El primer lanzamiento de los Beatles en el siglo XXI no pudo ser mejor, 13 de noviembre de 2000, Se edita «The Beatles 1«, un recopilatorio de las 27 canciones del grupo que alcanzaron el número 1 de las listas en Inglaterra y/o Estados Unidos. De esta forma, el CD, contenía «Love Me Do», «From Me To You», «She Loves You», «I Want to Hold Your Hand», «Can’t Buy Me Love», «A Hard Day’s Night», «I Feel Fine», «Eight Days A Week», «Ticket to ride», «Help!», «Yesterday», «Day Tripper», «We Can Work It Out», «Paperback Writer», «Yellow Submarine», «Eleanor Rigby», «Penny Lane», «All You Need is Love», «Hello, Goodbye», «Lady Madonna», «Hey Jude», «Get Back», «The Ballad of John and Yoko», «Something», «Come Together», «Let It Be» y «The Long and Winding Road«. Las ventas del disco superan las mejores previsiones: debutó en el número uno en la lista de ventas de 35 países, batiendo todos los récords y conviertiéndose en el álbum con mejor debut de la historia, vendiendo 10 millones de ejemplares en un mes. En 2009 fue declarado el disco más exitoso de la década con más de 30 millones de copias vendidas.
Es un muy buen recopilatorio pero, al centrarse sólo en los singles megahits del grupo, quedan fuera grandes joyas. No hay temas de «Rubber Soul», «Sgt. Pepper’s» ni del «Álbum Blanco» (no extrajeron singles) y quedan fuera joyas que aunque no fueron número 1, sí fueron muy populares: «All My Loving», «And I Love Her», «Michelle», «Drive My Car», «Girl», «Norwegian Wood», «Here There And Everywhere», «For No One», «Taxman», «Sgt Pepper´s», «With A Little Help From My Friends», «Lucy In The Sky With Diamonds», «A Day In The Life», «Magical Mystery Tour», «I Am The Walrus», «The Fool On The Hill», «Strawberry Fields Forever», «Penny Lane», «Back In The USSR», «Blackbird», «Here Comes The Sun»… En fin, que el «Rojo» y el «Azul» son recopilatorios mucho más completos, si bien este «One» es un excelente repaso por la faceta más comercial del grupo. Una delicia con un éxito grandioso.
A estas alturas Paul empezaba a dejarse ver con la modelo Heather Mills, conocida por su activismo tras perder una pierna tras ser atropellada por un motorista. Mills y Paul se conocieron durante un evento benéfico organizado por ella para conseguir fondos con la finalidad de ofrecer tratamientos de prótesis a personas necesitadas. McCartney quedó prendado de ella y a los pocos meses estaban saliendo juntos, para regocijo de la prensa del corazón británica. Los hijos de Paul no aceptaron bien a Heather y, especialmente, Stella -ya en esta época una famosa diseñadora de moda- veía en ella una cazafortunas que intentaba ocupar el puesto de su madre. No obstante, Paul
persistió en su relación y empezó a dejarse ver acaramelado con Heather en varios «saraos» londinenses.
El 7 de mayo se edita el que probablemente sea el mejor recopilatorio de Paul: «Wingspan: Hits and History«. Si bien el doble CD sólo recoge el periodo 1970-1984, la selección es fabulosa y sirvió para que el disco, al que acompañó un documental para TV, alcanzará el segundo puesto en las listas de ventas. Allmusic escribe, «Ha estado minusvalurado. La discografía de McCartney en solitario es rica y meritoria, y si tienes que convertirte este álbum es la mejor forma de empezar»
El 11 de septiembre de 2001, el día de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, Paul y Heather estaban en el aeropuerto de NY. McCartney pudo ver, desde los televisores de la terminal, el derrumbamiento de las Torres del WTC. De vuelta a su hotel «tenía que dejar salir todo los que estaba sintiendo, y lo más fácil para mí era componer una canción». Paul reaccionó y organizó junto al productor cinematográfico Harvey Weinstein The Concert for New York City, un macroconcierto que tuvo lugar en el Madison Square Garden el 20 de
octubre y que contó con la colaboración de un gran número de artistas: Eric Clapton, Mick Jagger, Keith Richards, Elton John, James Taylor, Billy Joel, Bon Jovi, Sheryl Crow, The Who… y, por supuesto, Paul, quien , ataviado con una camiseta en tributo a los bomberos de Nueva York interpretó «I’m Down«, una conmovedora versión de «Yesterday» sólo con cuerdas y «Let It Be» con todos los partcipantes del concierto sobre el escenario. No obstante, lo más destacado fue el estreno de esa canción que Paul había compuesto justo el día de los atentados: «Freedom«, una sencilla y emotiva canción que se convirtió en el himno oficioso post-atentados.
Un nuevo brío a causa de su nueva relación, Paul edita el 11 de noviembre de 2001 su nuevo álbum de estudio, el primero tras cuatro años de silencio desde la publicación del fabuloso «Flaming Pie» de 1997. Para «Driving Rain» (enlace a crítica en Guilletek’s), título del álbum, Paul reclutó una nueva banda, en un ejercicio muy similar al que hizo en 1989 con «Flowers In The Dirt»: quería editar un álbum para salir de gira. Los elegidos fueron Rusty Anderson (guitarras y voces) y Abe Laboriel Jr. (batería y voces). McCartney también quiso dar a su música un aire más contemporáneo contando con los servicios del productor David Khane (The Strokes, Sugar Ray)… Pero el disco no tuvo éxito y no paso del puesto 26 en Estados Unidos y del 46 en Inglaterra.
Y es que, aunque el álbum tiene momentos brillantísimos como el inconmensurable «From A Lover To A Friend» en la que Paul parece pedir permiso a la fallecida Linda para empezar su nueva relación, la potente «About You«, el baladón «I Do» o el maravilloso pseudo instrumental «megabeatelero» «Heather«, dedicado como «Your Loving Flame» a su nuevo amor, el resto del disco es de agradable escucha pero considerablemente anodino
Entre tanto George recibió una pésima noticia, su cáncer se había reproducido. En ese momento George supo que iba a ser el fin y tomó una firme decisión: asegurarse de que su muerte causara el menor dolor posible a sus seres queridos, especialmente a Olivia y Dhani, su mujer y su hijo. Una persona cercana a Harrison afirmaba que planeó su muerte «como un faraón egipcio».
Poco después del ataque que sufrió en su casa y que vimos en el anterior capítulo, se centró en finalizar un nuevo álbum de estudio en el que quería que Dhani, su hijo, participara. George recuperó algunas canciones que había grabado en la época de «Cloud Nine» y para el resto fue contando, además de con Dhani, con algunos músicos amigos como Jim Keltner y Jeff Lynne (que además se encargaría de la producción). No obstante, el estado de George fue empeorando y decidió trasladarse a Suiza donde se sometió a un un tratamiento a base de rayos de cobalto a cargo del famoso oncólogo Franco Cavalli. Durante su estancia en aquel país, él y Olivia se compraron una villa llamada Collina d’Oro, en la pintoresca Montagnola -al lado del lago Lugano- donde George pudo disfrutar de su enorme afición a la jardinería y desplazarse, a duras penas, a un estudio de grabación sin levantar el revuelo de la prensa. A estas alturas, George ya no podía andar y se desplazaba en silla de ruedas. Su hijo Dhani recuerda «Nunca sintió pena de si mismo ni se deprimió. Tomamos la actitud de «bueno, es lo que hay». Él solía decir ‘oh, cuando me vaya vas a tener que terminar todas estas canciones’ y yo le decía ‘bueno, no si tú las terminas primero, así que levanta el culo… Discutíamos sobre las canciones tanto que me dejo con una buena idea de qué es lo que quería»
Pero, desgraciadamente, en torno a octubre el profesor Cavalli reconoce que el tratamiento había fallado y que la situación de George no iba a mejorar. Harrison seguía teniendo esperanzas pero, de forma tranquila, quiso empezar a prepararse para lo peor y comenzó a comentarle a Olivia cómo quería que su vida terminara.
Los Harrison se trasladaron después a Nueva York para que George fuera tratado por otro especialista en cáncer, el famoso Dr. Gil Lederman, que bombardeó el tumor de Harrison con radiación sin el menor resultado. La suerte estaba echada. Entre tratamientos, Harrison le dijo a Olivia que quería ver a todas las personas clave de su vida con las que le quedaban asuntos por resolver: Paul fue uno de los primeros. La relación con McCartney había mejorado sensiblemente tras los Anthology y la muerte de Linda (a cuyo funeral George asistió), pero durante casi 25 años había sido inexistente. Cuando se encontraron, ambos se fundieron en un abrazo y lloraron amargamente. El resentimiento ocasionado por las eternas batallas legales que tuvieron en los 70 tras la separación de los Beatles, fue enterrado definitivamente…, «Nada de eso importa ya», dijo George a su viejo amigo.
Después Harrison se preocupó de los detalles finales. Tras lo sucedido con John Lennon, tenía claro que no quería el lugar de su muerte se convirtiera en un lugar de peregrinación para fans. La única manera segura de evitar que esto ocurriera era mantener el máximo secreto sobre su paradero. La relación de Paul y George se hizo muy fuerte en los últimos días de la vida de Harrison, así que Paul, sabedor de los deseos de George, le ofreció su recién comprada mansión de Beverly Hills (Heather Road 9536), como último destino. George, agradecido, aceptó y el jueves 22 de noviembre, fue transportado en secreto en su jet privado a la casa de se amigo. Paul recuerda el momento y como le impresionó que George le cogiera la mano: «es gracioso, pero incluso cuando éramos muy amigos, siendo jóvenes, jamás nos dimos la mano. Estuve sentado junto a él durante horas mientras le aplicaban el tratamiento para el cáncer, le quedaban pocos días para morir. Hacíamos muchos chistes, cosas simplemente divertidas, locas. Estuvo bien. Era como si soñáramos». Cuando Paul y Heather salieron de la casa, McCartney rompió a llorar, tenía claro que no volvería a ver a George.
Harrison pasó sus últimos días en cama. Pidió la presencia de dos devotos Krishna que se turnaban para cantar el «Hare Krishna» una y otra vez, un detalle muy importante para Harrison puesto que, según esta religión, cualquiera que oiga el nombre de Krishna en el momento preciso de su muerte irá directo hacia Dios. El día 29 de noviembre de 2001, George Harrison murió, tranquilo y en silencio.

Las reacciones de sus amigos no se hicieron esperar. Paul McCartney afirmó «Le echaremos en falta. Era un tipo grande, repleto de amor por el mundo y que tenía poca paciencia con las estupideces de la gente. Estoy hundido y muy triste… Era como mi hermano pequeño. Sabíamos que estaba enfermo desde hacía mucho tiempo. Era un tipo adorable y un hombre muy valiente, dotado de un fantástico sentido del humor”.
Yoko Ono, dijo que la vida de Harrison fue «mágica» y dio mucho con su música, su ingenio y su sabiduría. Gracias, George, fue grandioso conocerte»,. Ringo fue escueto, «era mi mejor amigo. Lo echaré en falta por su sentido del amor, de humor y su sentido de la música».
Como última broma y por insistencia de George, en el parte de defunción se puso que el lugar de su muerte había sido el 1971 de Coldwater Canyon, una dirección inexistente. Lo que George no midió es que cuando, inevitablemente, el engaño salió a la luz, un juez de Los Ángeles abrió un caso por falsificación de documentos haciendo que Olivia se enfrentara a una pena de hasta seis meses de prisión. El tema no fue solucionado hasta el 16 de marzo de 2002, fecha en la que fue archivado.
A principios de Diciembre de 2001, la familia Harrison trasladó las cenizas desde Los Ángeles hacia un destino desconocido. Aparentemente iban a ser arrojadas en el jardín de su villa suiza, pero nadie ha podido confirmarlo, a día de hoy, no se sabe si el destino final de los restos de George fue el país alpino o la aguas del río Ganges en la India.
En abril de 2002, Paul completó su banda con el guitarrista/bajista Brian Ray y el teclista Wix Wickens, con el que ya había colaborado en sus
giras de los 90. Brian y Wix se unieron a Paul, Rusty Anderson y Abe Laboriel Jr para comenzar «The Drivin USA Tour», una gira de 27 fechas por Estados Unidos y Cánada que McCartney interrumpe en Junio de 2002 para casarse con Heather Mills.
Paul y Heather se casaron en un castillo emplazado en el condado de Monaghan -en la campiña Irlandesa- dándose el «sí quiero» al compás de «All You Need Is Love». Entre los 300 invitados estaban Ringo y algunos amigos músicos como Eric Clapton o David Gilmour. Los tres hijos de Paul y Linda, Mary, Stella y James, que se opusieron frontalmente a su padre cuando les anunció su compromiso con Mills, finalmente decidieron asistir al evento, al igual que Heather -hijastra de Paul e hija de Linda.
Paul gastó 3 millones de dólares en la celebración de la boda, convirtiéndola en la segunda más cara de la historia tras la de Liza Minelli y el productor David Guest
Tras la resaca de la boda y cumplido el preceptivo viaje de novios, Paul vuelve a lo suyo y continúa la gira con 32 conciertos por Norte América y Asia, desde septiembre a noviembre de 2002. Fue una gira de gran nivel, con Paul en una excelente forma vocal y la banda sonando de forma muy convincente. McCartney versiona además algunas canciones de los Beatles que aún no había tocado nunca en directo («Hello Goodbye» (enorme), «Getting Better«, «Mother Nature’s Son«, «You Never Give Me Your Money«. No obstante este «Back In The US Tour» será recordado por los sendos homenajes a sus fallecidos compañeros John y George: con «Here Today» Paul retoma la canción que, en 1982, dos años después de su asesinato, dedicó a John Lennon… y es demoledora oírla veinte años después. Tanto o más emotivo resulta el homenaje a George: Paul toma uno de los instrumentos preferidos de George, el ukelele, para realizar una soberbia versión de una de las mejores canciones que Harrison nunca compusiera, «Something«.
McCartney puso fin a esta exitosa gira, con casi 130.000.000 de dólares recaudados, editando -sólo en Japón y Estados Unidos- el brillante doble CD y DVD en directo «Back In The US«. A pesar de ser el sexto álbum en
directo de Paul, consiguió un buen rédito comercial alcanzando el puesto número 8 en listas. Aunque, sobre todo, y a pesar de su indudable calidad musical, este álbum será recordado porque McCartney -como hiciera en 1976 con «Wings Over America»- alternó el nombre de los apellidos de la dupla «Lennon-McCartney» en la firma de las canciones de los Beatles. Así, las canciones de los Beatles que Paul interpretó en esta gira aparecen firmadas como «McCartney-Lennon»… Pero, ¿por qué hizo esto Paul?. En primer lugar, recordemos que Paul y John llegaron al acuerdo de firmar juntos todas las canciones que cualquiera de los dos compusiera, así Paul aparece en los créditos de «Help!» o «Strawberry Fields Forever» cuando es una canción e John y de igual forma Lennon aparece en los de «Yesterday» o «Hey Jude» cuando no aportó nada a las mismas. Paul y John acordaron que el orden fuera Lennon-McCartney aunque acordaron que los créditos podían invertirse si alguno de ellos quería en cualquier versión futura (de hecho Paul, en vida de John, lo hizo en en 1976 con «Wings Over America» y Lennon dijo públicamente «no hay problema con eso»). A principios de los 90, Paul llamó a Yoko para solicitarl el cambio de orden en «Yesterday», pero Ono se negó.
McCartney respetó el orden clásico en en 1976 en sus anteriores trabajos en directo: «Tripping the Live Fantastic» (1990), «Unplugged» (1991) y «Paul is Live» (1993), pero decidió cambiarlo tras comprobar que Yoko había quitado su nombre de «Give Peace a Chance» en la edición del recopilatorio «Lennon Legend: The Very Best of John Lennon» en 1997. Es cierto que Paul no escribió ni una letra ni aportó una nota a «Give Peace a Chance«, y eso es lo que Yoko justificó para quitar su nombre de los créditos, pero John en su momento firmó la canción como «Lennon-McCartney» puesto que la editó siendo un Beatle (1969). Paul, de forma un poco infantil, respondió a la «ofensa» alternando el orden de los nombre en los créditos y provocando declaraciones púbicas altisonantes de Yoko Ono acusándole de no respetar la memoria de su compañero. Paul no volvería a hacerlo.
El 18 de noviembre de 2002, un años después de su muerte, se edita «Brainwashed«, el disco en el que George Harrison estuvo trabajando durante los últimos meses de su vida. En realidad Harrison llevaba trabajando sobre este álbum desde mucho tiempo atrás y algunas canciones -como la fabulosa «Any Road«- datan de 1988, pero fue a partir de 1999 cuando se puso a trabajar en serio sobre el mismo. Lamentablemente, George falleció sin terminarlo y fueron su eterno amigo y productor Jeff Lynne y su hijo Dhani Harrison quienes lo terminaron. No obstante Lynne afirma que, «George había dejado todo bastante claro, sólo hicimos algunos retoques. Él quería un disco muy honesto y no quería grandes producciones, solía decirme «Jeff, no quiero que suene pijo», así que Dhani y yo no tuvimos que hacer mucho». El álbum fue extraordinariamente acogido por la crítica y no es para menos. Es un gran disco, de lo mejor de Harrison en solitario, merced a grandes canciones como «P2 Vatican Blues (Last Saturday Night)«, «Pisces Fish«, «Looking For My Life«, «Stuck Inside a Cloud«, «Rising Sun» o la maravillosa versión del clásico del jazz «Between the Devil and the Deep Blue Sea» en la que George se luce al ukelele. A pesar de las buenas críticas, el disco no tuvo un excesivo éxito, si bien alcanzó un puesto 18 en las listas de éxitos estadounidenses y al el 29 en el Reino Unido.
Apenas 10 días de editarse el disco, tiene lugar, en el Royal Albert Hall de Londres «The Concert for George«, un tributo musical organizado por la viuda de Harrison, Olivia, su hijo Dhani y su inseparable amigo Eric Clapton. El tributo, delicioso de principio a fin, arrancó con una sección de música india encabezada por Anoushka Shankar, hija del maestro de sitar de George, Ravi Shankar. Tras la sección de música india, aparecieron los grandes amigos de George Monty Python cantando «Sit On My Face» y «The Lumberjack Song» (que cuenta con la colaboración de Tom Hanks).
Posteriormente grandes astros musicales interpretaron canciones de George con y sin los Beatles. Así, Jeff Lynne interpreta «The Inner Light«, «I Want to Tell You» y «Give Me Love (Give Me Peace on Earth)» Eric Clapton se arranca con «If I Needed Someone» y «Beware Of Darkness«, el Procol Harum Gary Brooker canta «Old Brown Shoe«, Joe Brown versiona «Here Comes the Sun» y «That’s The Way It Goes«, mientras Tom Petty y sus Heartbreakers tocan «Taxman«, «I Need You» y «Handle With Care» y Billy Preston junto a Eric Clapton se encargan de «Isn’t It A Pity«… Y entonces llega el plato fuerte de la noche: Ringo sube al escenario en medio de una gran ovación para interpretar «Photograph» y «Honey Don’t«…, para posteriormente decir
«Gracias, gracias, gracias… es un gran placer para mí presentaros a otro amigo de George… ¡¡Paul McCartney!!«, el Royal Albert Hall se viene abajo y Ringo se dirige a la batería mientras Paul sube al estrado, dos Beatles en un escenario, no ocurría desde 1970… Paul canta «For You Blue» y coge el ukelele para tocar «Something» junto a Eric Clapton en una versión espectacular que pone la carne de gallina de principio a fin y levanta al público de sus asientos. McCartney sigue siendo el protagonista en «All Things Must Pass«, tras la cual se retira al piano para hacer los coros en la versión de «While My Guitar Gently Weeps» que canta Eric Clapton. Para el gran final, todos tocan «My Sweet Lord» y «Wah-Wah» (con la curiosidad de tener a Paul tocando en una canción que George compuso criticándole).
La presencia sobre el escenario de Dhani, calcado físicamente a su padre cuando tenía su edad, resulta absolutamente evocadora. Dhani al final agradece a todos los amigos de su padre dsu presencia en el acto: «Sois los mejores amigos de mi padre. Él os quería y esto que hemos hecho es lo más bonito que podríamos hacer por él…, muchas gracias por todo Eric…, gracias a todos. Qué Dios os bendiga. Pasad un buen día». En ese momento, Paul se acerca improvisadamente al micrófono y dice «con Dhani en el escenario parece que George se hubiera mantenido joven y el resto fuéramos viejos», el úblico rompe en risas mientras Joe Brown pone el final a la gala tocando una de las canciones preferidas de George «See you in my dreams«, cómo no, al ukelele.
En marzo de 2003, Paul vuelve a la carretera con 33 fechas en Europa destacando el concierto que el 24 de mayo ofreció en la plaza roja de Moscú y del que se editó el DVD «Paul McCartney in Red Square» que tuvo un gran éxito de ventas. Concluida la gira, edita el doble cd «Back in the World«, que se diferencia del anteriormente editado (sólo en USA y Japón) «Back In The US» en el reemplazo de «Vanilla Sky» (banda sonora de la película de Tom Cruise), «C Moon» y «Freedom» por «Calico Skies«, «Michelle», «Let ‘Em In» y «She’s Leaving Home«, y que obtuvo un notable éxito comercial alcanzando el número 5.
Ese mismo mes, Ringo edita «Ringo Rama» con su nueva compañía discográfica, Koch Records. El álbum es bueno y recibió críticas elogiosas -Allmusic dijo: «Ringo Rama es un disco bueno y agradable. No tanto como «Time Takes Time» o «Vertical Man», pero es bueno»-, aunque sólo llegó al puesto 113 en listas. No obstante siempre será recordado por la inclusión del tema
«Never Without You«, que cuenta con Eric Clapton a la guitarra y que Ringo compuso poco después de la muerte de George dedicándolo a su memoria: «Éramos jóvenes, fue divertido y no podíamos perder / Fuimos noticia de primera plana, días y noches de locura, limusinas y focos, fuimos hermanos a pesar de todo / Y tu canción seguirá sonando sin ti, y este mundo no te olvidará. Cada parte de ti está en tu canción, ahora vamos a seguir adelante, nunca sin ti…».
En cuanto a los Beatles como grupo, lo más destacable de este principio de siglo sería, sin duda, la edición, en noviembre de 2003, de «Let it Be… Naked«. Paul -cuya quinta hija, Beatrice, fruto del matrimonio con Heather Mills, había nacido un mes antes, en septiembre de 2003-, nunca estuvo satisfecho con el trabajo de Phil Spector, a instancias de John, había hecho con el LP de 1970 «Let it Be», el que fuera último álbum del grupo. McCartney siempre había mostrado su desagrado con la forma en la que el productor americano había producido «Let it Be», y muy especialmente su canción «The Long and Winding Road» y quería mostrar cómo hubiera sido el álbum original sin la intervención de Spector.
De esta forma, el álbum es una revisión del último LP de los Beatles, eliminando toda las post-producción orquestal a cargo de Phil Spector, resultando un disco grabado en directo
en el estudio. No hay trucos. McCartney encargó a los ingenieros de sonido de Abbey Road, Paul Hicks, Guy Massey y Allan Rouse que buscasen en los archivos y ensamblasen las distintas canciones con los 30 rollos de cinta grabados durante las sesiones del proyecto «Get Back» de enero de 1969. Los ingenieros realizaron un profundo trabajo, limpiando digitalmente cada pista de cada canción antes de remezclarla. El sonido se ha limpiado de tal forma que te parece que los cuatro Beatles están tocando a tres metros de ti. Es un resultado espectacular.
El álbum arranza con «Get Back«, tomando como base la versión que se utilizó para el single y con un sonido muy mejorado. Se ha editado la extensión final y resulta corta pero muy intensa. En este caso me quedo con la versión de 1969, no como en el caso de «Dig A Pony» o «For You Blue» que, aunque en poco o nada cambian respecto a la versión original, lucen fantásticas con la remasterización de sonido.
Con «The Long And Winding Road» llegamos al tema de la discordia. Suena muy distinta. No es ni siquiera la versión original sin orquesta, sino que es la toma 19, la que aparece en la película «Let It Be». A mí me gusta más la versión de Anthology 3 (la del LP original sin orquesta) pero, desde luego, esta es mucho mejor que la de Spector. ¿El sonido? Espectacular. Ringo quedó impresionado con la versión cruda de la canción: «No hay nada malo con los arreglos de Phil Spector, es sólo que uno adopta una actitud diferente al oírla. Han pasado treinta años y he flipado». Por su parte el propio Phil Spector declaró: «McCartney es un hipócrita. No tuvo ningún problema recibiendo el Óscar por el álbum Let It Be, y lleva tocando la jodida canción durante 25 años… Si Paul quiere entrar a un concurso de meadas sobre esto, se equivoca conmigo. A mme confunde con alguien quien no le importa una mierda».
El álbum continua con «Two Of Us» que suena maravillosa, y con una remezcla de «I’ve Got A Feeling» que fusiona las dos versiones en directo que los Beatles tocaron en el celebre concierto de la azotea con un resultado brillante. Muy dinámica y muy potente, mejor que la original, lo mismo que le ocurre a «One After 909«, la limpieza de sonido se luce mucho en este rock clásico.
«Don’t Let Me Down» es la otra gran novedad del álbum. En el LP original no estaba y sólo fue editada como single. Es la fabulosa y acelerada versión del concierto en la azotea …¡Qué buenos eran los Beatles del 69 en directo! Por su parte, «I Me Mine» y «Across the Universe«, aparecen sin la orquestación de Spector y con un sonido muy mejorado. Fabulosas.
Y para el final, «Let It be«, con un sonido enorme, muy mejorado. Escuchad esos coros…, parece que cantan a tu lado… El disco se acompaña de un segundo CD, «Fly On The Wall» con diálogos y fragmentos musicales de los ensayos del álbum. El álbum recibió críticas divididas de la prensa musical, la mayoría lo acogió con regocijo, pero no faltó quien acusó a Paul de no respetar el legado del grupo y actuar a espaldas de sus ex. No obstante, el proyecto contó con el visto bueno de Ringo, Yoko y Olivia.
“Si hubiésemos tenido la tecnología de hoy en ese momento sonaría así de esta forma, porque este es el ruido que nosotros hacíamos en el estudio”, comentó Paul McCartney. “Es exactamente lo que se vivió en el estudio, es como si estuvieras ahí”.
El día de su salida al mercado, el disco vendió cinco millones de copias, alcanzando un puesto número 5 en Estados Unidos y el 7 en Inglaterra.
Un mes después de la edición de «Let It Be… Naked»m en noviembre de 2003, EMI edita un doble CD y DVD recogiendo el maravilloso «Concert For George» en homenaje a la memoria de George Harrison que se
había celebrado un año antes. Excelente documento de un evento inolvidable. Imprescindible.
Poco después, en febrero 2004, el fallecido George volvió a la actualidad con la edición de «The Dark Horse Years 1976-1992«, un box set de George Harrison con todo su catálogo que Harrison publicó bajo su sello propio, Dark Horse Records. De esta forma la caja contiene «Thirty Three & 1/3″, «George Harrison», «Somewhere In England», «Gone Troppo» , «Cloud Nine» y «Live In Japan».
Y el que no había dejado de estar de actualidad era Paul McCartney quien, en mayo 2004, se embarca en una nueva gira: The ’04 Summer, una gira europea de dos meses y 14 conciertos que lo trajo por dos veces a España: Gijón y Madrid, y en ese segundo concierto, el de Madrid, estuvo un servidor.
Eran poco más de las dos de la tarde del 30 de mayo de 2004 cuando, aún con la comida en la boca, nos metimos en el coche camino a Madrid (desde Zaragoza). Lo único que sonó durante el viaje fue música de Paul y de los Beatles. En torno a las seis de la tarde nos plantamos en el Estadio de la Peineta y se nos cayó el alma a los piés: teníamos una cantidad ingente de gente delante de nosotros…, pero entonces comenzó la magia: casi pegado a la puerta de entrada vi una melena que me resultaba familiar y cuando se dio la vuelta… ¡¡era mi hermano!!! Yo sabía que iba a ir al concierto y pensaba llamarle una vez dentro del recinto pero no imaginaba que fuera a ir 5 o 6 horas antes a coger sitio. Automáticamente nos colocamos en las primeras filas.
19H, apertura de puertas. Si algún ojeador me hubiera visto driblar a seguratas a la entrada del estadio, hoy sería extremo titular del Barça o el Real Madrid. Pulvericé todas las marcas mundiales de velocidad y me coloqué en una honrosa quinta fila ( a unos 8/10 metros de Macca). Había conseguido lo más difícil, ahora todo sería disfrutar… tres horas de pié…
A las 22H comenzó el espectáculo previo al concierto: bailarinas, hombres zancudos, equilibristas. Todo aderezado con remezclas dance de algunos temas de Macca y , entonces, llegó el momento. Las luces se encendieron y la banda apareció en el escenario al son de los primeros acordes de «Jet».
Paul comenzó espectante, contenido, pero cuando llegó el estribillo de la canción se dio cuenta (y su banda también) de que iba a ser una noche especial.30.000 gargantas cantaron el estribillo al unísono dando botes y palmas. Sin mediar palabra, atacaron «Got To Get You Into My Life», fuerte, potente, revitalizada. La gente seguía gritando (más que cantando) los estribillos, y comenzaron a verse las primeras lágrimas.
La banda asistía a lo que está ocurriendo con cierta incredulidad. La ovación final tras sólo dos canciones sonó atronadora y se comienzó a corear el nombre de Paul. Macca dice, «Creo que lo vamos a pasar bien esta noche» y hace gestos de complicidad con el resto de la banda. «Hola Madrid… Viva España..», chapurreó Macca.
Acto seguido sonó «Flaming Pie», la gente bailoteó pero la repuesta fue fría, quizás se estaban reservando para el «All My Loving», enorme. Paul presentó la canción en castellano diciendo «Intentaré hablar en español, aunque sé pocas palabras«, luego volvió al inglés, «me parece que lo vamos a pasar bien esta noche». Paul se mostraba incrédulo ante la respuesta del público y comenzó a entrar en calor. La audiencia estaba absolutamente entregada. Enlace a la comentado hasta ahora, primera parte del concierto: aquí.
Paul elevó su Hofner al cielo antes de dejarlo y coger por primera vez la guitarra. «Let Me Roll It», perfecta, sin fisuras, la gente coreando… y la banda se improvisó un fragmento del «Foxy Lady» de Hendrix. McCartney volvió a pedir la palabra y mitad inglés. mitad castellano dijo: «A veces compones una canción, la grabas, y te olvidas de ella. Esta canción sólo la toqué cuando la grabamos en los 60. No he vuelto a cantarla hasta esta gira así que, para vosotros, la primera vez que toco esta canción». La canción era «You Won’t See Me». Suena fresca, como recién sacada del horno, nadie diría que llevaba en formol desde 1965.
Paul se quitó la chaqueta y volvió a coger su Hofner y dijo en castellano, «Muchas gracias señores, señoras, señoritas…, esta es otra canción que toco por primera vez«. Turno para «She’s A Woman», ¿qué decir? Gloria
bendita. La gente se volvía loca y, al final, de nuevo el bajo al cielo. El público volvió a corear el nombre de Paul. «Esta siendo una tarde preciosa, ¿verdad?». Era el momento de empezar las presentaciones, y Paul lo hizo en castellano: «me gustaría presentaros a nuestro fantástico guitarrista: Rusty Anderson». Rusty toma la palabra -«Hola qué tal, Madrid, solamente sé seis palabras en español y ya se me acabaron todas»- para luego elogiar al público. Enlace a la segunda parte del concierto aquí.
Paul se sentó al piano, con la primera nota de «Maybe I’m Amazed» el estadio se cae, surgen los primeros mecheros. Gran versión. Paul sabedor de que tiene al público en el bolsillo, ataca directo a la yugular: «The Long And Winding Road». Sin palabras, las pantallas de fondo mostraban imágenes carreteras vacías, los pelos como escarpias mientras toda la banda excepto Paul abandonaba el escenario. Gritos de «Oe Oe Oe oeee» entre el público. «Siempre me hacen esto, me dejan solo con vosotros… y me encanta«. Las luces se apagan, un haz de luz ilumina a Macca y a su guitarra. Estaba a punto de producirse uno de los momentos mágicos de la noche. «Antes de que existieran los Beatles, George, John y yo juntamos cinco libras para grabar una maqueta. Esto es lo que hicimos, cantad conmigo» , Macca explicó al público el coro y comenzó a tocar «In Spite Of All The Danger» , una rareza pre-beatle, y el público hizo los coros perfectos, incluso los que Paul no había explicado. Paul estaba flipado, todo el mundo se sabía la canción gracias a «Anthology»…, le entró la risa varias veces durante el tema, era mágico. «Cantáis muy bien, ¿Por qué no grabamos un disco juntos?».
Paul explicó como compuso «Blackbird» y el trasfondo ideológico de la canción (anti racista). Maravillosa interpretación. Luego se arrancó (seguía solo en el escenario) con «We Can Work It Out», el publico cantó al unísono. Volvieron los gritos de «Pauuuul, Pauuuuul…», pero nadie esperaba lo que llegaría después. «A veces en la vida no llegas a decir todo lo que te gustaría haberle dicho a una persona, no tienes la oportunidad , quizás porque te da vergüenza o por lo que fuera…, pero es muy triste que esa persona muera y te
quedes con la sensación de no haberle dicho lo que te hubiera gustado decirle. Escribí esta canción después de la muerte de mi querido amigo John», el público rompe a aplaudir, «¡aplaudid a John!», ovación cerrada y coros «Joooohn, Joooohnnn…«, Paul repitió ahora en español, «escribí esto tras la muerte de mi amigo John» y comenzó a tocar «Here Today». Cuando llegó a la parte central y repitió «I love you» hasta tres veces visiblemente emocionado, el público rompió en aplausos a mitad de la canción. Cuando acabó se coreó el nombre de John y Paul señaló al cielo.
Paul estaba encantado, alguien gritó a voz en grito «I LOVE YOU PAUL» y resonó en el estadio…Él, crecido, contestó gritando desgarrado «I LOVE YOU TOO!!», la gente acogió la broma con risas. Otro momentazo estaba al caer: «Esto lo quiero hacer en memoria de mi amigo George», Paul comenzó a tocar la única canción que no fue compuesta por él entre todas las del repertorio, el fabuloso «All Things Must Pass» de George. Genial. Otra gran ovación y el nombre de George un nuestras gargantas. La gente, para compensar, comenzó a gritar «RINGO RINGO», y Paul siguió la broma con unas estrofas de «Yellow Submarine». Enlace a la cuarta parte del concierto aquí.
Los ánimos se tranquilizaron con «I’ll Follow The Sun», en la que Macca repitió el final una y otra vez a modo de broma. Más aplausos. «Gracias Madrid, me gustaría presentaros a nuestro gran pianista: Paul «Wix» Wickens«, Wix tomó la palabra y elogió la actitud del público y nuestra buena voz («estais locos pero cantáis muy bien»). Tras esto McCartney se volvió a sentar al piano y tocó una maravillosa versión de «For No One». ¿Cómo puede alguien haber compuesto tantas canciones perfectas?. Siguiendo con la broma, volvió a acabar con el final de»I’ll Follow The Sun». Todos reímos la gracia. Nos tiene en el bolsillo y se recrea haciéndonos corear de nuevo «In Spite Of All The Danger». El set acústico concluye con unas geniales interpretaciones de «Caliko Skies», «I’ve Just Seen A Face» y «Eleanor Rigby». Enlace a la quinta parte del concierto aquí.
A partir de ahora no hay tregua. Vuelve a coger el Hofner. Con «Drive My Car» se desató la locura con la gente cantando la canción de cabo a rabo. «Penny Lane» supuso un pequeño descanso después de tanto meneo. Preciosa. Pero nada comparado con lo que pasó con «Get Back». La gente se volvió loca. Hubo un momento en que la banda también se contagió de esa locura, se miraban entre ellos como diciendo «esto no es normal» y animaban a la gente dando saltos en el escenario. Brutal catarsis colectiva. «Ahora os presento a un músico extraordinario…¿comprendéis mi español?…, ok, ¡¡Brian Ray!!«, Brian dijo unas palabras y, recuperadas las fuerzas, comenzó «Band On The Run» que se recibió con algarabía. Y, ahora sí, Paul se propone derrumbar el estadio… un ruido de un avión despegando y …»Back In The USSR» … Increible, las agujetas me duraron una semana.
«Y aquí está nuestro fabuloso batería: Abe Laboriel Junior». Abe (el batería) tomó la palabra y en castellano dijo: «¡¡Hola Madrid!!, ¿Cómo estáis?, ¿Estáis listos para el rock?, ¿sí?… Pero más importante, ¿Estáis
listos para el fuego?… Aquí tenéis a Pablo McCartney».»Live And Let Die» comenzó a sonar y cuando llegó el estribillo surgieron grandes columnas de llamas del escenario, decenas de fuegos artificiales invadieron el cielo… luces a mil por hora… más saltos, más gritos, más palmas… No podíamos con nuestra alma. Más «Oeeee Oeeee Oeeee» y entonces, una brutal «I’ve Got A Feeling» con Rusty y Abe haciendo las veces de John con el «Everybody’s has a wet dream…» Aún no me he recuperado del sock de escuchar esta canción en vivo.
«Muchas gracias… Yo estudié español en la escuela cuando tenía ocho años en Liverpool y sólo me enseñaros esto: «tres conejos en un árbol tocando el tambor, que sí, que no, que sí los he visto yo»… así está la educación en Inglaterra». Risas. El final se acercaba y nadie quería que esto se acabara y Paul volvió a animar las gargantas con «Lady Madonna». Enlace a la séptima parte del concierto aquí.
«Ahora amigos, amigas, muchachos, muchachas, señores, señoras…, cantad conmigo». Era el final… y, ¡cómo no!, fue con «HEY JUDE». Paul (y el resto de las 30.000 almas presentes) cantaron la mejor canción de la historia y cuando llegó el celebre «Na na na na Hey Jude», Macca rindió un homenaje a su publico, las cámaras se giraron hacia la audiencia. Las pantallas gigantes (las más grandes de la historia), comenzaron a reflejar primeros planos de los presentes… Chicas jóvenes llorando, cincuentones dando palmas, un loco gritando detrás de una pancarta (yo). Emocionante.
La banda se abraza y saluda agradecida, se van del escenario, pero el público seguía cantando…
«Na na na na Hey Jude». Paul vuelve al escenario, pero no le dejan cantar…
«Na na na na Hey Jude»… Paul se ve obligado a acompañar con la guitarra y ruega que paremos, al primer silencio se arranca con «Yesterday». Aquí contribuí con unas lágrimas al ambiente de emoción general… Enlace a la octava parte del concierto
aquí.
La banda vuelve…»Let It Be»…Los mecheros vuelven a escena… Paul coge de nuevo el Hofner, «¿Queréis más?», «¡¡¡¡¡ Sííííííííí !!!!!», respondemos , «Vale en ese caso… One, Two, Three, Fourrrrrr….», «I saw her Standing There». Acojonante. La banda abrazada, agradece la entrega y se va…
«Na na na na na HEY JUDE»
«Na na na na na HEY JUDE»
«Na na na na na HEY JUDE»
Paul sale corriendo con una enorme bandera española. Enlace a la novena parte del concierto aquí.
«Así que aún queréis más… Ok… vamos a darle al rock». La banda vuelve, estamos agotados, pero nadie se quiere ir… Saben que nos tienen que dar la estocada final… Y sólo hay una canción que puede ser definitiva. «HELTER SKELTER». Demoledor, brutal, salvaje…me quedo mudo… «Oh Madrid, sois un gran público, ¡gracias! pero os tenemos que dejar, nos tenemos que ir a casa, mañana tenéis que trabajar… Gracias a todos, sois geniales. Quiero dar las gracias a mi fantástica banda, pero sobre todo a vosotros». Enlace a la décima parte del concierto aquí.
No podemos más y es la hora de rematarnos… «Sgt. Pepper’s» fusionado con el medley final de «Abbey Road» servirá de puntilla. Paul eleva su guitarra, la banda une sus manos y hace reverencias de agradecimiento. «Muchas gracias Madrid, muchas gracias España, ¡¡hasta pronto!!». Enlace a la parte final del concierto aquí. Llegué a casa (Zaragoza) a las cinco de la mañana. A las 7 estaba en pié para ir al curro. No dormí, pero pasé toda la noche soñando. Gracias Paul.
TEXTO: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 4 de mayo de 2013