
Going Down On Love (Lennon)
Whatever Gets You Thru The Night (Lennon)
Old Dirt Road (Lennon, Harry Nilsson)
What You Got (Lennon)
Bless You (Lennon)
Scared (Lennon)
#9 Dream (Lennon)
Surprise, Surprise (Sweet Bird Of Paradox) (Lennon)
Steel And Glass (Lennon)
Beef Jerky (Lennon)
Nobody Loves You (When You’re Down And Out) (Lennon)
Ya Ya (Morgan Robinson, Lee Dorsey, Clarence Lewis, Morris Levy)
En el verano de 1973, John Lennon y Yoko Ono decidieron darse un tiempo en su relación. Según dijeron posteriormente, necesitaban «ver si lo suyo era lo suficientemente fuerte para querer volver a estar juntos». Tras dieciséis meses de separación -periodo que es conocido en la historiografía Lennoniana como el «Lost Weekend»-, John y Yoko volvieron a unirse.
Al comienzo de aquel celebre «Fin de semana perdido», John editó «Mind Games» pero es este «Walls And Bridges» el disco que se concibió, grabó y editó durante esta turbulenta época de su vida. Tras su separación de Yoko, John se refugia en los brazos de May Pang, que había estado trabajando
como secretaria de la pareja. Lo más sorprendente en que fue la propia Yoko la que propició la relación, prefiriendo que John estuviera con Pang, conocida, que con otras mujeres.
John y May Pang, dejaron Nueva York a finales de 1973 para trasladarse a Los Ángeles. Una vez allí, John recibió por parte de su amigo Harry Nilsson, el encargo de producir el que iba a ser su nuevo disco («Pussy Cats»). A John y May les pareció buena idea que los músicos vivieran bajo el mismo techo y tener el estudio instalado allí mismo. Así que Pang alquiló una casa de playa en Santa Mónica en marzo de 1974, instalaron un estudio de grabación, y Ringo Starr, Harry Nilsson y Keith Moon se trasladaron allí.
Fue una época muy convulsa para Lennon. que se refugió en las drogas y en el alcohol para superar la depresión que le había ocasionado la separación de Yoko. May Pang, que fue fundamental para John durante este periodo, intentó que John afrontara sus problemas y se enfrentara a sus fantasmas, especialmente su familia y sus amigos. En primer lugar, hizo que John retomara su relación con Julian, su hijo, al que no veía desde hacía cuatro años. Pero quedaba un cabo suelto: Paul McCartney. Los McCartney decidieron visitar a John, sabedores de que éste estaba en Los Ángeles donde ellos se encontraban aquel 28 de marzo de 1974. Christopher Sandford, uno de los testigospresentes, describió la escena del reencuentro Lennon-McCartney de la siguiente manera: «La habitación se congeló cuando McCartney entró, y se quedó en absoluto silencio hasta que Lennon dijo: ‘Valiant Paul, supongo?’ McCartney respondió: ‘Señor Jasper Lennon, supongo? (Valiant Paul y Sir Jasper eran personajes interpretados por los dos, en un juego televisado de Navidad a inicios de la carrera de The Beatles). Extendió una mano McCartney, Lennon se la estrechó, y el ambiente era agradable, pero moderado, cordial, pero no especialmente cálido, por lo menos inicialmente». Paul y John, prácticamente no se hablaban desde hacía cuatro años y el reencuentro fue no demasiado afectuoso en un principio. Poco a poco el ambiente se relajó y comenzaron a hablar sobre los viejos tiempos, especialmente sobre la época de Hamburgo. Los litros de alcohol y las drogas probablemente contribuyeron a rebajar la tensión, hasta el punto que Lennon y McCartney empezaron a mostrarse a gusto con la situación y empezó a respirarse una auténtico ambiente de camaradería.

Paul y Linda se quedaron en casa de John y May unos días. El 31 de marzo de 1974, Stevie Wonder y Harry Nilsson, en mitad de una juerga, convencieron a John y Paul de que estaría bien grabar algo de música… y ocurrió… La sesión no tuvo mucha calidad a causa de la borrachera que llevaban todos. La marihuana y la cocaína también contribuyeron. Tras esta sesión Paul y John se vieron en muchas ocasiones durante 1974. May Pang recuerda esos encuentros: «Un día, los McCartney nos hicieron una visita sorpresa. De hecho, después de ese encuentro, nos vimos bastante con los McCartney. John estaba mucho más tranquilo y más abierto a sus viejos amigos y a su familia«. Podríamos decir que nunca existió una posibilidad tan real de que los miembros de los Beatles volvieran a trabajar juntos como a lo largo de este periodo de 1974.
Sea como fuere, el caso es que, tras unos meses de desenfreno, y sintiendo que su carrera profesional necesitaba un empujón, John volvió a Nueva York dispuesto a grabar las canciones que había escrito entre juerga y juerga. Solicitó que las drogas y el alcohol desaparecieran del estudio y se dispuso a trabajar en «las sesiones más profesionales en las que he participado». Tras un par de días ensayando las canciones con su banda de acompañamiento (Nicky Hopkins y Ken Ascher a los teclados, Jesse Ed Davis, Eddie Mottauy en las guitarras, Klaus Voormann al bajo y Jim Keltner tras la batería), el disco se grabó en un periodo de dos meses entre julio y agosto de 1974.
El disco se editó el 26 de septiembre en Estados Unidos y un par de semanas después en Europa. Alcanzó un lustroso número 1 en Estados Unidos y fue bastante bien recibido en el resto del mundo. En Inglaterra, llegó al sexto puesto. Su portada, con un dibujo sobre un partido entre el Arsenal y el Newcastle del propio John a los once años de edad, se acompañó de una curiosa contraportada en la que, gracias a un ingenioso troquelado, podía intercambiar parte de la cara de Lennon.
«Walls And Bridges» es un álbum notable, con cierta tendencia a la irregularidad y con un par de temas de relleno pero, en general, es un muy buen LP. En mi opinión, el mejor de su producción es solitario tras los excelsos «Plastic Ono Band» e «Imagine». Cabe destacar también la labor de John Lennon como productor ya que, si bien en «Mind Games» (primer álbum que produjo) no estuvo demasiado fino, en este consigue un sonido fantástico.
«Going Down On Love» , la canción que abre el disco, es un tema fantástico. Los aires orientales de la intro (la canción es un canto de amor a Yoko) dan paso a una canción de aires soul en la que los metales, el buen trabajo rítmico de la banda y la acertada voz de John redondean un corte de muchos kilates.
No obstante la canción más recordada del disco (junto a «#9 dream») es la exitosa «Whatever Gets You Thru The Night«, editada como single supuso el primer y único número 1 estadounidense de Lennon es solitario
. Un infeccioso tema que aunque a John no le gustaba mucho, aceptó a editar como single ante la insistencia de Elton John, que colabora en la grabación. Lennon era el único Beatle que no había conseguido un número 1 en Estados Unidos y Elton John estaba tan seguro del potencial del tema que le hizo prometer a Lennon, retirado de los escenarios por aquel entonces, que se subiría con él al escenario del Madison Square Garden de Nueva York… John cumplió pagó su apuesta su promesa el 28 de noviembre de 1974
En «Old Dirt Road«, John tampoco está solo. En esta ocasión es Harry Nilsson quien le acompaña a los coros y, a su vez coescribe este
fantástico y sinuoso tema. Maravilloso piano del inefable Nicky Hopkins y excelente guitarra slide de Jesse Ed Davis. Muy buena. Tras este relajado tema, «What You Got» sube los índices de adrenalina de forma notable. A medio camino entre el funk y el rock, este brillante y vigoroso tema ha servido de más que obvia inspiración a músicos posteriores como Lenny Kravitz. Otra estupenda canción.
«Bless You» rebaja de nuevo los ánimos. De nuevo con Yoko como protagonista era la canción preferida de Lennon entre las incluidas en este álbum. No comparto su criterio, pero sin duda es una muy buena canción.
«Scared«, una de mis preferidas, cierra la cara A en un tono muy similar al estilo que John exhibiera en «Plastic Ono Band». Fantástica y siniestra a partes iguales.
Tras una notable cara A, la cara B se abre de forma inmejorable con «#9 Dream«, un clásico en toda regla. Ya desde su sobresaliente introducción la canción te invita a disolverte en su onírica melodía. Una maravilla atemporal que se editó como single alcannzando un número 8 en Inglaterra y un número 9 en Estados Unidos
. Genial.
«Surprise, Surprise (Sweet Bird Of Paradox)» es otra estupenda canción de nuevo con Elton John como compañero de micrófono. Uno de los cortes más comerciales del disco. tan breve como extremadamente disfrutable. Mucho más densa, pero igual de fantástica, resulta «Steel And Glass«: la canción con la que Lennon ajusta cuentas con Allen Klein, quien fuera manager y amigo de los Beatles tras la muerte de Brian Epstein. Otra canción fabulosa, y ya van unas cuantas…
«Beef Jerky«, en cambio supone el primer bajón de este muy buen álbum, no por su ausencia de calidad (es un apreciable instrumental) si no por su status de canción de relleno. Prescindible, no como la preciosa y sensible «Nobody Loves You (When You’re Down And Out)» , una balada absolutamente sobresaliente que John imaginó «para que la cantara Frank Sinatra, hubiera hecho un trabajo fantástico, ¿no crees?». Una canción frecuentemente olvidada a la hora de recordar al genio de Liverpool y que hubiera supuesto un final perfecto para el disco, de no ser por la inclusión de «Ya ya«, una versión bastante tontorrona del clásico de Lee Dorsey cuyo principal atractivo es escuchar a Julian Lennon aporrear la batería con 11 años.
La crítica recibió el disco de forma tibia si bien, como ha ocurrido tantas otras veces con trabajos de ex-beatles, con el tiempo han rectificado su postura. Lennon como le sucediera (y le sucede) a McCartney tuvo que soportar siempre la comparación con la estratosférica calidad de su material anterior. Es cierto, este disco no alcanza el nivel del material beatle de John Lennon…, también es verdad que probablemente está por debajo del de sus dos primeros discos…, pero si ese es el baremo para decidir si un álbum es bueno o no, señores músicos, cuelguen sus bártulos.
VALORACIÓN GUILLETEK’S: 8,5/10
Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 7 de septiembre de 2014
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Tras trece álbumes de estudio con los Beatles, siete con Wings y quince en solitario, Paul McCartney afronta su lanzamiento discográfico de 2013 con el simbólico título de «New» (nuevo). Cincuenta años después de que el primer álbum de los Beatles saliera al mercado, el septuagenario bajista demuestra estar en un fenomenal estado de forma. «Perdón por no haber vuelto antes, he estado ocupado», dice McCartney en las notas interiores del disco tras seis años de silencio (cinco si consideramos el «Electric Arguments» de The Fireman parte de su discografía). Pero, sin duda, la espera mereció la pena. Entretanto, Paul nos entretuvo con un notable disco de versiones de clásicos jazz, «Kisses On The Bottom» que, sin embargo, no sació nuestra sed de nuevo material
De esta forma, Paul McCartney grabó sus nuevos temas durante los descansos de su enésima gira mundial en seis estudios diferentes (el estudio particular de Paul en Sussex, los Henson Recording Studios de Los Ángeles, los Avatar Studios en Nueva York, los londinenses Air Studios y Wolf Tone Studios y, cómo no, los míticos estudios de Abbey Road) y con cuatro jóvenes y brillantes productores. Mark Ronson, que se hizo muy popular en 2005 merced a su trabajo con la genial Amy Winehouse y trabajó posteriormente con Rufus Wainwright o Bruno Mars concluyó tres canciones con McCartney, «Secret Life of a Party Gir», «Alligator» y «New». Ronson declaró sobre su trabajo juntos: «Estaba muy nervioso y él lo entendió, es normal ponerse nervioso si vas a trabajar con Paul McCartney, pero me hizo sentir cómodo y me dio mucha libertad. Ya sabes, él lo ha hecho todo. De alguna forma él ha inventado lo que ahora hacemos… No sé si lo que hemos hecho juntos es revolucionario, lo que sé es que son canciones brillantes y que lo único que yo hice fue tratar de sonar como él quería que sonaran. Aprendí mucho con él, tiene ideas increíbles, toda una master class de armonías y arreglos».
Paul Epworth, el tercero del póker de productores presentes en el disco, alcanzó fama mundial gracias a su trabajo con Adele, pero no se puede pasar por alto su colaboración con Bloc Party, Primal Scream, Robbie Williams o Maximo Park. Epworth produjo cuatro canciones, «Save Us», «Queenie Eye», «Struggle» y «Road» en las que, además, tocó la batería.
Y es que estamos ante un muy buen álbum. Completo y ecléctico, equilibra de forma magistral innovación y clasicismo y resulta muy entretenido de escuchar. La voz de McCartney comienza a apagarse a sus 71 años y, aunque defiende las canciones con soltura, se echa de menos la excelencia vocal de antaño…, sin embargo, a nivel instrumental el álbum raya a gran altura. No es un álbum que presente una coherencia interna clara como «Flaming Pie», «Driving Rain» o, sobre todo, «Chaos And Creation», sino que es más bien una (excelente) colección de canciones. La presencia de varios productores y la variedad estilística de las canciones hace que, en ocasiones, tienda excesivamente a la heterogeneidad y es la mano de Giles Martin -que acaba apareciendo como productor en casi la mitad del álbum- la que le otorga cierta unidad.
porque parece que la obra de McCartney no interesa a las radiofórmulas en los últimos años, pero eso no es óbice para que no nos enganche a aquellos que sepamos apreciar su perfecta construcción en torno a una insistente rueda de acordes de piano. Gran tema.
McCartney, rodeado de su fantástica banda de acompañamiento (Laboriel, Anderson, Ray y Wickens) suena fresco como nunca. Tema redondo y sin fisura alguna.
En 1993, Paul McCartney y el ex-bajista de Killing Joke y ahora productor Martin Glover -conocido artísticamente como Youth-, decidieron crear el proyecto The Fireman o, lo que es lo mismo, una especie de banda virtual de música electrónica. Ninguno de ellos utilizaría su nombre en los dos primeros álbumes de la banda «Strawberries Oceans Ships Forest» (1993) y «Rushes» (1998), absolutamente instrumentales y de carácter eminentemente experimental. Ambos obtuvieron excelentes críticas.
«álbum del mes», el Daily Telegraph habló de «un placer puramente escuchable con un gran sentido de la espontaneidad y de la imaginación musical», The Times definió su sonido como: «algo genial, como si Arcade Fire conociera a Led Zeppelín» y Rolling Stone destacó que era «La música más cerebral de un exBeatle en años».
George Harrison. Más plana aunque muy agradable resulta «
Para entender este “Memory Almost Full” deberíamos aclarar que, a pesar de haber sido editado el 4 de junio de 2007, fue concebido y en su mayoría grabado en 2003. De hecho, habría que situarlo en el periodo entre sus dos anteriores trabajos, “Driving Rain” y el fabuloso “Chaos and Creation in the Backyard».
«oye, me gusta…, quizás habría que retocar alguna cosilla pero está bien» . De esta forma, McCartney y Khane retomaron el trabajo donde lo habían dejado, rematando los temas que dejaron a medio terminar y trabajando sobre otras canciones nuevas como «Mr Bellamy», «Ever Present Past», «Gratitude», «Nod Your Head» y «See Your Sunshine».
Y eso que el veterano de 65 años arranca el álbum con una sencillísima tonadilla. En «
puro para el goce extremo de quienes busquen experiencias diferentes. Y del vanguardismo pasamos al clasicismo de un R&B de toda la vida como el que nos ofrece «
tiempo», declaró el propio McCartney. El medley en sí guarda además cierta coherencia argumental y, si bien no puede considerarse una de esas operetas rock de las que Pete Townshend es amo y señor, sí resulta muy cohesionada. De esta forma la citada «Vintage Clothes» es una vuelta atrás en el tiempo y en el siguiente tema, la sobresaliente «
canciones de Barrio Sésamo, turba nuestra paz. Puedes odiarla o amarla, pero estoy convencido que si la hubiera escrito alguna luminaria indie actual se aclamaría su «intenso minimalismo» o alguna mandanga similar. No es de mis favoritas, en cualquier caso.
era conocido por su brillantísimo trabajo con Beck, Travis, R.E.M y, sobre todo, con los excelentes Radiohead. «Mi primera reacción fue de terror, no solo porque era una persona muy importante, sino también porque no estaba seguro de si él estaba dispuesto a trabajar con estas sucias manos», comentó el joven productor que había adquirido fama mundial tras firmar el estratosférico «Ok Computer» de Radiohead.
con su banda dispuesto a grabar perfectamente rodada tras una larga gira mundial y un exitoso y comentado concierto en el festival de
beatle-Paul practicando con la guitarra en el patio del hogar familiar merced una fotografía tomada por Mike (el menor de los hermanos McCartney) en 1962 , el veterano músico parece decirnos: «el que tuvo retuvo».
la imprescindible «
minutaje (maravillosos esos coros a lo Beach Boys hacia el final). El estilo en general ciertamente recuerda a Harrison pero también a Dylan. Buen trabajo instrumental de McCartney que consigue sonar realmente como una banda siendo él quien toca todos los instrumentos
como si te cepillarás el dolor/ Haz un promesa/ para que no vuelva a sucederte/ No está bien en una vida/ Demasiada lluvia»). Una excelente canción para la que Paul dice haberse inspirado en el tema «
seis cuerdas. Simplemente genial.
Es cierto que el Paul McCartney crepuscular no es cool... Su parecido cada vez más acusado con Angela Lansbury (la Sra Fletcher), su imagen de «abuelete molón», su a veces patético postureo o sus videoclips de dibujos animados llenos de ranitas, no juegan en su favor. Pero es de necios o simplemente de sordos no reconocer la enormidad artística de su obra, con y sin los Beatles. Su carrera en solitario contempla varios discos flojos, algunos directamente malos, pero está salpicada de discos fabulosos y de canciones absolutamente sobresalientes que, de haber sido editados por otros artistas menos brillantes pero más «molones,» hubieran sido elevados a los altares, No tengo ninguna duda de que si Neil Young hubiera escrito «From A Lover To A Friend» se consideraría la quintaesencia de la madurez musical, si Clapton se hubiera marcado «Back In The Sunshine Again» se valoraría su autenticidad, o que si Keith Richards se hubiera atrevido con algo parecido a «Rinse The Raindrops» se hubiera elogiado su temeridad pro-rockera… Pero es el siempre sonriente McCartney el que se atreve a estas cosas…, y Paul no mola…
merced a unos acertados efectos de estudio. Mucho más clásica, aunque también mucho menos estimulante es la anodina «
sonoro que viaja desde el clásico crooning inicial a sonidos muy pegados a la actualidad. Un curioso y meritorio corte que supone el debut de la pareja de compositores McCartney-McCartney…, Paul y su hijo James.
Paul y el resto del grupo a principios de los 70 y la muerte de John en 1980 truncaron el proyecto, pero desde principios de los 90 Neil lo había recuperado. La idea no era otra que los miembros vivos del grupo, apoyados por horas de entrevistas a John (autorizadas por Yoko), contaran su historia a través de una serie de documentales. Dichas entrevistas se completarían con el vasto material videográfico y sonoro que Aspinall había recopilado a lo largo de todos estos años.
El disco arranca con la evocadora «
reaccionaba al escucharla. pero cuando acabó me miró y me dijo «Veo que no pierdes tu toque»…, fue genial». Un tema para el recuerdo. Sobresaliente. A la altura (o muy cerca) de sus mejores canciones con y sin los Beatles.
todo lo que suena en el tema. Enorme. Tras esta maravillosa concesión al soul, McCartney retoma las sonoridades Beatle con «
Tras editar «Tripping The Life Fantastic», un prodigioso triple disco en directo que recogía su gira de 1989-1990, «Unplugged», un LP acústico para un programa de MTV, y «Liverpool Oratorio», su soprendente incursión en la música clásica, este «Off The Ground» supone el primer disco de McCartney en la década de los 90 y tiene la difícil misión de suceder al sobresaliente «Flowers in the Dirt», con el que guarda varias similitudes.
todo ese material en vivo que estábamos produciendo. Le dije a todos que se tomaran un día libre y experimenté con una cancioncilla folk llamada Off The Ground». Es un tema agradable y pegadizo no exento de calidad al que no termina de favorecer el exceso de azúcar en su estribillo. Buen arranque.
Mucho mejor resulta «

Las sesiones comenzaron en diciembre de 1987 con los productores Trevor Horn y Steve Lipson a los mandos. No obstante no fueron los únicos productores presentes en la grabación, Neil Dorfsman, Mitchell Froom, David Foster, Ross Cullum, Elvis Costello y el propio McCartney también aportaron su granito de arena a la producción de alguno o varios temas del disco.

en el que McCartney vuelve a hacer gala de su maestría con las melodías. Una barbaridad de canción. Si no te gusta esto, la calidad no es lo tuyo, amigo.
más grande que se ha dado en recinto cerrado.
Las sesiones de grabación comenzaron en marzo de 1985 y en ellas participaron artistas invitados, como Pete Townshend (The Who), Phil Collins (Genesis) y el propio Eric Stewart. El disco se editó definitivamente el 22 de agosto de 1986 en Estados Unidos y el 1 de septiembre en Inglaterra y, aunque recibió críticas entusiastas en un primer momento, fue el mayor fracaso de su carrera musical hasta aquella fecha (número 8 en Inglaterra y 30 en USA)…

