Paul McCartney: «Flaming Pie» (9/10)

Imagen

The Song We Were Singing (McCartney)
The World Tonight (McCartney)
If You Wanna (McCartney)
Somedays (McCartney)
Young Boy (McCartney)
Calico Skies (McCartney)
Flaming Pie (McCartney)
Heaven On A Sunday (McCartney)
Used To Be Bad (Miller-McCartney)
Souvenir (McCartney)
Little Willow (McCartney)
Really Love You (McCartney-Starkey)
Beautiful Night (McCartney)
Great Day (McCartney)

«Cuando terminé Anthology sentí la necesidad de hacer música nueva (…) viendo Anthology me acordé de lo bien que lo pasábamos los Beatles grabando, y eso asentó las bases de lo que sería Flaming Pie. Anthology me recordó los patrones de The Beatles y los valores que alcanzamos con las canciones. Así que de algún modo me sirvió como curso que ahora se ve reflejado en este álbum». Y es que Paul pasó unos cuatro años, desde 1992 a 1996, trabajando en el proyecto Anthology de los Beatles, un proyecto largamente madurado (es una idea de 1971) que consitía en los Beatles contaran su historia a través de una serie de documentales. Neil Aspinall -otrora road manager, asistente personal de los Beatles y director de Apple Corps-, pensó que sería una buena idea recopilar toda la información posible de los archivos del grupo (tanto en EMI como en Apple)  para realizar un documental sobre la historia del mismo. Las malas relaciones entre Paul y el resto del grupo a principios de  los 70 y la muerte de John en 1980 truncaron el proyecto, pero desde principios de los 90 Neil lo había recuperado. La idea no era otra que los miembros vivos del grupo, apoyados por horas de entrevistas a John (autorizadas por Yoko), contaran su historia a través de una serie de documentales. Dichas entrevistas se completarían con el vasto material videográfico y sonoro que Aspinall había recopilado a lo largo de todos estos años.

El caso es que Paul, inspirado por los recuerdos, comenzó a componer y en febrero de 1995 decide volver al estudio para grabar parte del material que habíaImagencompuesto mientras trabajaba en Anthology. Tenía claro que quería que las canciones fueran sencillas y directas («me sorprendió, mientras trabajábamos en Anthology, darme cuenta de los sencillas y a la vez perfectas que eran muchas de aquellas primeras canciones de los Beatles»), pero Paul no quiso afrontar esta vuelta al estudio en solitario y pidió a su amigo Steve Miller (líder de la fabulosa Steve Miller Band) que le acompañara. Ambos músicos, que ya habían colaborado en la canción de Miller «My Dark Hour» en 1969 y en la que Paul toca todos los instrumentos, grabaron hasta siete canciones, algunas como «Country Girl» o «Soul Boy», aún hoy inéditas.

La idea original de Paul era autoproducir su nuevo disco, pero tras trabajar con el Jeff Lynne (líder de la ELO) en los dos nuevos temas Beatle que se estrenaron con los Anthology -«Free As A Bird» y «Real Love«-, decidió poner su trabajo en manos de Lynne y juntos trabajaron en las canciones que Paul había grabado con Miller y nuevo material de McCartney. Las sesiones transcurrieron a buen ritmo hasta diciembre de 1995, fecha en la que a Linda se le diagnostica un cáncer, provocando un lógico cese en el trabajo de estudio.

El golpe para los McCartney, compañeros inseparables durante casi treinta años, fue durísimo pero ambos convinieron que lo mejor para la recuperación de Linda y para el estado mental de su marido es que éste volviera al trabajo. De esta forma, las sesiones se retomaron en febrero de 1996. Quién sabe si necesitado de la ayuda de sus amigos, Paul pidió a Ringo que participara en las grabaciones y el fiel baterista se incorporó al trabajo en mayo.

Las últimas sesiones de trabajo datan de febrero de 1997 con George Martin dirigiendo un arreglo orquestal. El disco se mezcló en marzo de 1997 y en mayo estaba en las tiendas, recibiendo las mejores críticas de un disco de McCartney desde el fabuloso «Tug Of War» de 1982 y una excelente respuesta del público, que respondió aupando el álbum hasta el puesto número 2 tanto en Estados Unidos como el Reino Unido. Y es que estamos ante un disco fantástico, de principio a fin. «Flaming Pie» es el álbum más beatlemaniaco de Paul McCartney en su etapa en solitario. Se puede decir que Macca rinde aquí tributo a su pasado sin rubores ni pretensiones. Desde el mismo título (John dijo que inventó el nombre de «Beatles» cuando un hombrecillo saliendo de un pastel en llamas -Flaming pie- les dijo: «os llamareis Beetles pero con «a»…), a la sonoridad del álbum, Paul recoge el testigo de su propio pasado y concluye un álbum fabuloso. No creo que sea su mejor disco, como muchos afirman, y estoy convencido de que se benefició de la renovada popularidad Beatle que supuso el estreno de los Anthology, pero sí es un muy buen trabajo que incluso mereció una nominación para el Álbum del Año en los Grammy de 1998, que ganó Bob Dylan por su álbum Time Out of Mind.

El disco arranca con la evocadora «The Song We Were Singing«, una fantástica canción con una gran interpretación vocal en la que Paul toca gran parte de los instrumentos y recuerda sus tiempos mozos. «Estaba una noche recordando los años sesenta, ya sabes, estábamos allí fumando cigarros, bebiendo vino… hablando acerca de la solución cósmica. Eso era lo que todos hacíamos… pero ¡Qué demonios! Es el periodo de tiempo en tu vida en el que tienes la oportunidad de todo eso». El sonido íntimo y sosegado del tema inicial será la tónica general de un álbum tendente a la introspección y al sonido acústico y en el que hay pocas concesiones al rock. Si acaso la más contundente de dichas concesiones sea la estupenda «The World Tonight«, un sobresaliente rock en el que, como ocurre en la mayoría del disco, Paul (voz principal, coros, batería, bajo, guitarra eléctrica, guitarra acústica,  piano y percusión) y Jeff Lynne (coros, guitarra eléctrica, guitarra acústica y teclados) son los únicos interpretes.

El excelente tono inicial del disco se corta con «If You Wanna«, un corte normalito de esos que a McCartney se le caen de los bolsillos sin apenas esfuerzo y posiblemente uno de los puntos más bajo del álbum…, lo mejor del tema, la guitarra de Steve Miller y la producción tompettyniana de Lynne. No obstante, Paul recupera nuevamente el pulso con  «Somedays«, una soberbia balada «a lo beatle» con un arreglo escrito por el inefable George Martin. «Durante las sesiones de Anthology le pregunté a George Martin si podía escuchar Somedays ya que me gustaría que escribiera un arreglo con orquesta. Estaba nervioso viendo cómo reaccionaba al escucharla. pero cuando acabó me miró y me dijo «Veo que no pierdes tu toque»…, fue genial». Un tema para el recuerdo. Sobresaliente. A la altura (o muy cerca) de sus mejores canciones con y sin los Beatles.

Con «Young Boy» llegamos al que fuera primer single del álbum. Steve Miller de nuevo está a la guitarra y Paul toca todo lo demás. Es una excelente lección de pop sencillo y directo que  Paul escribió en la cocina mientras Linda cocinaba el almuerzo. No tuvo un éxito rutilante como single (número 16), pero vuelve a dejar claro quien es el maestro absoluto en esto del pop. Fantástica guitarra de Miller, por cierto.

Los Beatles del White Album es su vertiente mccartiana resucitan con la estratosférica «Caliko Skies«, con George Martin tras la mesa de mezclas. Esta genial canción se grabó en 1992 y resulta simplemente perfecta en su composición y ejecución. Otra canción para la historia que muestra al fin a un McCartney liberado de complejos y que no tiene reparos en volver a los sonidos que él mismo creo antaño. Esa es la línea que también sigue «Flaming Pie«, otra beatlelada en forma de boggie basado en una fantástica línea de piano y una genial melodía. Una vez más Paul y Jeff Lyne se bastan y se sobran para tocar y cantar todo. Otro temazo, y ya llevamos unos cuantos en el disco.

…Y Paul sigue manteniendo el nivel con la tierna «Heaven On A Sunday«, una bonita balada en la que Paul comparte el solo de la canción con su hijo James. El hijo de Paul se encarga de la guitarra eléctrica con destreza mientras Macca se dedica a la acústica. Es un tema tranquilo y relajado con una preciosa melodía de aires perezosos… Todo lo contrario que ocurre con «Use To Be Bad«, un sencillo blues compuesto, más Steve Miller que por Paul, siguiendo los cánones de la vieja escuela y que poco o nada aporta al género, la verdad.

Mucho más estimulante resulta «Souvenir«, puro R&B. Una fantástica canción que no tiene desperdicio para la que se inspiró en los sonidos de Wilson Picket y en la que Paul toca y canta absolutamente todo lo que suena en el tema. Enorme. Tras esta maravillosa concesión al soul, McCartney retoma las sonoridades Beatle con «Little Willow«, una sobrecogedora canción  que dedicó a Maureen, la que fuera esposa de Ringo y fallecida en 1995. Sencillamente preciosa. La paz en la que nos sumerge «Little Willow» se ve interrumpida por la línea de bajo de «Really Love You«, un nuevo blues-rock escrito con el bueno de Ringo -el primer «McCartney-Starkey» de la historia- y que sin ser ninguna maravilla, es bastante disfrutable.

Y entonces llegamos a «Beautiful Night«, el tema fundamental del disco. Una maravillosa canción que data de 1987 y que McCartney recuperó poniéndola en manos de George Martin para que escribiera un arreglo orquestal. Genial. La parte final con Ringo haciendo coros y todos esos metales pone los pelos de punta. Absolutamente sobresaliente. El disco concluye con «Great Day«, un bonito tema acústico compuesto por Paul en 1970 que recuerda a las sonoridades de «Ram» y que supone un cierre perfecto para un álbum maravilloso.

En definitiva una joya auténtica que se editó en mayo del 97 y que, en mi opinión, no ha sido todo lo elogiado que debiera… Vale fue nº2 en USA e Inglaterra (tapado en ambos países por el debut de las Spice Girls, por cierto), pero es que estamos ante un disco histórico y uno de los mejores del mejor creador de melodías de todos los tiempos. Supongo que sera uno de esos álbums que mitificaremos cuando el bueno de Paul esté criando malvas.

VALORACIÓN GUILLETEK’S: 9/10

THE WHO. Capítulo 1 (1944-1965). Los Comienzos. «My Generation»

Peter Dannis Blanford Townshend nació el 19 de mayo de 1945 en Chiswick, Londres. Su padre era músico militar y tocaba el saxofón y el clarinete. Pete encontró comprensión en su familia cuando comenzó a tener inquietudes musicales, no obstante sus penurias económicas les impidieron comprarle una guitarra hasta los 12 años.

Con las llegada del rock, Pete, comienza a obsesionarse con la música y utiliza la guitarra como un medio para vencer sus tremenda timidez. «Yo era el típico feo y callado… pero se puede ligar mucho cuando sabes tocar la guitarra».

Antes de tocar la guitarra, Pete había hecho sus pinitos con el banjo, tocando con un buen amigo del colegio: John Entwistle. John Alec Entwistle nació el 9 de octubre de 1944 en Chiswick, Londres. John se interesó muy pronto por el jazz y el dixieland. Comenzó a tocar la trompeta y a convertirse en un estudioso de la música. Cuando conoció a Pete comenzaron a tocar juntos especialmente influenciados por sus «elitistas» gustos, así que Pete tocaba el banjo y John la trompeta, en lo que pretendía ser una banda de dixie.

Pero Pete estaba cada vez más interesado en el rock y propone a su amigo montar un grupo. Él sería el guitarrista y John tocaría el bajo. Reclutaron a un par de amigos más y comenzaron a hacer versiones de los Shadows y cosas por el estilo.  Un día, John se encontró por la calle a un gamberro que conocía del colegio (había sido expulsado varias veces), éste se dirigió a John y le dijo: «Oye, me han dicho que tocas el bajo… yo tengo un grupo… si lo haces bien deja a esos tarugos y vente conmigo…mañana te espero». John pasó la audición y se llevó a Pete con él. De esa forma John y Pete pasaron a formar parte de la banda de ese hooligan colegial, cuyo nombre era Roger Daltrey…

Roger Harry Daltrey nació el 1 de marzo de 1945 en Hammersmith, Londres. Desde niño fue un crio «difícil». Conflictivo y agresivo, iba de pelea en pelea y de expulsión en expulsión. Roger se adentró más en el mundo de la música por su interés en el ligue y la diversión, que por la música en sí. Roger era, por aquel entonces, mejor guitarrista que Pete, así que hacía las veces de guitarra solista. Pete tocaba la rítmica, John el bajo y completaban la banda Doug Sanden (batería) y Colin Dawson (voz). ¿El nombre?, THE DETOURS.

El grupo funcionó bien desde el principio y pronto estaban actuando cinco veces por semana en el circuito de pubs. No obstante, aún debían sucederse muchos cambios… Roger estuvo pronto celoso del protagonismo de Colin (el cantante) y decidió que él lo hacía mejor. Esto provocó la salida de Dawson de la banda e hizo que Pete adquiriera el papel de guitarra solista.

Su repertorio se basaba esencialmente en versiones de los Beatles y en algo de Blues y R&B influenciados por los gustos de John. Poco a poco, The Detours comenzaron a adentrarse más en el R&B y en el blues y empezaron a tener cierto nombre en los circuitos de pubs.

En esto Helmut Gordon y Peter Meaden se fijaron en ellos. Gordon y Meaden eran dos hombres de negocios que trataban de repetir el modelo de Brian Epstein con los Beatles. Estuvieron siguiendo al grupo y pronto vieron que Doug (el batería) no encajaba. Estuvieron buscando y encontraron a un chaval que tocaba en un banda surf’: Keith Moon.

Keith Moon nació el 23 de agosto de 1947 en Wembley, Londres. Se interesó pronto por la música y siempre demostró predilección por la batería. El estilo de música le daba más igual siempre que pudiera armar follón, hacer redobles imposibles y, por supuesto, destrozar la baterá al final de cada show. A Pete, Roger y John les pareció un po curioso y les pareció buena idea que se uniera a la banda. Todo estaba hecho, pero quedaba un último cambio: el nombre. Peter Meaden decidió que se llamarían THE HIGH NUMBERS, y así lo hicieron.

Gordon puso el dinero, Meaden las ideas y las canciones y en 1964 firmaron un contrato con Phillips. Ese mismo año publicaron su primer single «Im the face» / «Zoo suit«, dos canciones de Peter Meaden. Rythm and Blues blanco, bastante insustancial y muy en la línea de los Yardbirds o los primeros Stones. No era gran cosa, pero era un comienzo.

El single no tuvo ninguna repercusión. No obstante el hábil Meaden, dio un nuevo giro de tuerca sugiriendo a la banda que cambiaran su estética hacia la moda mod. Una nueva corriente que no tenía unos representantes musicales. Quedaba un hueco, y Meaden intentó ocuparlo con los High Numbers.

El grupo ganó mucho en fama, su estética mod, las locuras de Moon y la chulería de Daltrey formaban un cóctel explosivo difícil de rechazar. «Alguien nos cortó el pelo y nos dijo: «sois mods», ah, vale pues seremos mods… aunque igual nos daba una cosa que otra» declaró Roger Daltrey en una entrevista reciente.

Los High Numbers se habían hecho un hueco y pronto llamaron la atención de Kit Lambert y Chris Stamp, managers y productores musicales profesionales (el primero trabajaba con los Kinks). Cuidaron su imagen y aprovecharon su tirón «mod», les indicaron cómo comportarse en un escenario y trabajaron su actitud.

A ninguno de sus dos nuevos managers les gustaba el nombre de «The High Numbers», ni al grupo tampoco. Pete y John querían otro nombre desde hace tiempo, siempre les había gustado uno en especial: THE WHO.

Con nuevo nombre, y una vez elegido el exitoso Shel Talmy como productor (el mismo que los Kinks), los Who entran en el estudio para grabar en esta ocasión una composición original de Pete Townshend que editarían en el subsello de DECCA, Brunswick . Su primer single: «I can’t explain» / «Bald headed woman«

«I can’t explain»  es un acertado intento de repetir el éxito de «All day and all of the night» de los Kinks. Sigue el mismo patrón con un riff machacón y una melodía supervitaminada con la que Pete demuestra desde muy pronto sus capacidades como compositor de éxito. Jimmy Page, el que luego fuera guitarrista de Led Zeppelin, está tras la guitarra y los coros corren a cargo de Ivy League. Estos primeros Who estaban bastante verdes y necesitaban la ayuda de músicos de estudio. La cara B es un standard modernizado con Page una vez más a la guitarra.

El single se publicó en enero de 1965 y consiguió un meritorio nº45 en un mercado absolutamente dominado por los Beatles. No obstante el grupo no consiguió «hacer ruido» hasta su aparición en el programa musical READY STEADY GO en el que, tras interpretar el tema, Pete y Keith destrozaron la guitarra y la batería al grito de «Maximun Rhytm and Blues!», Pete Townshend comenzó a hacer su ya clásico «Molinillo» ante una audiencia sorprendida… Automáticamente la canción pasó directamente al nº8.

El grupo quiso aprovechar el filón, e inmediatamente sacaron su segundo single como The Who: «Anyway, Anyhow, Anywhere» / «Daddy Rolling Stone«. El single se editó en abril de 1965 e insistía en la fórmula inagurada con «I can’t explain», «Anyway, Anyhow Anywhere» es de nuevo una canción muy «Kinks» en la que ya comienza a destacar la singular e incenciaria forma de Keith al  tocar la batería. La canción fue compuesta por Pete y Roger, en su primera y última colaboración, Pete recuerda: «Escribí el primer verso y Roger me ayudó con el resto. Fui inspirado escuchando a Charlie Parker, sintiendo que realmente era un espíritu libre, y todo lo que había hecho con las drogas, el alcohol y todo lo demás, su forma de tocar liberó su espíritu, y yo quería ser así, quería escribir una canción sobre eso, una canción espiritual». La canción alcanzó un número 10 en listas aumentando el peso del grupo en el mundillo musical.

Los Who se confirmaron con este segundo single y se preparaban para sacar al mercado uno de esos temas que aglutinan a una generación, un himno, una de esas canciones que sobreviven a modas y se convierten en clásicos: una canción titulada «My Generation»

El single «My generation» / «Shout and Shimmy» se editó el 20 de noviembre de 1965. La lírica de la canción invitaba al hedonismo y al orgullo y la satisfacción del hecho de ser joven. La mítica frase «Hope I die before get old» («espero morir antes de llegara a viejo») fue el resumen ideológico de gran parte de una generación que tenía como único sentido vital la música y la juerga.  Era posiblemente el single más duro y potente que se había grabado en Inglaterra hasta la fecha. Roger tartamudea al cantar imitando los efectos que en el habla producen las anfetaminas, la batería es salvaje al igual que la guitarra, y nos encontramos con los primeros solos de bajo del rock. Una joya del rock que directamente alcanzó el nº2 en Inglaterra pero que en USA no pasó del 74.

Eran un grupo de éxito. Tras el single «My Generation», Los Who ya eran un grupo con nombre. Habían calado en la opinión pública y su imagen de grupo «políticamente incorrecto» tenía un gran tirón entre los más jóvenes.  Parecía el momento ideal para sacar un primer «disco grande»´, así que, bajo el sello DECCA y con la producción del inefable Shel Talmy, entraron al estudio a grabar su primer álbum

MY GENERATION
Out in the Street (Pete Townshend)
I Don’t Mind (James Brown)
The Goods Gone (Pete Townshend)
La La La Lies (Pete Townshend)
Much Too Much (Pete Townshend)
My Generation (Pete Townshend)
The Kids are Alright (Pete Townshend)
Please, Please, Please (James Brown)
It’s Not True (Pete Townshend)
I’m A Man (McDaniel)
A Legal Matter (Pete Townshend)
The Ox (Townshend/Moon/Entwistle/Hopkins)

Con este disco, editado el 3 de diciembre de 1965, el grupo pretendió alargar el tirón del exitoso single «My Generation» . El LP  es sobre todo una sucesión de singles que acompañan al título principal. Es un disco sencillo, vitalista, directo y sin más pretensiones. Bien ejecutado, sobre todo a nivel instrumental (apoyados por el inefable pianista de sesión Nicky Hopkins), es un sorprendentemente buen disco especialmente tratándose de un disco de debut.

El disco se abre con la potente obra de Pete Townshend «Out In The Street«, uno de los mejores temas del álbum, muy en la línea negra del movimiento mod y cercana al R&B.  Con la versión del «I Dont Mind» de James Brown, el dísco se tiñe aún más de R&B. Esta línea estilística se matiza con la poco convencional y disfrutable «The Goods Gone«, otra composición de Pete.

Con «La La La Lies«, también compuesta por Pete, el grupo da un giro hacia el pop más comercial con escaso éxito comercial -fue lanzado como single y no consiguió entrar en listas-, pero con considerable mérito artçistico. La línea pop se mantiene en «Much To Much«, otra composición de Townshend.  Bien ejecutado y con unas composiciones propias bastante prometedoras, el disco avanza al ritmo del talento creativo de Pete Townshend quien, aunque muy lejos del nivel que exhibiría en el futuro, comienza a apuntar maneras. La cara A concluye con la incendiaria y tremebunda «My generation» , clásico del rock de todos los tiempos que ya había sido editada con anterioridad y se incluye en el LP como reclamo comercial.

Las cosas empiezan a mejorar, y mucho, con la maravillosa «The Kids Are Alright«, uno de sus momentos álgidos del LP. Gran tema pop de Pete con maravillosas armonías vocales y un fabuloso trabajo instrumental en el que ya destacan sobremanera las heterodoxas formas de Keith Moon sobre los tambores.
Con «Please Please Please«, vuelven a rendir tributo a su héroe James Brown, con buenos resultados. Con «It’s Not True» Townshend construye otro tema a medio camino entre el R&B y el pop en el que, de nuevo, destacan los locos redobles de Moon. Una nueva versión, en esta ocasión del «I’Am A Man» de McDaniel da paso a una canción en la que Pete Townshend roza el plagio: «A Legal Matter«, demasiado parecida al «The Last Time» de The Rolling Stones. La primera canción que el propio Pete canta en el disco y que fue editada como single con escasa repercusión. El disco concluye con «The Ox«, una jam instrumental acreditada a Pete, John y Keith así como al pianista de sesión Nicky Hopkins en la que, como no podría ser de otra manera, Keith Moon destaca sobre el resto.
En Estados Unidos, el disco se editó con portada y título distintos -«The Who Sings My Generation«- asó como un tracklist diferente. Se eliminó «I’Am A Man» por su «alto contenido sexual» y se introdujo la fantástica y pre-psicodélica «Instant Party«, que en Europa había sido editada como la cara B del single «A Legal Matter»
En resumen un meritorio trabajo de debut (salvo tres canciones todas son composiciones de Pete) que tuvo poca repercusión en Inglaterra y nula en USA. No obstante, todo hacía anunciar la llegada de mejores tiempos.

TEXTO: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 30 de junio de 2013.

Elliott Smith. Capítulo V. (1999-2000). «Figure 8» y el inicio del fin

Elliott continuaba con sus altibajos. Tan pronto se le podía viendo bailar alegremente en un concierto de los Blues Explosion -de los que era declarado fan- o charlando y bromeando con sus amigos, como sollozando atormentado por una idea que le atormentaba: nadie acudiría a su funeral cuando muriera. No obstante, no sería justo imaginar a un Elliott permanentemente atormentado por sus demonios. «Russell Simins, batería de Blues Explosion y amigo personal de Smith decía: «Pese a estar sumido en un auténtico pozo, quería salir de él. No me gustaría imaginármelo mortificado las 24 horas del día, porque además no es así. En nuestros conciertos bailaba sin parar. Era muy buen chico, con mucho talento y además honesto. Cuando salíamos siempre era auténtico y divertido, no le importaba nada el hecho de ser una estrella. Era una persona con los pies en la tierra. Digamos tan sólo que él tenía sus demonios y sus propias formas de arreglárselas con esos demonios. Me gustaría que la gente supiera que aunque Elliott era una persona muy inteligente…, bueno..,. ¡pues que también era bastante memo! Tenía un increíble sentido del humor y le encantaba reír… yo lo echo mucho de menos”.

Intentando asimilar una popularidad que le incomodaba, Smith se propone volver  al estudio y, de nuevo, cuenta para ello con el staff de «XO», es decir, Rob Schnapf y Tom Rothrock compartieron con Elliott las tareas de producción y músicos amigos como Sam Coomes, Joey Waronker, o Jon Brion colaboraron en las canciones en las que Smith no decidió tocarlo todo.

Con un buen puñado de canciones compuestas, Elliott grabó el disco a caballo entre los Sunset Sound Studios de Hollywood, los Sonora Studios en Los Angeles, los Capitol Studios de Hollywood y -cumpliendo un anhelado sueño del músico- en los Abbey Road Studios de Londres, el estudio de sus idolatrados Beatles.

01  Son Of Sam
02  Somebody That I Used To Know
03  Junk Bond Trader
04  Everything Reminds Me Of Her
05  Everything Means Nothing To Me
06  L.A.
07  In The Lost And Found (Honky Bach)/The Roost
08  Stupidity Tries
09  Easy Way Out
10  Wouldn’t Mama Be Proud
11  Color Bars
12  Happiness/The Gondola Man
13  Pretty Mary K
14  I Better Be Quiet Now
15  Can’t Make A Sound
16  Bye
Producido por Rob Schnapf, Tom Rothrock y Elliott Smith

«Figure 8« salió  al mercado el 18 de abril del año 2000 mostrando, tanto en su portada como en  las fotos promocionales del álbum, a un Smith aseado y con buen aspecto. Elliott deja atrás su imagen de outsider en busca de una estética mucho más convencional… Y, en cierto modo, es lo mismo que le ocurre al disco, sin duda el más accesible de toda su carrera. Claramente enmarcable en lo mejor del power-pop, «Figure 8» pierde parte de de la melancolía y oscuridad que caracterizaban sus obras anteriores a cambio de ofrecernos  un «caleidoscopio de sonidos e instrumentos deliciosamente inteligente» tal y como dijo NME.

Smith estrenó algunas de las canciones que tenía compuestas para este nuevo álbum antes de grabarlas, tal es el caso de «Son Of Sam» o «Happiness«, quizás para conocer la reacción del público ante su nuevo sonido. Es verosímil pensar que Elliott temiera alejarse de sus fans habituales con este cambio sonoro. No obstante, la música de Smith es perfectamente reconocible en este álbum, más luminoso y menos triste, sí, pero igualmente emotivo y extraordinariamente sensible. Es su disco más ambicioso y también el más lujoso, quizás provocando que sea  menos personal, aunque igualmente brillante en lo artístico. Si lo comparamos con sus primeros trabajos, es mucho más ornamentado en lo instrumental y líricamente menos duro, menos directo y con un estilo poético mucho más impresionista

El álbum cosechó, en general, buenas críticas y alcanzó el puesto 99 en la lista de ventas. Elogiado por sus complejos arreglos, se dijo de él que «Es el mejor disco de Elliott Smith hasta el momento y eso es mucho decir» (NME) y «este disco representa la progresión de un gran músico» (Spin). No obstante también fue el primero de sus trabajos en recibir críticas no unánimemente favorables.  AllMusic escribió: «Aunque es un disco bastante impresionante, está lejos de ser la obra maestra que parece pretender ser»; Pitchfork opinó, «no es tan bueno como XO o Either/Or,  aunque este tipo aún merece la pena».

Smith vuleve a hacerse cargo de todos los intrumentos y todas las voces en la mayoría de los temas del álbum, si bien, en esta ocasión cuenta con la colaboración de sus amigos Sam Coomes y Jon Brion, así como el reputado batería de sesión (Elvis Costello, Tom Waits) Pete Thomas.

El disco arranca con la prodigiosa «Son of Sam«, un tema simplemente perfecto que, desde su sobresaliente intro (con el piano que Paul McCartney para “Penny Lanne» en 1967) a su emotivo pasaje instrumental intermedio nos traslada a un mundo en el que la melodía es la reina indiscutible. Una brillante canción que, en contra de lo que se dijo , no está dedicada al asesino en serie David Berkowitz (conocido como «El Hijo de Sam» y que mató a seis personas entre 1976 y 1977). Smith explicó, «No es sobre él, de hecho no sé sobre que trata la canción exactamente porque la idea era transmitir la sensación de estar contándole un sueño a alguien. Es una idea impresionista sobre la destrucción  (por eso  he usado la figura de Berkowitz) y sobre la creatividad». El tema fue promocionado en prestigiosos programas de televisión y editado como single, acompañado de su correspondiente videoclip, pero no tuvo demasiada repercusión.

«Te vi lidiar con un día agonizante y tirar el pasado vivido lejos. Así que puedes estar segura de que tienes todo controlado, no eres más que alguien a quien yo solía conocer» canta Elliott en «Somebody That I Used To Know«, un tema heredero de los Beatles del White Album y mucho más cercano al tradicional sonido de Smith. Una canción fabulosa de principio a fin. «Junk Bond Trader» es otro fantástico tema que cuenta con el habitual batería de Elvis Costello, Pete Thomas, y con versos como «Tu mundo no es más ancho que el odio que le tienes a él. Investigando una pequeña realidad aburrida, como una droga que tomas con demasiada frecuencia», que  muestran que el nivel lírico de Smith está a la misma estatura que su estratosférico talento musical.

Con «Everything Reminds Me Of Her» volvemos al bucólico sonido acústico tradicional del de Portland, con una canción impregnada de la melancolía por la pérdida del amor perdido y que sirve de perfecto preparatorio para la sublime «Everything Means Nothing To Me«, uno de los momentos álgidos del disco. Sus primorosos arreglos de cuerdas, su deliciosa construcción musical y su alto grado de emotividad la convierten en uno de esos temas a los que recurrentemente volver cuando se necesita una dosis de belleza. Mención aparte merece su letra de la que me niego a tocar un solo verso: » Alguien encontró al futuro como una estatua en una fuente, firme como un soldado, mirando hacia atrás a un charco de agua que desea que un pájaro cantor azul, melancólico, se mantenga en su hombro cantando sobre todas las cosas. Todo significa nada para mí. Escogí la canción y encontré mi retrato en el papel y su reflejo en el agua mostraba un hombre de hierro aún intentando saludar a la gente de una época en la que él era todo lo que debía ser. Todo significa nada para mí». Inconmensurable canción en la que vuelve a tener mucho protagonismo el piano Beatle de 1967.

«L.A.» nos devuelve al nuevo Elliott eléctrico cantando sobre su nueva ciudad de residencia, mientras en «In The Lost And Found (Honky Bach)/The Roost» vuelve a hacer uso del piano de McCartney para volver a regalarnos otro temazo que supura influencias de los 4-fab por los cuatro costados y acaba fusionándose con la evocadora «The Roost».

Tiempo para otro de los momentazos de disco, «Stupidity Tries«, una enorme canción en la que Elliott se disfraza del Lennon de principios de los 70 para construir un monumento al gusto. Decir que es una buena canción es quedarse muy corto, es una obra de arte sólo al alcance de un auténtico genio…, un genio que también puede escribir preciosidades minimalistas como «Easy Way Out» que definitivamente, y tras nueve canciones, nos deja a las claras que estamos ante un disco estupendo

«Wouldn’t Mama Be Proud» es una versión eléctrica de un tema que Elliott ya tocaba en versión acústica en sus conciertos hacía un año. Otra buena canción, aunque no tanto como «Color Bars«, otra joyita oculta interpretada y arreglada la exquisitez exhibida a lo largo de todo el disco.

«Happiness/The Gondola Man» es otro de los highlights del disco. Un tema pop absolutamente redondo que fue editado como single y que cuenta con Jon Brion a los coros. Otra maravilla…, y van 12.

La recta final arranca con  otros dos temazos: «Pretty Mary K» y la preciosa e impresionante «I Better Be Quiet Now» y concluye con «Can’t Make A Sound» («Me he convertido en una película muda y el héroe asesinó al payaso sin poder hacer un sólo sonido. Nadie sabe lo que él anda haciendo, sigue desperdiciando el tiempo sin poder hacer un sólo sonido») y el minimalismo instrumental de «Bye«.

Y así concluye el disco más accesible de la carrera de Smith. Independientemente de su potencial comercial, es un disco extraordinariamente bueno y que, tras «Either/Or» y «XO», suponen la absoluta confirmación de Elliott Smith como uno de los mejores creadores de canciones de los últimos tiempos.

El mismo día del lanzamiento del disco, Elliott fue invitado por su amigo Jon Brion para rodar un piloto para un programa de la cadena musical VH1 . Durante dicho espacio, Elliot  interpretó de forma magistral versiones de «Independence Day» (con Elliott sólo cantando, Jon Brion al órgano y Brad Mehldau al piano), «Bottle Up and Explode!» (Elliott a la guitarra y voz, Jon Brion al órgano, Brad Mehldau al piano y Dan McCarroll a la percusión), «Son of Sam» (con Elliott a la guitarra y voz  John Brion al piano), «Everything Means Nothing to Me» (con Elliott al piano y voz y Brion al órgano), «Happiness» (con Elliott a la guitarra y voz y Brion al Xilófono), la inédita «See You Later» e incluso un fallido y cómico intento de «Say Yes«, aparte de tres covers: «Jealous Guy» de John Lennon, «Waterloo Sunset» de The Kinks y «Nighttime» de Big Star. The Jon Brion Show, que debió ser el nombre del programa, tristemente nunca llegó a emitirse puesto que el piloto no resultó del interés de los ejecutivos de la cadena. Posiblemente la mejor aparición televisiva que Smith haría en toda su carrera.

Smith y su banda de acompañamiento comenzaron a girar por Europa (incluida Barcelona, en España) y Estados Unidos desde marzo a diciembre de 2000, con algunos conciertos memorables, como el del Bumbershoot Festival de Seattle en septiembre (no os perdáis el enlace).

No obstante, a pesar de la excelente salud de su carrera musical, los fantasmas de Elliott seguían presentes y acabó la gira completamente enganchado a la heroína. Hasta ese momento y, según palabras de la que fuera su novia y después amiga, Joana Bolme, “Él siempre fue un gran bebedor, pero contrariamente a la creencia popular, él no usó drogas realmente hasta alrededor de 1999. En lo que concierne a ese punto, aunque el usó muchas referencias de drogas en sus canciones, fueron casi siempre metafóricas. No se volvieron literales hasta mucho tiempo después”, el uso de las drogas por parte de Smith era esporádico pero todo cambio a finales de 2000. Empezó a mostrar un comportamiento errático y claramente paranoico. Solía decir a sus allegados que su compañía discográfica, Dreamworks, trataba de robarle su arte y quería destruirle (¿no os recuerda a Brian Wilson?). Apenas comía y subsistía a base de helados. Pasaba días enteros sin dormir que recuperaba durmiendo durante una jornada completa…

Entretanto, Smith había siguiendo componiendo y volvió al estudio junto al productor de sus últimos discos, Rob Schnapf, a principios de 2001. Debía ser una continuación a la vía abierta con «Figure 8» y la posible confirmación de Elliott en el statement musical estadounidense. No obstante Elliott abandonó el proyecto y contactó con su amigo Jon Brion con la idea de grabar un álbum junto a él. Estaba muy desilusionado con la falta de apoyo de la compañía respecto a lo que él consideraba su gran obra, «Figure 8» y quería probar un nuevo camino. El talento de Elliott Smith estaba intacto, pero el Elliot Smith persona caía en picado…, y el fondo estaba muy abajo…

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 8 de junio de 2013.

Elliott Smith. Capítulo III (1997). «Either/Or», la amargura del éxito.

El director de cine Jem Cohen, atraído por su música y letras, rodó  Lucky Three: an Elliott Smith Portrait, un sencillo corto de 11 minutos en el que Elliott interpreta canciones acústicas, concretamente una estupenda versión de «Thirteen» de Big Star y dos impresionantes composiciones propias que, aún inéditas, acababa de escribir pensando en su próximo álbum, «Between The Bars» y «Angeles«.

Y es que Elliott Smith estaba trabajando  en su tercer álbum en solitario ya por entonces. De hecho, lo hacía durante las últimas sesiones del último álbum del grupo del que formaba parte, Heatmiser. El propio Elliott describe este periodo como «una época realmente estresante. La mayoría está grabado en mi casa. Hay cositas hechas en casa de Joana (su novia), en un cuatro pistas…, aprovechaba cualquier momento que tuviera para grabar». Una vez más, Elliott se quería encargar de todo: componer todas las canciones, tocar todos los instrumentos, cantar cada nota y, por supuesto, producir el álbum. «No es fácil hacer todos los papeles, a veces es frustrante…, por ejemplo, al grabar la batería, hay estaba yo con mis tres micrófonos, tocaba, volvía a la mesa de mezclas y veía que un jodido plato sonaba mal…, así que tenía que volver a hacerlo. Hay que armarse de paciencia».

Smith estaba decidido a grabar un disco distinto. Quería que supusiera un paso adelante respecto a sus austeros discos anteriores, de alguna forma debía ser su confirmación como solista una vez terminada su etapa como miembro de Heatmiser. De hecho, dedicó casi un año a la producción de su nuevo álbum: «Either/Or«.

  1. Speed Trials
  2. Alameda
  3. Ballad of Big Nothing
  4. Between the Bars
  5. Pictures of Me
  6. No Name No.5
  7. Rose Parade
  8. Punch and July
  9. Angeles
  10. Cupid’s Trick
  11. 2:45am
  12. Say Yes

Editado el 25 de febrero de 1997 de nuevo en el sello Kill Rock Stars, el disco tomó el nombre del libro de Kierkegaard del mismo título: «Either/Or» (traducido al castellano como «O lo uno o lo otro»). A pesar de sus intencionados aires lo-fi, es un disco muy trabajado en cuanto a texturas y ambientes y supuso un duro reto para Smith no sólo como compositor, multinstrumentista y cantante, sino también como productor. El propio autor reconoce haber escrito y grabado más de 30 canciones antes de decidirse por la docena de maravillas que componen este fabuloso álbum.

Las influencias de los Beatles son más obvias que nunca y , si bien las letras siguen siendo fundamentales, es un disco mucho más musical. El mimo por la melodía se aprecia en el tratamiento que cada nota recibe a lo largo de las 12 canciones. Elliott se arroja definitivamente en manos del pop y, en cierta manera, se aleja de las maravillosas letanías acústicas de sus dos trabajos anteriores. Las letras no contienen tantas referencias a las drogas, si bien se sigue intuyendo un Elliott desesperado y trágicamente enamorado de su novia con la que, por cierto, había roto su relación temporalmente.

El disco arranca con «Speed Trials«, la primera joya. Un siniestro riff de guitarra nos lleva hasta la susurrante y temblorosa voz de Elliott acompañado de apenas de una guitarra y de una caja. La voz de Elliott transmite una emoción difícil de conseguir en apenas tres minutos de versos, como es habitual, brillantes («Pequeño niño, ¿qué te hace pensar que eres fuerte? Crees que estás por encima de toda esa gente pero ellos saben qué es lo que pasa. Eres como un pinball, y tú sabes que es cierto, siempre existe algo a lo que vuelves corriendo para seguir la senda de la no resistencia. Es sólo una breve sonrisa cruzándote la cara haciendo pruebas de velocidad, mientras permaneces en tu lugar»). Mejor aún es la maravillosa «Alameda«, una canción extraordinaria en la que Smith empieza a lucirse con las segundas voces a través de una melodía absolutamente cautivadora con reminiscencias de la mejor tradición acústica. Un temazo en toda regla.

«Ballad Of Big Nothing» nos muestra al Smith más pop, desde su magnífica intro de acústica a su sonido de banda (recordemos que Elliott toda todo), pasando -cómo no- por su fantástica melodía, posiblemente el tema más comercial del álbum y todo un revival de los entramados melódicos de Alex Chilton y sus Big Star. Las palabras se quedan cortas cuando llegamos a «Between The Bars«, una joya atemporal que no debería faltar en la discoteca de nadie que sepa apreciar cómo la melaconlía puede convertirse en una melodía maravillosa, especialmente si se acompaña con una letra a la altura («Apura el trago, cariño, quédate despierta toda la noche, las cosas que pudiste hacer, que no harás aunque podrías, el potencial que llegarás a tener pero que nunca verás, las promesas que tan sólo tú harás. Bebe conmigo ahora y olvídate de todo, de la presión de los días. Haz lo que te digo y te haré sentir bien, me llevaré las imágenes pegadas en tu cabeza. Las personas que tú has sido antes ya no están por aquí, nunca más. Presionan y empujan y  no cederán a tu voluntad, pero yo las mantendré quietas. Termina de beber todo, cariño, mira a las estrellas. Te besaré otra vez, entre los bares, donde te estoy viendo, con tus manos en el aire esperando a finalmente ser atrapadas.  Bebe una vez más y te haré mía. Te mantendré aparte, en lo profundo de mi corazón, separado del resto, donde me gustas más y mantengo las cosas que ya olvidaste.»). Una canción imprescindible, sin más.

Llevamos cuatro canciones, las cuatro son fabulosas y  «Pictures Of Me«, desde luego, no baja el nivel, sino todo lo contrario. La canción más poppie del disco es sencillamente buenísima. El trabajo instrumental de Smith es excepcional, así como su trabajo vocal y su ácida letra. Una enorme canción que ya nos indica que, definitivamente, estamos ante un disco inolvidable. «No Name #5«, la siguiente canción, es probablemente la canción más depresiva del disco. Con un aire que recuerda a las composiciones hindúes de George Harrison, Smith construye un opresivo ambiente acústico al que se van añadiendo instrumentos. Buena canción aunque, quizás, no al excelso nivel de las anteriores. Nivelazo que volvemos a recuperar con «Rose Parade«, otro monumento al pop acústico.

A pesar de que Elliott nunca ha nombrado a los Beach Boys entre sus influencias, nadie lo diría tras escuchar «Punch and Judy«, la más wilsoniana de las canciones del disco y otra fantástica muestra de orfebrería pop. «Angeles» es simplemente perfecta y no hubiera desentonado, y esto es mucho decir, en un disco de los Beatles… ni de Simon & Grafunkel. «Todos tus deseos secretos pueden ahora mismo hacerse realidad y estar para siempre con mis brazos envenenados rodeándote. Nadie nos va a tomar por tontos, un gusto conocerte, Ángeles» canta un inspiradísimo Smith. Maravillosa.

«Cupid’s Trick»  es quizás la más moderna de las composiciones del disco y en la que Smith más se aleja de sus referentes clásicos y, sin  ser -ni mucho menos- una mala canción, me parece el tema más flojo del álbum. «2:45 AM» nos devuelve al Elliott acústico y al letrista brillante («Son las 2:45 de la mañana, y me estoy poniendo una advertencia para despertar en un lugar ignoto con un recuerdo que has medio borrado, buscando los brazos de alguien para que module los daños pasados»). Sencilla pero efectiva, aunque tampoco es de lo mejor del disco.

Este excelente álbum concluye con «Say Yes«, una canción que, de nuevo, cabría en varios álbumes de los Beatles. Enorme y sorprendentemente alegre canción que rezuma aires de clásico por los cuatro costados. Es una canción sencillamente deliciosa, con la mejor letra que me he echado a la cara en años: «Estoy enamorado del mundo a través de los ojos de una chica que sigue aquí la mañana siguiente. Terminamos hace un mes y maduré, y no sabía que me quedaría la mañana siguiente. (…) Las situaciones se joden y dan un giro tarde o temprano. Podría ser otro tonto o una excepción a la regla. Ya me lo dirás a la mañana siguiente (…) Ella decidirá lo que quiere, probablemente seré el último en saberlo. Nadie dirá nada hasta que sea patente, o te quieren o no, dí que sí…»

Estamos ante un disco que roza la perfección. Soberbias canciones, tan cálidas en cuanto a melodías y arreglos como crudas en lo lírico. Tenemos no menos de 4 ó 5 canciones que figuran entre lo mejor que se editó en toda la década del los 90. Smith brilla como productor, arreglista, instrumentista, cantante, escritor, compositor… No sería capaz de destacar una faceta sobre otras. Un disco Imprescindible para cualquier oído sensible a la belleza.

Elliot comenzó una gira de conciertos para promocionar «Either/Or». Un Tour acústico por pequeños locales en el que desgranaba temas de su reciente disco («Say Yes«, «Between The Bars«, «Alameda«) de «Elliott Smith» («The Biggest Lie«, «St. Ides Heaven«), así como versiones de los Kinks («Waterloo Sunset«).  Por desgracia, a pesar de su buen momento creativo, las adicciones de Elliott comenzaban a agravarse. A estas alturas, era un alcohólico de pies a cabeza y el cada vez más habitual uso de antidepresivos produjo el cóctel explosivo. Era habitual que sus amigos lo encontraran tirado en la calle, herido, como consecuencia de alguna pelea y su estado de adicción comenzaba a ser preocupante. «Bebía mucho y tomaba antidepresivos…, me temo que no combinan demasiado bien».

Asustados por la situación, sus amigos decidieron tomar cartas en el asunto y aprovecharon que el tour de Elliott pasaba por Chicago para internarlo en un centro. «Era una especie de psiquiátrico», recuerda Elliott, «yo no quería estar allí… era horrible, sólo sentía toda la presión de esa gente diciéndome «venga, tienes que ser como los demás chico, no eres normal»…, era ridículo». Smith no aguantó mucho en el centro.

A finales de año, 1997, se estrenó «El Indomable Will Hunting», una película de Gus Van Sant para la que el director, que conocía a Elliott de la escena musical de Portland -donde ambos habían vivido-, le solicitó que participara en la banda sonora. Elliott le cedió «No Name #3«, del álbum Roman Candle y «Between the Bars» (que aparece también en versión orquestal arreglada por el afamado Danny Elfman), «Angeles» y «Say Yes«, de Either/Or. Smith compuso un soberbio nuevo tema original para la película: «Miss Misery«.

La película fue un enorme éxito tanto de crítica como de público. Provocando que la popularidad de Elliott Smith subiera muchos enteros, especialmente después de que su canción «Miss Misery» recibiera una candidatura a los Óscar en la categoría de mejor canción original. De repente, de un día para otro, Elliott pasó a formar parte del mainstream: grabó un videoclip de la canción, acudió a programas de televisión etc.

Pero Elliott se sentía muy incómodo con toda esta popularidad y, de hecho, en un principio rechazó tocar su canción en la Ceremonia de los Óscar de 1998. Acabó aceptando sólo después de que los productores del Show le amenazarán con que la canción sería tocada esa noche por él, o por un músico que ellos elegirían. Así que. en marzo de 1998, acompañado de la orquesta de la Academia, impecablemente vestido de blanco y acompañado de su inseparable guitarra, un tímido Elliott Smith se presentaba ante el mundo interpretando de forma extraordinaria «Miss Misery«.

Lamentablemente para el prestigio del gusto musical del ser humano el premio fue para la horripilante «My Heart Will Go On» interpretada por Celine Dion para la banda sonora de «Titanic». Elliott reaccionó bien ante la derrota («está bien que ella ganara, yo lo habría puesto en mi baño si hubiera ganado…, y supongo que ella lo pondrá en una repisa, quedará mejor») y calificó todo el episodio de los Óscar como algo surrealista: «Eso es exactamente lo que fue, surrealista… Me gusta actuar casi tanto como disfruto componiendo canciones. Pero los Oscar fueron un espectáculo muy extraño, donde el programa era de sólo una canción reducida a menos de dos minutos, y la audiencia era un montón de gente que no había venido a escucharme tocar. No me gustaría vivir en ese mundo, pero fue divertido estar cerca de las estrellas por un día».

Con toda esta popularidad ocurrieron dos cosas: por un lado, Smith, el talentoso músico, recibió una oferta de la todopoderosa multinacional discográfica Dreamworks; por otro, Elliott, el tímido muchacho, cayó en una profunda depresión. Alcohol, drogas y antidepresivos no huyeron a su llamada. Durante una estancia en Carolina del Norte, un polintoxicado Elliott Smith, saltó desde un acantilado y, afortunadamente, fue a caer en un árbol que impidió un golpe mortal contra el suelo. Cuando en una entrevista posterior, Elliott fue cuestionado sobre su intento de suicidio sólo dijo: «Sí, salté desde un acantilado…, pero prefiero hablar de otras cosas, ¿ok?»

Christopher Cooper, el director de Cavity Search Records -la primera discográfica de Elliot y que editó Roman Candle- y amigo personal del músico, declaró: «Estaba muy mal, siempre tuvo tendencias suicidas y estaba muy deprimido. Yo le decía que era un tipo brillante, que la gente lo quería y que la vida merecía la pena… Pero todos sus amigos nos hemos encontrado alguna vez hablando con él hasta las cinco de la mañana, cogiéndole la mano e intentando convencerle de que no se matara».

A pesar de todo, Elliott terminó 1997, editando un single de 7″ con una de las canciones más alegres de su carrera, la estupenda «Division Day«

TEXTO: Guillermo Mittelbrunn. 25 de mayo de 2013

PAUL McCARTNEY. «McCartney» (1970) (6,5 / 10)

The Lovely Linda
That Would Be Something
Valentine Day
Every Night
Hot As Sun/Glasses
Junk
Man We Was Lonely
Oo You
Momma Miss America
Teddy Boy
Singalong Junk
Maybe I’m Amazed
Kreen-Akrore

Producido por Paul McCartney

En medio de su conflicto con el resto de los Beatles, McCartney, poco después de la edición de Abbey Road, decidió emprender la aventura de grabar un álbum en solitario siguiendo la tónica inaugurada por John Lennon y George Harrison. Paul había decidido crear un álbum nuevo en el que él tocaría todos los instrumentos y con una producción absolutamente austera. Las grabaciones se desarrollaron en una sencillo cuatro pistas (de marca Studer) entre finales de 1969 y marzo de 1970 en casa de Paul, los Morgan Studios y  los estudios de Abbey Road (para lo que Paul tuvo que utilizar el seudónimo de «Billy Martin» para no levantar sospechas).

La edición del LP llevó consigo una amarga polémica ya que supuso un conflicto de intereses entre McCartney  y la estrategia comercial del nuevo manager de los Beatles, Allen Klein, y que terminó, el 10 de abril de 1970, con Paul McCartney anunciando a la prensa que deja la banda alegando “diferencias personales, comerciales y musicales”. Finalmente “McCartney”, el primer disco en solitario de Paul, se editó el 20 de abril de 1970.

El disco se abre con la inocente «The Lovely Linda«, una sencillísima y encantadora canción campestre de 40 segundos con guitarra, bajo, voz y percusión manual que da paso a la interesante «That Would Be Something«, un buen country rock que recibió los elogios del propio George Harrison y que hace pensar que Paul está calentando motores para ofrecernos algo realmente grande… Sin embargo, lo que recibimos es  «Valentine Day» que, sin ser terrible, es un instrumental bastante mediocre que apenas el buen hacer de McCartney a la guitarra consigue salvar.

El primer momento en el que reconocemos al verdadero Paul McCartney es con «Every Night«, un bonito medio tiempo pop que, aunque alejado de sus mejores obras, sí permite reconocer al gran autor de canciones que llevaba ocho años asombrando al mundo. Ahora sí, nos relajamos seguros de que es un disco de un ex-beatle, seguro que ahora viene lo mejor… Pero nos encontramos con «Hot As Sun/Glasses«, otro instrumental absolutamente anodino, mucho mejor que «Valentine Day» pero demasiado ligero e  impropio del Paul McCartney que apenas 10 días antes era un beatle. Todo lo contrario que le ocurre a la maravillosa «Junk«, un descarte del Álbum Blanco que supone, hasta el momento lo mejor del LP.

De momento, tenemos una cal y una de arena, así que después de la fantástica «Junk» toca bajón, y así es. «Man We Was Lonely» tiene uno de los peores estribillos que McCartney escribiera nunca y apenas las acertadas estrofas consiguen salvarla del desastre total. Mala forma de acabar una Cara «A» ciertamente decepcionante que sólo contiene una gran canción («Junk») acompañada de un par de temas notables («That Would Be Something» y «Every Night«).

Cuando ya estamos a punto de rendirnos, Paul nos sorprende con la vibrante «Oo You«. ¡Esto sí! Excelente rock riffero de Paul que nos devuelve una confianza que el instrumental «Momma Miss America« consigue mantener, merced a una excelente línea de bajo y a una buena guitarra solista. «Teddy Boy» es un nuevo descarte beatle y, tras oírla, no es difícil entender porque su monótona melodía no pasó el estricto filtro de los de Liverpool. Eso sí, la línea de bajo es magistral. «Singalong Junk«, la siguiente canción, es una revisión instrumental de «Junk» si bien mucho más arreglada y con un acabado exquisito.

Hasta aquí el disco tiene más sombras que luces, ninguna canción es mala , todo sea dicho, pero estamos hablando de Paul McCartney, el escritor de «Yesterday», «Hey Jude» o «Eleanor Rigby» y el autor principal de «Sgt. Pepper’s» o «Abbey Road»… ¿se le había acabado el talento? Pero entonces suenan unos acordes de piano cuyo volumen se va elevando lentamente… «Maybe I’m Amazed«. Absolutamente brillante de principio a fin y una de las mejores canciones de la historia de la música. Para mí, sin duda, la balada rock definitiva. Todo en ella es perfecto: Paul canta como nunca, la ejecución instrumental es soberbia (la solista es de estudio), la melodía es sencillamente inmejorable y, por si fuera poco, la letra -a menudo el punto flojo de Paul- raya también a gran altura Sencillamente impresionante. El disco acaba con «Kreen-Akrore«, un extraño y rítmico instrumental con un gran solo de guitarra al final, pero da igual… No puedes quitarte «Maybe I’m Amazed» de la cabeza.

El LP, a pesar de su excesivo sonido casero y su total ausencia de producción llegó al número 1 en Estados Unidos y al 2 en Inglaterra (frenado por el fabuloso “Bridge Over Troubled Waters” de Simon and Garfunkel”). A pesar de su éxito la prensa especializada lo calificó como “muy casero e integrado por canciones a medio escribir”. La reacción del resto de Beatles fue dispar, mientras George afirmaba que “«Maybe I’m Amazed» y «That Would Be Something» son geniales”, John criticaba su falta de calidad sobre todo sabiendo lo perfeccionista que siempre había sido Paul.

Hay varias formas de juzgar este «McCartney». Si no tenemos en cuenta quien es su autor, sería un disco bastante decente, pero sabiéndolo, hay que ser más exigente en la crítica. Sin «Maybe I’m Amazed» tendría un aprobado raspado pero, repito, creo que es una de las mejores canciones de todos los tiempos y eso ha de hacer subir necesariamente su calificación.

VALORACIÓN GUILLETEK: 6,5 / 10

ELLIOTT SMITH: “Elliott Smith” (1995) ( 7,5 / 10 )

«ELLIOTT SMITH«

(1995)

«Needle In The Hay»
«Christian Brothers»
«Clementine»
«Southern Belle»
«Single File»
«Coming Up Roses»
«Satellite»
«Alphabet Town»
«St. Ides Heaven»
«Good To Go»
«The White Lady Loves You More»
«The Biggest Lie»
Elliott grabó el que sería su segundo trabajo entre enero y febrero de 1995, en casa de unos amigos. Sólo dos canciones («Needle In The Hay» y «Alphabet Town»), pertenecen a sesiones previas, concretamente de septiembre de 1994. Smith vuelve a apostar por un sonido lo-fi y absolutamente acústico, aunque se aprecia mucho mayor aprecio por el detalle. A diferencia de lo que ocurrió con «Roman Candle», este álbum está concebido para editarse y no como una demo casera, por mucho que los medios técnicos no fueran muy diferentes. Una vez más Elliott opta, como el auténtico Juan Palomo que siempre fue, por componer, tocar y cantar todo lo que aparece en el disco. Sólo su compañero de Heatmiser Neil Gust toca un arreglo de guitarra eléctrica en «Single File» y su amiga Rebecca Gates, vocalista de The Spinanes, cantó los coros en la maravillosa «St. Ides Heaven».
En las letras del álbum hay varias y repetidas alusiones a las drogas y a las dependencia de las mismas. Smith ya era por entonces un consumidor habitual, pero aclaró que «no era un disco sobre drogas, pero las usé como vehículo para hablar de la dependencia y de la falta de auto suficiencia. Podría haber utilizado el amor como vehículo para hablar de lo mismo, pero no me apetecía hacerlo así. Tenía claro lo que quería hacer y lo hice, sin importarme demasiado qué iban a pensar los demás…, pero al final la gente interpretó las letras de forma muy superficial, sólo querían saber por qué hablaba tanto de la heroína».
El disco arranca con la brillante y turbadora «Needle in The Hay» en la que, a través de una inspirada melodía, Elliott apenas susurra versos tan bellos como duros («No puedo superarme y no quiero hablar, estoy tomando la «cura» para poder estar tranquilo en el momento que quiera. Así que déjenme en paz»), que ciertamente desasosiegan tanto como invitan a oírla de nuevo. Fantástica.
«Christian Brothers» es menos visceral en lo musical pero igualmente dura en lo lírico. Elliott entona esta de nuevo melancólica canción a su marca preferida de coñac («Los malos sueños no van a darme órdenes, Christian Brothers los espantará…, pero no puede ayudarme a olvidarte (…) Las pesadillas se han convertido en mí, está jodidamente claro») en la que, además, empieza a dar muestra de su buen hacer a las baquetas.
El buen (excelente) nivel se mantiene, si es que no se eleva, con la preciosa «Clementine«, de sonoridades de nuevo muy beatles-white album, y «Southern Belle«. Ambas fantásticas que  nos preparan para el bofetón emocional que supone «Single File» («Aquí haciendo cola donde la mierda estúpida colisiona con moribundas estrellas fugaces, todo lo que tenemos que mostrar es el mismo tipo de cicatriz  al observarte, todo lo que veo es que estás esperando algo. Fila india, eres una carretera criminal. Niño idiota, tu brazo tiene una muerte dentro») que nos presenta a un desesperado Elliott haciendo fila ante la puerta de su camello habitual.
«Coming Up Roses» mantiene la línea de intensidad melódica y lírica de su antecesora. No deja de sorprender el dramatismo que Smith consigue con tan precaria instrumentación en esta canción con la que, además, protagonizó su primer videoclip. Una vez más, la letra es simplememte demoledora («Soy un vertedero lleno de falsos comienzos y no necesito tu permiso para sepultar mi amor bajo esta bombilla desnuda»)
«Satellite» y «Alphabet Town» son otros dos bellos ejercicios de minimalismo acústico que nos preparan para otro  de los puntos álgidos del álbum: «St. Ides Heaven«. Elliott utiliza el nombre de una marca de cerveza de malta (St.Ides) para escribir una canción simplemente maravillosa en los musical, con los Beatles de nuevo ejerciendo de pertinentes musas, y con una letra que desarma a cualquiera («Todo está exactamente bien  cuando ando por aquí, ebrio, todas las noches con un recipiente abierto del 7-Elevenen el cielo de St. Ides. He estado rondando por el vecindario y todos pueden ver que no soy bueno cuando camino entre autos estacionados  con mi cabeza llena de estrellas. Hasta arriba de anfetaminas, la luna es una bombilla quebrándose que andará por ahí con alguien pero no volverá de viajar por nadie. Crees que conoces lo que me arruina, que quiero esas cosas que nunca podrías permitir. Me ves sonreír, crees que es el ceño fruncido en un rostro invertido. Porque todos son unos putos expertos y todos tienen respuestas de los problemas que conocen, y todos ellos tienen que decir qué debes hacer y qué no…aunque no tengan ni idea»). A estas alturas del disco, Elliott ya aparece ante nosotros desnudo, compartiendo su amargura y su extraordinaria sensibilidad con una belleza pasmosa.
«Good To Go» es otra preciosidad melódica con Elliott y sus voces como únicos compañeros, como ocurre con la tremebunda «The White Lady Loves You More«, otra de las mejores canciones del álbum. Tras tanta intensidad, Elliott relaja el ambiente con la dulce y preciosa melodía de «The Biggest Lie«, una canción absolutamente enorme que sirve para despedir un muy buen álbum que, en muchos sentidos, es el  debut de Smith (no olvidemos que «Roman Candle» es una colección de maquetas y que nunca fue concebido como álbum). La crítica recibió bien el disco apreciando su sensibilidad y sus «brillantes progresiones de acordes«. No es un disco fácil ni inmediato, y la mayoría de las canciones crecen con las sucesivas escuchas, acabando convirtiéndose en imprescindibles compañeras de tardes solitarias.

VALORACIÓN GUILLETEK: 7,5 / 10

Elliott Smith. Capítulo II (1995-1996). “Elliott Smith” y el final de Heatmiser.

En la primavera de 1995, Elliott firmó con  Kill Rock Stars, un pequeño sello independiente con base operativa en Olympia, Washington. Smith recibió la oferta después de la gira de dos semanas que hizo junto a Slim Moon, artista dueño del sello. Moon ofreció a Elliott un contrato por dos discos y le dio absoluta libertad creativa.

Elliott, que aún permanecía en Heatmiser, seguía teniendo su carrera en solitario como una vía de escape, como la forma de expresar su inquietudes musicales fuera del ruidoso ambiente de su grupo. De ahí que su siguiente trabajo, el primero para Kill Rock Stars, sea de un estilo y factura muy similar a su álbum de debut.

«ELLIOTT SMITH«

(1995)

«Needle In The Hay»
«Christian Brothers»
«Clementine»
«Southern Belle»
«Single File»
«Coming Up Roses»
«Satellite»
«Alphabet Town»
«St. Ides Heaven»
«Good To Go»
«The White Lady Loves You More»
«The Biggest Lie»
Elliott grabó el que sería su segundo trabajo entre enero y febrero de 1995 en casa de unos amigos. Sólo dos canciones («Needle In The Hay» y «Alphabet Town») pertenecen a sesiones previas, concretamente de septiembre de 1994. Smith vuelve a apostar por un sonido lo-fi y absolutamente acústico, aunque se aprecia mucho mayor aprecio por el detalle. A diferencia de lo que ocurrió con «Roman Candle», este álbum está concebido para editarse y no como una demo casera, por mucho que los medios técnicos no fuera muy diferentes. Una vez más Elliott opta, como el auténtico Juan Palomo que siempre fue, por componer, tocar y cantar todo lo que aparece en el disco. Sólo su compañero de Heatmiser Neil Gust toca un arreglo de guitarra eléctrica en «Single File» y su amiga Rebecca Gates, vocalista de The Spinanes, cantó los coros en la maravillosa «St. Ides Heaven».
En las letras del álbum hay varias y repetidas alusiones a las drogas y a las dependencia de las mismas. Smith ya era por entonces un consumidor habitual pero aclaró que «no era un disco sobre drogas, pero las usé como vehículo para hablar de la dependencia y de la falta de auto suficiencia. Podría haber utilizado el amor como vehículo para hablar de lo mismo, pero no me apetecía hacerlo así. Tenía claro lo que quería hacer y lo hice, sin importarme demasiado qué iban a pensar los demás…, pero al final la gente interpretó las letras de forma muy superficial, sólo querían saber por qué hablaba tanto de la heroína».
El disco arranca con la brillante y turbadora «Needle in The Hay» en la que a través de una inspirada melodía, Elliott apenas susurra versos tan bellos como duros («No puedo superarme y no quiero hablar, estoy tomando la «cura» para poder estar tranquilo en el momento que quiera. Así que déjenme en paz») que ciertamente desasosiegan tanto como invitan a oírla de nuevo. Fantástica.
«Christian Brothers» es menos visceral en lo musical pero igualmente dura en lo lírico. Elliott entona esta de nuevo melancólica canción a su marca preferida de coñac («Los malos sueños no van a darme órdenes, Christian Brothers los espantará…, pero no puede ayudarme a olvidarte (…) Las pesadillas se han convertido en mí, está jodidamente claro») en la que, además, empieza a dar muestra de su buen hacer a las baquetas.
El buen (excelente) nivel se mantiene, si es que no se eleva, con la preciosa «Clementine«, de sonoridades de nuevo muy beatles-white album, y «Southern Belle«. Ambas fantásticas que  nos preparan para el bofetón emocional que supone «Single File» («Aquí haciendo cola donde la mierda estúpida colisiona con moribundas estrellas fugaces, todo lo que tenemos que mostrar es el mismo tipo de cicatriz  al observarte, todo lo que veo es que estás esperando algo. Fila india, eres una carretera criminal. Niño idiota, tu brazo tiene una muerte dentro») que nos presenta a un desesperado Elliott haciendo fila ante la puerta de su camello habitual.
«Coming Up Roses» mantiene la línea de intensidad melódica y lírica de su antecesora. No deja de sorprender el dramatismo que Smith consigue con tan precaria instrumentación en esta canción con la que, además, protagonizó su primer videoclip. Una vez más, la letra es simplememte demoledora («Soy un vertedero lleno de falsos comienzos y no necesito tu permiso para sepultar mi amor bajo esta bombilla desnuda»)
«Satellite» y «Alphabet Town» son otros dos bellos ejercicios de minimalismo acústico que nos preparan para otro  de los puntos álgidos del álbum: «St. Ides Heaven«. Elliott utiliza el nombre de una marca de cerveza de malta (St.Ides) para escribir una canción simplemente maravillosa en los musical, con los Beatles de nuevo ejerciendo de pertinentes musas, y con una letra que desarma a cualquiera («Todo está exactamente bien  cuando ando por aquí, ebrio, todas las noches con un recipiente abierto del 7-Elevenen el cielo de St. Ides. He estado rondando por el vecindario y todos pueden ver que no soy bueno cuando camino entre autos estacionados  con mi cabeza llena de estrellas. Hasta arriba de anfetaminas, la luna es una bombilla quebrándose que andará por ahí con alguien pero no volverá de viajar por nadie. Crees que conoces lo que me arruina, que quiero esas cosas que nunca podrías permitir. Me ves sonreír, crees que es el ceño fruncido en un rostro invertido. Porque todos son unos putos expertos y todos tienen respuestas de los problemas que conocen, y todos ellos tienen que decir qué debes hacer y qué no…aunque no tengan ni idea»). A estas alturas del disco, Elliott ya aparece ante nosotros desnudo, compartiendo su amargura y su extraordinaria sensibilidad con una belleza pasmosa.
«Good To Go» es otra preciosidad melódica con Elliott y sus voces como únicos compañeros, como ocurre con la tremebunda «The White Lady Loves You More«, otra de las mejores canciones del álbum.

Tras tanta intensidad, Elliott relaja el ambiente con la dulce y preciosa melodía de «The Biggest Lie«, una canción absolutamente enorme que sirve para despedir un muy buen álbum que, en muchos sentidos, es el de debut de Smith (no olvidemos que «Roman Candle» es una colección de maqueta y que nunca fue concebido como álbum). La crítica recibió bien el disco apreciando su sensibilidad y sus «brillantes progresiones de acordes«. No es un disco fácil ni inmediato, y la mayoría de las canciones crecen con las sucesivas escuchas, acabando convirtiéndose en imprescindibles compañeras de tardes solitarias.

Editado el disco, Elliott vuelve con su banda -Heatmiser- para trabajar en el que sería su tercer LP: «Mic City Sons«, el primero que iba a ser editado por una discográfica de las «grandes»: Virgin. El disco estuvo terminado en marzo de 1996 y tan pronto como se finalizó, Elliott comenzó una gira en solitario con Mary Lou Lord (otra artista acústica del sello Kill Rock Stars) dejando claro que cada vez se sentía menos vinculado a la banda. El hecho de que le grupo estaba a punto de perder a su miembro más talentoso, no pasó desapercibido para los directivos de Virgin que, como consecuencia, decidieron editar el disco en uno de sus sellos independientes asociados: Caroline.
A pesar de todo, la presencia de Elliott en Heatmiser es mucho más patente en este «Mic City Sons» que en ningún otro LP de la banda. De hecho, el disco parce la fusión de dos estilos muy diferenciados: el de Elliott y el de unos Heatmiser, eso sí, mucho más limpios que antaño. La verdad es que es un buen álbum, nada comercial, eso sí. Las canciones de Elliott van desde la agresiva «Get Lucky» a la quasi-mística «The Fix Is In«, pasando por la intensidad de «Plainclothes Man» o «You Gotta Move«, sin embargo las mejores aportaciones de Smith al álbum son la excelente «See You Later» y la joya maravillosa que supone «Half Right«, la mejor canción que Elliott hizo para el que fuera su grupo. Por otro lado, Neil Gust también aporta algunos buenos temas al disco como «Cruel Remider» y, sobre todo, «Pop In G» que, aunque canta Elliot, es obra de Gust.
Finalmente «Mic City Sons» se editó en octubre de 1996 obteniendo buenas críticas. Poco después el grupo inició una serie de conciertos en los que los miembros de la banda tenían claro que eran sus últimos momentos juntos. Elliott ya estaba trabajando en el que sería su próximo álbum y esto, así como la relación con su novia -la bajista Joanna Bolme- ocupaban todo su mundo. No hubo una separación oficial, simplemente los miembros del grupo empezaron a dedicarse a otras cosas: Neil Gust formó la banda No.2, Tony Lash se introdujo en el mundo de la producción y Sam Coomes se enroló en Quasi… Elliott decidió asombrar al mundo con su música.

TEXTO: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 19 de mayo de 2013

The Beatles. Capítulo 24 (2010- Actualidad). El final…por ahora…

La nueva década se inaugura en enero de 2010 con el álbum de Ringo «Y Not«. Por primera vez en su carrera Ringo ocupa el puesto de productor en este álbum que cuenta con la colaboración de Joe Walsh, Joss Stone, Van Dyke Parks, Ben Harper y Richard Marx. Paul aparece al bajo y los coros en  la estupenda «Walk With You«, escrita por el propio Ringo y el que fuera colaborador de Brian Wilson Van Dyke Parks, y en «Peace Dream«. El disco tuvo un paso discreto por las listas, aunque debutó en el puesto 58 de la lista estadounidense, lo que supone la posición más alta para un álbum de Ringo desde 1976.

El 2 de junio de 2010, Paul fue condecorado por el presidente estadounidense Barack Obama con el premio Gershwin por su contribución a la música popular.  McCartney confesó sentirse muy alagado por el galardón: «Para un niño británico que creció en Liverpool, la Casa Blanca es algo bastante especial… La verdad es que estoy un poco nervioso por tener que actuar a pocos metros de Obama. Soy un gran fan suyo. Es un gran tipo, así que déjenlo en paz. Está haciendo un gran trabajo». Como parte del acto, McCartney ofreció un concierto en la Casa Blanca en el que interpretó «Got To Get You Into My Life«, luego el gran Stevie Wonder tocó una estupenda versión de «We Can Work It Out«, Jack White (White Stripes) «Mother Nature’s Son» fusionado con «That Would Be Something», Faith Hill  destrozó «The Long And Winding Road«,  los Jonas Brothers defendieron con dignidad «Drive My Car«, Herbie Hancock y Corinne Bailey Rae revisaron de forma maravillosa «Blackbird» en formato jazz, Elvis Costello se sale con «Penny Lane«, Emmylou Harris interpretó «For No One» en clave country,  el pianista Lang Lang tocó la pieza clásica de Paul «Celebration«, Dave Grohl clavó «Band On The Run«. Finalmente Paul volvió al escenario con Stevie Wonder y juntos cantaron «Ebony And Ivory«. Una vez solo, Paul dedicó «Michelle» a Michelle Obama y luego se sacó de la manga «Eleanor Rigby«, «Let It Be» y un «Hey Jude» al que se unieron todos los participantes…, incluida la familia Obama que no dudó en subirse al escenario.

En Octubre 2010, se editan dos nuevos recopilatorios de John Lennon. El primero de ellos, «Gimme Some Truth«, es una caja recopilatoria de cuatro CD’s ordenados por temáticas. El primer disco -«Working Class Hero»- contiene canciones de temática socio-política, el segundo -«Woman»-, el tercero -«Borrowed Time»- sobre filosofía vital y experiencias, mientras el cuarto -«Roots»- es puro rock’n’roll. Mucho más comercial y sintético resulta el compilatorio «Power to the People: The Hits«, también editado en octubre de 2010. En realidad se trata de una recopilación de las mejores canciones incluidas en la caja «Gimme Some Truth» y no tuvo mucho predicamento en un mercado saturado de recopilatorios de John Lennon en los que apenas varía la selección de canciones.

A estas alturas Paul ya había formalizado a todos los efectos su relación con Nancy Shevell y comienzan a oírse los primeros rumores acerca de una posible boda. A diferencia de lo que ocurrió con Heather Mills, Nancy cuenta con el beneplácito de los hijos de Paul y de la prensa rosa del país. El 5 de diciembre de 2010, Nancy acompaña a Paul a un nuevo acto de homenaje a su legado musical. El Premio Kennedy (Kennedy Center Honors) es el más alto honor otorgado desde 1978 por el gobierno de Estados Unidos a artistas escénicos de diferentes disciplinas. Este galardón se otorga de forma anual y en 2010, Paul fue uno de los galardonados.

La ceremonia se celebró en  el Kennedy Center de Washington D. C. con la asistencia del presidente de Estados Unidos y contó con las actuaciones de No Doubt («Hello, Goodbye», «All My Loving» y «Penny Lane»), Dave Grohl y Norah Jones, («Maybe I´m Amazed«) y Steven Tyler tocando la gloria con «She Came In Through the Bathroom Window» / «Golden Slumbers» / «Carry That Weight» / «The End». La fiesta, con un McCartney visiblemente emocionado terminó con James Taylor, Mavis Staples todo el personal participante cantando «Let It Be» y «Hey Jude«. Genial homenaje.

Entretanto, Paul prepara su quinta incursión en el terreno de la música clásica. En esta ocasión se trata de música concebida para ballet, lo que supone la primera experiencia de McCartney en el mundo de la danza y para lo que contó con la colaboración del coreógrafo danés Peter Martins. «Ocean’s Kingdom«, se estrenó en Nueva York el 22 de septiembre de 2011 con críticas mixtas y se editó en CD en octubre de 2011.

Finalmente, y tras mucha rumorología, Paul McCartney y Nacy Shevell se casaron el 9 octubre 2011 tras una íntima ceremonia civil  en el registro civil de de Marylebone en el barrio londinense de Westminster, a la que acudieron unos treinta invitados entre los que figuraban Ringo y su esposa así como los cinco hijos de Paul. Posteriormente, los novios celebraron junto a sus invitados una  discreta recepción en los jardines de la casa de Paul. Nada que ver con las estridencias de la anterior boda de McCartney con Heather Mills.

En octubre de 2011, poco después de la boda de Paul, se estrena «George Harrison: Living in the Material World«, un excelente documental dirigido por el gran Martin Scorsese sobre la vida y milagros de George. A lo largo de tres horas y media, se nos muestra el viaje musical y personal de George Harrison y su constante búsqueda de un equilibrio entre lo físico y lo espiritual. Además de las consabidas imágenes de archivo, incluye el testimonio de amigos y familiares sobre la vida del antiguo Beatle, incluidos Paul y Ringo, claro está.

Es una película extraordinaria, con multitud de fotos y música inédita, además de un importante componente emocional (el momento en que Ringo recuerda sus últimos momentos con George es impagable) que consigue arrojar algo de luz sobre una de las figuras más enigmáticas y cautivadoras de la historia del rock

A principios de 2012, concretamente en enero, Ringo vuelve a la carga con «Ringo 2012«. Tal y como hizo con «Y Not», el batería vuelve a ejercer de productor de su propio álbum. El disco contiene seis canciones nuevas (entre las que destaca «Samba» firmada con Van Dyke Parks), un par de versiones y dos revisiones de canciones editadas en «Ringo» y «Ringo The 4Th», «Step Lightly» y «Wings«. Una vez más, el trabajo de Ringo pasó absolutamente desapercibido en términos comerciales aunque recibió críticas bastante positivas si bien no exentas de cierta condescendencia.

Un mes después, en febrero de 2012, Paul sorprende a propios y extraños con el edición de «Kisses on the Bottom«. Tras varios álbumes en los que tocaba todos los intrumentos, McCartney se limita en este CD a ejercer de crooner e interpretar clásicos de jazz bajo la dirección musical de Diana Krall. Es un trabajo deliciosamente ligero que obtuvo un notable éxito (nº3 UK y 5 USA) y que permitió a Paul ganar un nuevo Grammy al «Mejor álbum de pop vocal tradicional». Aunque la mayoría del disco son versiones del cancionero clásico americano («I’m Gonna Sit Right Down and Write Myself a Letter«, «It’s Only a Paper Moon«, «We Three (My Echo, My Shadow and Me)«), contiene dos composiciones nuevas de McCartney: «My Valentine«, dedicada a Nancy y con Eric Clapton a la guitarra, y «Only Our Hearts«. «Quería hacer un álbum muy tierno, muy íntimo, para escuchar en casa tras el trabajo, con una copa de vino o de té»…, y lo hizo.

En mayo de 2012, se edita un curioso recopilatorio de George Harrison: «Early Takes: Volume 1«. En realidad es un álbum de tomas alternativas y demos de canciones de George Harrison, usadas en el documental de Martin Scorsese . A pesar de su apariencia de disco de rarezas, que lo es, es un disco sublime. La recopilación se centra en la primera etapa solista de George (el «Volume 1» del título hace pensar que la colección seguirá) y oír temas como «My Sweet Lord«, «The Light That Has Lighted the World» desprovistas de todo ornamento es sobrecogedor. Un disco maravilloso.

El 27 de julio 2012, Paul McCartney actuó ante una audiencia televisiva de más de un billón de personas, con motivo de la ceremonia de aperutra de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. La Organización quiso rendir un homenaje a la esencia británica. El pebetero se encenció, cientos de fuegos atificiales iluminaron la noche londinense, y allí estaba él: el Beatle Paul. La mayor leyenda viva de la música moderna interpretó, con 70 años y visiblemente nervioso, un «Hey Jude» que levantó el estadio y el bello de los brazos a cualquiera con un mínimo de sensibilidad musical. A pesar de lo emotivo de la actuación, todo el mundo pudo ver como algo raro pasaba al principio y McCartney sonaba fuera de tiempo sobre una pista pre-grabada, luego Paul retomó el control pero fue algo realmente extraño que explicó después de la ceremonia: «Antes de la actuación, grabamos una toma en vivo por si acaso había un fallo general de sonido. Se suponía que debía esperar una señal. Pero esa maldita campana gigante me despistó. Fue ensordecedor. Y se me olvidó que tenía que esperar la señala, así que me lancé a cantar…,  alguien de la organización presionó la reproducción. Así que estaba mi voz de fondo y mi voz en directo sobre ella; dos de nosotros cantando. El baterista no me miraba porque estaba histérico y yo pensaba, ‘¿Qué he hecho?». Al final acabó bien.

El 8 de septiembre de 2012 François Hollande nombra a McCartney Oficial de la Legión de Honor en una ceremonia que tiene lugar en una ceremonia celebrada en el Palacio del Elíseo en París. Los motivos de la concesión de la condecoración fueron «su carrera musical y la inspiración que ha proporcionado a otros artistas franceses. Así como sus compromiso en la defensa del medio ambiente, de los animales, contra las minas antipersona y a favor de la solución del conflicto israelo-palestino»

Continuando con su apretada agenda de finales de este 2012. El 12 de diciembre Paul actúa como invitado -junto The Who, Bruce Springsteen, Alicia Keys, Bon Jovi, Eric Clapton, Billy Joel, The Rolling Stones, Roger Waters, Chris Martin, Michael Stipe, y Eddie Vedder- en el concierto «12-12-12: The Concert for Sandy Relief«, un show benéfico celebrado en el Madison Square Garden de Nueva York en favor de las víctimas del huracán Sandy.

Paul montó un set eminentemente rockero que arrancó con «Helter Skelter«, «Let Me Roll It«, y una electrizante «Nineteen Hundred and Eighty-Five«. A continuación Paul invitó a Diana Krall al escenario y juntos interpretaron la tierna y jazzy «My Valentine» para posteriormente atacar «Blackbird«… y entonces ocurrió…, Paul agarró una extraña guitarra y dijó: “Hace poco, unos chicos me ofrecieron improvisar con ellos. Yo dije que sí. Cuando estábamos ensayando me dijeron que no habían tocado en años y de pronto me di cuenta que estaba en medio de la reunión de Nirvana», y entonces los presentó «¡Mr. Dave Grohl!, ¡Krist Novoselic! y Pat Smear…» A prueba de incrédulos, el septuagenario Paul McCartney estaba haciendo de Kurt Cobain en una reunión de Nirvana. El extraño combo interpretó «Cut Me Some Slack«, un potente rock que surgió durante una jam session a la que Grohl invitó a McCartney durante el rodaje  de su documental «Sound City» y que, en palabras de Dave Grohl, «la escribimos, la ensayamos y la grabamos en tres horas… salió de la nada, como las mejores canciones hacen». Acto seguido, la banda de Paul volvió al escenario para rematar con «I’ve Got a Feeling» y «Live And Let Die«.

Ringo comenzó a mediados de 2013 que comenzaría una nueva gira con una nueva All Star Band formada con ex-miembros de  Toto y Santana entre otros. Mientras, McCartney arranco su «Out There! Tour«, una nueva gira de 11 fechas que comenzó el 4 de mayo de 2013, en la que Paul tocó canciones que no había hecho hasta ahora en directo, como «Eight Days A Week», «Junior’s Farm», «Your Mother Should Know», la lennoniana «Being for the Benefit of Mr. Kite!», «All Together Now» y «Lovely Rita» y algunas que hacía muchos años que no retomaba como «Listen to What the Man Said», «Hope of Deliverance», «Another Day», «And I Love Her», «Mrs Vandebilt» o «Hi, Hi, Hi».

Tras trece álbumes de estudio con los Beatles, siete con Wings y quince en solitario, Paul McCartney afrontó su lanzamiento discográfico de 2013 con el simbólico título de «New» (enlace a review en Guilletek’s). Cincuenta años después de que el primer álbum de los Beatles saliera al mercado, el septuagenario bajista demostró estar en un fenomenal estado de forma. «Perdón por no haber vuelto antes, he estado ocupado», escribía McCartney en las notas interiores del disco tras seis años de silencio en cuanto a material original (cinco si consideramos el «Electric Arguments» de The Fireman parte de su discografía).

Compuestas las canciones que compondrían el disco, llegó la hora de platearse con qué productor trabajar y finalmente se decidió a trabajar con cuatro jóvenes y exitosos productores en busca de modernizar su sonido. Los elegidos fueron Mark Ronson (Amy Winehouse , Rufus Wainwright o Bruno Mars), Ethan Johns (Kings Of Leon, Kaiser Chiefs, Ryan Adams), Paul Epworth (Adele, Primal Scream, Robbie Williams) y Giles Martin, hijo de George Martin y  productor de  Hayley Westenra, Kula Shaker, Jeff Beck, Elvis Costello o Kate Bush. El 14 de octubre de 2013, y de nuevo bajo el sello Hear Music, se editó el disco que fue elogiado por la crítica mundial y obtuvo un notable éxito comercial (número 3 tanto en las listas británicas como norteamericanas), merced a excelentes canciones como «Save Us«, «On My Way To Work«, «Quennie Eye«, la evocadora y sobresaliente «Early Days«, «New«,  «Everybody Out There«, «I Can Bet» o «Looking At Her«. En resumen, un gran disco…, un gran disco creado por una de las dos más afinadas fábricas de crear melodías que ha conocido el mundo: Sir James Paul McCartney.

Apenas un mes después del lanzamiento del disco en solitario de Paul, 2l 11 de noviembre de 2013 se editó On Air – Live at the BBC Vol. 2, segunda parte del álbum «Live At The BBC», editado en 1994. Como aquel, se trata de un doble CD en directo recogiendo las actuaciones de los Beatles en los programas musicales de la radio televisión pública británica y, la verdad sea dicha, poco aporta sobre lo que ya hizo su predecesor. Los Beatles suenan frescos espontáneos, simpáticos y brillantes, pero ya lo hicieron en la edición de 1994. Esta segunda recopilación parece más compuesta de los restos que no se utilizaron en el lanzamiento de 1994 y apenas la excelente versión del «Beautiful Dreamer» de Stephen Foster, pone el disco en valor para los no fanáticos. No obstante, y a pesar de ser un lanzamiento que parece sólo para apto para completistas, todo lo que tocan estos chicos se convierte en oro y el álbum alcanzó el número 3 en las listas de ventas, convirtiéndose en el trigésimo disco del grupo en conseguir al menos un Top-10.

Desde 1962, John, Paul, George y Ringo han escrito y reescrito los renglones más influyentes en la historia de la música moderna. Hoy en día no es raro escuchar a cualquiera de los músicos actuales citando a los Beatles como su principal influencia. Fueron transgresores y comerciales, vanguardistas y tradicionales, polémicos y amables… Batieron todos los récords imaginables como grupo (han vendido más de 1.000 millones de discos, conseguido 27 números uno) y como solistas (es el único grupo cuyos miembros han logrado todos llegar al número 1, Paul McCartney es oficialmente acreditado el compositor más exitoso de la historia). Son, sin mucho lugar para el debate, la banda más trascendente en la historia del rock. Su aparición modificó por completo la significación de la música popular en todas sus vertientes.

Es difícil que se vuelva a juntar dos escritores de canciones del nivel de John Lennon y Paul McCartney, pero lo que ya es imposible es que el tercero en discordia tenga la calidad que atesoró George Harrison. «A los doce años de edad yo estaba convencido de ser un genio, era cuestión de tiempo que el resto del mundo se diera cuenta», dijo John Lennon… Y el mundo se dio cuenta. La influencia de Paul, John, George y Ringo fue, desde grupos contemporáneos (Rolling Stones, The Who, The Byrds, The Kinks, The Beach Boys) a bandas que surgieron  años después ( Queen,  XTC, U2, Elvis Costello, Bruce Springsteen, Aerosmith, Nirvana, Guns’N’Roses, Elliott Smith, Oasis, Blur, Coldplay, Travis… ).

Pero el gran mérito de estos jovencitos melenudos fue trascender los límites de la industria del divertimiento y convertirse en líderes de una revolución cultural, social y hasta política, que influyó decisivamente en la conformación y personalidad de las generaciones posteriores a su creación. Es difícil, para mí imposible, concebir un mundo sin Beatles…y…¿por qué hacerlo si sería definitivamente menos maravilloso?

TEXTO: Guillermo Mittelbrunn Beltrán, publicado 18 de Mayo de 2013. Editado por primera vez el 24 de noviembre de 2013

The Beatles. Capítulo 23 (2004-2009). Del Circo del Sol a la Gran Remasterización.

El 26 junio de 2004, Paul y su banda cerraron el prestigioso festival de Glastonbury, consiguiendo un absoluto éxito de crítica y público. Fue uno e esos momentos que, sin saber por qué, hacen que algo cambie. Las críticas (BBC, NME, Melody Maker etc. ) fueron absolutamente elogiosas: «McCartney da una lección», «Parece que los Gallaguer tienen mucho que aprender de este abuelete de 62 años». Una nueva generación de jóvenes impúberes alucina en colores con el desparrame de energía y calidad musical que llega desde el escenario, sólo hay que echarle un ojo a este «Helter Skelter» para comprobarlo. McCartney gozó de un gran prestigio en los 70, tras la separación de los Beatles, que perdió en los 80 y que empezó a recuperar desde mediados de los 90. En 2004 ya había recuperado definitivamente su sitio, y sabedor de ello, se disponía a grabar un álbum que lo confirmara.

Entretanto, en septiembre de 2004 y a instancias de Yoko, se edita «Acoustic«. El álbum es una colección de grabaciones caseras, de estudio o en directo interpretadas por John sin más ayuda que su guitarra acústica. Como todo lo que ha salido de los archivos del inconmensurable talento de John, no está exento de calidad, pero este disco no mantiene el nivel y la crítica fue durísima tratándolo de «chaladura oportunista«. Como disco pirata hubiera sido válido, como lanzamiento comercial, no. El problema es que, salvo «Working Class Hero» (extraída del «Sometimes in NYC») y las versiones acústicas en directo de «Luck of the irish», «John Sinclair» e «Imagine», lo demás son maquetas de John es su casa, con su grabador y su guitarra. Es música de estar por casa, con una interpretación instrumental y vocal muy floja.  En cualquier caso hay buenos momentos, como la bonita versión alternativa de «Dear Yoko«, pero se ven superados por momentos momentos anodinos o directamente mediocres («Cold Turkey«).  Flaco favor se hace a la memoria de Lennon engordando su discografía con trabajos de este tipo. Alcanzó un puesto 31 en listas

Mientras seguía preparando su nuevo álbum de estudio, Paul colaboró con el DJ Hellraiser (que fue quien preparó la música que amenizaba el espectáculo previo a los conciertos de Macca durante la gira de 2004) en la edición de «Twin Freaks» en junio de 2005. Se trata de un disco de remezclas de canciones de Paul que no deja de ser una mera curiosidad, aunque fue bien acogido por la crítica y «Really Love You» se editó como single de 12″ con cierto predicamento dentro de la escena electrónica.

En el mismo mes de junio, Ringo edita «Choose Love«, un nuevo disco de estudio con el que el batería vuelve a recibir buenas reseñas en medios musicales y que, de nuevo, vuelve a fracasar comercialmente a pesar de tener temas muy valorables como la homónima «Choose Love» (con múltiples referencias a los Beatles), «Oh My Lord» o «Don’t Hung Up» (con la Pretender Chrissie Hynde).

No obstante, lo más reseñable de este 2005, llegaría en septiembre con la edición de «Chaos and Creation in the Backyard» (enlace a crítica en Guilletek’s), el mejor álbum del Paul McCartney post-Wings junto a los fabulosos «Tug Of War» y «Flaming Pie». Para este disco, Paul prescinde de su banda y se propone grabar todos los instrumentos y hacer todas las voces, tal y como hieciera en 1970 con «McCartney I» y en 1980 con «McCartney II». De hecho, en muchos sentidos, este disco podría haber sido un «McCartney III».

Imagen

Paul reclutó para este disco al que fuera productor de Beck, Radiohead y Travis, Nigel Godrich y el resultado es excelso en cuanto a atmósfera y ambientes. Godrich tuvo los arrestos de criticar abiertamente el trabajo de Paul, no sin cierta dosis de miedo («mi primera reacción fue de terror, no sólo porque era una persona muy importante a la que le estaba diciendo «oye, esto no me gusta», sino también porque no estaba seguro de si él estaba dispuesto a trabajar con estas sucias manos»).

Las críticas fueron muy elogiosas de forma unánime y hablaron de «el mejor disco de McCartney en solitario», «un renacer creativo del ex-Beatle» y recibió varias nominaciones a los Grammy, entre ellas la de mejor álbum. Es, en definitiva, un fabuloso álbum al que sólo se le puede achacar la falta de algún tema más rockero que corte la tendencia piano-acústica que sigue durante todo el disco. Temas como el single  «Fine Line«, la oscura «At The Mercy«, la excelsa «Jenny Wrenn» («hija de «Blackbird» en palabras del propio Paul), el fabuloso pop de «Friends To Go» (dedicada a George Harrison) y  «Too Much Rain«, las beateleras «English Tea» y «Promise To You Girl«, la delicadeza de «A Certain Softness» o la genialidad romántica de «This Never Happened Before«, dejan a las claras que el McCartney del siglo XXI tiene mucho que decir a pesar de su ya avanzada edad. Un disco imprescindible que devolvió a McCartney a la senda del éxito (número 6 en USA y UK)

El éxito del álbum fue, además, una excelente excusa para que, en  septiembre de 2005 , Paul y su banda comenzaran una nueva gira americana: The US TOUR. Treinta y siete conciertos en dos meses y 60.000.000 de dólares de recaudación. A su repertorio habitual, McCartney añadió temas de su nuevo disco («Fine Line«, «Jenny Wrenn«, «Follow Me» y «English Tea«), temas de su carrera en solitario que jamás había tocado en directo como «Too Many People» y nuevas perlas del repertorio de los Beatles que no había interpretado nunca en directo en solitario («I’ll Get You«, «I Will«, «Till There Was You«, «For No One«, «Fixing a Hole«, «Please Please Me«).

En octubre de este 2005, se edita un nuevo recopilatorio de la carrera en solitario de John Lennon: «Working Class Hero: The Definitive Lennon«, una estupenda compilación de 2 cd’s que fue editada el día en que John hubiera compuesto 65 años y que posiblemente sea la más completa que se haya editado. Muchas de las canciones fueron remezcladas y remasterizadas para la ocasión mejorando sensiblemente su sonido. El disco obtuvo éxito comercial en Inglaterra (número 11) y fue un rotundo fracaso en Estados Unidos (135).

El matrimonio de Paul y Heather, a pesar de tener sólo 4 años de antigüedad y de haber tenido como resultado el nacimiento de la cuarta hija biológica de Paul -Beatrice-, no funcionaba. Mills y McCartney se separaron oficialmente en mayo de 2006, con un comunicado en el que ambos señalaban que la separación transcurriría de forma «amistosa». Al mismo tiempo, se lamentaron de que no haya sido respetada su intimidad. «Cada vez nos resultó más difícil llevar adelante una relación normal cuando constantemente se estaba interfiriendo en nuestra vida privada. Para toda pareja una separación ya es lo suficientemente difícil. Pero para aquella que debe pasar por esto en público, con una hija pequeña, supone un enorme estrés». Sin embargo, al poco tiempo, Heather comenzó a conceder entrevistas a los medios del corazón afirmando ser una víctima de Stela,  «la celosa y malvada hija de Paul que quiso separarnos», que «Paul a menudo se emborrachaba y fuma muchos porros», e incluso acusó a McCartney de maltrato físico y psicológico.

Pero Mills no midió con quien se estaba metiendo. Macca era, es y será una institución casi sagrada en Gran Bretaña, «el beatle-Paul»… Mills comenzó a recibir duras críticas «prostituta», «busca fortunas», «bruja», «ladrona», entre otras lindezas. Se avecinaba un divorcio movido…

Pero volvamos al tema, los Beatles estaban de actualidad en julio de 2006. En esta ocasión se trataba del estreno de un espectáculo del Circo del Sol con la música de los Beatles como tema principal: «Love». El proyecto nace de la amistad de George con el fundador del circo canadiense, Guy Laliberte. Harrison, antes de morir, acordó con el resto de Los Beatles y  Yoko Ono, la posibilidad de montar un show que tuviera como banda sonora la música del grupo y como protagonistas principales a los personajes de las canciones. Apple y El Circo del Sol

Para realizar la banda sonora -fundamental para el espectáculo-, Apple y el Circo del Sol  contrataron a George Martin y su hijo Giles para que hicieran las mezclas del álbum. Y es que la banda sonora debería componerse  de forma que cada tema sería mezclado incorporando partes de otros temas en busca de ambientes o atmósferas especiales. Los Martin trabajaron casi dos años en el proyecto…, pero el resultado mereció la pena.

Paul, Ringo y su esposa Bárbara, y las viudas de George y John -Olivia y Yoko- acudieron a la premiere del espectáculo en Las Vegas. Tampoco la primera esposa de Lennon, Cynthia,  su hijo Julian, y el hijo de George -Dhani-, quisieron perdérselo.

Fue todo un éxito. Al finalizar la obra, McCartney subió al escenario y gritó «¡Esto va por John y George!». Ringo, por su parte, dijo: «fue emotivo porque dos de nosotros no estaban aquí». El show, cargado de acrobacias extremas, complicados trajes y efectos especiales, recibió buenas críticas. El diario británico «Daily Telegraph» calificó «Love» como un espectáculo «casi indecorosamente espectacular y muy emocionante», mientras que el «Toronto Star» afirmó que se trataba de «el hasta ahora mejor show del Cirque du Soleil. Es inolvidable«. Hoy en día sigue representándose

Intentando abstraerse de todo el follón mediático de su separación, Paul se pone a trabajar en su nuevo trabajo de música clásica, «Ecce Cor Meum» que habría de editarse en septiembre de 2006. McCartney vuelve al formato de oratorio en este ya su cuarto álbum clásico y obtiene críticas muy favorables y un segundo puesto en la lista de discos de música clásica, como muestra podéis escuchar su angelical segundo movimiento «Gratia«.

El mismo mes en el que se editó «Ecce Cor Meum», se estrena el documental «The U.S. vs. John Lennon« sobre los problemas de John con la Administración Nixon a causa de su activismo político-pacifista. La película cómo la Casa Blanca usó la amenaza de deportación para tener controlado al incómodo Lennon e ilustra cómo escuchaban sus conversaciones por teléfono y era vigilado noche y día. Muy interesante y extremadamente inquietante, a partes iguales.

El documental se acompaño con la edición de un CD a modo de banda sonora que contenía las canciones de mensaje más polémico de la carrera de John.  A pesar de ser, sin duda, el menos comercial de todos los recopilatorios que se han editado sobre la trayectoria de John, obtuvo un notable puesto 19 en listas.

En noviembre  se edita la banda sonora del espectáculo de los Beatles y el Circo del Sol, «Love«, que se había estrenado en el verano de este mismo 2006. George Martín y su hijo mezclaron las canciones utilizando las cintas máster originales en colaboración con el Cirque du Soleil. «Tomamos todas las cintas originales del catálogo de The Beatles. Las de cuatro pistas, de ocho pistas y de dos pistas y utilizamos esta gama de sonidos y de la música para crear una base sonora. Es una nueva experiencia, un nuevo modo de volver a vivir a Los Beatles».

Realmente nunca se pensó que «Love» acabara siendo un disco. En realidad, los Martin se dedicaron a «jugar» con canciones y fragmentos de éstas intentando (y logrando) crear sugerentes ambientes sonoros-beatle.  El resultado satisfizo tanto a los productores como a McCartney, Ringo y las viudas de George y John. Estaba claro que de ahí tenía que salir un disco, «La música fue originalmente diseñada para el show ‘Love’ en Las Vegas. Pero al hacer esto hemos creado un nuevo álbum de The Beatles«, dijo Martin. «The Beatles siempre buscaron otros modos de expresión de ellos mismos y esto es otro paso adelante», señaló.

El disco arranca con «Because«, versión «a capella» (con el sugerente acompañamiento de unos lejanos trinos de aves) de la que posiblemente sea la mejor interpretación vocal de los de Liverpool cantando a voces. Desnuda y encantadora. De repente el acorde inicial de «A Hard Day’s Night» da paso al solo de batería (y parte del solo de guitarra) de «Carry That Weight» e introduce una mejoradísima versión (a nivel de sonido) de «Get Back / Glass Onion«, fusión de ambas canciones (con toques de «Hello Goodbye») a modo de puente para llegar a una excelsa versión de «Eleanor Rigby» que, básicamente, cambia el orden de estrofas y estribillos y se funde en una limpísima y breve versión de «Julia».

Las versiones de «I Am The Walrus» y  «I Want To Hold Your Hand» son menos sorprendentes sino fuera por el inmejorable sonido, en especial, de la segunda. Las verdaderas sorpresas llegan con «Drive My Car» / «The Word» / «What You’re Doing» que se funde con una naturalidad absoluta -y con el solo de «Taxman» por en medio- con «What You’re Doing» para desembocar en «The Word». Simplemente acojonante.

«Gnik Nus«, es, como su propio nombre indica, «Sun King» al revés apoyada sobre los sitares de «Getting Better» y sirve de entrada a una sobrecogedora «Something» que descansa sobre un discreto fondo orquestal hasta fundirse con un fragmento de «Blue Jay Way» con elementos de «Nowhere Man». Con «Being for the Benefit of Mr. Kite!» / «I Want You (She`s So Heavy)» / «Helter Skelter» llegamos a otro momentazo, el clásico de Sgt Pepper’s se funde con «I Want You» y los gritos de McCartney en «Helter Skelter».

«Help!», suena simplemente perfecta y abre el debate de si sería un crimen o no remezclar de nuevo las cintas originales en lugar de sólo remasterizarlas; yo abogo por lo primero tras escuchar este disco. «Blackbird» / «Yesterday«, fusiona la intro de la canción de 1968 con el clásico de los clásicos beatle a la que Martin retoca brevemente el arreglo de cuerda. Mucho más curiosa resulta «Strawberry Fields Forever» y como describe la evolución de uno de los grandes clásicos de la historia. Pasa del encanto acústico de la «Toma 1» original, se funde con la mítica (para fans) «Toma 7» (la de los coros) para acabar llegando a la versión definitiva que todos conocemos y que suena mejor que nunca. Luego se introducen nada más y nada menos que las trompetas de «Sgt pepper’s», el solo de trompeta de «Penny Lane», el de clavicordio de «Piggies», el de «In my life» y el final de «Hello Goodbye». Casi nada…

«Within You Without You«, nos ofrece el tema hindú de George con la batería e introducción de «Tomorrow Never Knows», mientras en la remezcla de «Lucy In The Sky With Diamonds» vemos como se introduce el misterioso instrumento hindú que aparecía en «Baby You’re a Richman» en el estribillo. Algunos platos al revés y diversos efectos dan fin a la canción. En «Octopus’ Garden» los primeros versos cuajan con el fondo musical de «Goodnight», luego, el clásico de Ringo suena brillantísimo. Acaba con el elegante instrumental introductorio de Sun King.

«Lady Madonna» arranca con la entrada de batería de «Why Don’t We Do It In The Road» da paso al solo de saxo de «Lady Madonna» y de ahí, arranca la canción como la conocemos (pero con qué sonido). Al llegar al solo aparece una siniestra «Hey Bulldog» mezclada con el órgano de Billy Preston en «I Want You (She’s So Heavy)» y el punteo de Clapton en «While My Guitar Gently Weeps». Brillante, como «Here Comes the Sun» / «The Inner Light«, a George le hubiera encantado, «Here Comes The Sun» con la percusión «a la hindú» de «Within You Without You» para que al final  aparezca un fragmento la hipnótica «The Inner Light» con los coros de «Oh Darling» de fondo.

«Come Together» / «Dear Prudence» / «Cry Baby Cry» es otra genialidad. El clásico de Lennon se funde con pasmosa facilidad con el instrumental final de «Dear Prudence» y desemboca en un fragmento de «Cry Baby Cry», previo paso por la misteriosa e inacabada «Can You Take Me Back» de Macca. Menos sorprendentes son las estándares versiones de «Revolution» y «Back In The USSR» aunque su extraordinario sonido deja a las claras que estos muchachos merecen una «remezclaremasterización» de su catálogo.

Dos de los momentos cumbres llegna con «While My Guitar Gently Weeps«, en la que George Martin escribe un nuevo arreglo de cuerdas para la maqueta original que George grabó en su casa, y «A Day In The Life«, que empieza con la toma 1 de la canción, luego se funde con la original pero la voz de Lennon sigue siendo la de esta primera toma.

Llegamos a la traca final arrancando con «Hey Jude«. La mejor canción de todos los tiempos suena brillante. Reduce la duración original y adelanta los clásicos «Na na na na… Hey Jude». Deja una parte con voz, bajo y batería, muy propia para un concierto que nunca tendrá lugar. El final comienza a introducir «Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Reprise)«, que suena simplemente brutal, y acabamos con el himno «All You Need Is Love«, el colofón a la fiesta. El final incorpora «Baby You’re A Richman», «Rain», «Sgt.Pepper’s», «Goodnight»…

«Love», el disco, recibió las máximas calificaciones en todos los medio críticos, ganó un Grammy y tuvo un enorme éxito (4 USA, 3 UK y número 1 en una decena de países alrededor del mundo). Lo habían vuelto a hacer.

También en noviembre de 2006, Paul edita su nuevo DVD en directo «The Space Within Us», recogiendo los mejores momentos de su última gira americana. A nivel de factura cinematográfica y de sonido, es el mejor DVD de McCartney. Lástima que la voz del Sir, a sus entonces 64 años, ya no alcance el nivel de sus años mozos. Con todo es una compra muy recomendable, merced a interpretaciones como «Got To Get You Into My Life«, «Too Many People» / «She Came in Through the Bathroom Window» o «Helter Skelter«. No obstante, el momento cumbre del DVD -y la razón de su título-  es la conexión en directo que Paul realizó durante su concierto en Anaheim, California, con la Estación Espacial Internacional y durante la cual interpretó «Good Day Sunshine» y «English Tea» para los astronautas Valeri Tokarev y Bill McArthur.

En medio de el torbellino mediático que seguían suponiendo los pormenores de su separación, Paul rompe con su discográfica de toda la vida EMI «cansado de que pudieran tantas trabas a todo y fueran tan lentos» para fichar por el nuevo sellos discográfico Hear Music -propiedad de la cadena Starbucks- en donde, en junio de 2007, lanza su nuevo disco: «Memory Almost Full» (enlace a review en Guilletek’s).

El propio Paul recuerda sobre este álbum, «Comencé las canciones de este disco antes de «Chaos and Creation in the Backyard». Cuando estaba finalizando todo lo relacionado con Chaos, me di cuenta de que tenía este álbum sobre el que volver. De modo que lo escuché de nuevo, preguntándome si lo disfrutaría, todo lo que hice fue escuchar un par de cosas y luego comencé a pensar: «Bien, me gusta ese tema, ¿qué hay de malo en él?», así que decidí acabarlo». La crítica le otorgó altísimas calificaciones situándolo a la par de «Flaming Pie» (1997) y el reciente «Chaos» (2005). El público también respondió, elevando el disco al número 3 en USA y al 5 en UK.

Es un muy buen álbum que, aunque para mí no llega al nivel de «Chaos» o «Flaming Pie», demuestra que Paul tiene aún cosas que decir. McCartney vuelve a tocar y cantar todo y hay un puñado de canciones de gran nivel como los singles «Dance Tonight» y «Ever Present Past«, «See Your Sunshine«, «Only Mama Knows«, la preciosista «You Tell Me«, «Vintage Clothes«, el excelente rock de «That Was Me«, «House Of Wax«…, además tenemos dos muy buenas canciones con «mensaje» a Heather: la brillante «Mr. Bellamy» y la soulera «Gratitude«. Buen disco de Paul.

Un par de meses después, en  agosto de 2007, Ringo lanza su recopilatorio «Photograph: The Very Best of Ringo«, sin duda, el recopilatorio definitivo de la carrera en solitario de Ringo Starr y un disco muy recomendable que el baterista edita en su vuelta a la discográfica EMI/Capitol. Todas las mejores canciones de Ringo entre 1970 y 2007 están en este disco que alcanzó un meritorio puesto 26, su mejor resultado en años.

En septiembre de 2007 se estrena la película «Across the Universe«, un musical dirigido por Julie Taymor, Algunas estrellas como Bono (Dr. Robert), Eddie Izzard (Sr. Kite), Joe Cocker o  Salma Hayek, participan  en esta historia en la que Jude (Jim Sturgess), un joven trabajador, deja Liverpool para buscar a su padre en Estados Unidos. Allí, Jude conoce a múltiples personajes del movimiento anti-bélico que sirven de prefecto trasfondo a las más de 30 versiones de temas de los Beatles que componen la banda sonora.

En noviembre del mismo año, Paul edita «The McCartney Years» un triple DVD con vídeos musicales, interpretaciones en directo y material inédito de su carrera en solitario de Paul McCartney entre 1970 y 2005. Los primeros dos discos contienen videos promocionales, desde «Maybe I’m Amazed», de 1970, hasta «Fine Line», de 2005.  El tercer y último disco incluye siete canciones del largometraje de 1980 Rockshow, interpretadas durante su etapa con Wings, una nueva edición de la aparición de McCartney en MTV Unplugged y once temas del concierto ofrecido por McCartney en el Festival de Glastonbury en 2004, como parte de su gira ’04 Summer Tour.

La actividad de Ringo continuó con la edición, en enero de 2008, de su nuevo álbum de estudio, «Liverpool 8«. Producido por el habitual productor de Ringo  Mark Hudson y el Eurythmic Dave Stewart, el CD es más de lo mismo: nostalgia inofensiva, producción y ejecución musical impecables y, seamos claros, mucha mediocridad. La primera vez que escuchas el disco resulta agradable y canciones como «Liverpool 8» hacen asomar una sonrisa a tu cara, pero conforme el disco termina, es probable que no recuerdes una sola canción. Ringo lleva varios años repitiendo fórmula y comienza a estar agotada

En marzo de 2008, se resolvió finalmente el divorcio de Paul y Heather. Fue un proceso muy mediático, seguido tanto por la prensa «seria» como por la prensa rosa británcia. En un principio ella pidió 125.000.000 de libras ante los 16.000.000 que ofrecía el abogado de McCartney. En la sentencia el juez Hugh Bennett calificó los testimonios de Mills como «faltos de realidad, inconsistentes, inexactos y poco menos que cándidos». La modelo, que decidió representarse a sí misma durante los seis días que duró el juicio, fue calificada en dicha sentencia como «la peor enemiga de sí misma, con un carácter voluble y explosivo», en oposición, el juez calificó a McCartney como una persona «consistente, exacta y honesta». Finalmente se resolvió con 24.300.000 de libras más una paga de 35.000 libras anuales para los cuidados y educación de la hija de ambos, Beatrice. Paul declaró:  «Se acabó, ya no más caos, ya no más Heather…, tendré paz al fin. Heather fue un error, pero siempre hay un lado positivo, me ha dado una hija maravillosa».

A pesar de la turbulencia del divorcio con Heather, la vida sentimental de McCartney gozaba de buena salud, puesto que, desde hacía aproximadamente un año (principios de 2007) había comenzado una relación con la empresaria norteamericana Nancy Shevell, a la que ya conocía puesto que era una de las mejores amigas de Linda

Cerrado el capítulo Mills, McCartney, llamó a su otra «mitad electrónica» para editar, en noviembre de 2008, el tercer trabajo del proyecto The Fireman, «Electric Arguments» (enlace a review en Guilletek’s). Por primera vez los nombres de McCartney y Youth aparecen en la portada y su trabajo tiene una orientación más comercial que experimental. De hecho, es el primer disco del Bombero en el que encontramos voces (de Paul, claro) en unas canciones que McCartney escribió en su totalidad y Youth arregló de forma contemporánea. La crítica recogió el álbum con alborozo, BBC Radio, calificó el álbum de «brillante», Uncut lo nombró disco del mes y habló de «una asombrosa colección de aventuras eternas que toca los mejores aspectos del sonido actual», el Daily Telegraph definió el álbum como «un placer puramente escuchable con un gran sentido de la espontaneidad y de la imaginación musical». Recibió un mínimo de 4 estrellas sobre cinco en la mayoría de las publicaciones musicales y es que «Electric Arguments» es tan bueno como sorprendente. «Nothing Too Much Just Out of Sight«, la brillante «Two Magpies«, «Travelling Light«, el single «Sing The Changes«, la tremenda «Highway«. Un disco soberbio.

El 4 de abril de 2009, Paul acudió como invitado al festival benéfico «Change Begins Within», organizado por el cineasta David Lynch (enlace al show) en Nueva York. Paul arrancó su set  tocando «Drive My Car», a la que sucedieron «Jet», «Got To Get You Into My Life», «Let It Be», dedicó «Here Today» a John Lennon, atacó «Band On The Run» y entonces llegó el momento y Paul dijo «en este momento me gustaría presentaros a alguien que seguro conocéis: ¡¡Billy Shears!!». Ringo subió al escenario y cantó «With a Little Help from My Friends» en un momento absolutamente histórico. El público respondió con una larga ovación, pero no había terminado, Ringo cogió las baquetas y tocó junto a Paul «Cosmically Conscious» y «I Saw Her Standing There» como fin de fiesta.

Pocos meses después, Ringo y Paul volvieron a coincidir  en un escenario en junio de 2009, durante la celebración del E3, el más importante festival de entretenimiento electrónico del mundo. Starr y McCartney acudieron invitados, junto a Yoko y Olivia Harrison, para promocionar el videojuego The Beatles: Rock Band. El juego en sí es un interesante producto beatle, no sólo por las excelentes cinemáticas con el grupo como protagonista (sobre todo la de apertura y la que aparece al final del juego), ni por las excelentes recreaciones de los músicos, ni siquiera por ser un juego extremadamente divertido…, sino por el excelente trabajo de remezcla y remasterización que realizó Giles Martin. Excelentes remezclas  y gran juego.

También en junio se edita «Let It Roll: Songs by George Harrison«, un estupendo recopilatorio de la carrera de Harrison como solista y aunque, como siempre cuando hablamos de los grandes, se echan de menos algunas canciones, es sin duda el mejor recopilatorio de George. Alcanzó un puesto número 4 en listas.

El inagotable Paul vuelve a la carretera en julio de 2009 con una gira de 10 fechas por Norteamérica.

Pero la gran noticia Beatle de la primera década del siglo XXI llegaría el 9 del 9 del 9, el nueve de septiembre del año 2009: la remasterización de toda la discografía de los Beatles. Desde la grabación de los discos, la única revisión de la discografía del grupo se produjo en ¡¡1987!!

Los Beatles suenan como nunca en esta nueva remasterización en la que cada disco se acompaña de un pequeño documental sobre la grabación del álbum en cuestión. Se reeditan los 13 discos del grupo (usando la versión americana de «Magical Mystery Tour»), más la recopilación de singles que no aparecían en ningún LP «Past Masters».

Editados en una caja con todo lujo de detalles, los CD’s intentan replicar el formato de los vinilos originales y se publican en dos formatos: estéreo y mono. Especialmente interesante resulta la versión mono de la discografía que es, no lo olvidemos, tal y como los Beatles concebían su música hasta «Abbey Road», al punto que John Lennon llegó a decir «no has escuchado Sgt. Pepper’s si no lo has hecho en mono»…, y algo -o mucho- hay de cierto en ello. Especialmente en la etapa 1963-1967, el grupo suena mucho más potente y compacto en las versiones mono que en las estéreo.

Pero hay muchas más diferencias que la mera distribución del sonido, la diferencia técnica, a grandes rasgos entre mono y estéreo es que mientras el sistema mono utiliza un solo canal de información el estéreo utiliza dos, el izquierdo y el derecho. Que algo suene por dos altavoces  hace que lo que suene sea estéreo, para serlo cada canal debe tener información-sonidos distintos.

En el caso de los Beatles, tenemos que, a diferencia de lo que pasa hoy en día, en que el estéreo es lo habitual (y se hace compatible con equipos mono -TV, Radio FM etc.), en su época el estándar era el mono y el estéreo era un artículo de lujo que sólo tenía predicamento en Estados Unidos. La mezcla estéreo es hacía por cumplir con Capitol USA sin poner demasiado empeño en el asunto, el mismo George Martin confesaba poco interés por ellas. A este respecto, el ingeniero de sonido Geoff Emerick dijo, «las mezclas mono eran la prioridad número uno, al estéreo le costó establecerse en Inglaterra. La mejor copia de Sgt. Pepper es la versión mono porque nos pasamos tres semanas mezclándola y la versión estéreo fue mezclada en dos días y medio. Nadie se da cuenta de que todo el esfuerzo se ponía en la mezcla mono porque nunca monitoreábamos en estéreo. Todo salía por un altavoz. Así era que lo escuchábamos». A esto tenemos que sumarle que las sesiones de las versiones mono y estéreo se hacían con lapsos de varios meses entre ambas y la ausencia de informatización… Las diferencias entre mezclas eran lógicas a todos los efectos.

Hay algunas canciones con curiosas diferencias entre ambas versiones, por ejemplo en «Help!», las voces de la versión mono y  estéreo son distintas y hasta hay una diferencia en la letra: en la versión mono John dice «AND now these days are gone» y en la estéreo «BUT now these days are gone». Tampoco hay pandereta en la versión mono. En «Lucy In The Sky With Diamonds», vemos que la mezcla mono presenta diferencias de velocidad, pitch (es un poco más lenta) y, consecuentemente, de timbre (un tercio de semitono más bajo) y que las voces tiene efecto flanging (el antecesor del flanger). En la mezcla estéreo no se hizo ninguna de estas dos cosas, por lo que suena un poco más rápida, un tercio de semitono más arriba y sin el flanging.  En «She’s Leaving Home», la máquina de reproducción corría con el sincro a 53 ciclos por segundo en la versión mono resultando, además de bastante más rápida, un semitono entero más alta que la edición estéreo.

Elegir entre una versión y otra acaba siendo una cuestión de gustos. Estos vídeos son una buena muestra de las diferencias entre ambas versiones: vídeo 1, vídeo 2.

En noviembre de 2009, McCartney edita «Good Evening New York City«, un nuevo álbum y DVD en directo recogiendo su gira veraniega de ese mismo año. Entre el repertorio Beatle, además de sus habituales, añade «I’m Down«, «Day Tripper» un bonito homenaje a John con «A Day in the Life/Give Peace a Chance» y una versión de «I Saw Her Standing There» con la colaboración de Billy Joel. De sus canciones en solitario cabe destacar la  inclusión de los clásicos de Wings «Mrs. Vanderbilt» y «My Love«, así como la interpretación en directo de dos temas de su grupo paralelo The Fireman, «Sing The Changes» y «Highway«.

La primera década del siglo XXI acaba con un Beatle de 67 años, llamado Paul McCartney, volviendo a la carretera con su nueva gira «The Good Evening Europe Tour»

TEXTO: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 11 de mayo de 2013.

The Beatles. Capítulo 22 (2000-2004). La muerte de George, «Let It Be…Naked» y el último concierto de Paul en España.

El primer lanzamiento de los Beatles en el siglo XXI no pudo ser mejor, 13 de noviembre de 2000, Se edita «The Beatles 1«, un recopilatorio de las 27 canciones del grupo que alcanzaron el número 1 de las listas en Inglaterra y/o Estados Unidos. De esta forma, el CD, contenía «Love Me Do», «From Me To You», «She Loves You», «I Want to Hold Your Hand», «Can’t Buy Me Love», «A Hard Day’s Night», «I Feel Fine», «Eight Days A Week», «Ticket to ride», «Help!», «Yesterday», «Day Tripper», «We Can Work It Out», «Paperback Writer», «Yellow Submarine», «Eleanor Rigby», «Penny Lane», «All You Need is Love», «Hello, Goodbye», «Lady Madonna», «Hey Jude», «Get Back», «The Ballad of John and Yoko», «Something», «Come Together», «Let It Be» y «The Long and Winding Road«. Las ventas del disco superan las mejores previsiones: debutó en el número uno en la lista de ventas de 35 países, batiendo todos los récords y conviertiéndose en el álbum con mejor debut de la historia, vendiendo 10 millones de ejemplares en un mes. En 2009 fue declarado el disco más exitoso de la década con más de 30 millones de copias vendidas.

Es un muy buen recopilatorio pero, al centrarse sólo en los singles megahits del grupo, quedan fuera grandes joyas. No hay temas de «Rubber Soul», «Sgt. Pepper’s» ni del «Álbum Blanco» (no extrajeron singles) y quedan fuera joyas que aunque no fueron número 1, sí fueron muy populares: «All My Loving», «And I Love Her»,  «Michelle», «Drive My Car», «Girl», «Norwegian Wood», «Here There And Everywhere», «For No One», «Taxman», «Sgt Pepper´s», «With A Little Help From My Friends», «Lucy In The Sky With Diamonds», «A Day In The Life», «Magical Mystery Tour», «I Am The Walrus», «The Fool On The Hill», «Strawberry Fields Forever», «Penny Lane», «Back In The USSR», «Blackbird»,  «Here Comes The Sun»… En fin, que el «Rojo» y el «Azul» son recopilatorios mucho más completos, si bien este «One» es un excelente repaso por la faceta más comercial del grupo. Una delicia con un éxito grandioso.

A estas alturas Paul empezaba a dejarse ver con la modelo Heather Mills, conocida por su activismo tras perder una pierna tras ser atropellada por un motorista. Mills y Paul se conocieron durante un evento benéfico organizado por ella para conseguir fondos con la finalidad de ofrecer tratamientos de prótesis a personas necesitadas. McCartney quedó prendado de ella y a los pocos meses estaban saliendo juntos, para regocijo de la prensa del corazón británica. Los hijos de Paul no aceptaron bien a Heather y, especialmente, Stella -ya en esta época una famosa diseñadora de moda- veía en ella una cazafortunas que intentaba ocupar el puesto de su madre. No obstante, Paul persistió en su relación y empezó a dejarse ver acaramelado con Heather en varios «saraos» londinenses.

El 7 de mayo se edita el que probablemente sea el mejor recopilatorio de Paul: «Wingspan: Hits and History«. Si bien el doble CD sólo recoge el periodo 1970-1984, la selección es fabulosa y sirvió para que el disco, al que acompañó un documental para TV, alcanzará el segundo puesto en las listas de ventas. Allmusic escribe, «Ha estado minusvalurado. La discografía de McCartney en solitario es rica y meritoria, y si tienes que convertirte este álbum es la mejor forma de empezar»

El 11 de septiembre de 2001, el día de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, Paul y Heather estaban en el aeropuerto de NY. McCartney pudo ver, desde los televisores de la terminal, el derrumbamiento de las Torres del WTC. De vuelta a su hotel «tenía que dejar salir todo los que estaba sintiendo, y lo más fácil para mí era componer una canción». Paul reaccionó  y organizó junto al productor cinematográfico Harvey Weinstein The Concert for New York City, un macroconcierto que tuvo lugar en el Madison Square Garden el 20 de octubre y que contó con la colaboración de un gran número de artistas: Eric Clapton, Mick Jagger, Keith Richards, Elton John, James Taylor, Billy Joel, Bon Jovi, Sheryl Crow, The Who… y, por supuesto, Paul, quien , ataviado con una camiseta en tributo a los bomberos de Nueva York interpretó «I’m Down«, una conmovedora versión de  «Yesterday» sólo con cuerdas y «Let It Be» con todos los partcipantes del concierto sobre el escenario. No obstante, lo más destacado fue el estreno de esa canción que Paul había compuesto justo el día de los atentados: «Freedom«, una sencilla y emotiva canción que se convirtió en el himno oficioso post-atentados.

Un nuevo brío a causa de su nueva relación, Paul edita el 11 de noviembre de 2001 su nuevo álbum de estudio, el primero tras cuatro años de silencio desde la publicación del fabuloso «Flaming Pie» de 1997. Para «Driving Rain» (enlace a crítica en Guilletek’s), título del álbum, Paul reclutó una nueva banda, en un ejercicio muy similar al que hizo en 1989 con «Flowers In The Dirt»: quería editar un álbum para salir de gira.  Los elegidos fueron Rusty Anderson (guitarras y voces) y Abe Laboriel Jr. (batería y voces). McCartney también quiso dar a su música un aire más contemporáneo contando con los servicios del productor David Khane (The Strokes, Sugar Ray)… Pero el disco no tuvo éxito y no paso del puesto 26 en Estados Unidos y del 46 en Inglaterra.

Y es que, aunque el álbum tiene momentos brillantísimos como el inconmensurable «From A Lover To A Friend» en la que Paul parece pedir permiso a la fallecida Linda para empezar su nueva relación, la potente «About You«, el baladón «I Do» o el maravilloso pseudo instrumental «megabeatelero» «Heather«, dedicado como «Your Loving Flame» a su nuevo amor, el resto del disco es de agradable escucha pero considerablemente anodino

Entre tanto George recibió una pésima noticia, su cáncer se había reproducido. En ese momento George supo que iba a ser el fin y tomó una firme decisión: asegurarse de que su muerte causara el menor dolor posible a sus seres queridos, especialmente a Olivia y Dhani, su mujer y su hijo. Una persona cercana a Harrison afirmaba que planeó su muerte «como un faraón egipcio».

Poco después del ataque que sufrió en su casa y que vimos en el anterior capítulo, se centró en finalizar un nuevo álbum de estudio en el que quería que Dhani, su hijo, participara. George recuperó algunas canciones que había grabado en la época de «Cloud Nine» y para el resto fue contando, además de con Dhani, con algunos músicos amigos como Jim Keltner y Jeff Lynne (que además se encargaría de la producción). No obstante, el estado de George fue empeorando y decidió trasladarse a Suiza donde se sometió a un un tratamiento a base de rayos de cobalto a cargo del famoso oncólogo Franco Cavalli. Durante su estancia en aquel país, él y Olivia se compraron una villa llamada Collina d’Oro, en la pintoresca Montagnola -al lado del lago Lugano- donde George pudo disfrutar de su enorme afición a la jardinería y desplazarse, a duras penas, a un estudio de grabación sin levantar el revuelo de la prensa. A estas alturas, George ya no podía andar y se desplazaba en silla de ruedas. Su hijo Dhani recuerda «Nunca sintió pena de si mismo ni se deprimió. Tomamos la actitud de «bueno, es lo que hay». Él solía decir ‘oh, cuando me vaya vas a tener que terminar todas estas canciones’ y yo le decía ‘bueno, no si tú las terminas primero, así que levanta el culo… Discutíamos sobre las canciones tanto que me dejo con una buena idea de qué es lo que quería»

Pero, desgraciadamente, en torno a octubre el profesor Cavalli  reconoce que el tratamiento había fallado y que la situación de George no iba a mejorar. Harrison seguía teniendo esperanzas pero, de forma tranquila, quiso empezar a prepararse para lo peor y comenzó a comentarle a Olivia cómo quería que su vida terminara.

Los Harrison se trasladaron después a Nueva York para que George fuera tratado por otro especialista en cáncer, el  famoso Dr. Gil Lederman, que bombardeó el tumor de Harrison con radiación sin el menor resultado. La suerte estaba echada. Entre tratamientos, Harrison le dijo a Olivia que quería ver a todas las personas clave de su vida con las que le quedaban asuntos por resolver: Paul fue uno de los primeros. La relación con McCartney había mejorado sensiblemente tras los Anthology y la muerte de Linda (a cuyo funeral George asistió), pero durante casi 25 años había sido inexistente. Cuando se encontraron, ambos se fundieron en un abrazo y lloraron amargamente. El resentimiento ocasionado por las eternas batallas legales que tuvieron en los 70 tras la separación de los Beatles, fue enterrado definitivamente…, «Nada de eso importa ya», dijo George a su viejo amigo.

Después Harrison se preocupó de los detalles finales. Tras lo sucedido con John Lennon, tenía claro que no quería el lugar de su muerte se convirtiera en un lugar de peregrinación para fans. La única manera segura de evitar que esto ocurriera era mantener el máximo secreto sobre su paradero. La relación de Paul y George se hizo muy fuerte en los últimos días de la vida de Harrison, así que Paul, sabedor de los deseos de George, le ofreció su recién comprada mansión de Beverly Hills (Heather Road 9536), como último destino. George, agradecido, aceptó y el jueves 22 de noviembre,  fue transportado en secreto en su jet privado a la casa de se amigo. Paul recuerda el momento y como le impresionó que George le cogiera la mano: «es gracioso, pero incluso cuando éramos muy amigos, siendo jóvenes, jamás nos dimos la mano. Estuve sentado junto a él durante horas mientras le aplicaban el tratamiento para el cáncer, le quedaban pocos días para morir. Hacíamos muchos chistes, cosas simplemente divertidas, locas. Estuvo bien. Era como si soñáramos». Cuando Paul y Heather salieron de la casa, McCartney rompió a llorar, tenía claro que no volvería a ver a George.

Harrison pasó sus últimos días en cama. Pidió la presencia de dos devotos Krishna que se turnaban para cantar el «Hare Krishna» una y otra vez, un detalle muy importante para Harrison puesto que, según esta religión, cualquiera que oiga el nombre de Krishna en el momento preciso de su muerte irá directo hacia Dios. El día 29 de noviembre de 2001, George Harrison murió, tranquilo y en silencio.

Las reacciones de sus amigos no se hicieron esperar. Paul McCartney afirmó «Le echaremos en falta. Era un tipo grande, repleto de amor por el mundo y que tenía poca paciencia con las estupideces de la gente. Estoy hundido y muy triste… Era como mi hermano pequeño. Sabíamos que estaba enfermo desde hacía mucho tiempo. Era un tipo adorable y un hombre muy valiente, dotado de un fantástico sentido del humor”Yoko Ono, dijo que la vida de Harrison fue «mágica» y dio mucho con su música, su ingenio y su sabiduría. Gracias, George, fue grandioso conocerte»,. Ringo fue escueto, «era mi mejor amigo. Lo echaré en falta por su sentido del amor, de humor y  su sentido de la música».

Como última broma y por insistencia de George, en el parte de defunción se puso que el lugar de su muerte había sido el 1971 de Coldwater Canyon, una dirección inexistente. Lo que George no midió es que cuando, inevitablemente, el engaño salió a la luz, un juez de Los Ángeles abrió un caso por falsificación de documentos haciendo que Olivia se enfrentara a una pena de hasta seis meses de prisión.  El tema no fue solucionado hasta el 16 de marzo de 2002, fecha en la que fue archivado.

A principios de Diciembre de 2001, la familia Harrison trasladó las cenizas desde Los Ángeles hacia un destino desconocido. Aparentemente iban a ser arrojadas en el jardín de su villa suiza, pero nadie ha podido confirmarlo, a día de hoy, no se sabe si el destino final de los restos de George fue el país alpino o la aguas del río Ganges en la India.

En abril de 2002, Paul completó su banda con el guitarrista/bajista Brian Ray y el teclista Wix Wickens, con el que ya había colaborado en sus giras de los 90. Brian y Wix se unieron a Paul, Rusty Anderson y Abe Laboriel Jr para comenzar «The Drivin USA Tour», una gira de 27 fechas por Estados Unidos y Cánada que McCartney interrumpe en Junio de 2002 para casarse con Heather Mills.

Paul y Heather se casaron en un castillo emplazado en el condado de Monaghan -en la campiña Irlandesa- dándose el «sí quiero» al compás de «All You Need Is Love». Entre los 300 invitados estaban Ringo y algunos amigos músicos como Eric Clapton o David Gilmour. Los tres hijos de Paul y Linda, Mary, Stella y James, que se opusieron frontalmente a su padre cuando les anunció su compromiso con Mills, finalmente decidieron asistir al evento, al igual que Heather -hijastra de Paul e hija de Linda.

Paul gastó 3 millones de dólares en la celebración de la boda, convirtiéndola en la segunda más cara de la historia tras la de Liza Minelli y el productor David Guest

Tras la resaca de la boda y cumplido el preceptivo viaje de novios, Paul vuelve a lo suyo y continúa la gira con 32 conciertos por Norte América y Asia, desde septiembre a noviembre de 2002. Fue una gira de gran nivel, con Paul en una excelente forma vocal y la banda sonando de forma muy convincente. McCartney versiona además algunas canciones de los Beatles que aún no había tocado nunca en directo («Hello Goodbye» (enorme), «Getting Better«, «Mother Nature’s Son«, «You Never Give Me Your Money«. No obstante este «Back In The US Tour» será recordado por los sendos homenajes a sus fallecidos compañeros John y George: con «Here Today» Paul retoma la canción que, en 1982, dos años después de su asesinato, dedicó a John Lennon… y es demoledora oírla veinte años después. Tanto o más emotivo resulta el homenaje a George: Paul toma uno de los instrumentos preferidos de George, el ukelele, para realizar una soberbia versión de una de las mejores canciones que Harrison nunca compusiera, «Something«.

McCartney puso fin a esta exitosa gira, con casi 130.000.000 de dólares recaudados, editando -sólo en Japón y Estados Unidos- el brillante doble CD y DVD en directo «Back In The US«. A pesar de ser el sexto álbum en directo de Paul, consiguió un buen rédito comercial alcanzando el puesto número 8 en listas. Aunque, sobre todo, y a pesar de su indudable calidad musical, este álbum será recordado porque McCartney -como hiciera en 1976 con «Wings Over America»-  alternó el nombre de los apellidos de la dupla «Lennon-McCartney» en la firma de las canciones de los Beatles. Así, las canciones de los Beatles que Paul interpretó en esta gira aparecen firmadas como «McCartney-Lennon»… Pero, ¿por qué hizo esto Paul?. En primer lugar, recordemos que Paul y John llegaron al acuerdo de firmar juntos todas las canciones que cualquiera de los dos compusiera, así Paul aparece en los créditos de «Help!» o «Strawberry Fields Forever» cuando es una canción e John y de igual forma Lennon aparece en los de «Yesterday» o «Hey Jude» cuando no aportó nada a las mismas. Paul y John acordaron que el orden fuera Lennon-McCartney aunque acordaron que los créditos podían invertirse si alguno de ellos quería en cualquier versión futura (de hecho Paul, en vida de John, lo hizo en  en 1976 con «Wings Over America» y Lennon dijo públicamente «no hay problema con eso»). A principios de los 90, Paul llamó a Yoko para solicitarl el cambio de orden en «Yesterday», pero Ono se negó.

McCartney respetó el orden clásico en en 1976 en sus anteriores trabajos en directo: «Tripping the Live Fantastic» (1990), «Unplugged» (1991) y «Paul is Live» (1993), pero decidió cambiarlo tras comprobar que Yoko había quitado su nombre de «Give Peace a Chance» en la edición del recopilatorio «Lennon Legend: The Very Best of John Lennon» en 1997. Es cierto que Paul no escribió ni una letra ni aportó una nota a «Give Peace a Chance«, y eso es lo que Yoko justificó para quitar su nombre de los créditos, pero John en su momento firmó la canción como «Lennon-McCartney» puesto que la editó siendo un Beatle (1969). Paul, de forma un poco infantil, respondió a la «ofensa» alternando el orden de los nombre en los créditos y provocando declaraciones púbicas altisonantes de Yoko Ono acusándole de no respetar la memoria de su compañero. Paul no volvería a hacerlo.

El 18 de noviembre de 2002, un años después de su muerte, se edita «Brainwashed«, el disco en el que George Harrison estuvo trabajando durante los últimos meses de su vida. En realidad Harrison llevaba trabajando sobre este álbum desde mucho tiempo atrás y algunas canciones -como la fabulosa «Any Road«- datan de 1988, pero fue a partir de 1999 cuando se puso a trabajar en serio sobre el mismo. Lamentablemente, George falleció sin terminarlo y fueron su eterno amigo y productor Jeff Lynne y su hijo Dhani Harrison quienes lo terminaron. No obstante Lynne afirma que, «George había dejado todo bastante claro, sólo hicimos algunos retoques. Él quería un disco muy honesto y no quería grandes producciones, solía decirme «Jeff, no quiero que suene pijo», así que Dhani y yo no tuvimos que hacer mucho». El álbum fue extraordinariamente acogido por la crítica y no es para menos. Es un gran disco, de lo mejor de Harrison en solitario, merced a grandes canciones como «P2 Vatican Blues (Last Saturday Night)«, «Pisces Fish«, «Looking For My Life«,  «Stuck Inside a Cloud«, «Rising Sun» o la maravillosa versión del clásico del jazz «Between the Devil and the Deep Blue Sea» en la que George se luce al ukelele. A pesar de las buenas críticas, el disco no tuvo un excesivo éxito, si bien alcanzó un puesto 18 en las listas de éxitos estadounidenses y al el 29 en el Reino Unido.

Apenas 10 días de editarse el disco, tiene lugar, en el Royal Albert Hall de Londres  «The Concert for George«, un tributo musical organizado por  la viuda de Harrison, Olivia, su hijo Dhani y su inseparable amigo Eric Clapton. El tributo, delicioso de principio a fin, arrancó con una sección de música india encabezada por Anoushka Shankar, hija del maestro de sitar de George, Ravi Shankar. Tras la sección de música india, aparecieron los grandes amigos de George Monty Python  cantando «Sit On My Face» y «The Lumberjack Song» (que cuenta con la colaboración de Tom Hanks).

Posteriormente grandes astros musicales interpretaron canciones de George con y sin los Beatles. Así, Jeff Lynne interpreta «The Inner Light«, «I Want to Tell You» y «Give Me Love (Give Me Peace on Earth)» Eric Clapton se arranca con «If I Needed Someone» y «Beware Of Darkness«,  el Procol Harum Gary Brooker canta «Old Brown Shoe«, Joe Brown versiona «Here Comes the Sun» y «That’s The Way It Goes«, mientras Tom Petty y sus Heartbreakers tocan «Taxman«, «I Need You» y «Handle With Care» y Billy Preston junto a Eric Clapton se encargan de «Isn’t It A Pity«… Y entonces llega el plato fuerte de la noche: Ringo sube al escenario en medio de una gran ovación para interpretar «Photograph» y «Honey Don’t«…, para posteriormente decir  «Gracias, gracias, gracias… es un gran placer para mí presentaros a otro amigo de George… ¡¡Paul McCartney!!«, el Royal Albert Hall se viene abajo y Ringo se dirige a la batería mientras Paul sube al estrado, dos Beatles en un escenario, no ocurría desde 1970… Paul canta «For You Blue» y coge el ukelele para tocar «Something» junto a Eric Clapton en una versión espectacular que pone la carne de gallina de principio a fin y levanta al público de sus asientos. McCartney sigue siendo el protagonista  en «All Things Must Pass«, tras la cual se retira al piano para hacer los coros en la versión de «While My Guitar Gently Weeps» que canta Eric Clapton. Para el gran final, todos tocan «My Sweet Lord» y «Wah-Wah» (con la curiosidad de tener a Paul tocando en una canción que George compuso criticándole).

La presencia sobre el escenario de Dhani, calcado físicamente a su padre cuando tenía su edad,  resulta absolutamente evocadora. Dhani al final agradece a todos los amigos de su padre dsu presencia en el acto: «Sois los mejores amigos de mi padre. Él os quería y esto que hemos hecho es lo más bonito que podríamos hacer por él…, muchas gracias por todo Eric…, gracias a todos. Qué Dios os bendiga. Pasad un buen día». En ese momento, Paul se acerca improvisadamente al micrófono y dice «con Dhani en el escenario parece que George se hubiera mantenido joven y el resto fuéramos viejos», el úblico rompe en risas mientras Joe Brown pone el final a la gala tocando una de las canciones preferidas de George «See you in my dreams«, cómo no, al ukelele.

En marzo de 2003, Paul vuelve a la carretera con 33 fechas en Europa destacando el concierto que el 24 de mayo ofreció en la plaza roja de Moscú  y del que se editó el DVD «Paul McCartney in Red Square» que tuvo un gran éxito de ventas. Concluida la gira, edita el doble cd «Back in the World«, que se diferencia del anteriormente editado (sólo en USA y Japón) «Back In The US» en el reemplazo de «Vanilla Sky» (banda sonora de la película de Tom Cruise), «C Moon» y «Freedom» por «Calico Skies«, «Michelle», «Let ‘Em In» y «She’s Leaving Home«, y que obtuvo un notable éxito comercial alcanzando el número 5.

Ese mismo mes, Ringo edita «Ringo Rama» con su nueva compañía discográfica, Koch Records. El álbum es bueno y recibió críticas elogiosas -Allmusic dijo: «Ringo Rama es un disco bueno y agradable. No tanto como «Time Takes Time» o «Vertical Man», pero es bueno»-, aunque sólo llegó al puesto 113 en listas. No obstante siempre será recordado por la inclusión del tema «Never Without You«, que cuenta con Eric Clapton a la guitarra y  que Ringo compuso poco después de la muerte de George dedicándolo a su memoria: «Éramos jóvenes, fue divertido y no podíamos perder / Fuimos noticia de primera plana, días y noches de locura, limusinas y focos, fuimos hermanos a pesar de todo  /  Y tu canción seguirá sonando sin ti, y este mundo no te olvidará. Cada parte de ti está en tu canción, ahora vamos a seguir adelante, nunca sin ti…».

En cuanto a los Beatles como grupo, lo más destacable de este principio de siglo sería, sin duda, la edición, en noviembre de 2003, de «Let it Be… Naked«. Paul -cuya quinta hija, Beatrice, fruto del matrimonio con Heather Mills, había nacido un mes antes, en septiembre de 2003-, nunca estuvo satisfecho con el trabajo de Phil Spector, a instancias de John, había hecho con el LP de 1970 «Let it Be», el que fuera último álbum del grupo. McCartney siempre había mostrado su desagrado con la forma en la que el productor americano había producido «Let it Be», y muy especialmente su canción «The Long and Winding Road» y quería mostrar cómo hubiera sido el álbum original sin la intervención de Spector.

De esta forma, el álbum es una revisión del último LP de los Beatles, eliminando toda las post-producción orquestal a cargo de Phil Spector, resultando un disco grabado en directo en el estudio. No hay trucos. McCartney encargó a los ingenieros de sonido de Abbey Road, Paul Hicks, Guy Massey y Allan Rouse que buscasen en los archivos y ensamblasen las distintas canciones con los 30 rollos de cinta grabados durante las sesiones del proyecto «Get Back» de enero de 1969. Los ingenieros realizaron un profundo trabajo, limpiando digitalmente cada pista de cada canción antes de remezclarla. El sonido se ha limpiado de tal forma que te parece que los cuatro Beatles están tocando a tres metros de ti. Es un resultado espectacular.

El álbum arranza con «Get Back«, tomando como base la versión que se utilizó para el single y con un sonido muy mejorado. Se ha editado la extensión final y resulta corta pero muy intensa. En este caso me quedo con la versión de 1969, no como en el caso de «Dig A Pony» o «For You Blue» que, aunque en poco o nada cambian respecto a la versión original, lucen fantásticas con la remasterización de sonido.

Con «The Long And Winding Road» llegamos al tema de la discordia. Suena muy distinta. No es ni siquiera la versión original sin orquesta, sino que es la toma 19, la que aparece en la película «Let It Be». A mí me gusta más la versión de Anthology 3 (la del LP original sin orquesta) pero, desde luego, esta es mucho mejor que la de Spector. ¿El sonido? Espectacular. Ringo quedó impresionado con la versión cruda de la canción: «No hay nada malo con los arreglos de Phil Spector, es sólo que uno adopta una actitud diferente al oírla. Han pasado treinta años y he flipado». Por su parte el propio Phil Spector declaró: «McCartney es un hipócrita. No tuvo ningún problema recibiendo el Óscar por el álbum Let It Be, y lleva tocando la jodida canción durante 25 años… Si Paul quiere entrar a un concurso de meadas sobre esto, se equivoca conmigo. A mme confunde con alguien quien no le importa una mierda».

El álbum continua con «Two Of Us»  que suena maravillosa, y con una remezcla de «I’ve Got A Feeling» que fusiona las dos versiones en directo que los Beatles tocaron en el celebre concierto de la azotea con un resultado  brillante. Muy dinámica y muy potente, mejor que la original, lo mismo que le ocurre a «One After 909«, la limpieza de sonido se luce mucho en este rock clásico.

«Don’t Let Me Down» es la otra gran novedad del álbum. En el LP original no estaba y sólo fue editada como single. Es la fabulosa y acelerada versión del concierto en la azotea …¡Qué buenos eran los Beatles del 69 en directo! Por su parte, «I Me Mine» y «Across the Universe«, aparecen sin la orquestación de Spector y con un sonido muy mejorado. Fabulosas.

Y para el final, «Let It be«, con un sonido enorme, muy mejorado. Escuchad esos coros…, parece que cantan a tu lado… El disco se acompaña de un segundo CD, «Fly On The Wall» con diálogos y fragmentos musicales de los ensayos del álbum. El álbum recibió críticas divididas de la prensa musical, la mayoría lo acogió con regocijo, pero no faltó quien acusó a Paul de no respetar el legado del grupo y actuar a espaldas de sus ex. No obstante, el proyecto contó con el visto bueno de Ringo, Yoko y Olivia.

“Si hubiésemos tenido la tecnología de hoy en ese momento sonaría así de esta forma, porque este es el ruido que nosotros hacíamos en el estudio”, comentó Paul McCartney. “Es exactamente lo que se vivió en el estudio, es como si estuvieras ahí”.

El día de su salida al mercado, el disco vendió cinco millones de copias, alcanzando un puesto número 5 en Estados Unidos y el 7 en Inglaterra.

Un mes después de la edición de «Let It Be… Naked»m en noviembre de 2003, EMI edita un doble CD y DVD recogiendo el maravilloso «Concert For George» en homenaje a la memoria de George Harrison que se había celebrado un año antes. Excelente documento de un evento inolvidable. Imprescindible.

Poco después, en febrero 2004, el fallecido George volvió a la actualidad con la edición de  «The Dark Horse Years 1976-1992«, un box set de George Harrison con todo su catálogo que Harrison publicó bajo su sello propio, Dark Horse Records. De esta forma la caja contiene «Thirty Three & 1/3″, «George Harrison», «Somewhere In England», «Gone Troppo» , «Cloud Nine» y «Live In Japan».

Y el que no había dejado de estar de actualidad era Paul McCartney quien, en mayo 2004, se embarca en una nueva gira: The ’04 Summer, una gira europea de dos meses y 14 conciertos que lo trajo por dos veces a España: Gijón y Madrid, y en ese segundo concierto, el de Madrid, estuvo un servidor.

Eran poco más de las dos de la tarde del 30 de mayo de 2004 cuando, aún con la comida en la boca, nos metimos en el coche camino a Madrid (desde Zaragoza). Lo único que sonó durante el viaje fue música de Paul y de los Beatles. En torno a las seis de la tarde nos plantamos en el Estadio de la Peineta y se nos cayó el alma a los piés: teníamos una cantidad ingente de gente delante de nosotros…, pero entonces comenzó la magia: casi pegado a la puerta de entrada vi una melena que me resultaba familiar y cuando se dio la vuelta… ¡¡era mi hermano!!! Yo sabía que iba a ir al concierto y pensaba llamarle una vez dentro del recinto pero no imaginaba que fuera a ir 5 o 6 horas antes a coger sitio. Automáticamente nos colocamos en las primeras filas.

19H, apertura de puertas. Si algún ojeador me hubiera visto driblar a seguratas a la entrada del estadio, hoy sería extremo titular del Barça o el Real Madrid. Pulvericé todas las marcas mundiales de velocidad y me coloqué en una honrosa quinta fila ( a unos 8/10 metros de Macca). Había conseguido lo más difícil, ahora todo sería disfrutar… tres horas de pié…

A las 22H comenzó el espectáculo previo al concierto: bailarinas, hombres zancudos, equilibristas. Todo aderezado con remezclas dance de algunos temas de Macca y , entonces, llegó el momento. Las luces se encendieron y la banda apareció en el escenario al son de los primeros acordes de «Jet».

Paul comenzó espectante, contenido, pero cuando llegó el estribillo de la canción se dio cuenta (y su banda también) de que iba a ser una noche especial.30.000 gargantas cantaron el estribillo al unísono dando botes y palmas.  Sin mediar palabra, atacaron «Got To Get You Into My Life», fuerte, potente, revitalizada. La gente seguía gritando (más que cantando) los estribillos, y comenzaron a verse las primeras lágrimas.

La banda asistía a lo que está ocurriendo con cierta incredulidad. La ovación final tras sólo dos canciones sonó atronadora y se comienzó a corear el nombre de Paul. Macca dice, «Creo que lo vamos a pasar bien esta noche» y hace gestos de complicidad con el resto de la banda. «Hola Madrid… Viva España..», chapurreó Macca.

Acto seguido sonó «Flaming Pie», la gente bailoteó pero la repuesta fue fría, quizás se estaban reservando para el «All My Loving», enorme. Paul presentó la canción en castellano diciendo «Intentaré hablar en español, aunque sé pocas palabras«, luego volvió al inglés, «me parece que lo vamos a pasar bien esta noche». Paul se mostraba incrédulo ante la respuesta del público y comenzó a entrar en calor. La audiencia estaba absolutamente entregada. Enlace a la comentado hasta ahora, primera parte del concierto: aquí.

Paul elevó su Hofner al cielo antes de dejarlo y coger por primera vez la guitarra. «Let Me Roll It», perfecta, sin fisuras, la gente coreando… y la banda se improvisó un fragmento del «Foxy Lady» de Hendrix.  McCartney volvió a pedir la palabra y mitad inglés. mitad castellano dijo: «A veces compones una canción, la grabas, y te olvidas de ella. Esta canción sólo la toqué cuando la grabamos en los 60. No he vuelto a cantarla hasta esta gira así que, para vosotros, la primera vez que toco esta canción».  La canción era «You Won’t See Me». Suena fresca, como recién sacada del horno, nadie diría que llevaba en formol desde 1965.

Paul se quitó la chaqueta y volvió a coger su Hofner y dijo en castellano, «Muchas gracias señores, señoras, señoritas…, esta es otra canción que toco por primera vez«. Turno para «She’s A Woman», ¿qué decir? Gloria bendita. La gente se volvía loca y, al final, de nuevo el bajo al cielo. El público volvió a corear el nombre de Paul. «Esta siendo una tarde preciosa, ¿verdad?». Era el momento de empezar las presentaciones, y Paul lo hizo en castellano: «me gustaría presentaros a nuestro fantástico guitarrista: Rusty Anderson». Rusty toma la palabra -«Hola qué tal, Madrid, solamente sé seis palabras en español y ya se me acabaron todas»- para luego elogiar al público. Enlace a la segunda parte del concierto aquí.

Paul se sentó al piano, con la primera nota de «Maybe I’m Amazed» el estadio se cae, surgen los primeros mecheros. Gran versión. Paul sabedor de que tiene al público en el bolsillo, ataca directo a la yugular: «The Long And Winding Road». Sin palabras, las pantallas de fondo mostraban imágenes carreteras vacías, los pelos como escarpias mientras toda la banda excepto Paul abandonaba el escenario. Gritos de «Oe Oe Oe oeee» entre el público. «Siempre me hacen esto, me dejan solo con vosotros… y me encanta«. Las luces se apagan, un haz de luz ilumina a Macca y a su guitarra. Estaba a punto de producirse uno de los momentos mágicos de la noche. «Antes de que existieran los Beatles, George, John y yo juntamos cinco libras para grabar una maqueta. Esto es lo que hicimos, cantad conmigo» , Macca explicó al público el coro y comenzó a tocar «In Spite Of All The Danger» , una rareza pre-beatle, y el público hizo los coros perfectos, incluso los que Paul no había explicado. Paul estaba flipado, todo el mundo se sabía la canción gracias a «Anthology»…, le entró la risa varias veces durante el tema, era mágico. «Cantáis muy bien, ¿Por qué no grabamos un disco juntos?». 

Paul explicó como compuso «Blackbird»  y el trasfondo ideológico de la canción (anti racista). Maravillosa interpretación. Luego se arrancó (seguía solo en el escenario) con «We Can Work It Out», el publico cantó al unísono. Volvieron los gritos de «Pauuuul, Pauuuuul…», pero nadie esperaba lo que llegaría después. «A veces en la vida no llegas a decir todo lo que te gustaría haberle dicho a una persona, no tienes la oportunidad , quizás porque te da vergüenza o por lo que fuera…, pero es muy triste que esa persona muera y te quedes con la sensación de no haberle dicho lo que te hubiera gustado decirle. Escribí esta canción después de la muerte de mi querido amigo John», el público rompe a aplaudir, «¡aplaudid a John!», ovación cerrada y coros «Joooohn, Joooohnnn…«, Paul repitió ahora en español, «escribí esto tras la muerte de mi amigo John» y comenzó a tocar «Here Today». Cuando llegó a la parte central y repitió «I love you» hasta tres veces  visiblemente emocionado, el público rompió en aplausos a mitad de la canción. Cuando acabó se coreó el nombre de John y Paul señaló al cielo.

Paul estaba encantado, alguien gritó a voz en grito «I LOVE YOU PAUL» y resonó en el estadio…Él, crecido, contestó gritando desgarrado «I LOVE YOU TOO!!», la gente acogió la broma con risas. Otro momentazo estaba al caer: «Esto lo quiero hacer en memoria de mi amigo George», Paul comenzó a tocar la única canción que no fue compuesta por él entre todas las del repertorio, el fabuloso «All Things Must Pass» de George. Genial. Otra gran ovación y el nombre de George un nuestras gargantas. La gente, para compensar, comenzó a gritar «RINGO RINGO», y Paul siguió la broma con unas estrofas de «Yellow Submarine». Enlace a la cuarta parte del concierto aquí.

Los ánimos se tranquilizaron con «I’ll Follow The Sun», en la que Macca repitió el final una y otra vez a modo de broma. Más aplausos. «Gracias Madrid, me gustaría presentaros a nuestro gran pianista: Paul «Wix» Wickens«, Wix tomó la palabra y elogió la actitud del público y nuestra buena voz («estais locos pero cantáis muy bien»). Tras esto McCartney se volvió a sentar al piano y tocó una maravillosa versión de «For No One». ¿Cómo puede alguien haber compuesto tantas canciones perfectas?. Siguiendo con la broma, volvió a acabar con el final de»I’ll Follow The Sun». Todos reímos la gracia. Nos tiene en el bolsillo y se recrea haciéndonos corear de nuevo «In Spite Of All The Danger». El set acústico concluye con unas geniales interpretaciones de  «Caliko Skies», «I’ve Just Seen A Face» y «Eleanor Rigby». Enlace a la quinta parte del concierto aquí.

A partir de ahora no hay tregua. Vuelve a  coger el Hofner. Con «Drive My Car» se desató la locura con la gente cantando la canción de cabo a rabo. «Penny Lane» supuso un pequeño descanso después de tanto meneo. Preciosa. Pero nada comparado con lo que pasó con «Get Back». La gente se volvió loca. Hubo un momento en que la banda también se contagió de esa locura, se miraban entre ellos como diciendo «esto no es normal» y animaban a la gente dando saltos en el escenario. Brutal catarsis colectiva.  «Ahora os presento a un músico extraordinario…¿comprendéis mi español?…, ok, ¡¡Brian Ray!!«, Brian dijo unas palabras y, recuperadas las fuerzas, comenzó «Band On The Run» que se recibió con algarabía. Y, ahora sí, Paul se propone derrumbar el estadio… un ruido de un avión despegando y …»Back In The USSR» … Increible, las agujetas me duraron una semana.

«Y aquí está nuestro fabuloso batería: Abe Laboriel Junior».  Abe (el batería) tomó la palabra y en castellano dijo: «¡¡Hola Madrid!!, ¿Cómo estáis?, ¿Estáis listos para el rock?, ¿sí?… Pero más importante, ¿Estáis listos para el fuego?… Aquí tenéis a Pablo McCartney».»Live And Let Die» comenzó a sonar y cuando llegó el estribillo surgieron grandes columnas de llamas del escenario, decenas de fuegos artificiales invadieron el cielo… luces a mil por hora… más saltos,  más gritos,  más palmas… No podíamos con nuestra alma. Más «Oeeee Oeeee Oeeee» y entonces, una brutal «I’ve Got A Feeling» con Rusty y Abe haciendo las veces de John con el «Everybody’s has a wet dream…» Aún no me he recuperado del sock de escuchar esta canción en vivo.

«Muchas gracias… Yo estudié español en la escuela cuando tenía ocho años en Liverpool y sólo me enseñaros esto: «tres conejos en un árbol tocando el tambor, que sí, que no, que sí los he visto yo»… así está la educación en Inglaterra». Risas. El final se acercaba y nadie quería que esto se acabara y Paul volvió a animar las gargantas con «Lady Madonna». Enlace a la séptima parte del concierto aquí.

«Ahora amigos, amigas, muchachos, muchachas, señores, señoras…, cantad conmigo». Era el final… y, ¡cómo no!, fue con «HEY JUDE». Paul (y el resto de las 30.000 almas presentes) cantaron la mejor canción de la historia y cuando llegó el celebre «Na na na na Hey Jude», Macca rindió un homenaje a su publico, las cámaras se giraron hacia la audiencia. Las pantallas gigantes (las más grandes de la historia), comenzaron a reflejar primeros planos de los presentes… Chicas jóvenes llorando, cincuentones dando palmas, un loco gritando detrás de una pancarta (yo). Emocionante.

La banda se abraza y saluda agradecida, se van del escenario, pero el público seguía cantando…«Na na na na Hey Jude». Paul vuelve al escenario, pero no le dejan cantar…«Na na na na Hey Jude»… Paul se ve obligado a acompañar con la guitarra y ruega que paremos, al primer silencio se arranca con «Yesterday». Aquí contribuí con unas lágrimas al ambiente de emoción general… Enlace a la octava parte del concierto aquí.

La banda vuelve…»Let It Be»…Los mecheros vuelven a escena… Paul coge de nuevo el Hofner, «¿Queréis más?», «¡¡¡¡¡ Sííííííííí !!!!!», respondemos , «Vale en ese caso… One, Two, Three, Fourrrrrr….», «I saw her Standing There». Acojonante. La banda abrazada, agradece la entrega y se va…

«Na na na na na HEY JUDE»
«Na na na na na HEY JUDE»
«Na na na na na HEY JUDE»

Paul sale corriendo con una enorme bandera española. Enlace a la novena parte del concierto aquí.

«Así que aún queréis más… Ok… vamos a darle al rock». La banda vuelve, estamos agotados, pero nadie se quiere ir… Saben que nos tienen que dar la estocada final… Y sólo hay una canción que puede ser definitiva. «HELTER SKELTER». Demoledor, brutal, salvaje…me quedo mudo… «Oh Madrid, sois un gran público, ¡gracias! pero os tenemos que dejar, nos tenemos que ir a casa, mañana tenéis que trabajar… Gracias a todos, sois geniales. Quiero dar las gracias a mi fantástica banda, pero sobre todo a vosotros». Enlace a la décima parte del concierto aquí.

No podemos más y es la hora de rematarnos… «Sgt. Pepper’s» fusionado con el medley final de «Abbey Road» servirá de puntilla. Paul eleva su guitarra, la banda une sus manos y hace reverencias de agradecimiento. «Muchas gracias Madrid, muchas gracias España, ¡¡hasta pronto!!». Enlace a la parte final del concierto aquí.  Llegué a casa (Zaragoza) a las cinco de la mañana. A las 7 estaba en pié para ir al curro. No dormí, pero pasé toda la noche soñando. Gracias Paul.

TEXTO: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 4 de mayo de 2013