (enlace), es el resultado de una jam session de más de doce minutos entre los Beatles y Billy Preston, de la que Phil Spector rescató apenas 50 segundos. Relleno. Al final de la canción se oye a John diciendo, «That was ‘Can You Dig It’ by George Wood, and now we’d like to play ‘Hark The Angels Come’ («Esto era ‘Can You Dig It’, de George Wood, y ahora nos gustaría interpretar ‘Hark The Angels Come'»), que sirve de introducción a la enorme «Let It Be» (enlace). Paul, pensando en su madre fallecida, compone una de las más perfectas canciones que jamás se hayan escrito. A diferencia de la versión editada en single dos meses antes, Billy Preston no participa. La parte de la guitarra solista de George también cambia. Spector añadió una pista de acompañamiento orquestal, esta vez mucho más respetuoso con el sonido habitual del grupo. El resultado, como es el caso de la versión del single, es magnífico. No tengo claro cuál de las dos versiones prefiero, sólo sé que es una de las mejores canciones que jamas he escuchado.

Tras el subidón quasi-místico que nos proporciona el baladón de Paúl, los Beatles atacan animosamente una canción tradicional de Liverpool, «Maggie Mae» (enlace). Era una de las canciones que utilizaban, desde los inicios de su carrera, para calentar la voz antes de los conciertos o de las sesiones de grabación. La versión aquí recogida corresponde a una grabación espontánea entre algunas tomas de «Two Of Us».  Los cuatro Beatles figuran en los créditos como arreglistas.

Nada más abrir la cara B, John y Paul reúnen sus inconmensurables talentos fusionando dos de sus canciones en una. Por un lado, John había compuesto «Everybody had a hard year» y Paul «I’ve Got A Feeling». La unión de ambas canciones funciona perfectamente en uno de los momentos álgidos del LP, «I’ve Got A Feeling» (enlace). La grabación de «I’ve Got A Feeling» incluida en el álbum corresponde al concierto en la azotea de Apple, siendo una grabación absolutamente en directo y absolutamente brillante como tal. Fantástica de principio a fin.

Otra de las canciones tomadas directamente del concierto de la azotea es el rock de John, «One After 909» (enlace). Una nuevamente brillante interpretación en directo de los de Liverpool de una canción que, aunque nunca llegaron a editar hasta este LP, ya grabaron en 1963. Y llegó la canción de la polémica, «The Long And Winding Road» (enlace), una íntima y extraordinariamente bonita balada de Paul a la que Phil Spector añadió cargadas secciones orquestales y engoladas voces femeninas. Paul entró en cólera en cuanto la escuchó y vio cuánto se alejaba el arreglo de Spector del sonido intimista deseaba – tal y como aparece en la película (enlace) -. Al parecer Paul intentó recuperar la versión original del tema pero su solicitud fue rechazada por Allen Klein. Según Lennon, «tardó demasiado en reclamar sus derechos«. Muchos consideran que este incidente fue la gota que colmó el vaso y decidió a McCartney a abandonar Los Beatles.

Harrison, como era habitual, incluyó dos canciones en el disco. La segunda de ellas es, según su autor, «un simple blues de doce compases que sigue todos los principios del estilo, sólo que es alegre…». El caso es que «For You Blue» (enlace) es un notable ejercicio de blues en el que destaca la pericia de John con la slide guitar y que sirve para calentar motores antes del gran final: la última canción del último disco que editaron los Beatles: «Get Back» (enlace). La fantástica canción de Paul ya se había editado en 1969 como single, pero esta versión, con la voz más «seca», resulta más recomendable. Vuelve a ser estupendo el solo de teclado de Billy Preston y destacable la labor a la solista de John («Cuando Paul se sentía generoso me daba un solo. A lo mejor se sentía culpable porque tenía acaparadas la mayor parte de las caras A o algo así y entonces me daba un solo»). Es una canción fabulosa, una de las preferidas de Ringo, que sin embargo consideraba sólo «una versión mejorada de Lady Madonna compuesta para ganar dinero… Creo que en parte se refiere a Yoko. Cuando dice ‘Get back to where you once belonged’ (‘Regresa al lugar al que perteneciste’). Siempre que Paul cantaba ese verso en el estudio miraba a Yoko».

A los 15 días de editarse, el 23 de mayo de 1070, el disco llega al número 1 y permaneció 59 semanas en listas. Es un disco raro por su mezcla de sonidos y producciones, pero con momentos brillantísimos. Puede resultar un poco tristón, pero musicalmente raya a gran altura…, ¿cómo podría no hacerlo un disco con «Two Of Us», «Across The Universe», «Let It Be», «The Long And Winding Road» y «Get Back», hasta cabreados estos chicos eran la hostia.

Cinco días después de que el álbum «Let It Be» estuviera en las tiendas (13 de mayo de 1970) , la película del mismo nombre se estrenaba en Estados Unidos . Una semana después, el día 20 se estrenaba simultáneamente en el London Pavilion de Londres y en el Gaumont Cinema de Liverpool, sin la asistencia de ninguno de los ya «ex-Beatles». Sí asistieron a la premiere de Londres la ex-novia de Paul, Jane Asher,  la ex-mujer de John, Cynthia Powell, Richard Lester, Mary Hopkin, Spike Milligan, Lulu, Simon Dee, el presidente de EMI Sir Joseph Lockwood y algunos miembros de Rolling Stones y Fleetwood Mac.

La crítica recibió la película sin demasiado entusiasmo. En el Daily Express, Ian Christie escribía: «Es obvio que McCartney es el director de la orquesta y que Yoko Ono no tiene otra intención que la de no separarse más de dos pulgadas de Lennon. Aparte de estos detalles triviales, el film no ofrece mucha más información sobre el grupo». En Rolling Stone, Michael Goodwin señalaba: «Una de las delicias de una película hecha por un buen director es que puedas verla relajado, sabiendo que quien la dirige tiene todo bajo control. En Let It Be el espectador está haciendo el trabajo que Lindsay-Hogg debería haber hecho. Los planos cortos de la nariz de Paul o de las amígdalas de John están presentes durante toda la película. Debía haber tomado lecciones de Warhol sobre documentales». Para Patrick Gibbs, del Daily Telegraph: «La escena transcurre en un estudio de grabación o en una sala de ensayos, con aparatos electrónicos, luces y colores. Normalmente los artistas no muestran al público la preparación de sus nuevos trabajos«. Sin embargo, recibio un Oscar a la mejor banda sonora.

Pero los Beatles sólo estaban separados oficiosamente. Realmente sus sociedades comunes les obligaban a estar juntos. Recordemos que, a pesar de la falta de unanimidad dentro del grupo, se firmó un contrato el 8 de mayo de 1969 entre ABKCO (la compañía de Klein) y Apple, ejecutado por Lennon, Harrison y Starkey ya que McCartney nunca firmó el contrato con Klein como represnetante. De hecho, el 19 de abril de 1970, los integrantes del grupo habían firmado un acuerdo de asociación por un periodo de 10 años, con el nombre «The Beatles & Co.» Durante el otoño de 1970, Paul y sus abogados sondearon al resto de beatles y sus entornos para conocer la disposición de éstos para librar a McCartney de sus contratos de sociedad. Al parecer el problema era que disolver las sociedades conllevaría una importante carga impositiva, pero esto no fue razón para que Paul cediese en su empeño: «no quiero que Klein administre mi trabajo. No voy a editar un disco con el que Klein gane dinero». Paul amenazó a Klein con una demanda, pero no consiguió nada. Si quería ir hasta las últimas consecuencias sólo tenía una salida: el 31 de diciembre de 1970, demandó a los Beatles.

Paul estaba muy asustado con la decisión. Tendría que aguantar los reproches de sus compañeros, las críticas de la prensa y la desaprobación del público que lo vería como el malo de la película. Pero no exsitía ninguna otra forma legal de disolver las sociedades. McCartney tuvo que nombrar como demandados a John, George y Ringo aunque su blanco principal fuera Allen Klein.

Debido a que Paul fue la parte demandante, debió presentar la «carga de pruebas» que justificaran la necesidad de la disolución de las sociedades tal y como solicitaba. El abogado de McCartney, David Hirst,  presentó el caso en en cinco grandes puntos:

  1.  Allen Klein facturaba más dinero en concepto de comisión del que se había  acordado. Probablemente este era su argumento más fuerte. El abogado utilizó como ejemplo el álbum «McCartney». Klein reclamó una comisión sobre las ventas del álbum aunque estaba claro que nunca fue el representante de McCartney (recordemos que Paul no firrmó con él). Cuando Paul editó su disco en solitario, su representante, John Eastman, escribió a EMI pidiendo que los beneficios dericvados del álbum fueran retenidas y no entregadas a Apple (y por consecuencia, a Klein). El abogado de paul demostró que, una vez que Klein se enteró, dedujo su comisión de los activos de Apple otorgándose a sí mismo 72 mil libras de comisión (por regalías que ni siquiera habían sido entregadas a Apple sino que habían sido retenidas por EMI). Debido a esto, McCartney no había recibido nada por las ventas del disco.
  2. Los demandados habían firmado contratos que afectaban la propiedad de la sociedad sin el conocimiento o consentimiento de McCartney. Está claro que Paul, aunque no quería a Klein, tuvo que aceptarlo por el poder de la mayoría ejercida por George, John y Ringo. Sin embargo, después de la ejecución del contrato que McCartney se negó a firmar, existieron varios acuerdos adicionales entre Apple y Klein de los que Paul no había tenido conocimiento. La Ley de Asociaciones en Inglaterra, vigente en 1970, establecía que una mayoría de socios pueden decidir ciertas cosas y en caso de no haber acuerdo realizar una votación, pero solo después de efectuar una consulta con la totalidad de los socios.
  3. Los Registros Financieros de Apple. Hirst señaló que, una vez Klein asumió el puesto de manager , no había existido nadie a cargo de la contabilidad entre agosto de 1960 y enero de 1970.
  4. El Estado Financiero de Apple. El valor neto de Apple, excluyendo las propiedades, era de 208.000 libras, pero tenían pendiente un pago de impuesto de 341.ooo libras. Para empeorar las cosas, los Beatles, de manera individual, habían tomado dinero de la cuenta de la asociación dejando pagarés en su lugar. Lennon había tomado 76.000 libras, Starr 68.000, Harrison 20.000 y McCartney 18.ooo.
  5. Objeciones a la Capacidad de Klein como Manager. Además de volver a repetir el asunto de las comisiones excesivas y sus problemas con la contabilidad, Hirst quería demostrar la incapacidad  de Klein como manager, señalando, entre otras cosas, que éste tenía problemas legales en Nueva York, incluyendo una condena criminal.
Hirst acabó encaminando su alegato final hacia el resto del grupo y señaló que la relación artística entre las partes se había roto y que no parecía que pudiese enmendarse. Utilizó como ejemplos  la polémica con el lanzamiento del álbum «McCartney» y los cambios en  «The Long and Winding Road». Hirst calificó esto como «tratos injustos entre los socios» y alegó que la aceptación de tal situación sería suficiente para que la corte disolviera la asociación.

El juicio tuvo lugar los días 1 y 2 de marzo de 1971 y el lunes 26 de abril, tras sentencia del juez,  John, Ringo y George se vieron obligados a ceder ante la demanda presentada por Paul para disolver legalmente los negocios comunes de Los Beatles. La pérdida del juicio, en primera instancia, les obligó a desembolsar 240 mil dólares en concepto de costas.

El sueño había terminado, los Beatles eran historia

El relaciones públicas de Apple, Derek Taylor, escribió la nota de prensa tras la separación de The Beatles: “Llegó la primavera y el Leeds juega con el Chester mañana…, y Ringo, John, George y Paul están vivos, bien y viviendo en paz. El mundo aún está girando, nosotros también y ustedes también. Cuando la rotación se detenga, será el tiempo para preocuparse. No antes».

TEXTO: Guillermo Mittelbrunn. 16 de marzo de 2013