Durante la grabación de «Sgt. Pepper’s», el incansable productor Walter Shenson hace llegar al despacho de Brian Epstein una nueva propuesta para el rodaje de una película con el grupo como protagonista. El guión tenía como protagonista a John quien, aquejado de una extraña enfermedad, tenia cuatro personalidades: la propia y tres más que serían encarnadas por Paul, George y Ringo…, el título sería «Shades Of Personality» (Las Sombras De La Personalidad). La respuesta del nucleo duro, esto es, John y Paul fue clara: «Los Beatles no están interesados en hacer más cine y prefieren dedicar todos sus esfuerzos a componer y grabar nuevas canciones». Con todo, y a pesar de la rotunda respuesta, aún recibieron una nueva propuesta, «Up Against It» (Al Ataque), que también fue rechazada. El problema es que tenían un contrato con United Artist por tres películas, y tenían que cumplir con su parte. Shenson, hastiado de las negativas del grupo, se presentó con un proyecto super ambicioso: Una versión de «El Señor de los Anillos» dirigida por Stanley Kubrick, que consiguió despertar el interés del grupo aunque no llegó a fructificar a causa de la negativa del genial director a encabezar el proyecto
En vista de la poca disposición de los Beatles, Brian Epstein pensó en un largometraje de dibujos animados como solución de compromiso para cumplir lo pactado con United Artists. Ellos tendrían su película y los Beatles se tendrían que limitar a darles un puñado de canciones…, de hecho, ni siquiera serían demasiadas puesto que la temática giraría en torno a la canción «Yellow Submarine» y al universo de «Sgt. Pepper’s». Ambas partes aceptaron. Los Beatles dejaron que el proyecto fuera avanzando y se dedicaron a lo suyo. La música.
El grupo seguía disfrutando del enorme éxito en ventas y de la enorme repercusión social de «Sgt Pepper’s», cuando recibieron una carta de la BBC. Era un encargo. La cadena pública británica quería que los de Liverpool representaran al Reino Unido en lo que iba a ser la primera transmisión global de televisión vía satélite. El programa se llamaría «Our World» y sería emitido en 26 países con una audiencia estimada de 400.000.000 de personas; cada país podía mostrar al mundo lo que quisiera durante algunos segundos. Los distintos países eligieron sus paisajes más representativos, monumentos, danzas…, y el Reino Unido eligió a los Beatles.
Paul y John recibieron el encargo a mediados de mayo y, a finales de dicho mes, John llegó al estudio con su propuesta. Era una canción que, aunque pegadiza, tenía una estructura muy compleja. La parte principal (el verso) está en el poco usual tiempo 7/4 que se mantiene durante dos compases, luego uno de 8/4 y luego regresa a 7/4 con los coros para llegar a un histórico 4/4 con la banda repetidamente cantando un estribillo inolvidable: «All You Need Is Love» (enlace). Enorme canción de John que provocó los comentarios de George sobre su particular forma de entender la rítmica, «…a John le pasa una cosa increíble con el ritmo: cambia de compás continuamente…, hace cosas super complejas, se salta un tiempo, te cambia el ritmo… es fantástico, pero cuando le preguntas que qué está haciendo, no lo sabe…, creo que le sale de forma natural…» Este era el mensaje de los Beatles al mundo: Todo lo que necesitas es amor.
Definitivamente, los Beatles habían cambiado. Poco queda de los aseados y siempretrajeados muchachos que conquistaron el mundo apenas cuatro años antes. La marihuana, el LSD, las flores en el pelo, las ropas multicolor…, el hippismo era the next big thing… y los Beatles estaban allí para liderarlo. De momento, con «All you Need is Love» le acababan de dar un himno al movimiento.
La canción, rutilante número 1 en todo el mundo, fue editada con «Baby You’re a Rich Man» (enlace) en la cara B, una buena canción compuesta al 50% por Paul y John y en la que destaca el extraordinario sonido del bajo de McCartney. Fue la primera canción que compusieron para la película de dibujos animados que tenían en proyecto pero, como necesitaban una cara B para «All you Need is Love», la utilizaron.
A estas alturas, los muchachos empiezan a mostrar cierto aburrimiento y no cesan en su intento de buscar nuevos horizontes bien sea con nuevas drogas, aventuras inversionistas (estuvieron a punto de de comprar una isla griega) o experiencias espirituales. Fue por esta necesidad de nuevas sensaciones que acudieron, a principios de agosto de 1967, a la conferencia que un gurú, el Maharishi Mahesh Yogui, daba en el Hotel Hilton. Paul, John y Ringo acudieron animados por George quien, a su vez, acompañaba a su novia Pattie que ya estaba aprendiendo misticismo y la meditación transcedental, disciplinas de las que el Maharishi era máxima autoridad. Los Beatles fliparon con el enjuto y místico personaje. Semanas después partían a Bangor, Gales para asistir a un curso de Meditación Trascendental impartido por Yogui.
Los Beatles y sus novias y esposas parecía disfrutar de unas jornadas tranquilas, retitrados de los focos y supuestamente encontrándose con su yo interior a través de la meditación transcendental. Todo estaba tranquilo hasta que Jane, la novia de Paul irrumpió en la habitación…«Paul ponte al teléfono…, es Peter Brown, dice que tiene malas noticias». El 27 de agosto de 1967, el cadáver de Brian Epstein, manager de los Beatles, fue encontrado en su apartamento. Su muerte fue oficialmente dictaminada como accidental, causada por una intoxicación gradual con barbitúricos.
Como señala Diego A. Manrique, «Epstein reunía en su persona dos de las características habituales en algunos lanzadores de ídolos durante los años cincuenta y sesenta: en la industria británica y estadounidense, muchos cazatalentos eran judíos u homosexuales. Aparte de esas coincidencias, lo cierto es que Epstein no se parecía nada a esos depredadores, aptos en el usar y tirar carne fresca. Aquí nos encontramos con una criatura atormentada, desgarrada por su vocación de actor y por la presión de su próspera familia, que esperaba se hiciera cargo de algunos de sus negocios en Liverpool. Epstein no tenía grandes facultades pero tuvo el olfato de que un grupo de salvajes roqueros le aceptaran como manager y asumieran sus reglas (uniformes, repertorio menos estridente). Disciplinó sus alborotados directos para aumentar su impacto; el ser tratados como profesionales –mientras sus competidores de Liverpool seguían en el amateurismo– hizo prodigios por su autoestima. (…) Perose evidencia que era un personaje
hasta demasiado caballeroso para el negocio de la música: creía en la palabra dada. Cumplía sus compromisos: los Beatles hicieron actuaciones por un caché mínimo que se habían firmado cuando todavía no había comenzado el boom (en esos casos se suele renegociar el dinero o, si el manager tira hacia lo despiadado, se suspenden con un falso certificado de enfermedad). También puede afirmarse que la honestidad de Epstein y su insistencia con modos de «gentleman» le abrieron muchas puertas, especialmente en Estados Unido. Considerando las circunstancias, Epstein desarrolló una organización eficaz, que supo llevar al cuarteto por todo el mundo sin grandes contratiempos. Una organización que funcionaba aunque Brian desapareciera unos días, en medio de una gira, siguiendo algún impulso sexual. Una vez conquistado el mundo, los Beatles decidieron dejar de girar. Aunque algunos atribuyen a esa disminución de responsabilidades la posterior caída en picado de Epstein, lo cierto es que entonces tuvo la posibilidad de vivir a su gusto. Y lo hizo. A fondo. Se despertaba a la hora que quería y la toma de decisiones estaba a expensas de su nocturnidad. Se aficionó al juego y aumentó el abanico de drogas que consumía (marihuana y LSD, aparte de las de farmacia). Al margen de muchas aventuras, tuvo un noviazgo tormentoso con un chapero bisexual y rastrero que le proporcionó constantes disgustos. En realidad, Epstein fue la primera gran víctima de la era de permisividad que comenzó a mediados de los sesenta».
El grupo se quedo estupefacto, mientras el Maharishi les daba una charla sobre lo pasajero de la vida material y lo eterno del espiritual… El caso es que, cuando la banda salió a atender a las decenas de periodistas que se desplazaron a su retiro, parecían en estado de shock (enlace). «Estamos superándolo gracias a la meditación», dijo John, «Ha sido un golpe muy duro y estoy muy alterado», dijo Paul mientras se metía en un coche…, «La muerte sólo existe en un sentido físico», añadió un cada vez más místico Harrison.
La muerte de Brian Epstein marcó un antes y un después en la historia del grupo. Si bien es cierto que, en los últimos años y en especial con el cese de las giras, la influencia de Brian se había reducido, es indudable que ejercía una labor de punto de equilibrio en el seno del grupo y era el único capaz de regular los egos de los Beatles que, a partir de la muerte de su manager, se dispararon.
Los Beatles dejaron su retiro y sintieron la necesidad de mantenerse ocupados cuanto antes. «Es imposible que nadie sutituya a Brian», repetía Paul para autoconvencerse de que no era necesario contratar a ningún manager. McCartney quería que el grupo tomara las riendas de su destino –«No perdamos un solo minuto, hagamos algo, no podemos dejar que nos vean estancados», repetía- y, como muestra de ello, decidió contar al resto su nuevo proyecto, el primero de lo que debería ser la nueva etapa del grupo: los Beatles escribirían, protagonizarían y dirigirían una película, «Magical Mistery Tour».
Como ocurriera con «Sgt. Pepper’s», Paul tuvo la idea en un avión en el que estuvo leyendo «The Merry Prankster», de Ken Kesey, sobre una troupe que viajaba en autobús por recónditos parajes californianos consumiendo un refresco llamado Kool-Aid en el que disolvían LSD. Dicho viaje inspiró a McCartney la idea de una serie de pequeños autocares que partían rumbo a «giras misteriosas» por diversas localizaciones de las costas británicas. A partir de ahí a Paul se le vinieron a la cabeza distintas imágenes de enanos y mujeres gordas, que iría anotando en una hoja de papel durante el vuelo. También se le ocurrió el título de Magical Mystery Tour e incluso escribió el primer verso de lo que acabaría siendo la canción titular.
Habían pasado sólo cuatro días desde la muerte de Epstein, y Paul se reunió con John, George y Ringo para mostrarles la hoja de papel donde había esbozado lo que debía ser Magical Mystery Tour. Aparte del título, el folio no contenía más que el dibujo de un circulo dividido en ocho partes. Alrededor aparecían escritas anotaciones como «Primer Viaje», «Sueños», «Maratón», «Comida» o «Canción Final». Con estos cuatro alfileres, Paul consiguió convencer a sus compañeros, harían la película…, y la harían en un mes. Ringo se convirtió en el principal aliado de Paul a la hora de defender la idea, mientras George y, sobre todo, John, tenían sus reservas, «…yo no tenía ninguna duda sobre nuestra incapacidad para hacer cualquier otra cosa que no fuese música y pensé: ‘La hemos jodido’, ‘Mierda, yo nunca he hecho una película. ¿Qué quiere decir él con escribir un guión…’ George y yo refunfuñábamos pero también sentíamos que le debíamos al público hacer estas cosas»
El rodaje comenzó el 11 de septiembre de 1967, todos los actores y Paul se citaron junto a la estación de Baker Street dispuestos a subir a bordo del autocar azul y amarillo matrícula «URO 913 E», decorado con chillones rótulos laterales en technicolor donde podía leerse «Magical Mystery Tour». Luego, una vez fueron a buscar (ya subidos en el bus) a John, George y Ringo a sus casas, Paul anunció al pasaje que debían permanecer siempre en los mismos asientos y no cambiar su vestimenta, puesto que pensaba filmar numerosas escenas de interior…, y, dos semanas después habían acumulado unas diez horas de grabación que tuvieron que editar hasta conseguir acortar la duración del film a poco menos de una hora (duración que habían pactado con la BBC, donde se estrenaría la película).
Cincuenta y dos minutos de duración que costaron cien mil dólares. Lo que John llegaría a calificar como «la película casera más cara de la historia», fue proyectada en público por vez primera el 17 de diciembre de 1967 durante una fiesta ofrecida por Los Beatles a las secretarias de sus clubs de fans británicos. Posteriormente organizaron otro pase privado para que sus amigos vieran el film… Al terminar la proyección, hubo quien intentó convencer a Paul de que no llegasen a comercializar la película, pero ya estaba decidido.
La BBC-1 estrenó, previo pago de veinte mil libras, la película el 26 de diciembre, día festivo, a las 20:35 horas, en plenas fiestas navideñas y en blanco y negro, a pesar de haber sido filmada en color. Una audiencia millonaria vio como sus otrora sanotes muchachos protagonizaban un surrealista fábula psicodélica llena de situaciones incongruentes y personajes absurdos…, y en Navidad… Al día siguiente (27 de diciembre de 1967), los periódicos atacaron con fiereza, la crítica del Daily Express la definió como: «La basura más espantosa nunca vista. Una película llena de tonterías de mal gust. Críticos y espectadores abuchean; Los Beatles fracasan por vez primera con la película de Pascuas». La crítica fue tan agresiva que Paul se sintió en la necesidad e pedir disculpas en público y, un día después (28 de diciembre de 1967), en el Evening Standard decía: «Ha sido como recibir un golpe en la cara y la próxima vez no cometeremos el mismo error. Algunas personas se enojan porque nos metemos en profundidades sin saber realmente cómo son las cosas. Supongo que si se mira Magical Mystery Tour desde la perspectiva de un entretenimiento de vacaciones, realmente hemos metido la pata».
Las cadenas televisivas norteamericanas rechazaron emitir la película, pero se estrenó en las salas de cine estadounidenses en mayo del 68, cosechando sorprendentemente las únicas críticas favorables… Pero, ¿tan mala era?, ¿tiene razón Spielberg al decir que es una joya que supone la obra maestra de la psicodelia?, pues ni una cosa ni otra… Realmente fue el único fracaso comercial que sufrió el grupo en toda su carrera, eso es indudable y, desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, no es de extrañar. Sin embargo, tampoco es injusto decir que tiene un puñado de buenas secuencias (Paul cantando «The Fool On The Hill«, la brillante escena de «I Am The Walrus», la escena de los spaguettis de John…) que hacen que la película tenga valor como reflejo de un momento concreto de la cultura rock siendo, bajo ese prisma, muy disfrutable.
Pero no olvidemos que, como ocurría en todas la películas del grupo, lo realmente importante era la música… y aquí no fallaron… La banda sonora de Magical Mystery Tour se editó en Inglaterra el 8 de diciembre de 1967 en forma de EP doble, es decir, dos vinilos «tipo single» cada uno con dos canciones en la cara A y otra en la B, haciendo un total de seis. El doble EP incluía un libro interior con un cómic y fotos de la película.
De esta forma el doble EP, quedaba así:
DISCO 1
CARA A
«Magical Mystery Tour» (Lennon-McCartney)
«Your Mother Should Know» (Lennon-McCartney)
CARA B
«I Am The Walrus» (Lennon-McCartney)
DISCO 2
CARA A
«The Fool On The Hill» (Lennon-McCartney)
«Flying» (Harrison-Lennon-McCartney-Starkey)
CARA B
«Blue Jay Way» (Harrison)
En Estados Unidos, donde el EP ya no funcionaba, se había editado unas semana antes como álbum (27 de noviembre de 1976), añadiendo una serie de singles que se habían editado durante el reto de año de 1967, a saber, «Hello, Goodbye», «Strawberry Fields Forever», «Penny Lane», «All You Need Is Love» y «Baby, You’re A Rich Man» Con el tiempo, el formato americano acabó imponíendose y es como ha llegado a nuestros días, EMI editó la versión norteamericana en el Reino Unido el 19 de noviembre de 1976 y nuevamente en CD a principios de octubre de 1987. La versión norteamericana es actualmente la aceptada como definitiva y es el formato que a continuación comentaremos.
MAGICAL MYSTERY TOUR (LP)
Editado en USA el 27 de Noviembre de 1967
Editado en Inglaterra el 19 de Noviembre de 1976
CARA A
«Magical Mystery Tour» (Lennon-McCartney)
«The Fool On The Hill» (Lennon-McCartney)
«Flying» (Harrison-Lennon-McCartney-Starkey)
«Blue Jay Way» (Harrison)
«Your Mother Should Know» (Lennon-McCartney)
«I Am the Walrus» (Lennon-McCartney)
CARA B
«Hello Goodbye» (Lennon-McCartney)
«Strawberry Fields Forever» (Lennon-McCartney)
«Penny Lane» (Lennon-McCartney)
«Baby You’re A Rich Man» (Lennon-McCartney)
«All You Need Is Love» (Lennon-McCartney)
Producido por George Martin
El resultado de este extraño híbrido de doble EP más singles resulta extraño…, pero brillante. No tiene la coherencia de «Sgt. Pepper’s» pero el nivel de las canciones es absolutamente estratosférico, a la altura de sus mejores trabajos.
La canción titular, «Magical Mystery Tour» (enlace) abre tanto la película, como el Doble EP original y el híbrido americano. Arrebatadora y potente canción de Paul reforzada por la excelente grabación del bombo de la batería de Ringo, unas excelentes armonías y el gran trabajo de metales. Según William J Dowlding, «Paul se sentó al piano, tocó los primeros compases y dijo en voz alta «flash, flash», para indicar que la canción tenía que sonar como un anuncio televisivo. McCartney dijo que quería una fanfarria de trompetas y le dijo a Mal Evans que escribiera los primeros acordes de la música (Re-La-Mi). A continuación, los Beatles grabaron una pista base, con piano, dos guitarras y batería, que terminaron en un par de horas». Tras el frenético inicio del álbum, nos encontramos con una de las mejores canciones del álbum, la inconmensurable «The Fool On The Hill» (enlace), una preciosa canción de Paul que fue compuesta en la época e «Sgt Pepper’s» y que tiene una de las mejores letras de McCartney. Destaca por su fabulosa
secuencia de acordes y los acertados arreglos de flautas (la solista tocada por el propio McCartney).
Los cuatro Beatles firma lo que sería el primer instrumental editado del grupo, lo onírica «Flying» (enlace), muy disfrutable. Particularmente extraña resulta «Blue Jay Way» (enlace), la aportación de George a la banda sonora de la película. Escrita en el barrio del mismo nombre de Los Ángeles California mientras esperaba a un amigo, su costumbrista letra contrasta con su oscura y psicodélica sonoridad. Lo peor del disco.
La luz vuelve con la deliciosa «Your Mother Should Know» (enlace), una fabulosa melodía de Paul al servicio de una letra sencillamente estúpida y un fabuloso arreglo a lo años 20. Preciosa canción antes del plato fuerte, una de esas canciones que te transportan a otro momento con apenas escuchar dos notas, una de las obras maestras de John Lennon: «I Am The Walrus» (enlace). ¿Qué decir?, nacida de la fusión de tres proyectos de canción de John, la letra de la canción es digan de estudio y está llena de imágenes imposibles con el universo de Lewis Carroll como telón de fondo; «El primer verso lo escribí en un viaje de ácido un fin de semana. El segundo verso lo escribí en el siguiente viaje de ácido el siguiente fin de semana, y acabé el tema después de conocer a Yoko… La morsa salió de ‘La morsa y el jardinero’, Alicia en el país de las maravillas. Para mí era un poema muy hermoso… Más tarde me di cuenta de que la morsa era la mala y el carpintero el bueno. Pensé: ‘Oh, mierda, he cogido al tío equivocado. Tendría que haber dicho: ‘Yo soy el carpintero’. Pero no hubiera sido lo mismo, ¿verdad?». Según Peter Shotton, amigo de la infacia de John, la canción nació «cuando John y yo leimos la carta de un fan que estudiaba en nuestro antiguo colegio, el Quarry Bank. John carcajeaba al leer que en clase de literatura analizaban las letras de las canciones de los Beatles. Esto les hizo recordar una canción que solían cantar cuando iban al colegio: «Yellow matter custard, green slop pie / All mixed together with a dead dog’s eye…» (Natilla de sustancia amarillenta, pastel de lodo verde / Todo mezclado con el ojo de un perro muerto). Lennon garabateó el verso «Yellow matter custard dripping from a dead dog’s eye» (Natilla amarillenta, goteando del ojo de un perro muerto). Y luego empezó a sacar las imágenes más absurdas que podía: «semolina» (un puré insípido) y «pilchard» (una sardina que suele darse a los gatos), que acabó siendo «Semolina Pilchard climbing up the Eiffel tower…» (Sardinas de sémola subiendo a la torre Eiffel). Su intención era confundir a los profesores de su vieja escuela, una especie de venganza». En lo musical, la canción es una brutalidad de principio a fin, reforzada por los enormes arreglos de George Martin. Un monumento de canción, una obra maestra.
De esta forma concluye la cara A y lo que era el doble EP original. El resto del LP era una recopilación de singles que se habían editado durante 1967. La primera de estas canciones era «Hello, Goodbye» (enlace), que había acompañado a «I Am The Walrus» en su edición como single, si bien, y para enfado de Lennon, la poppie canción de Paul se hizó con la cara A, dejando a la gran obra de John relegada a la cara B. No obstante, dejando las comparaciones a un lado, «Hello Goodbye» es una fantástica canción pop con, de nuevo, una letra tontorrona, y unas armonías vocales maravillosas.
La cara B se ve reforzada, como todo el LP, con la inclusión de las maravillosas «Strawberry Fields Forever» (enlace) y «Penny Lane» (enlace), dos canciones que ya comentamos y que, por sí solas, merecen la edición de un disco. Finalmente, Capitol incluyó el que había sido el último single de la banda: «All You Need Is Love» (enlace) / «Baby You’re a Rich Man» (enlace).
El resultado del conjunto, a pesar del diverso origen de los temas, funciona. Obviamente, no tiene la coherencia que presentaban sus trabajos desde «Rubber Soul» y que alcanzó su cota más alta con «Sgt. Pepper’s», pero funciona…, y muy bien. Lennon llegó a declarar: «Ahora, si lo pienso, «Magical Mystery Tour», es uno de mis discos favoritos…, supongo que por lo extraño que es». Uno de mis favoritos.
TEXTO: Guillermo Mittelbrunn. Domingo 10 de febrero de 2013