A mediados de 1969, los Beatles eran poco más que una «marca». Poco quedaba de la banda unida de antaño y cada uno de los miembros -especialmente George y John- hacía si vida. En este entorno, Harrison edita en
mayo de 1969 su segundo LP en solitario: «Electronic Sound«. Compuesto sólo por dos largos temas, uno para cada cara, es un pretencioso álbum experimental que gira en torno a un sintetizador Moog «tocado» por el propio George. Absolutamente infumable. Ruido. Otra porquería al nivel de «Two Virgins»
John tampoco colaboró demasiado a prestigiar los lanzamientos en solitario de los miembros del grupo. John y Yoko editan, también en mayo de 1969, su segundo álbum conjunto: «Unfinished Music No. 2: Life with the Lions». Otra basura integral que gira en torno al aborto que sufrió Yoko y en el que perdieron al que iba a ser el primer niño de la pareja. Es más audible que «Two Virgins» pero sigue sin merecer una sola escucha.
Pero John, a pesar de que sus lanzamientos en solitario se empeñasen en demostrar lo contrario, seguía siendo un músico maravilloso y apareció en el estudio con una nueva canción. La letra seguía siendo, como todo lo que hacía últimamente, sobre su relación con Yoko. Lennon quería grabarla con los Beatles, pero George no estaba y Ringo estaba desarrollando su carrera como actor rodando The Magic Christian con Peter Sellers. Sólo quedaba Paul. «The Ballad Of John And Yoko» (enlace) fue grabada por John (voz y guitarras) y Paul (voces, bajo, piano, batería y maracas) en uno de los últimos momentos se estrecha colaboración de los que otrora fueron inseparables amigos. Los asistentes a la sesión hablaron de un ambiente de verdadera camaradería entre ambos
. En cuanto a la canción, es buena, pero quizás no tanto como para ser un single del grupo…, por lo que no sería de extrañar que su edición fuera un intento de contentar a John ante los últimos acontecimientos acaecidos. La canción, con todo, fue un éxito en Europa incluso a pesar del veto de la BBC por el verso «Cristo, sabes que no es fácil… tal como van las cosas, van a crucificarme»…, en Estados Unidos alcanzó «sólo» un número 8 por la actuación de Cinturón Bíblico en contra de la canción.
La cara B del single quedó para «Old Brown Shoe» (enlace), una buena canción de George con una frenética línea de bajo que, aunque los registros de grabación atribuyen a McCartney, Harrison siempre ha reclamado.
La actividad de John y Yoko era imparable y el 26 de mayo viajan a Montreal (Canadá) para comenzar su «encamada por la Paz», su forma no violenta de
protestar contra las guerras en general y en particular contra la de Vietnam. Consistía en quedarse en la cama, en una habitación de hotel decorada con carteles en pro de la paz y convocar a cuanta prensa fuera posible. Yoko y John llevaron a cabo dos encamadas de dos semanas de duración en pro de la paz, en Ámsterdam (durante su viaje de novios) y en Montreal. Un reportero le preguntó a John que qué intentaba hacer. Y John le contestó espontáneamente, todo lo que estamos diciendo es : «dale una oportunidad a la paz» («Give Peace a Chance»), y tal como lo dijo, le gustó la frase y la preparó musicalmente para una canción.
El 1 de junio de 1969, alquiló una grabadora de 8 pistas en unos almacenes locales de música, volvió a la habitación del hotel y la grabó cantando junto a docenas de periodistas y varias celebridades, incluyendo a Timothy Leary, Rosemary Woodruff Leary, Petula Clark, Dick Gregory, Allen Ginsberg, Murray the K y Derek Taylor. «Give Peace a Chance» (enlace) se editó como single bajo el nombre de Plastic Ono Band alcanzando un número 2 en listas y, a pesar de que Paul no tuvo nada que ver, su composición aparece
atribuida a Lennon y McCartney. Fue la forma de agradecer a Macca su participación en «The Ballad Of John And Yoko». La cara B del single la ocupaba la composición de Yoko, «Remember Love» (enlace), quizás lo mejor de la artista japonesa.
Paul McCartney observaba en la distancia toda esta actividad de John y Yoko con cierta pasividad, pero entrado el verano de 1969, pensó que era momento de recuperar el timón de su carrera. El proyecto «Get Back» había sido muy doloroso, tenían que volver a trabajar como en los viejos tiempos. Lo primero que hizo fue telefonear a George Martin. «Paul me dijo: ‘Volvamos a empezar y grabemos como antes, ¿producirías un álbum como solíamos hacerlo?’. ‘Bueno, si me dejáis, sí’. Le dije. Y así lo hicimos. Aunque no fue realmente como en los buenos tiempos, porque seguían componiendo aparte y utilizaban a los demás como músicos de acompañamiento en vez de trabajar en equipo, pero fue fantástico, es mi álbum preferido de los Beatles».
Fue Paul también el que llamó , con su incontenible entusiasmo por todo lo que tuviera que ver con los Beatles, a John, George y Ringo. Los cuatro sabían que el grupo estaba roto y los cuatro sabían que el proyecto «Get Back» no era un final a la altura del grupo. Paul explica que querían «terminar el trabajo de una forma honorable». El truco fue dejar todo a un lado, ponernos el mono de trabajo para hacer un álbum muy especial. De alguna manera, pensábamos que este sería nuestro último trabajo, así que… todavía podíamos mostrarnos a nosotros mismos de lo que eramos capaces de hacer, y tratamos de divertirnos mientras lo hacíamos». Geoff Emerick, el ingeniero de sonido, que había dejado al grupo durante las sesiones del «Álbum Blanco», también se unió al proyecto trayendo a un joven ayudante…, un tal Alan Parsons.
«ABBEY ROAD«

«Come Together» (Lennon-McCartney)
«Something» (Harrison)
«Maxwell’s Silver Hammer» (Lennon-McCartney)
«Oh Darling» (Lennon-McCartney)
«Octopus’s Garden» (Starkey)
«I Want You (She’s So Heavy)» (Lennon-McCartney)
«Here Comes The Sun»(Harrison)
«Because» (Lennon-McCartney)
«You Never Give Me Your Money» (Lennon-McCartney)
«Sun King» (Lennon-McCartney)
«Mean Mr. Mustard» (Lennon-McCartney)
«Polythene Pam» (Lennon-McCartney)
«She Came In Through The Bathroom Window» (Lennon-McCartney)
«Golden Slumbers» (Lennon-McCartney)
«Carry That Weight» (Lennon-McCartney)
«The End» (Lennon-McCartney)
«Her Majesty» (Lennon-McCartney)
Seamos claros, «Abbey Road», el último disco que los Beatles grabaron, es una absoluta obra maestra. No tiene ni un sólo momento bajo y es, sin duda, su álbum más refinado y su cénit como banda, tanto a nivel instrumental como vocal. A pesar de que la banda en lo personal estaba absolutamente rota, es uno de los discos más coherentes del grupo y aparecen como un conjunto especialmente compenetrado. Es, de hecho, el disco con más fragmentos cantados en armonías de tres voces. No obstante esta cohesión es un espejismo cuidadosamente elaborado. Realmente los cuatro Beatles coincidieron en el estudio en pocas ocasiones (en parte debido al accidente de coche que sufrió Lennon el 1 de julio de 1969) y para evitar la tradicional guerra de egos entre John y Paul, se llegó a un acuerdo fundamental según el cual la cara «1» se haría a criterio de Lennon y la cara «2» (la suite) según
McCartney.
John y Paul estaban para entonces en mundos separados y, como recuerda McCartney, «cuando hicimos Abbey Road, John y yo éramos abiertamente críticos con la música del otro, y me dio la sensación de que a John no le interesaba demasiado interpretar nada que no hubiera compuesto él mismo». John por su parte acabó harto del perfeccionismo de Paul. Como ocurriera en el «Álbum Blanco», cada uno de ellos utilizaba al resto como músicos de apoyo. De hecho el disco, como he dicho antes, está claramente diferenciado en dos partes: la cara A, mucho más tradicional y la cara B en la que McCartney construye una suite, una especie de opereta-pop con varios fragmentos de canciones, «tanto John como yo teníamos varias canciones que eran fantásticas tal cual estaban pero que nunca terminamos, así que pensé que podríamos juntarlas». Es esta cara B lo que hace al disco especial y único, haciendo avanzar al grupo hacia nuevas atmósferas sonoras e incluso lo acerca al rock progresivo. Sin embargo a John nunca le gustó esta parte, «Me gustaba la cara A, pero nunca me gustó esa
especie de ópera pop que hay en la otra cara. Es chatarra, trozos de canciones que fuimos echando ahí y juntando. Fue un álbum competente, estaba conjuntado, pero carecía de vida». De hecho, no es el mejor disco de Lennon en cuanto a aportaciones. John que demostró estar en forma extraordinaria con el «Álbum Blanco» baja mucho enteros en este disco. Sin embargo Ringo se sale, George se confirma como un maestro de la composición y McCartney está de monumento.
Paul, que ya era el líder musical de la banda (en parte por talento y en parte por dejadez del resto) de forma indiscutible, acrecentó dicho papel durante la grabación de este álbum. «En Abbey Road empecé a ocuparme demasiado de la producción, en opinión de todos. El productor era George Martin y yo me metía demasiado. George Harrison y Ringo se daban la vuelta y me decían: ‘Mira, ¡piérdete!. Ya somos mayorcitos y podemos arreglarnos perfectamente sin ti’. Para las personas que, como yo, no se dan cuenta de cuándo son demasiado arrogantes, que te digan eso te coge por sorpresa. Así que me cerré completamente y me retiré: ‘Vale, vale, tienen razón». Así pasaron uno o dos días, hasta que la sesión empezó a decaer un poco y al final Ringo se giró hacia mí y me dijo: ‘Venga…¡produce!’. Una de dos. O yo hacía lo que había estado haciendo, lo cual, en honor a la verdad, no estaba tan mal, o me retiraba y también me volvía paranoico, que es lo que sucedió».

La idea era titular el disco «Everest» y tenían preparado un viaje al Himalaya para realizar la sesión de fotos para la portada, pero esta idea se abandonó y Paul hizo la sugerencia de salir fuera del estudio, hacer las fotos para la portada y llamar al álbum sencillamente «Abbey Road«. McCartney preparó los bocetos para que el fotógrafo Iain Mcmillan realizará el 8 de agosto de 1969 una de las portadas más famosas de la historia. La foto de la portada es, además, uno de los fetiches de los defensores de la conspiración «Paul is dead», tal y como relata en su libro Wiliam J. Dowlding: «Se dijo que la portada representaba un cortejo fúnebre. Paul, por ser el cadáver, llevaba el paso cambiado con respecto a los demás Beatles. Por su indumentaria, John era el cura, Ringo el empresario de pompas fúnebres y George el enterrador. Asimismo, Paul va descalzo, y así entierran a sus muertos algunas sociedades. El actor que aparece en la portada no podía ser Paul porque sostenía el cigarrillo con la mano derecha; el Paul de verdad era zurdo, claro. Por otra parte, la matrícula del Volkswagen es «28IF», supuestamente la edad de Paul si («si»- condicional-, en inglés if) hubiera estado vivo.» Paul explicó años después la razón por la que aparece descalzo, «En Londres hacía calor aquel día, un día cálido y agradable… Buen tiempo, no me apetecía llevar zapatos. Así que me presenté en la sesión de fotos en sandalias… luego durante la sesión me las quité y en la foto elegida para la portada, aparezco descalzo, cosa que para la Mafia es un viejo signo de muerte o algo así».
Fue el primer disco del grupo en hacer uso de una máquina de 8 pistas, aunque en el Álbum Blanco hicieron uso de dichos aparatos de forma ocasional. Esto permitió que este álbum
fuera grabado más rápidamente que cualquier otro LP de los Beatles desde 1965.
«Shoot me» («dispárame») canta John, junto a una línea de bajo de Paul para la historia y unos acertados redobles de Ringo…, «Come Together» (enlace). Lennon compuso este sucio y glorioso rock poco después de su accidente de coche, «Tim Leary me pidió que compusiera una canción para su campaña para gobernador de California y ‘Come Together’ (Juntémonos) era una expresión que él utilizaba mucho… Lo intenté una y otra vez, sin lograrlo. Lo que sí compuse fue esto, ‘Come Together’, que a él no le servía: una canción de campaña electoral no puede ser así, ¿verdad?«. Para su composición, Lennon tomó como base «You Can’t Catch Me» de Chuck Berry de la que de hecho mantiene el verso ‘Here comes old flat-top’ (Aquí llega el viejo portaaviones). Berry demandó a John por plagio y Lennon zanjó el asunto negando haber copiado la canción y aceptando grabar algunas de las canciones de Berry y compensarlo con los derechos de autor generados («You Can’t Catch Me» y «Sweet Little Sixteen«, aparecerían en su álbum en solitario «Rock ‘n’ Roll» de 1975). Es un temazo con John y Paul destacando a nivel instrumental de forma sobresaliente, John a la guitarra solista y Paul con el bajo y el piano eléctrico.
Los ánimos se sosiegan con la maravillosa e incomparable balada de George «Something» (enlace). Pattie, la mujer de George, inspira esta excepcional canción que mereció los elogios de sus compañeros de grupo, Lennon dijo: «yo creo que es la mejor pista del álbum, en serio», mientras que McCartney mencionó: «Para mí, es la mejor canción que él haya escrito». Con este tema George consigue por primera vez la cara A de un single (junto a «Come Together), «hasta entonces sólo se habían dignado a darme un par de caras «B», pero era la primera vez que obtenía una cara «A». ¡Ya ves!», situación que, aunque dolorosa para Harrison, John explica de forma tan cruel como sincera: «Con ‘Something’, fue la primera vez que George logró una cara «A», y es que de todas formas Paul y yo siempre componíamos las dos caras… No por que quisiéramos apartarle, sino, simplemente, porque su material no estaba a la altura». Es una canción sublime que la gloriosa base rítmica -a cargo de Paul y Ringo- y el enorme arreglo orquestal de George Martin elevan hasta los cielos.
La primera aparición de McCartney como compositor llega con la simpática «Maxwell’s Silver Hammer» (enlace), una siniestra historia sobre un estudiante que asesina a sus víctimas con un martillo de plata edulcorada por una melodía al más puro estilo
boudeville. La canción tardó varias sesiones en grabarse -en gran medida por el uso del sintetizador Moog-, provocando la ira de Lennon, «La odio. Sólo recordar la grabación… nos la hizo repetir cien mil veces. Hizo todo lo posible para que fuera un single, pero nunca lo fue y nunca hubiera podido serlo…, pero bueno mientras Paul vaya haciendo cancioncillas folk resultonas como ‘Maxwell’s Silver Hammer’ para las abuelitas, los Beatles podrán seguir llegando al gran público». Melódicamente la canción es irreprochable y, como dice George, «es una de esas canciones que algunos odian y a otros les encanta». A mí me resulta adorable.
McCartney vuelve a la carga y elimina el azúcar de la canción anterior con «Oh! Darling» (enlace), una desgarradora balada rock en la que Paul se deja la garganta. A John siempre le encantó este tema y deseó haberlo cantando, «‘Oh! Darling’ fue una gran canción de Paul que no cantó demasiado bien. Yo siempre pensé que podría haberlo hecho mejor, era más mi estilo que el suyo. Pero él la escribió y por norma general el que escribe la canción la canta, así que yo no la canté, qué le vamos a hacer«. La sencilla, pero efectiva, instrumentación a lo años 50 sirve de contrapunto ideal a un McCartney con auténtico serrín en las cuerdas vocales. Gloriosa.
Tras su debut con «Don’t Pass Me By», Ringo se consagra como compositor en este álbum con la deliciosa «Octopus’s Garden» (enlace). George ayudó (mucho) a Ringo a terminar esta adorable canción que el batería comenzó a componer en Cerdeña (cuando abandonó a los Beatles en 1968) y no dudó en elogiarla: «‘Octopus’s Garden’ es una canción de Ringo. Fíjate que es sólo la segunda canción compuesta por él, y es deliciosa. A Ringo acaba aburriéndole tocar la batería todo el rato, así que en casa toca un poco el piano, aunque por desgracia sólo sabe unos tres
acordes. Con la guitarra le pasa lo mismo. Sin embargo, esta canción te llega al alma por la paz que emana. Supongo que actualmente Ringo debe de estar componiendo canciones cósmicas sin darse cuenta». La intro de guitarra de George merece una tesis doctoral.
Lennon vuelve al mando con la hipnótica y fantástica «I Want You (She’s So Heavy)» (enlace), uno de los temas más heavy de la carrera de los Beatles tras la tremenda «Helter Skelter», «… Realmente es muy heavy. John toca la guitarra solista y canta, y no es más que un viejo riff de blues, pero también es una canción muy típica de John… Y una secuencia de acordes muy buena», afirmaba George. La voz de John recita una letra premeditadamenete minimalista frente a un pesado manto de guitarras -que John y George doblaron una y otra vez- y una espectacular línea de bajo de McCartney. Es una de las canciones más largas de la banda y su seco final, que además da por concluida la cara A, uno de los más sorprendentes.
La cara B no puede empezar mejor, si George había demostrado con «Something» que podía acercarse mucho al nivel de Lennon y McCartney, con «Here Comes The Sun» (enlace) lo confirma de forma contundente. Uno de los temas definitivos del pop de todos los tiempos. «La escribí cuando ir a Apple era como ir al colegio (principios de 1969), cuando teníamos que hacer de hombres de negocios, firmar cuentas y ‘firmar esto’ y ‘firmar aquello’. En fin, como en Inglaterra parece que el invierno no acaba nunca, cuando llega la primavera es jauja. Así que un día decidí huir de Apple y me fui a casa de Eric Clapton. Caminaba por su jardín y el alivio de no tener que ver a todos aquellos estúpidos contables era maravilloso. Paseando por el jardín con una de las guitarras acústicas de Eric compuse ‘Here Comes The Sun'». Las guitarras acústicas de esta canción son un tratado de buen gusto. Maravillosa
A pesar del ambiente enrarecido reinante en el seno del grupo, «Because» (enlace) es canción en la que los miembros del grupo más conjuntados parecen en toda la carrera de los Beatles. George, John y Paul cantan en armonía de forma absolutamente admirable esta canción que John compuso basándose en la Sonata del Claro de Luna de Beethoven. Los tres cantantes del grupo grabaron hasta nueve pistas de voz, tal y como explica el productor George Martin : «Una vez grabadas las bases, John, Paul y George cantaron la canción a tres voces. Entonces lo doblamos dos veces, convirtiéndola en una pieza global de nueve voces, es decir, tres voces grabadas tres veces». Bellísima y realmente prodigiosa a nivel vocal.
Con la fastuosa «You Never Give Me Your Money» (enlace) de Paul McCartney, con la crisis financiera de Apple como temática, da comienzo la extraordinaria suite de más de 16 minutos (que recomiendo escuchar de un tirón) con la que los de Liverpool nos obsequian en éste su último disco juntos. De hecho, esta canción en sí ya es un medley puesto que fusiona cuatro temas inacabados de Paul: arranca con la impresionante melodía al piano de «You Never Give Me Your Money» arreglada (¡qué bajo!) de forma magistral, para luego pasar a «That Magic Feeling» con un McCartney tan brillante como teatral al micrófono…, unas bellas armonías seguidas de un brillantísimo puente instrumental nos lleva a la parte «One Sweet Dream», para acabar con el «one, two, three, four, five, six seven, all good children go to heaven». Una obra de arte integral, absolutamente magistral…, cuando termina sólo oímos unos grillos… Grillos que, unidos a un bellísimo fraseo de guitarra reverberado muy influenciado según palabras del propio George Harrison por el ‘Albatross’ de Fleetwood Mac , nos llevan a la delicada «Sun King» (enlace) de John. Con fragmentos cantados en castellano, portugués e italiano utilizados de forma ininteligible, a pesar de su absurda letra y de ser, con mucho la peor canción del disco, es un tema formidable que nos da paso a otra composición de John, «Mean Mr Mustard» (enlace), compuesta en la India y con John y Paul cantando a dos voces como en los buenos tiempos. Sin pausa John ataca de nuevo con «Polytheme Pam» (enlace) la mejor de esta triada de canciones de John. Enormes George y Paul a las armonías y con John recuperando su brío de antaño. Muy buena…, aunque muy corta…pero… Seguimos sin pausa, un inspirado puente instrumental, alguien grita «Look Out!»
(cuidado) y llega la sublime «She Came In Through The Bathroom Window» (enlace). ¡Qué canción! Paul compone y canta de forma magistral esta extraña canción sobre unas fans que se colaron en su casa. Instrumentalmente sublime (grandes Ringo y Paul a la base rítmica), fue compuesta originalmente para Joe Cocker, quien acabó cantándola un tiempo después.
Los Beatles nos dan una pausa de apenas un segundo antes de de suenen las primeras y dulces notas de la gran traca final el medley «Golden Slumbers«/»Carry That Weight» / «The End» (enlace del medley completo). Extraordinario trío de canciones de Paul fusionadas de forma magistral. Arrancamos con la dulce «Golden Slumbers» (enlace) que Paul compuso basándose en un poema de Thomas Dekker del que tomó tres versos y sobre el que construyo el resto de la letra y compuso la música. Arreglada con un gusto exquisito, en su minuto y medio transmite una belleza no descriptible con palabras…, cuando, de repente, los timbales de Ringo nos despiertan del sueño en el que estábamos sumergidos para unirnos al coro de «Carry That Weight» (enlace). Cantada a cuatro voces, Paul compuso este tema sobre su sensación de llevar todo el peso de la unión del grupo. Musicalmente parece una prolongación de «You Never Give Me Your Money» (de la que incluye un fragment0) y nos prepara para el gran final. «The End» (enlace) es la última canción del último disco que grabaron los Beatles, ¿cómo podría titularse de otra forma? De nuevo, Paul es el autor de esta joya en la que la banda despliega sus virtudes instrumentales. En primer lugar, Ringo hace su primer y único solo de batería, Paul recuerda; «nunca logramos convencer a Ringo para que hiciera un solo. Únicamente logramos persuadirle de que hiciera los redobles en ‘The End’, de Abbey Road. ‘Odio los solos’, decía», pero la interpretación de Starr, sin ser un prodigio de complejidad, es muy efectiva. Luego tenemos un fantástico duelo de guitarras solistas en el McCartney, Harrison y Lennon van turnándose, por este orden, tocando un compás cada uno. Acojonante. El gran y melódico final acaba con Paul al piano cantando un verso que John definió como «cósmico»: ‘The love you take is equal to love you make’ (El amor que recoges es igual al amor que das). ¿Se puede mejorar esto?
Aunque este debía ser el final del disco, si dejamos el CD sonar oiremos una breve y sencilla canción acústica de Paul, «Her Majesty» (enlace), que está allí fruto de la casualidad, tal y como explica el segundo ingeniero de grabación, John Kurlander: » «Her Majesty» tenía que colocarse en medio del medley del álbum, entre «Mean Mr. Mustard» y «Polythene Pam». Hicimos todas las mezclas y los fundidos para encadenar las canciones, Paul estaba presente y lo escuchamos juntos por primera vez. Dijo: ‘No me gusta «Her Majesty», tírala’, así que la corté y la saqué. Me habían dicho que no tirase nunca nada, así que cuando se fue la recogí del suelo, le puse unos veinte segundos de cinta neutra y la pegué al final de la cinta de montaje. Al día siguiente, en Apple, Malcolm Davies hizo una copia de trabajo de toda la secuencia y, aunque yo había escrito en la caja que «Her Majesty» se había descartado, él también pensó: ‘No hay que tirar nada, así que la pondré al final’. No lo sé a ciencia cierta, pero cuando Paul escuchó la copia de trabajo, seguramente le gustó oír «Her Majesty» colocada al final… No volvimos a mezclar «Her Majesty», así que aquella fue la mezcla que finalmente acabó en el LP«. Por esto «Her Majesty» no tiene acorde de guitarra final (que está aunque inaudible, al principio de «Polythene Pam») y se explica el estridente acorde que marca el principio de «Her Majesty», que pertenece en realidad al final del «Mean Mr. Mustard» original.
«Abbey Road» se editó el 26 de septiembre de 1969 y entró directamente en el nº 1 en ventas y permaneció en él 11 semanas; en diciembre volvió al nº 1 durante 6 semanas, permaneciendo en listas más de año y medio. Pero su éxito va mucho más lejos de lo comercial, en tanto en cuanto es la obra final, el canto del cisne, de la formación musical más prodigiosa de la historia del rock. Nunca tanto talento estuvo al servicio de un solo grupo musical, y ahí están los resultados: una colección de discos maravillosa, el 99% absolutamente imprescindibles, de la que este «Abbey Road» es el epílogo perfecto.
Desgraciadamente, a pesa del excelso nivel artístico exhibido en su último disco es grupo estaba absolutamente roto para estas fechas. Paul seguía
siendo un Beatle hasta la médula, pero era el único. John seguía haciendo su vida y, tras pasar unos días desintoxicándose de su adicción a la heroína, grabó una canción sobre la dura experiencia del mono que vivió en sus propias carnes. «Cold Turkey» (enlace), que era la canción en cuestión, fue grabada por John con Ringo a la batería y Klaus Voorman (el de Hamburgo) al bajo, y es un sucio y descarnado rock que John incluso llegó a proponer a Paul como próximo single de los Beatles y que acabó editando en Octubre como trabajo de la Plastic Ono Band ante el rechazo inicial de McCartney.
La canción no era gran cosa, pero tampoco justifica el descarnado y furibundo ataque de la crítica que recibió, si bien éste fue ocasionado más por la sórdida temática del tema que por su calidad musical. No obstante, ninguna de las críticas hizo que John frenara su particular proceso de independencia respecto al grupo. A principios de septiembre, aún durante la grabación de «Abbey Road», John había recibido una invitación de los organizadores del festival Rock and Roll en Toronto. Lennon junto a Yoko, Eric Clapton, Klaur Voormann y Alan White (que acabaría siendo el batería de Yes), no sin antes advertir «no hemos tocado ni ensayado nunca juntos, así que tocaremos canciones que todos conocemos», tocaron «Blue Suede Shoes«, «Money«, «Dizzy Miss Lizzy» (horriblemente mal, por cierto), «Yer Blues«, «Cold Turkey» (con Yoko haciendo el payaso), «Give Peace a Chance» y dos basuras integrales cantadas por Yoko como «Don’t Worry Kyoko» y «John, John (Let’s Hope for Peace)«. La verdad es que fue un mal concierto pero sirvió para que John sintiera la emoción del directo y que fuera consciente de lo encerrado que se sentía dentro de los Beatles. Ni corto ni perezoso, Lennon llamó al manager del grupo, Allen Klein y se lo dejó claro: «Me voy de los Beatles, voy a montar un grupo con Eric Clapton y Klaus Voorman. Quiero anunciarlo a la prensa, prepáralo todo». Klein consiguió disuadirle diciéndole que no anunciara nada hasta que hubiera terminado la negociación que estaba llevando con EMI para renovar su contrato.
John aceptó no decírselo a la prensa, pero nada iba a privarle de decírselo al resto del grupo, y en especial a Paul. El 20 de septiembre de 1969, seis días antes de la edición de «Abbey Road», John le dijo a Paul en medio de una fuerte discusión: «Ya no soy un Beatle. Quiero el divorcio, cómo lo hice de Cynthia, ¿cabe eso en tu jodida cabeza?».
Era el final, y aunque Paul pensó que sólo era una de las rabietas de John, decidió darle tiempo mientras él se trasladaba con toda la familia a la granja que había comprado en Escocia decidido a grabar su primer disco en solitario. George y John lo habían hecho, ¿por qué él no?
Pero lo de John no era una rabieta, aunque aún quedaba para el final…, porque ninguna gran historia acaba sin una gran batalla …
TEXTO: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 9 de marzo de 2013


Con el “Álbum Blanco” recién editado, John y Yoko lanzan al mercado el que sería su primer disco: “Unfinished Music No.1: Two Virgins“. Básicamente se trata de la misma basura experimental con la que debutaron en “Revolution 9″ y no hubiera tenido la más mínima repercusión de no haber sido el trabajo de un beatle y, sobre todo, de haber tenido otra portada… John y Yoko aparecen en la cubierta del álbum luciendo un desnudo integral frontal, mientras en el reverso de
la portada podemos contemplar sus posaderas.
cuatro nuevas canciones de los Beatles.
John, Paul, George y Ringo habían invertido en su creación y, por si fuera poco, había perdido 400.000 libras más.
Tras no pensarlo demasiado, decidieron que lo más fácil sería que un equipo de filmación grabara su trabajo diario a modo de documental y, además, aprovechar dichas sesiones para grabar un nuevo álbum que podrían editar un nuevo LP. Con la idea cogida por hilos, contrataron al productor productor del programa musical Ready, Steady, Go!, el neoyorquino Michael Lindsay-Hogg, como director. Adicionalmente, y a sugerencia de Paul se hicieron con los servicios de Glyn Johns (que hasta la fecha había producido a The Rolling Stones o Traffic) como supervisor del sonido. Las funciones de George Martin no quedaban muy claras ya que el grupo no quería un productor como tal , «me dijeron que querían llegar directamente al fondo, a lo elemental, no querían utilizar ningún tipo de doblaje, cantarían las canciones como les salieran«.
reproducir la fotografía original seis años después.
Mystery Tour» —declararía John —. «A Paul se le ocurrió hacernos ensayar para hacer un nuevo disco. Terminamos unas cuantas canciones, pero sin ningún interés por parte de nadie. Él lo dispuso todo y comenzaron las discusiones sobre lo que había que hacer. Yo me limitaba a decir a todo que sí porque ya estaba con Yoko y el resto me importaba un pito. No movía un dedo y ni a mí ni a nadie le importaba lo más mínimo». Los esfuerzos de McCartney por poner orden acaban exasperando a sus compañeros y aún empeoran la situación. El 6 de enero se produce una de las
en alta mar, la sala principal del Parlamento Británico, un geríatrico… George fue descartando todas. Llegaron al consenso de hacerlo en un anfiteatro romano en Trípoli, pero la idea se descartó cuando, el 10 de enero, a pocos días de ultimar los detalles del viaje, George Harrison anunció que abandonaba el grupo.
George invitó a su amigo Billy Preston a la primera sesión en Apple y, como ocurriera cuando llevó a Eric Clapton a las sesiones de «Álbum Blanco», la presencia de un quinto hizo que el ambiente mejorara sensiblemente, recuperando por momentos incluso el
fantástica «I’ve Got A Feeling» (
Mientras, el 12 de marzo de 1969, Paul aprovechó para casarse con Linda Eastman que ya estaba embarazada de la que sería la primera hija e ambos, Mary. Ningún Beatle acudió a la ceremonia: John y Yoko dijeron que estaban grabando un disco y no podían, Ringo y Maureen se quedaron en casa, George dijo que tenía cosas que hacer… Nada diferente a lo que pasó en la boda de John y Yoko, que se celebró apenas una semana después en Gibraltar,
ni Paul,ni George, ni Ringo hicieron mención de acudir al enlace.
La banda, no demasiado ilusionada con su nuevo trabajo, decide posponer la edición del disco hasta septiembre, fecha en la que estaba previsto estrenar la película. Entre tanto aprovecharon para editar un nuevo single.»Get Back» (
Apple. Así Paul, muy activo en este aspecto, trabajó mucho con Badfinger, a los que cedió una de sus 
La primera víctima de esta forma individualista de proceder en el estudio fue Ringo. Con mucho menos talento para la composición que sus compañeros, Ringo se sentía aislado, como un mero músico de sesión y decidió abandonar el grupo alegando que ya no existía esa complicidad que le hacía disfrutar de ser miembro de un grupo . Peter Brown, describe la situación: «La mayor parte del tiempo que Ringo pasaba en el estudio, se sentaba en una esquina y jugaba a las cartas con Neil Aspinall y Mal Evans. Era un secreto a voces entre los íntimos de los Beatles que, cuando Ringo abandonaba los estudios, Paul añadía pistas de batería tocadas por él mismo. Cuando Ringo volvía al estudio al día siguiente, hacía ver que no se daba cuenta de que no era él quien tocaba», y el propio Ringo añade, «… Mi forma de tocar me parecía una mierda. Y aquellos tres se metían conmigo. Tenía la sensación de que nadie me quería; me sentía fatal. Así que me dije: ‘¿Qué hago aquí?. Esos tres se llevan perfectamente y yo ni siquiera estoy tocando bien’… Aquello era una locura, así que me fui de vacaciones para aclararme. No sé, quizá me cogió la paranoia. Para tocar en un grupo hay que confiar unos en otros». Eligió como destino Cerdeña.
Yoko seguía allí, estaba presente en todas las sesiones de grabación a las que asistía Lennon, hasta el punto que la japonesa trasladó su cama al estudio. Pete Shotton, amigo del grupo recuerda «En el mejor de los casos, la presencia de Yoko tendía a inhibir a los otros Beatles y a reprimir la extraordinaria relación que habían tenido hasta entonces; en el peor de los casos, Paul o George dejaban aflorar su resentimiento, John se ponía a la defensiva y las tensiones se exacerbaban aún más… A lo largo de mis numerosas visitas a Abbey Road durante el verano y el otoño de 1968, las bromas, las risas y la camaradería de siempre brillaron por su ausencia. Las sesiones de grabación de los Beatles se habían convertido en procesos serios y llenos de acritud, a años luz del ambiente festivo que impregnó la creación de Sgt. Pepper».
Por otro lado, el profesional McCartney, empezó a liderar las sesiones y su exceso de perfeccionismo y de celo en la grabación especialmente de sus canciones, llegó a exasperar al resto. Ringo recuerda condescendiente, «Paul es fantástico, es el mejor bajista del mundo. Pero también es de ideas fijas; sigue y sigue para ver si puede salirse con la suya. Aunque esto por supuesto, pueda ser una virtud, hacía que de vez en cuando surgieran desavenencias» y Harrison es mucho más irónico al respecto, «Paul siempre estaba dispuesto a ayudar… después de haber hecho sus diez canciones. Entonces venía a hacer una de las mías, entonces ayudaba. Era ridículo, y muy egoísta por su parte».
«Hapiness is a Warm Gun» «Revolution 9», de Lennon, «
El lejano sonido de un reactor comienza a colarse en el ambiente…, «Back In The U.S.S.R» (
en la India. Es una canción sobre la hermana de Mia Farrow, que pareció volverse un poco loca, ya que meditaba demasiado y no salía de la pequeña cabaña en que vivíamos», recordaba Lennon. De nuevo Ringo no está detrás de los tambores y de nuevo Paul ocupa su puesto.
hablando de cómo los baterías tienen que tocar en consonancia con el cantante: «La articulación de las palabras es la que debería determinar el toque global del tema… ‘Ob-la-di’ va acentuado, ‘ob-la-da’ va acentuado, ‘life goes on…’, todo esto te mete en el feeling del ska. En esta letra hay una clara escansión, lo cual probablemente les llevó a tocarla con ritmo ska. De hecho, es uno de los primeros ejemplos de reggae blanco». Es una canción infecciosamente pegadiza y Paul quería editarla como single, pero George y John la vetaron por parecerles excesivamente trivial. De hecho Lennon la odiaba profundamente calificándola de «mierda para viejas».
Clapton que participase en la grabación, «Trabajé en esta canción con John, Paul y Ringo un día, y no terminaba de cuajar. Yo sabía que era una buena canción. Al día siguiente estaba con Eric Clapton y, de camino a la sesión, le dije: ‘Vamos a hacer esta canción. Ven a tocarla’. El dijo: ‘Huy, no, no puedo. Nadie toca en un disco de los Beatles’. Yo le dije: ‘Mira, es mi canción y quiero que la toques’. Así que vino Eric y los otros tres estaban como la seda por su presencia. Eric la tocó y lo que hizo me pareció realmente bueno».
solo de guitarra y la sección de I need a fix…., luego va a compases alternos en 9/8 y 10/8 en Mother Superior…, para regresar por último al 4/4 para la sección final en estilo doo wop), su variedad estilística, su enrevesada letra y su maravillosa interpretación tanto vocal como instrumental hacen de esta canción uno de los pilares del álbum tal y como siempre han reconocido Paul («Creo que es mi canción favorita del álbum») y George. La influencia del tema ha llegado se ha prolongado en el tiempo al punto que el grupo británico Radiohead reconocen su influencia en la fabulosa «
lucha de los negros por sus derechos civiles. Una maravillosa canción que eleva la música acústica a lo más alto.
Paul continúa empeñado en tocar todos los estilos posibles y, tras mecernos con la suavidad de «Blackbird» nos espabila a base de bien con la potentísima «Why Don’t We Do It In The Road» (
productor de la sesión en ausencia de George Martin que se había cogido unos días de vacaciones, describe el nacimiento de la canción: «… Paul fue el primero en llegar y empezó a tocar el riff de ‘Birthday’. Cuando llegaron los demás, Paul había compuesto literalmente la canción, ahí mismo, en el estudio. Luego John le ayudó a terminarla«. Un buen número de rock en el que Paul toca el piano, Ringo la batería, John la solista, George el bajo y Yoko y Pattie Harrison ayudaron en los coros.
Ambos temas se inspiraron en la misma conferencia del Maharishi«. McCartney vuelve a asumir el control y toca todos los instrumentos excepto los arreglos de viento.
es fantástica.
de Paul aunque, en esta ocasión, colaboró con un brillante solo de guitarra tal y como recuerda George, «John hizo un solo fantástico en ‘Honey Pie’… parecía Django Reinhardt o algo así. Era uno de esos en que cierras los ojos y no fallas ni una nota, era como un pequeño solo de jazz».
intentaron excluirla del álbum pero John fue inflexible, «esta es la música del futuro«, proclamó. A McCartney le desagradaba especialmente, él ya había hecho cosas de este tipo mucho antes («Carnival Of Light») y prefirió que quedaran en privado y no publicarlas en un disco de los Beatles, algo que para Paul era «sagrado». Es una soberana basura sin ningún tipo de mérito artístico. Desechable.
Tras el fracaso cimematográfico, que no musical, que supuso «Magical Mystery Tour» el grupo retomó la actividad y, el 3 de febrero de 1968, vuelven al estudio para trabajar sobre una nueva canción que Paul había compuesto. La soberbia «Lady Madonna» (
estaba lejos de ser ideal. La banda estaba acostumbrada a gastar sin criterio, pedían dinero y simplemente se les daba, pagaban un 96% en concepto de impuestos, EMI les debía 1.000.000 de libras en concepto de derechos de autor… Tras acudir a expertos financieros en busca de consejo llegaron a la conclusión que la mejor idea para revalorizar sus ingentes ingresos era expandirse, invertir, convertirse en hombres de negocios…
celebridades como Donovan, Mike Love de los Beach Boys o la actriz Mia Farrow.
meditación, pero, entre charlas y sesiones los Beatles tenían mucho (pero mucho) tiempo libre, sobre todo por las noches. Tiempo que usaron para componer una ingente cantidad de canciones, la mayoría de una inmensa calidad. Lejos del alcohol, las drogas y el ruido del showbussines, el reinante ambiente de camaradería hizo que las musas no se separaran del grupo.
Así que sólo quedaban George y John. No obstante, las sospechas de que las prácticas del Maharishi tenían más que ver con aspectos financieros que espirituales. Descubrieron que el gurú tenía un contable, cuentas en suiza y que «sugería» a sus estudiantes famosos que hicieran «donaciones» para que la verdad pudiera llegar a todos los hombres.
Paul y John viajaron a Nueva York para anunciar oficialmente el nacimiento de Apple Corps. a la que definieron como «una especie de comunismo occidental, queremos ayudar a otras personas con sus proyectos …ya ven, por primera vez el patrón no busca ganancias, si usted tiene un sueño yo le diré, «venga , hagámoslo» … y que no tengan que pedir a nadie de rodillas».
divorcio.
dibujos animados no sólo en su país, sino también en Estados Unidos y Gran Bretaña. En la primavera de 1967, George Dunning incluyó en el proyecto al checo Heinz Edelmann cuyos llamativos carteles publicitarios le hacía parecer el artista más idóneo para crear un diseño gráfico innovador. Los Beatles se desentendieron de la película, sólo John se implicó mínimammente cuando una noche, a las tres de la
mañana, telefoneó al productor, Al Brodax para sugerirle que «sería genial ver en la película a Ringo seguido por la calle por un submarino amarillo», la escena acabo apareciendo al principio del film.
La película se estrenó en Londres, el 17 de julio de 1968 y, como siempre, en el London Pavilion, suponiendo l debut público de un producto cinematográfico bajo el sello «Apple». 10.000 fans colapsaron los alrededores de Picadilly Circus esperando la llegada de Los Beatles, haciendo necesaria la intervención de la policía.
Volviendo a la música, Apple Records, filial musical de Apple Corps. aún no había editado ningún disco de los Beatles y el debut iba a ser inmejorable. «Hey Jude» (
como compuso la canción, «comencé con la idea de ‘Hey Jules’, que era Julian, don’t make it bad, take a sad song and make it better (no lo estropees, toma una canción triste y mejórala). ¡Hey, trata de lidiar con esa terrible situación! Sabía que no iba a ser fácil para él. Siempre me sentí triste por los niños en los divorcios… Para cuando llegué ya tenía la idea para la canción. Lo cambié a ‘Jude’ porque pensé que sonaba mejor«
400.000.000 de personas; cada país podía mostrar al mundo lo que quisiera durante algunos segundos. Los distintos países eligieron sus paisajes más representativos, monumentos, danzas…, y el Reino Unido eligió a los Beatles.
por George quien, a su vez, acompañaba a su novia Pattie que ya estaba aprendiendo misticismo y la meditación transcedental, disciplinas de las que el Maharishi era máxima autoridad. Los Beatles fliparon con el enjuto y místico personaje. Semanas después partían a Bangor, Gales para asistir a un curso de Meditación Trascendental impartido por Yogui.
hasta demasiado caballeroso para el negocio de la música: creía en la palabra dada. Cumplía sus compromisos: los Beatles hicieron actuaciones por un caché mínimo que se habían firmado cuando todavía no había comenzado el boom (en esos casos se suele renegociar el dinero o, si el manager tira hacia lo despiadado, se suspenden con un falso certificado de enfermedad). También puede afirmarse que la honestidad de Epstein y su insistencia con modos de «gentleman» le abrieron muchas puertas, especialmente en Estados Unido. Considerando las circunstancias, Epstein desarrolló una organización eficaz, que supo llevar al cuarteto por todo el mundo sin grandes contratiempos. Una organización que funcionaba aunque Brian desapareciera unos días, en medio de una gira, siguiendo algún impulso sexual. Una vez conquistado el mundo, los Beatles decidieron dejar de girar. Aunque algunos atribuyen a esa disminución de responsabilidades la posterior caída en picado de Epstein, lo cierto es que entonces tuvo la posibilidad de vivir a su gusto. Y lo hizo. A fondo. Se despertaba a la hora que quería y la toma de decisiones estaba a expensas de su nocturnidad. Se aficionó al juego y aumentó el abanico de drogas que consumía (marihuana y LSD, aparte de las de farmacia). Al margen de muchas aventuras, tuvo un noviazgo tormentoso con un chapero bisexual y rastrero que le proporcionó constantes disgustos. En realidad, Epstein fue la primera gran víctima de la era de permisividad que comenzó a mediados de los sesenta».
Como ocurriera con «Sgt. Pepper’s», Paul tuvo la idea en un avión en el que estuvo leyendo «The Merry Prankster», de Ken Kesey, sobre una troupe que viajaba en autobús por recónditos parajes californianos consumiendo un refresco llamado Kool-Aid en el que disolvían LSD. Dicho viaje inspiró a McCartney la idea de una serie de pequeños autocares que partían rumbo a «giras misteriosas» por diversas localizaciones de las costas británicas. A partir de ahí a Paul se le vinieron a la cabeza distintas imágenes de enanos y mujeres gordas, que iría anotando en una hoja de papel durante el vuelo. También se le ocurrió el título de Magical Mystery Tour e incluso escribió el primer verso de lo que acabaría siendo la canción titular.
leerse «Magical Mystery Tour». Luego, una vez fueron a buscar (ya subidos en el bus) a John, George y Ringo a sus casas, Paul anunció al pasaje que debían permanecer siempre en los mismos asientos y no cambiar su vestimenta, puesto que pensaba filmar numerosas escenas de interior…, y, dos semanas después habían acumulado unas diez horas de grabación que tuvieron que editar hasta conseguir acortar la duración del film a poco menos de una hora (duración que habían pactado con la BBC, donde se estrenaría la película).
Beatles fracasan por vez primera con la película de Pascuas». La crítica fue tan agresiva que Paul se sintió en la necesidad e pedir disculpas en público y, un día después (28 de diciembre de 1967), en el Evening Standard decía: «Ha sido como recibir un golpe en la cara y la próxima vez no cometeremos el mismo error. Algunas personas se enojan porque nos metemos en profundidades sin saber realmente cómo son las cosas. Supongo que si se mira Magical Mystery Tour desde la perspectiva de un entretenimiento de vacaciones, realmente hemos metido la pata».
Las cadenas televisivas norteamericanas rechazaron emitir la película, pero se estrenó en las salas de cine estadounidenses en mayo del 68, cosechando sorprendentemente las únicas críticas favorables… Pero, ¿tan mala era?, ¿tiene razón Spielberg al decir que es una joya que supone la obra maestra de la psicodelia?, pues ni una cosa ni otra… Realmente fue el único fracaso comercial que sufrió el grupo en toda su carrera, eso es indudable y, desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, no es de extrañar. Sin embargo, tampoco es injusto decir que tiene un puñado de buenas secuencias (


La canción titular, «Magical Mystery Tour» (
secuencia de acordes y los acertados arreglos de flautas (la solista tocada por el propio McCartney).
maestra.
inactividad de la banda. De ahí que existiera una importante expectación con su vuelta al estudio, al que todos retornaron con frondosos bigotes provocando toda una serie de comentarios de la prensa británica.
la primera parte de esta y la segunda de esta…mézclalas». George Martin, horrorizado, le dijo que eso era imposible ya que estaban grabadas en distintos tonos y en distintos tempos (hoy en día, con grabaciones digitales, se haría sin demasiados problemas, pero esto pasó hace más de cuarenta años). «Tú sabrás como arreglarlo», dijo John, y… se fue.
de lograr el disco perfecto y aterrorizado por la idea de no conseguirlo. Aquejado de sus obsesiones, e incrementando éstas con un masivo uso de drogas, tenía un comportamiento cada vez más difuso hasta que un día, acompañado de un amigo, Brian daba un paseo en coche para liberar tensiones después de una maratoniana sesión de grabación. Enchufaron la radio y, en ese momento, febrero de 1967, escucharon «Strawberry Fields Forever»
de la parada donde Paul -autor de la canción- se subía al autobús para ir al colegio, es un monumento al pop. Mccartney nos propone un bucólico viaje en autobús por Liverpool descibiendo sus gentes y lugares. El sonido de la canción está muy influenciado por las limpias grabaciones de «Pet sounds», disco por el que Paul estaba prendado.
Forever», anunciaban un futuro LP de alto nivel…, pero la Capitol americana necesitaba algo nuevo de los Beatles ya (recordad que, hasta la fecha, habían estado lanzando al mercado dos LP’s por año y varios singles) y, ante las fuertes presiones y como no tenían nada más, se vieron obligados a publicarlo como single.
No es fácil decir algo de este disco que no se haya dicho ya. Es una obra de arte, sin más y sin menos. Quizás no sea el disco del grupo que contenga sus mejores canciones. Quizás el grupo de canciones de «Revolver» sea mejor. Pero lo que está claro es que este «Sgt. Pepper’s» funciona como un conjunto, como ningún disco lo había hecho hasta la fecha y como pocos volverán a hacerlo. Sus arriesgados arreglos, inspiradas melodías y fabulosas guitarras…, todo encaja.
base de esta percepción, el Sgt. Pepper devino en el catalizador de una explosión de gran entusiasmo por parte de las masas para con el formato de álbum de rock, que iba a revolucionar tanto la estética como la economía de la industria discográfica que sobrepasaría las anteriores explosiones pop provocadas por el fenómeno de Elvis en 1956 y el fenómeno de la Beatlemanía en 1963″. Y es que esto es lo que hizo «Sgt Pepper’s», cambiar el concepto. El pop y el rock se hicieron adultos el día en que las copias de este LP empezaron a escucharse en los hogares de medio mundo.
Si se habla de Sgt. Pepper’s, no se puede dejar de mencionar su soberbia portada, pues el álbum destacaba tanto por su música, como por su concepto. Fue el primer LP con la totalidad de las letras impresas y que tuvo
unas tapas desplegables en forma de carpeta, incluyendo además recortables en el interior.Durante las sesiones de grabación, McCartney se convenció de que Sgt. Pepper era una gran obra artística e insistió en que la portada del álbum debía ser digna de su contenido. El propio Paul afirma:, «Hasta este álbum nunca pensamos en tomarnos la libertad de hacer algo como Sgt. Pepper. La marihuana empezó a impregnar todo cuanto hacíamos. Coloreó nuestra percepción y empezamos a darnos cuenta de que no había tantas barreras como pensábamos, y que podíamos aportar innovaciones como trabajar en la portada del álbum o inventar otra identidad para el grupo».
Pero lo realmente sobresaliente del álbum es su música y la forma de presentarla. Según la idea original el disco debería presentarse como si se tratase de un concierto en directo a cargo de la Banda de Corazones Solitarios…
y uno de los estándares del pop/rock de todos los tiempos cuya fama aún se vio más respaldada con la excelente versión que
El nivel sigue a alturas estratosféricas y se eleva más aún, si cabe, con la inconmensurable «Lucy In The Sky With Diamonds» (
Better» (
donde iría. Se trata de ti interfiriendo con las cosas. SI tu eres un yonky sentando en una habitación chutándote heroina entonces significará eso para ti, pero cuando la escribí quería decir que si había una grieta en la habitación o la habitación no tiene suficiente color, entonces la pintaré», aclara el propio Paul. Sea como fuere es una joya con un marcado estilo jazzy y un estupendo trabajo instrumental.
disipando apenas han pasado dos canciones, la unidad atomosférica de la cara A es pasmosa y consigue que el oyente lo perciba como un todo único.
abuelitas» . Una joya.
dijo , «…me siento a menudo al piano y me pongo a trabajar en las canciones, con la tele bajita como ruido de fondo. Si estoy algo bajo de forma y la cosa no avanza, entonces empiezo a escuchar lo que dicen en la tele. Fue así como oí ‘Good Morning Good Morning'(Buenos días, buenos días)… era un anuncio de cornflakes…» . Al final de la canción, y como continuación al gallo del comienzo, John quería poner sonidos de animales de forma que cada animal tenía que poder atacar/comerse al anterior…, así, tenemos una serie de gallo, gato, perro y caballo, otra de ovejas, leones, y elefantes, un zorro perseguido por galgos, una vaca mugiendo y .finalmente. otra vez el gallo… En una de esas maravillosas casualidades, George Martin, comprobó que el sonido del gallo final era muy parecido al sonido de la guitarra del principio de la siguiente canción… «pude cortar y mezclar las dos pistas de forma que la primera se convirtió realmente en la segunda. Fue uno de los montajes más afortunados que pueda imaginarse». Esa siguiente canción es «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Reprise)» (
afirmaban en 1987 (2o años después de su edición), «esta canción es la única que sigue sosteniendo, rejuveneciendo y enardeciendo mis sentidos y sensibilidades». Resultado de la unión de dos canciones distintas, una de Lennon y otra de McCartney, «A Day In The Life», arranca con la parte de John (con la que también finaliza). Lennon se inspiró en varios titulares de periódicos para conseguir unos versos fabulosos, evocadores y provocadores sin perder un ápice de belleza. No obstante John no conseguía terminar la canción y, como no, acudió a su compañero… La sorpresa fue comprobar que Paul estaba igual, con una canción que se le resistía…, y la sorpresa se convirtió en milagro cuando comprobaron que ambos temas encajaban. John y Paul se pusieron en seguida a trabajar en la letra, «…habíamos comentado la historia de un hombre afortunado que había tenido éxito y había una foto de él sentado al volante de su cochazo; John no pudo evitar ponerse a reír cuando lo vio. No es más que un poco de humor negro. El trozo siguiente era una canción en sí misma, pero resultó que se adaptaba bien a la primera parte. Eran recuerdos de lo que era ir corriendo por la calle para coger el autobús, echar un pitillo y meterse en clase. Así que decidimos: ‘¡Venga, tío, vamos a hacer una canción de drogas!. Era lo único del álbum escrito deliberadamente para provocar a la gente. ¡Pero lo que queríamos realmente era mostrar la verdad y no sólo la maldita marihuana!. Recuerdo haber tenido muy presentes las palabras (turn you on – «excitarte» ó «ponerte ciego») y pensar: ‘Esto es lo más fuerte que hemos escrito hasta ahora’. En fin, que la BBC la prohibió…», recuerda el propio McCartney.
George, John, y Paul… John sugirió añadir un silbato de perro para alterar a los animales. La canción y el LP concluyen con un galimatías (
abandonó su proyecto «SMiLE» al tener claro que no pordría superar a los Beatles, Jimi Hendrix versionaba «
pasarían muchas cosas. Entre otras cosas que Paul tuvo un peligroso accidente al estrellar su motocicleta contra el pavimento y salir disparado contra el pavimento. Los daños fueron mínimos: su labio fue profundamente cortado, un buen corte en un ojo y una fractura dental. Un doctor local tuvo que ser despertado a esas altas horas de la madrugada para efectuar las curas ya que no se llamó a ningún hospital ni a la policía ya que pensaron que la historia podría haber sido utilizada por la prensa sensacionalista y quisieron evitar cualquier escándalo posible. Este accidente daría mucho que hablar en el futuro ya que, años después, el 17 de septiembre de 1969, el periódico de la Universidad de Drake en Des Moines (Iowa), publicó un reportaje firmado por Tim Harper y titulado ¿Está muerto el Beatle Paul McCartney? Cuando el rumor se extendió, Harper logró protagonismo en los medios y concedió entrevistas hablando sobre el asunto: «Era sólo una broma. Cuando escribí la historia sabía que no era cierta«. Poco después, el 23 de septiembre, en el periódico del campus de la Universidad del Norte de Illinios, Northern Star, Barv Ulvilden amplió este rumor en el artículo «Pistas apuntan a la posible muerte de un Beatle». Básicamente la noticia apuntaba a que Paul había muerto y había sido sustituido por un doble, William Campbell. A partir de entonces, fans con mucho tiempo e imaginación empezaron a buscar en portadas y canciones pistas que demostraran que Paul estaban muerto y había sido sustituido, dando forma a la teoría «Paul is dead». Lo iremos comentando.
canción, compuesta y cantada por Paul, está muy marcada por la presencia del nuevo bajo de McCartney (Rickembaker 4000), un nuevo sonido para una nueva época. Geoff Emerick, quien sustituyó por aquel entonces a Norman Smith como ingeniero de sonido del grupo, afirma «fue la priemra vez que el sonido de un bajo se oía en todo su esplendor». Es un tema que empieza a dejar ver un nuevo sonido que se acentúa, aún mas, en la cara B del single, «Rain» (
Como vimos en el capítulo anterior, «Rubber Soul» asombró al genial Brian Wilson, líder y cerebro de los Beach Boys, «un disco lleno de canciones buenas, sin relleno..., yo también puedo hacerlo…Voy a grabar el mejor disco de todos los tiempo” repetía de forma obsesiva a su entorno. El disco se llamaría «Pet Sounds» (
antecedió a una nueva gira mundial del grupo que en un principio les llevó del 24 al 26 de junio a Alemania.
La diversión comienza con «Taxman» (
incluidas al primer ministro Harold Wilson (ah, ahh, Mr Wilson) y al jefe de la oposición Edward Heath (ah, ahh, Mr Heath). Basada en un insitente riff (que años después The Jam y su «
hay que destacar la contribución del productor George Martin con su estratosférico arreglo de cuerda para dos chelos (a cargo de Derek Simpson y Norman Jones), dos violines (Tony Gilbert, Sidney Sax, John Sharpe y Jurgen Hess) y dos violas (Stephen Shingles y John Underwood). Ningún Beatle, salvo Paul , que se dobla las voces, intervino en la grabación. Respecto a la excelente letra sobre la soledad, Paul comenta: «Fui jugando con las palabras. Originalmente la protagonista se llamaba ‘Miss Daisy Hawkins’, al principio pensé que era una chica joven, un poco como ‘Annabel Lee’, pero no tan sexy, aunque luego me di cuenta de que había dicho que estaba recogiendo arroz en una iglesia, así que tenía que ser una especie de señora de la limpieza; se había perdido la boda y de pronto se sentía sola. De hecho, se lo había perdido todo: era como una solterona… Pero realmente no me gustaba ‘Daisy Hawkins’, quería un nombre que fuera más real… Saqué el nombre de Rigby de una tienda y creo que Eleanor venía de Eleanor Bron, la actriz con la que trabajamos en la película «Help!». Sencillamente me gustaba el nombre. Buscaba un nombre que sonara natural. Eleanor Rigby sonaba natural… Ya lo tenía, así que fui a casa de John para cantársela… Lo siguiente fue Father McKenzie. Iba a ser Father McCartney, pero luego pensé que eso era hacerle una faena a mi padre, metiéndole en una canción tan solitaria. Así que nos pusimos a buscar en listín de teléfonos y allí estaba…, a John le gustaba más como sonaba McCartney pero acabó siendo Father McKenzie, y era justo como lo había imaginado: solitario, zurciéndose los calcetines». Una barbaridad de canción. Imprescindible.
Sleeping» (
muy lejos de ser un mal tema. En todo momento fue concebida por Paul, su autor, como una canción infantil que acabaría sirviendo para que Ringo tuviera su momento de gloria en el disco. Todas las sesiones estuvieron presididas de un tono de diversión y experimentación que se traduce en el jocoso resultado final.
ambos, junto a George Harrison y otros amigos, compartieron. «La escribí después de un viaje de ácido en Los Angeles, durante un descanso en la gira de los Beatles, donde nos estábamos divirtiendo con los Byrds y muchas chicas… Peter Fonda llegó cuando estábamos «viajando» y constantemente se acercaba a mí, se sentaba a mi lado y susurraba ‘I know what it’s like to be dead’ (Sé lo que es estar muerto). Estaba describiendo un viaje de ácido que había tenido». Al margen de su origen, la canción destaca por sus sólidas guitarras y sus sorprendentes cambios de compás. Una gran canción para terminar una fastuosa cara A.
grabación y, en un principio, cantaban todo el tema a varias voces como se puede apreciar en la hilarante
Paul es «como un chiste… sobre aquel tío que curaba a todo el mundo de todos los males con pastillas y tranquilizantes, con inyecciones para esto y aquello; mantenía a Nueva York con un buen punto. De eso habla ‘Doctor Robert’: un médico de pastillas que te hace una buena visita. Era un chiste entre nosotros».
Poco después de aterrizar en tierra yanqui, los Beatles se encuentran con la furibunda reacción de los grupos cristianos americanos, especialmente los del sur del país que se encargaron de organizar incluso quemas públicas de discos. Todo provocado por aquellas declaraciones de John, publicadas meses atrás en las que afirmaba que «Ahora nosotros somos más populares que Jesucristo». La polémica y la inagotable estupidez del catolicismo oficial llegó a tal nivel que incluso el Vaticano llegó a a formular una protesta formal.
separación definitiva pero, en lugar de eso, decidieron tomare un tiempo en le que cada uno se dedicaría a lo que le viniera en gana, a sus proyectos personales.
Paul se fue de vacaciones a África y, a su vuelta, se dedicó a componer la banda sonora de la película «The Family Way», una trama cómica de una pareja de clase trabajadora recién casada, interpretada por Hayley Mills y Hywel Bennett, quienes al casarse viven con los padres de él y por vivir en una casa pequeña no pueden consumar el matrimonio, en medio de chismes y tensiones provocadas por esta situación. La película acabaría estrenándose en 1967 y Paul obtuvo el premio Ivor Novello de la Academia Británica de cantautores, compositores y actores en 1967.
Tras la edición de «Help!» el grupo comienza una nueva gira que, en esta ocasión, los traería por primera vez a España. La llegada de los Beatles a España tuvo en Francisco Bermúdez -manager de Raphael- a su principal artífice. Bermúdez tuvo que esforzarse en convencer a los empleados del régimen franquista que veían a la banda como cuatro melenudos cuya influencia podía ser muy dañina para la sana, cristiana y ejemplar juventud patria.
El encuentro fue arreglado por los managers de ambos, Brian Epstein y el Coronel Parker. Los músicos se encontrarían en Perugia Way nº 565, Bel Air, la casa de Elvis en California. Los Beatles llegaron poco después de las 22h y permanecieron allí entre tres y cuatro horas. Aunque hay múltiples versiones del encuentro, las más creíbles y concordantes son las del agente de prensa de Los Beatles, Tony Barrow, y el amigo de Elvis, Larry Geller.
Para gran mayoría de la crítica, estamos ante uno de los mejores álbumes de los Beatles. Lo que es indudable es que marca un antes y un después en la carrera de la banda. Estamos ante un nuevo grupo, a este respecto John afirmó «nos estábamos volviendo mejores, técnica y musicalmente, eso era todo. Por fin fuimos capaces de dominar el estudio. Al principio, hacíamos lo que se nos decía: ni siquiera sabíamos cómo subir el bajo. Aprendimos las técnicas en Rubber Soul. Fuimos más precisos sobre cómo grabar un disco. Y lo controlamos todo, hasta la portada»… Pero no era sólo eso, eran un grupo distinto, influenciados por Dylan y mucho más maduros a la hora de componer. «Realmente, creo que Rubber Soul fue el primer álbum de The Beatles que presentaba unos nuevos Beatles al mundo. Hasta entonces, los álbumes eran más bien recopilaciones de sencillos. Ahora estábamos empezando a pensar en los álbumes como unidades artísticas propias. Y Rubber Soul fue el primero de esta nueva etapa», recordaba George Martin, su productor.
la casa de John en Weybridge y quiso enseñárnoslas proyectándolas en una cartulina, para simular cómo quedaría en una portada de un álbum. En ese momento, parte de la cartulina se inclinó hacia atrás, haciendo que la imagen se deformase y alargase…. y dijimos…¡Ey! ¿Podemos dejarla así?» . Sea como fuere es un disco fantástico, su mejor trabajo sin duda hasta ese momento, lleno de enormes melodías, con una variedad estilística pasmosa y un alto nivel lírico. Las personalidades y los estilos de John y Paul empiezan a separarse aquí de forma clara, y si a eso le añadimos las fantásticas aportaciones de George, llegamos a la situación que hizo de los Beatles una banda sin parangón en la historia del pop y del rock: tres compositores de alto nivel al servicio del mismo grupo…, los Kinks tenían a Ray Davies, los Beach Boys a Brian Wilson, los Who a Pete Townshend… pero ¡¡tres!!
La cara A arranca con «Drive My Car» (
La cara B se inagura con «What Goes On» (
«I’m Looking Through You» (
En febrero de 1965, la revista Playboy, publica una jugosa entrevista con la banda que había tenido lugar unos meses antes, octubre del 64, durante la última visita del grupo a los USA
Supongo que, a veces, os levantareis por la mañana y direis…¡Dios!, ¡Soy un Beatle!
¿Hablas de ti o del grupo?
En Marzo del 1965, sCapitol edita en Estados Unidos, y sin realizar consulta ninguna a la banda, «The Early Beatles«, la versión USA del que fuera primer disco del grupo («Please Please Me») en el ya lejano 1963 y que la Capitol rechazó en su momento. El grupo había evolucionado mucho y su pñublico con él, de ahí que el LP alcance un modesto puesto número 43. A estas alturas, los Beatles, ya estaban muy molestos con las ediciones americanas de sus LP’s…, cambios de portadas, títulos, recortes, mezclas de canciones correspondientes a distintos discos…, pero, tenían cosas más importantes de las que ocuparse en ese momento, iban a rodar otra película.
Lejos del realismo pseudo-documental de la anterior, la nueva película sería pura ficción y el título que se usó desde el principio fue «Eight arms to hold you», de nuevo una de las expresiones de Ringo. Finalmente acabaron desechando el título ante las dificultades de John y Paul para componer una canción con ese nombre…, y es que, de nuevo, mientras se estaba rodando la película, el grupo iba componiendo y grabando los temas que aparecerían en la misma… un auténtico tour de force. Según Lester, «La película no se iba a
llamar Help!, lo que pasó fue que tuvimos problemas legales. El título original era ‘Help, Help’ pero los abogados nos dijeron que ya estaba registrado y no podíamos utilizarlo. Finalmente, Los Beatles dijeron ‘¿Qué ocurriría si pasásemos de abogados?’; y todos respondieron ‘¡Oh, no!’. Pregunté entonces si Help, Help llevaba signo de exclamación y resultó que no. De modo que dije: Si pongo una exclamación cambio el título, ¿no?’. Respondieron ‘Sí’. Increíblemente, veinticinco minutos más tarde, Lennon y McCartney habían compuesto una canción que encajaba con el título recién inventado».
Bahamas porque les pareció un buen lugar para pasar unos días. El propio McCartney añade: «Ni siquiera eché un vistazo al guión hasta el primer día. Pero nos lo pasamos muy bien. Había un montón de chicas estupendas. En «Another Girl» llevo una en brazos y, básicamente lo que intentaba era llevármela a la cama. Eso era lo que intentábamos, continuar con nuestras vidas al mismo tiempo que hacíamos la película». El ambiente de locura se incrementó por el hecho de que los Beatles dedicaron los tiempos muertos a disfrutar de su nueva afición: la marihuana. Durante la práctica totalidad del rodaje sus pupilas dilatadas eran tan frecuentes como sus dificultades para contener la risa. Según John: «El mejor material rodado en Help! se quedó en el suelo de la sala de montaje, con nosotros entrando violentamente en escena y cayéndonos por todas partes a causa de los efectos de la yerba».
hecho que hará correr ríos de tinta en los tabloides británicos. Galardón que John Lennon devolvería años después «como protesta contra el involucramiento de Inglaterra en el asunto Nigeria-Biafra, contra nuestro apoyo a Estados Unidos en Vietnam y por el bajón de ‘Cold Turkey’ (su single del momento) en las carteleras». Más tarde el propio Lennon diría «Mucha gente se quejó porque nosotros habíamos recibido la medalla. Después se las dieron otros por su heroísmo en la guerra. Se las dieron por matar gente y nosotros la merecimos por no matar gente. De alguna manera fue un acto de hipocresía de mi parte el aceptarla, pero me alegra haberlo hecho porque más tarde me sirvió para poder enviarles un mensaje de protesta».
Antes de que acabara este junio de 1965, Capitol edita en Estados Unidos otro de sus LP’s a lo Frankestein (con retales de distintos álbumes). Así, «Beatles VI«, sería el sexto disco de los Beatles en el mercado americano. Es esta ocasión el collage se compone de las seis canciones del británico «Beatles For Sale» que Capitol no usó para «Beatles’ 65» («Kansas City», «Eight Days A Week», «I Don’t Want To Spoil The Party», «Words of Love», «What You’re Doing» y «Every Little Thing»), dos canciones que se editarían dos meses después en el «Help!» británico («You Like Me Too Much» y «Tell Me What You See»), la que se ditaría como cara B de «Ticket to Ride» («Yes It Is») y, por primera vez, dos canciones que fueron expresamente grabadas para el mercado yanqui: «Bad Boy» y «Dizzy Miss Lizzy», ambas versiones del rockero Larry Williams. «Bad Boy» (
Una vez terminado, durante el mes de junio, el trabajo de post producción, la premiere de Help! tuvo lugar en el London Pavilion de Londres, el 29 de julio de 1965, de nuevo con asistencia de la princesa Margarita y su marido, Lord Snowdon. La aglomeración de fans en el lugar del estreno desde doce horas antes hizo necesaria la intervención de ambulancias para atender a numerosas chicas que sufrieron mareos y desmayos.
Esta joya del pop arranca con una canción histórica, la fabulosa «Help!» (
Esta distancia se acrecenta en las letras se acrecenta con la lennoniana «You’ve Got To Hide Your Love Away» (
Chiffons o Ronettes de los que los Beatles se habían declarado absolutos fans. Las voces son fabulosas e, instrumentalmente, destaca el piano de Paul, los bongos de Ringo y los acertados arreglos de George a mando de su Fender Stratocaster. Fantástica canción de infecciosa melodía que da paso a otro de los puntos álgidos del álbum, de la discografía de los Beatles y, por ende, de la historia de la música: la simpar «Ticket To Ride» (
Como ocurriera en el caso de la primera película de los Beatles, «A Hard Day’s Night«, la versión americana del álbum sólo contenía las canciones revisadas hasta ahora, es decir, la cara A de la edición británica. Las canciones de los Beatles se entrelazaban con versiones instrumentales de «From Me To You«, «You Can’t Do That» o «A Hard Day’s Night» y composiciones incidentales de Ken Thorne interpretadas por una orquesta dirigida por George Martin («In The Tyrol», «The Chase» y «The Bitter End«). Este álbum sería el primero de la historia en ser Disco de Oro debido a pedidos anticipados de un millón de copias.
En Estados Unidos se editó, con sustanciales cambios como «Beatles’65» 11 días después de su equivalente inglés, el 15 de diciembre. En lugar de 14 canciones, incluía 11 y, puesto que añadieron las canciones del single británico «I Feel Fine» y «She’s A Woman«, tuvieron que sacrificar seis canciones del LP británico: «Eight Days a Week» (que había sido editada como single), «Words of Love», «Every Little Thing», «I Don’t Want to Spoil the Party», «What You’re Doing», y el medley «Kansas City/Hey, Hey, Hey, Hey». Este extraño remedo también alcanzó un rutilante número 1.