THE ROLLING STONES: “Aftermath” (1966) (8,5/10)

CARA A

  1. Mother’s Little Helper
  2. Stupid Girl
  3. Lady Jane
  4. Under My Thumb
  5. Doncha Bother Me
  6. Going Home

CARA B

  1. Flight 505
  2. High And Dry
  3. Out Of Time
  4. It’s Not Easy
  5. I Am Waiting
  6. Take It Or Leave It
  7. Think
  8. What To Do

Producido por Andrew Loog Oldham

A finales de 1965, los Rolling Stones ya eran ese grupo rudo (aunque genial) de sus inicios. El mundo del pop estaba entrando en un terreno de sofisticación y experimentación que iba a proporcionar al mundo cinco años de joyas discográficas y, como no podía ser de otra forma, los Stones estarían en el meollo del asunto. En 1965, los Beatles habían editado «Help!» y «Rubber Soul», los Stones habían mantenido el tipo en cuanto a singles pero estaban muy lejos de los de Liverpool en cuanto a calidad en lo que a LP’s se refiere.

Oldham tenía más que claro que la rivalidad (repito, no real) entre los grupos beneficiaba los intereses de sus pupilos, El nuevo reto sería hacer un gran LP, pero esta vez, compuesto por temas propios… Y vaya si lo hicieron… El disco es una maravilla de principio a fin. Todas las canciones son obra de Jagger y Richards…, se acabó hacer versiones… Bienvenidos a la era dorada de los Rolling Stones.

«Aftermath» se editó en abril de 1966 en Inglaterra, fue grabado enteramente en los legendarios estudios RCA de Hollywood y consiguió un rutilante número 1. En Estados Unidos se editó dos meses después con importantes variaciones de tracklisting y no pudo pasar del número 2. Estamos ante uno de los discos capitales de los años 60 y, por ende, de la historia de la música moderna.

Ya desde el arranque con la gloriosa «Mother’s Little Helper» escuchamos a un grupo distinto con Jones pletórico al sitar (instrumento en el que fue introducido por George Harrison), y con sonoridades muy alejadas de sus primeros tiempos. Y es que la variedad estilística, al parecer sugerida por el otrora defensor a ultranza del más puro R&B Brian Jones, es una de las principales señas de identidad de este excelente LP

La más tradicional aunque interesante «Stupid Girl» da paso a la fabulosa y barroca «Lady Jane«, en la que Brian se vuelve a lucir como instrumentista esta vez con un dulcimer…, pero es que con la aún más fantástica «Under My Thumb«, vuelve a cambiar de instrumento y nos deleita con una marimbas que lideran la canción de principio a fin…, un fiera. La psicodelia se cuela de forma sinuosa entre las notas de un disco que no da la espalda a sus orígenes R&B sino que lo mezcla de forma magistral con toques de jazz, pop, soul y folk.

Tras un sobresaliente arranque el disco baja ligeramente el nivel (era imposible mantenerlo) con las más anodinas «Doncha Bother Me» y la eterna «Goin’ Home» (más de diez minutos de jam de R&B psicodélico). «Flight 505» nos devuelve a los Stones de toda la vida con un patina de sonidos psicodélicos , mientras «High And Dry» se convierte en un sobresaliente ejercicio de country blues.

Y entonces nos encontramos con la maravillosa «Out Of Time«, una absoluta preciosidad pop que muestra a los Rolling Stones en una excelenet forma durante sus más de cinco minutos de duración. Una joya eterna que el grupo decidió ceder a Chris Farlowe quien, con producción del propio Jagger, la llevó al número 1. Una maravilla de canción.

«It’s Not Easy» nos vuelve a recordar que los Stones manejaban el R&B como pocas formaciones de la época y sirve de excelente preuldio a «I Am Waiting«, lo confieso, mi debilidad. Un pedazo de pop perfecto, sin fisuras. Una de mis canciones preferidas de siempre, cada vez que la escucho tarareo su estribillo durante horas.  El álbum mantiene un enorme nivel ya hasta el final. «Take It Or Leave It» es deliciosa y vuelve a demostrar las capacidades como arreglista y multimstrumentista de Jones, que se atreve esta vez con el clavicordio, varios instrumentos de percusión e incluso un koto japonés. «Think» es simplemente una joya construida en torno a un hipersaturado bajo fuzz a cargo de Wyman y la divertida «What To Do» supone el colofón perfecto a un álbum imprescindible que tuvo mucho éxito, además, consiguiendo un nº1 en Inglaterra como antes hemos comentado.

Pero es que apenas dos meses después editan lo que posiblemente sea una de sus mejores canciones, la celebérrima «Paint It Black«. Una canción fantástica y la demostración de que Jagger y Richards no eran sólo los chicos malos del momento, sino un pedazo de compositores. La melodía, obra de Keith, es simplemente brillante y el sitar de Brian le va como anillo al dedo. Otro número 1 a ambos lados del Atlántico.

Para acabar de rematar una excelente primera mitad de 1966, el grupo edita la versión americana de «Aftermath». En esta ocasión la editora americana decidió acortar el metraje del álbum para hacerlo más accesible y comercial. Desgraciadamente esto supuso la supresión de cuatro canciones excelentes: «Out of Time», «Take It or Leave It», «What to Do», y «Mother’s Little Helper» que acabarían siendo editadas con posterioridad en Estados Unidos. En busca de un mayor impacto comercial, se incluyó la recién editada «Paint It, Black». La versión yanqui de Aftermath, con portada también renovada, alcanzó el puesto número 2 en los listas norteamericanas.

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 28 de marzo de 2014

Fotografías y música propiedad de sus respectivos autores

Licencia Creative Commons

Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

THE ROLLING STONES. Capítulo 3 (1965-1966): creando obras maestras. «Out Of Our Heads» y «Aftermath»

A estas alturas Jagger y Richards habían demostrado que, sin duda, sabían escribir canciones. Oldham lo sabía y decidió que ningún single de los Stones volvería ser una versión (salvo rarísimas excepciones). La fuerza del dúo formado por Mick y Keith era un hecho y el grupo estaba fuerte y a gran nivel en lo musical…, tal y como se encargarían de demostrar con su siguiente e histórico single.

Al parecer, durante las sesiones de grabación que el grupo había concertado durante la que ya era su tercera gira por Estados Unidos., Keith llegó con un riff muy básico, muy en la línea del «Dancing In The Street» de Martha & The Vandellas… El resto es historia. Mick escribió una provocadora letra llena de simbolismos sexuales que pretendía críticar el mercantilismo salvaje que dominaba el mundo. «(I Can’t Get No) Satisfaction«, uno de los temas seminales del rock universal, empezó a grabarse en Chicago el 10 de mayo de 1965 siendo la versión definitiva la del día 13 del mismo mes.

Como no podía ser de otra forma, y a pesar de la inicial reticencia de Richards, la canción se editó como single y se convirtió en un número 1 mundial. El fuzz de Keith Richards (copiado hasta la saciedad), la insolente interpretación de Mick Jagger y, sobre todo, la excelsa calidad de la canción, colocaron a los Stones en la élite del rock mundial. El histórico tema fue acompañado en su cara B en Estados Unidos, por «The Under Assistant West Coast Promotion Man» y en Inglaterra por la estupenda «The Spider and the Fly«.

Enrachados y espoleados por su nuevo status de estrellas de las lista de ventas, el grupo no tardaría  ni un mes en editar su siguiente LP en Estados Unidos: El fantástico «Out Of Our Heads«. Partamos de que es, de largo,  su mejor trabajo hasta entonces. En realidad, el disco se eleva gracias a las fantásticas «(I Can’t Get No) Satisfaction«, «The Last time«, «The Spider and the Fly«, «The Under Assistant West Coast Promotion Man» … Todas ya editadas con anterioridad como single, pero son tan buenas que no importa que lo demás sean versiones y un poco más de lo mismo que hasta entonces.

El disco abre con una estupenda y bastante fiel versión del «Mercy Mercy» de Don Covay que en voz de Mick suena fantástica. Buen soul para arrancar, como ocurre con la interpretación que el grupo hace del  «Hitch Hike» de Marvin Gaye. Tras la fantástica «The Last Time«, sin duda el primer temazo Jagger-Richards. «That’s How Strong My Love Is» -originalmente popularizada por Otis Redding– nos muestra a los Stones más sensibles y deja bien claro que el grupo escuchaba mucho soul por aquel entonces, y más después de escuchar el cover del «Good Times» de Sam Cooke. La cara A se cierra con «I’m Alright«, firmada por todo el grupo bajo su habitual seudónimo Nanker Phelge.

En la cara B las hostilidades se inician con la inmejorable «(I Can’t Get No) Satisfaction» de la que ya hemos hablado, antes de pasar a la versión del «Cry To Me» de Solomon Burke, más y más soul del bueno. «The Under Assistant West Coast Promotion Man«, otro tema Nanker Phelge, recupera el tono R&B. «Play With Fire«, que había sido la cara B de «The Last Time» en Inglaterra y  estaba inédita en los States, vuelve a estar firmada por todo el grupo, y es una estupenda canción que supone el momento más tranquilo e intimista del álbum. «The Spider and the Fly» es una fantástica y sencilla pieza de R&B que supone la tercera aportación del tándem Jagger-Richards al disco, aunque ya había sido editada como single con anterioridad en Inglaterra. Y es que, el disco básicamente se compone de grandes canciones ya editadas en versión single y versiones de  R&B, blues y soul de impecable factura. La única «nueva» canción 0riginal es el «One More Try» de Jagger y Richards, que, además sirve para cerrar el LP

Tres meses después editaron en Inglaterra la versión para su país del álbum. El tracklist fue bastante modificado y sólo seis canciones coinciden con su homónimo americano («Mercy Mercy«, «Hitch Hike«, «That’s How Strong My Love Is«, «Good Times«, «Cry To Me» y «The Under Assistant West Coast Promotion Man«). El «Out Of Our Heads» británico no dispone del tirón de los singles estrella del grupo y, en general, tiene menos gancho. No obstante tiene algunas canciones de Jagger y Richards verdaderamente brillantes de las que no gozaba el americano. No hay más que oír temas como «Gotta Get Away«, «Heart of Stone» (que ya había sido editada en Usa en el LP anterior) o «I’m Free» para darse cuenta de que el tándem compositivo del grupo gozaba de excelente salud. Las versiones del «She Said Yeah» de Larry Williams, el «Talkin’ ‘Bout You» de Chuck Berry  y «Oh Baby (We Got A Good Thing Goin’)» de Barbara Lynn completan la oferta británica.

El disco consiguió el nº1 en USA, pero en Inglaterra no pudo con el excelso «Help!» de los Beatles y se paró en el segundo puesto de las listas.

Siguiendo con su frenética actividad, editan su siguiente single en septiembre de 1965: «Get Off Of My Cloud«, una trepidante y rítmica canción que vuelve a resultar muy desafiante en lo lírico aumentando la fama de «niños malos» del grupo. Se trata básicamente de una composición de Keith (muy basada en «Louie Louie» de The Kingsmen) con un procaz texto de Jagger acerca de la alienación de la sociedad moderna. El cóctel perfecto y un nuevo número 1 tanto es Estados Unidos como en Inglaterra.

Si excelente es la trepidante cara A del single, igualmente o más fantástica es «The Singer Not The Song«, que acompaño a «Get Off Of My Cloud» en la edición europea del single y en la que los Stones se acercan más que nunca al sonido de sus «rivales»: The Beatles. Y es que, poco a poco, comienza a observarse como el estilo de los de Liverpool enpieza a filtrarse, para enfado de Brian Jones, entre las hasta ahora negroides influencias de los Stones. En Estados Unidos la cara B fue «I’m Free».

Aprovechando el tirón del exitoso single, editaron en diciembre de 1965 un nuevo LP para el mercado americano: «December’s Children (And Everybody’s)» que, como bien dijo el bajista Bill Wyman, «se trata más de una recopilatorio que de un álbum en sí». Encontramos aquí varias canciones provenientes de la versión inglesa de «Out Of Our Heads», algunas caras B y un par de temas en directo. Las canciones inéditas que aparecieron en el LP fueron el cover de «Look What You’ve Done» y las estupendas composiciones de Jagger y Richards «Blue Turns To Grey» y «As Tears Go By«. El disco consiguió llegar al número 4 en listas haciendo de The Rolling Stones una banda cada vez más consolidada al otro lado del Atlántico.

Dos meses después, la frenética del grupo se traduce en la edición de un nuevo y fantástico single: «19th Nervous Breakdown«. A pesar de quedarse «sólo» en el numero 2 en las listas americanas (1 en UK), esta canción supone un gran avance estilístico en el grupo que comienza a abandonar los clichés del r&B para dejar que los nuevos sonidos proto-psicodélicos  empezaran a impregnar su música. La sinuosa línea de bajo de Wyman, el hipnótico riff de Brian dan muestras de esta nueva dirección. Al estupenda «As Tears Go By«,  otra maravillosa canción «alla Beatle», fue la cara B del single.

Los Stones ya no son ese grupo rudo (aunque genial) de sus inicios, el mundo del pop desde finales de 1965 estaba entrando en un terreno de sofisticación y experimentación que iba a proporcionar al mundo cinco años de joyas discográficas y, como no podía ser de otra forma, los Stones estarían en el meollo del asunto. En 1965, los Beatles habían editado «Help!» y «Rubber Soul», los Stones habían mantenido el tipo en cuanto a singles pero estaban muy lejos de los de Liverpool en cuanto a calidad en lo que a LP’s se refiere.

Oldham tenía más que claro que la rivalidad (repito, no real) entre los grupos beneficiaba los intereses de sus pupilos, El nuevo reto sería hacer un gran LP, pero esta vez, compuesto por temas propios… Y vaya si lo hicieron… El disco es una maravilla de principio a fin. Todas las canciones son obra de Jagger y Richards…, se acabó hacer versiones… Bienvenidos a la era dorada de los Rolling Stones.

«Aftermath» se editó en abril de 1966 en Inglaterra, fue grabado enteramente en los legendarios estudios RCA de Hollywood y consiguió un rutilante número 1. En Estados Unidos se editó dos meses después con importantes variaciones de tracklisting y no pudo pasar del número 2. Estamos ante uno de los discos capitales de los años 60 y, por ende, de la historia de la música moderna.

Ya desde el arranque con la gloriosa «Mother’s Little Helper» escuchamos a un grupo distinto con Jones pletórico al sitar (instrumento en el que fue introducido por George Harrison), y con sonoridades muy alejadas de sus primeros tiempos. Y es que la variedad estilística, al parecer sugerida por el otrora defensor a ultranza del más puro R&B Brian Jones, es una de las principales señas de identidad de este excelente LP

La más tradicional aunque interesante «Stupid Girl» da paso a la fabulosa y barroca «Lady Jane«, en la que Brian se vuelve a lucir como instrumentista esta vez con un dulcimer…, pero es que con la aún más fantástica «Under My Thumb«, vuelve a cambiar de instrumento y nos deleita con una marimbas que lideran la canción de principio a fin…, un fiera. La psicodelia se cuela de forma sinuosa entre las notas de un disco que no da la espalda a sus orígenes R&B sino que lo mezcla de forma magistral con toques de jazz, pop, soul y folk.

Tras un sobresaliente arranque el disco baja ligeramente el nivel (era imposible mantenerlo) con las más anodinas «Doncha Bother Me» y la eterna «Goin’ Home» (más de diez minutos de jam de R&B psicodélico). «Flight 505» nos devuelve a los Stones de toda la vida con un patina de sonidos psicodélicos , mientras «High And Dry» se convierte en un sobresaliente ejercicio de country blues.

Y entonces nos encontramos con la maravillosa «Out Of Time«, una absoluta preciosidad pop que muestra a los Rolling Stones en una excelenet forma durante sus más de cinco minutos de duración. Una joya eterna que el grupo decidió ceder a Chris Farlowe quien, con producción del propio Jagger, la llevó al número 1. Una maravilla de canción.

«It’s Not Easy» nos vuelve a recordar que los Stones manejaban el R&B como pocas formaciones de la época y sirve de excelente preuldio a «I Am Waiting«, lo confieso, mi debilidad. Un pedazo de pop perfecto, sin fisuras. Una de mis canciones preferidas de siempre, cada vez que la escucho tarareo su estribillo durante horas.  El álbum mantiene un enorme nivel ya hasta el final. «Take It Or Leave It» es deliciosa y vuelve a demostrar las capacidades como arreglista y multimstrumentista de Jones, que se atreve esta vez con el clavicordio, varios instrumentos de percusión e incluso un koto japonés. «Think» es simplemente una joya construida en torno a un hipersaturado bajo fuzz a cargo de Wyman y la divertida «What To Do» supone el colofón perfecto a un álbum imprescindible que tuvo mucho éxito, además, consiguiendo un nº1 en Inglaterra como antes hemos comentado.

Imagen

Pero es que apenas dos meses después editan lo que posiblemente sea una de sus mejores canciones, la celebérrima «Paint It Black«. Una canción fantástica y la demostración de que Jagger y Richards no eran sólo los chicos malos del momento, sino un pedazo de compositores. La melodía, obra de Keith, es simplemente brillante y el sitar de Brian le va como anillo al dedo. Otro número 1 a ambos lados del Atlántico.

Para acabar de rematar una excelente primera mitad de 1966, el grupo edita la versión americana de «Aftermath». En esta ocasión la editora americana decidió acortar el metraje del álbum para hacerlo más accesible y comercial. Desgraciadamente esto supuso la supresión de cuatro canciones excelentes: «Out of Time», «Take It or Leave It», «What to Do», y «Mother’s Little Helper» que acabarían siendo editadas con posterioridad en Estados Unidos. En busca de un mayor impacto comercial, se incluyó la recién editada «Paint It, Black». La versión yanqui de Aftermath, con portada también renovada, alcanzó el puesto número 2 en los listas norteamericanas.

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 2 de noviembre de 2014

Fotografías y música propiedad de sus respectivos autores

Licencia Creative Commons

Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

BLUR. «Think Tank» (2003), (7/10)

Imagen

01. Ambulance
02. Out Of Time
03. Crazy Beat
04. Good Song
05. On The Way To The Club
06. Brothers And Sisters
07. Caravan
08. We’ve Got A File On You
09. Moroccan Peoples Revolutionary Bowls Club
10. Sweet Song
11. Jets
12. Gene By Gene
13. Battery In Your Leg

A principios del siglo XXI , la relación entre Damon Albarn y Graham Coxon era prácticamente inexistente. Ambos decidieron dedicarse a sus proyectos personales y a sus vidas personales Damon estaba absorbido por su nueva aventura con Gorillaz y dedicado a su novia Suzi y la hija de ambos, por su parte, Coxon lanzó varios discos en solitario y había tenido con su pareja Anna Norlander a su primera hija, Pepper, en marzo de 2001.

La verdad es que, escuchando los dispares lanzamientos de ambos músicos, no es difícil deducir que sus inquietudes artísticas estaban muy alejadas. Graham y Damon estaban cada vez más distantes, tanto en términos musicales como personales.  La lucha de egos en un posible y futuro disco de Blur estaba sobre la mesa. «Blur» (1997) fue el triunfo de Graham en cuanto a sonido -más crudo y orgánico-, y «13» (1999) demostró que Damon quería apostar por una vía distinta, más cercana a nuevas tendencias. Este continuo contraste, presente desde los primeros álbumes del grupo, había sido hasta ahora una de las grandezas de una banda que alcanza un eclecticismo rara vez encontrado en un grupo  pop. Albarn siempre fue quien escribió las canciones en Blur, pero Coxon las llenaba de su impronta hasta conseguir ese fantástico sonido que los caracteriza. Pero en la primavera de 2002, fecha en la que el grupo entró al estudio con la idea de grabar un nuevo álbum, esta tensión artística otrora tan enriquecedora se convirtió en un polvorín.

El caso es que la banda se reunión con el productor Ben Hillier -elegido para la ocasión tras trabajar con Blur en su single «Music Is My Radar»- y, desde el principio, Graham empezó a faltar sistemáticamente a las sesiones.  Coxon se encontraba en medio de un proceso depresivo y había retornado al consumo de alcohol y drogas que tantos problemas le ocasionaron años atrás y, superado por la situación de tensión y sus adicciones, decide internarse durante 28 días en un centro de desintoxicación cuando apenas habían empezado las sesiones de grabación. El grupo simplemente decidió seguir adelante con Damon liderando la grabación y hacíendose prácticamente con el control del sonido de la banda.

Entre tanto, Graham salió del centro de desintoxicación y se encontró al grupo con el disco muy avanzado. Pero Coxon no estaba bien, faltaba a las sesiones o llegaba borracho y no paraba de discutir con todos los miembros del grupo. «Le dijimos que terminara de curarse que así no podía seguir», recuerda Alex James. Finalmente, a los cinco días de su vuelta, el manager del grupo se reunió con Graham y le dijo que el resto de la banda prefería que no siguiese en el estudio mientras estuviese en ese estado y el guitarrista decidió abandonar el grupo, «Fue como una señal, ya sabes, tenía una hija, estaba dejando de beber y era el momento de dejar el grupo».

Damon, Alex y Dave decidieron no sustituir a Coxon, «nadie puede tocar como Graham, si hay que tocar alguna guitarra lo haré yo», declaró Albarn. Reconvertidos en trío, la banda decide continuar la grabación del que sería el séptimo álbum de estudio de Blur en Marruecos.Con el grupo en Marruecos, William Orbit y Norman Cook (Fatboy Slim) se unieron a Ben Hillier y a los propios Blur como productores de que sería sin duda su disco más arriesgado hasta el momento.

Publicado el 5 de mayo de 2003, «Think Tank» consiguió un número 1 en las listas británicas y su mejor resultado en Estados Unidos (56), país que siempre se les ha resistido.  Desde su lanzamiento fue aclamado mayoritariamente por la crítica ( 8/10 en NME, 9/10 en Pitckfock, 9/10 en Spin. 4/5 en Rollingstone y 5/5 en Uncut) y , entre el público hubo división de opiniones en parte motivadas por el cambio sonoro del grupo, la salida de Coxon y el activismo de Damon en contra de la Guerra de Irak…, hay críticos que afirman que «las influencias arábigas patentes en el disco produjeron rechazo entre parte del público conservador americano y británico por motivo del conflicto armado».

Sea como fuere, estamos ante unos nuevos Blur, absolutamente dominados en lo artístico por Albarn, cuyas eclécticas influencias empapan el disco de hetereogeneidad. También destaca la múltiple participación de músicos adicionales y el aumento del peso de Alex y James en el sonido de los temas…, todo ello provocado por la enorme ausencia de Coxon. Y es que estamos ante un disco casi sin guitarras y en el que las líneas de bajo de Alex, los ritmos de Dave y los loops electrónicos cobran especial protagonismo.

El grupo no engaña a nadie y ya desde el primer tema, «Ambulance«, avisan. Digamos adiós a los Blur del britpop, digamos adiós a los Blur influenciados por el indie americano… Ambientes densos y tupidas atmósferas parecen sobreponerse a una melodía que, aunque interesante, queda demasiado relegada como un instrumento más al servicio de la ambientación general. Susto. No obstante, las casi siempre excelentes melodías de Albarn vuelven a cobrar el protagonismo en la fantástica «Out Of Time«, una extraordinaria canción llena de matices africanos, dotada de una melodía soberbia y arreglada de forma tan poco ortodoxa como brillante. Una maravilla que sin duda es una de las mejores canciones de la carrera del  grupo y que fue editada como single alcanzando el número 5 en listas. Joya.

Menos brillante resulta «Crazy Beat«, un acelerado tema de guitarra producido por Fatboy Slim que, si bien es una canción más que digna, no sobrevive a la ausencia de Graham ni resiste la comparación con otros temas similares del grupo editados en el pasado. Un buen tema en cualquier caso que también fue editado como single con escaso  éxito en Inglaterra pero alcanzando un meritorio puesto 22 en la, siempre hostil para el grupo, norteamérica.

Tiempo para otro single y una de las mejores canciones del disco, «Good Song«, otra maravilla pop de la factoría Albarn que pone sobre la mesa su dominio del género antes de enfrentarnos a  la canutera «On The Way To The Club«, un buen corte soportado en la batería de Dave y el bajo de Alex  que quizás se recrea demasiado en los efectos y no tanto en la buena melodía de la que hace gala la canción. Una lástima, da la sensación de que podría haber dado más de sí.

La batería de Dave y, sobre todo, el excelso bajo de Alex vuelven a llevar el peso de la negroide «Brothers And Sisters«, una de esas canciones que es difícil imaginar con Graham en el grupo y mucho más cercana a Gorillaz que a los Blur que habíamos conocido hasta la fecha y bastante prescindible, la verdad. Mucho más cercana a los sonidos adelantados en «13» e incluso en «Blur» resulta la cadenciosa y melancólica «Caravan«, otro de los mejores momentos del disco.

En «We’ve Got a File On You» es un breve tema de raigambre punk en el que, como ocurre con «Crazy beat» volvemos a echar de menos las guitarras de Graham y, a pesar de que los sonidos arábigos suenan curiosos se queda en poca cosa. Más interesante resulta la animada «Moroccan Peoples Revolutionary Bowls Club» que, a pesar de sus horribles arreglos de sintetizador, resulta entretenida. De nuevo, mucho más Gorillaz que Blur.

Y así llegamos a la que, junto a «Out Of Time» y «Good Song», es lo mejor del disco: la sobresaliente «Sweet Song«, una hermosísima canción que Damon reconoció haber escrito «mientras miraba fotos de Graham» y en la que Albarn se desnuda ante su amigo con versos como «soy un alma oscura, lo mío es el pop y el oro, nuestras vidas estaban en la televisión y tú la apagaste e intentas dormir  (…) creo que así es como deben ser las cosas, espero que tú sientas lo mismo (…) Nunca quise hacerte daño, pero necesitamos tiempo,  así que me alejaré lentamente. Ahora que parece que todo se ha hecho pedazos espero poder ver las cosas buenas que hay en ti. Vuelve, yo siempre creí en ti». Una canción de una belleza sólo al alcance de un reducido grupo de genios entre los que sin duda se encuentra Damon Albarn. Preciosa. «Para mí es como un hermano y es extraño seguir adelante sin él» declaró Albarn en RADIO1.

Después de semejante intensidad emocional, «Jets» se convierte en una suerte de jam session que destensa el ambiente si bien poco aporta más allá del excelente solo de saxo jazzy que aparece al final de la canción. La recta del final arranca con «Gene By Gene«, otro tema muy Gorillaz pero bastante aprovechable, antes de llegar a «Battery In Your Leg«, la única canción del disco en la que aparece la guitarra de Graham y una emocionante balada que resulta ideal para terminar el disco.Y esto es «Think Tank», un buen disco de un grupo compuesto por Damon Albarn, Alex James y Dave Rowntree pero que, sin Graham Coxon, no terminan de ser Blur. Con todo tiene canciones soberbias y la mayoría del álbum está a la altura del grupo.

VALORACIÓN GUILLETEK: 7/10

BLUR. Capítulo 7 (2001-2003). Gorillaz, el adiós de Graham Coxon y «Think Tank»

A finales del año 2000, la relación entre Damon y Graham es prácticamente inexistente. Ambos decidieron dedicarse a sus proyectos personales y a sus vidas personales Damon estaba absorbido por su nueva aventura con Gorillaz y dedicado a su novia Suzi y la hija de ambos, por su parte, Coxon y su pareja Anna Norlander habían tenido a su primera hija, Pepper, en marzo de 2001.

Precisamente el 26 de Marzo de 2001, apenas dos semanas después del nacimiento de la hija de Graham, el primer y homónimo álbum de Gorillaz sale al mercado en medio de un importante seguimiento mediático empujado por el éxito del primer single del nuevo grupo, «Clint Eastwood«.

 En sí el álbum es una ligeramente desconcertante mezcla de géneros que van desde el hip hop al rock pasando por la música latina, el punk o el dub, acid jazz y el reggae. Este eclecticismo permite a Albarn sentirse libre, sin ataduras, y desarrollar todas sus ideas sin el corsé de Blur… Y parece disfrutarlo. La crítica recibió bastante bien un disco que, aunque apunta maneras, en mi opinión resulta demasiado confuso debido precisamente a esa excesiva mezcla de estilos.

Las comparaciones son odiosas, y Gorillaz no es Blur, ni de lejos. No obstante hay mucho y muy bueno en este disco, además de los singles como el citado «Clint Eastwood«, la hip-hopera «Rock The House» o el estupendo dance-pop  «19-2000«, se agradecen los decibelios de «Punk«, las reminiscencias Blur de «5/4«, la cadenciosa «Tomorrow Comes Today» o la extraordinaria «Latin Simone (¿Qué Pasa Contigo?)» que también tuvo una sobresaliente versión es español cantada por Ibrahim Ferrer. Temazo, para redondear un notable disco que sirvió para redefinir el concepto de «grupo paralelo», normalmente reservado a aventuras experimentales lejos de los circuitos comerciales y que, con Gorillaz, adquieren una nueva dimensión. No en vano, el disco fue un gran éxito y alcanzó el número 3 en Inglaterra y un sorprendente Top-10 en Estados Unidos. Las ventas superaron con creces las 10 millones de copias, de hecho, se vendió mucho más que cualquier disco de Blur…, incluso que varios de ellos juntos. Damon empezó a pensar que una vida sin Blur era más que posible.

Siguiendo con su frenética actividad, el  28 de Mayo de 2001 Albarn firma junto al líder de Sugarcubes, Einar Orn Benediktsson, la banda sonora de la película de Baltasar Kormákur «101 Reykjavik» (con Victoria Abril en el reparto).  El disco está salpicado de no demasiado elaborados fragmentos de trip-hop (como el tema original «101 Reykjavik Theme» y soprendentes versiones del «Lola» de los Kinks en los más variopintos estilos, desde el dub, a un supuesto sucedáneo de techno-flamenco. Nada destacable en este disco, la verdad, simplemente curioso.

Si Damon estaba activo, Graham no le iba a la zaga y,  en agosto de 2001, edita «Crow Sit on Blood Tree» su tercer álbum en solitario. Tras el relativo traspiés que supuso el caústico «The Golden D», Graham retoma los sonidos de su primer trabajo en solitario, el notable «The Sky Is To Hight», si bien este disco es mucho más oscuro y siniestro que su bucólico debut. El folk lo-fi vuelve a dominar, y a buen nivel, en temas como «Too Uptight«, «All Has Gone«, «Tired«, la preciosa «Bonfires» o la estupenda «Thank God For The Rain«, aunque Coxon también da rienda suelta a su pasión indie-yanqui con temas como la desproporcionada «Burn It Down» o las disfrutables «Empty World» y «You Never Will Be«. Un buen disco que recibió críticas favorables aunque no consiguió repercusión lejos de los circuitos underground.

La verdad es que, escuchando los dispares lanzamientos de ambos músicos, no es difícil deducir que sus inquietudes artísticas estaban muy alejadas en este principio del siglo XXI. Graham y Damon estaban cada vez más distantes, tanto en términos musicales como personales.

Las distancias en cuanto a intereses creativos se hacen si cabe más patentes con los siguientes trabajos de ambos. Damon tras editar, en diciembre de 2001, un compilado de lados B y remixes de Gorillaz titulado «G-sides«, sorprende a propios y extraños publicando «Mali Music«en abril 2002. Albarn viajó a Mali en julio de 2000 con novia, hija y poco más equipaje que una guitarra y una melódica. Damon intentó y consiguió alternar con los más prestigiosos músicos contemporáneos de la ciudad. Damon tocó en varios bares y clubs de la ciudad en actuaciones improvisadas junto a los músicos locales y, entre todos, decidieron que lo que sonaba era suficientemente bueno para convertirse en un disco. El Lp, editado bajo el nombre de «Afel Bocum, Damon Albarn & Friends : Mali Music» tuvo una finalidad benéfica, pues todo lo recaudado con sus ventas fue donado a programas de Oxfram Mali. Los sonidos africanos dominan en el álbum (sirva este «Niger» de ejemplo) y apenas en «Sunset Coming On» encontramos algo del «sonido Albarn». Es un disco muy estimulante, si bien no es lo más apropiado para el que busque algo parecido a Blur…, ni a Gorillaz…

Por su parte, Graham Coxon, publica en octubre de 2002, «The Kiss of Morning» su ya cuarto álbum en solitario y probablemente su  trabajo más accesible hasta esa fecha. Un muy buen disco en el que se filtran influencias de Nick Drake, Elliott Smith, Pavement, Sonic Youth y Nirvana unidas a sonidos mucho más retro en lo que algunos han definido como una «reacción anti-Gorilllaz». Ya desde el comienzo del disco, la excelente «Bitter Tears» deja claro las intenciones de Coxon. Sigue habiendo para los momentos a lo Pavement que tanto gustan al genial guitarrista («Escape Song«, «It Ain’t No Lie«), pero las influencias clásicas se filtran sin tapujos entre la telaraña de sonidos indies producida con bastante acierto por el propio Graham Coxon y Mike Pelanconi, sólo hay que escuchar «Locked Doors«, todo un blues, «Just Be Mine«, o la petetownshendiana «Walking Down The Highway» para comprender la mixtura de estilos o darle una oportunidad al excelente folk de «Baby, You’re Out of Your Mind» o la fabulosa «Mountain Of Regret» para volver a disfrutar de la querencia por los sonidos acústicos mostrada por Graham en todos sus trabajos en solitario. Un señor disco, muy bien recibido por la crítica y totalmente ignorado por el público (número 126).

La lucha de egos en un posible y futuro disco de Blur estaba sobre la mesa. «Blur» (1997) fue el triunfo de Graham en cuanto a sonido -más crudo y orgánico-, y «13» (1999) demostró que Damon quería apostar por una vía distinta, más cercana a nuevas tendencias. Este continuo contraste, presente desde los primeros álbumes del grupo, había sido hasta ahora una de las grandezas de una banda que alcanza un eclecticismo rara vez encontrado en un grupo de pop. Albarn siempre fue quien escribió las canciones en Blur, pero Coxon las llenaba de su impronta hasta conseguir ese fantástico sonido Blur. Pero en la primavera de 2002, fecha en la que el grupo entró al estudio con la idea de grabar un nuevo álbum, esta tensión artística otrora tan enriquecedora se convirtió en un polvorín.

El caso es que la banda se reunión con el productor Ben Hillier -elegido para la ocasión tras trabajar con Blur en su single «Music Is My Radar»- y, desde el principio, Graham empezó a faltar sistemáticamente a las sesiones. Conviene aclarar que Coxon se encontraba en medio de un proceso depresivo y había retornado al consumo de alcohol y drogas que tantos problemas le ocasionaron años atrás. El resto de miembros de la banda empezaron a hartarse de la actitud del guitarrista que nunca mostró demasiado interés en las nuevas canciones que Damon había preparado para Blur. Finalmente Graham, superado por la situación de tensión y sus adicciones, decide internarse durante 28 días en un centro de desintoxicación cuando apenas habían empezado las sesiones. El grupo simplemente decidió seguir adelante con Damon liderando la grabación y hacíendose prácticamente con el control del sonido de la banda. Las nuevas y variadas influencias de Albarn (dance, hip hop, jazz, dub y la música africana) dotan de nuevas y enriquecedores perspectivas a las nuevas composiciones del cantante.

Entre tanto, Graham salió del centro de desintoxicación y se encontró al grupo con el disco muy avanzado. Pero Coxon no estaba bien, faltaba a las sesiones o llegaba borracho y no paraba de discutir con todos los miembros del grupo. «Le dijimos que terminara de curarse que así no podía seguir», recuerda Alex James. Finalmente, a los cinco días de su vuelta, el manager del grupo se reunió con Graham y le dijo que el resto de la banda prefería que no siguiese en el estudio mientras estuviese en ese estado y el guitarrista decidió abandonar el grupo, «Fue como una señal, ya sabes, tenía una hija, estaba dejando de beber y era el momento de dejar el grupo».

Damon, Alex y Dave decidieron no sustituir a Coxon, «nadie puede tocar como Graham, si hay que tocar alguna guitarra lo haré yo», declaró Albarn. Reconvertidos en trío, la banda decide continuar la grabación del que sería el séptimo álbum de estudio de Blur en Marruecos. ¿Su título?, «Think Tank«.

Imagen

01. Ambulance
02. Out Of Time
03. Crazy Beat
04. Good Song
05. On The Way To The Club
06. Brothers And Sisters
07. Caravan
08. We’ve Got A File On You
09. Moroccan Peoples Revolutionary Bowls Club
10. Sweet Song
11. Jets
12. Gene By Gene
13. Battery In Your Leg

Con el grupo en Marruecos, William Orbit y Norman Cook (Fatboy Slim) se unieron a Ben Hillier y a los propios Blur como productores de que sería sin duda su disco más arriesgado hasta el momento. Publicado el 5 de mayo de 2003 consiguió un número 1 en las listas británicas y su mejor resultado en Estados Unidos (56), país que siempre se les ha resistido.

Desde su lanzamiento fue aclamado mayoritariamente por la crítica ( 8/10 en NME, 9/10 en Pitckfock, 9/10 en Spin. 4/5 en Rollingstone y 5/5 en Uncut) y , entre el público hubo división de opiniones en parte motivadas por el cambio sonoro del grupo, la salida de Coxon y el activismo de Damon en contra de la Guerra de Irak…, hay críticos que afirman que «las influencias arábigas patentes en el disco produjeron rechazo entre parte del público conservador americano y británico por motivo del conflicto armado».

Sea como fuere, estamos ante unos nuevos Blur, absolutamente dominados en lo artístico por Albarn, cuyas eclécticas influencias empapan el disco de hetereogeneidad. También destaca la múltiple participación de músicos adicionales y el aumento del peso de Alex y James en el sonido de los temas…, todo ello provocado por la enorme ausencia de Coxon. Y es que estamos ante un disco casi sin guitarras y en el que las líneas de bajo de Alex, los ritmos de Dave y los loops electrónicos cobran especial protagonismo.

El grupo no engaña a nadie y ya desde el primer tema, «Ambulance«, avisan. Digamos adiós a los Blur del britpop, digamos adiós a los Blur influenciados por el indie americano… Ambientes densos y tupidas atmósferas parecen sobreponerse a una melodía que, aunque interesante, queda demasiado relegada como un instrumento más al servicio de la ambientación general. Susto. No obstante, las casi siempre excelentes melodías de Albarn vuelven a cobrar el protagonismo en la excelente «Out Of Time«, una extraordinaria canción llena de matices africanos, dotada de una melodía soberbia y arreglada de forma tan poco ortodoxa como brillante. Una maravilla que sin duda es una de las mejores canciones de la carrera del  grupo y que fue editada como single alcanzando el número 5 en listas. Joya.

Menos brillante resulta «Crazy Beat«, un acelerado tema de guitarra producido por Fatboy Slim que, si bien es una canción más que digno, no sobrevive a la ausencia de Graham ni resiste la comparación con otros temas similares del grupo editados en el pasado. Un buen tema en cualquier caso que también fue editado como single con escaso  éxito en Inglaterra pero alcanzando un meritorio puesto 22 en la siempre hostil para el grupo norteamérica.

 Tiempo para otro single y una de las mejores canciones del disco, «Good Song«, otra maravilla pop de la factoría Albarn que pone sobre la mesa su dominio del género antes de enfrentarnos a  la canutera «On The Way To The Club«, un buen corte soportado en la batería de Dave y el bajo de Alex  que quizás se recrea demasiado en los efectos y no tanto en la buena melodía de la que hace gala la canción. Una lástima, da la sensación de que podría haber dado más de sí.

La batería de Dave y, sobre todo, el excelso bajo de Alex vuelven a llevar el peso de la negroide «Brothers And Sisters«, una de esas canciones que es difícil imaginar con Graham en el grupo y mucho más cercana a Gorillaz que a los Blur que habíamos conocido hasta la fecha y bastante prescindible, la verdad. Mucho más cercana a los sonidos adelantados en «13» e incluso en «Blur» resulta la cadenciosa y melancólica «Caravan«, otro de los mejores momentos del disco.

En «We’ve Got a File On You» es un breve tema de raigambre punk en el que, como ocurre con «Crazy beat» volvemos a echar de menos las guitarras de Graham y, a pesar de que los sonidos arábigos suenan curiosos se queda en poca cosa. Más interesante resulta la animada «Moroccan Peoples Revolutionary Bowls Club» que, a pesar de sus horribles arreglos de sintetizador, resulta entretenida. De nuevo, mucho más Gorillaz que Blur.

Y así llegamos a la que, junto a «Out Of Time» y «Good Song», la sobresaliente «Sweet Song«, una hermosísima canción que Damon reconoció haber escrito «mientras miraba fotos de Graham» y en la que Albarn se desnuda ante su amigo con versos como «soy un alma oscura, lo mío es el pop y el oro, nuestras vidas estaban en la televisión y tú la apagaste e intentas dormir  (…) creo que así es como deben ser las cosas, espero que tú sientas lo mismo (…) Nunca quise hacerte daño, pero necesitamos tiempo,  así que me alejaré lentamente. Ahora que parece que todo se ha hecho pedazos espero poder ver las cosas buenas que hay en ti. Vuelve, yo siempre creí en ti». Una canción de una belleza sólo al alcance de un reducido grupo de genios entre los que sin duda se encuentra Damon Albarn. Preciosa. «Para mí es como un hermano y es extraño seguir adelante sin él» declaró Albarn en RADIO1.

Después de semejante intensidad emocional, «Jets» se convierte en una suerte de jam session que destensiona el ambiente si bien poco aporta más allá del excelente solo de saxo jazzy que aparece al final de la canción. La recta del final arranca con «Gene By Gene«, otro tema muy Gorillaz pero bastante aprovechable, antes de llegar a «Battery In Your Leg«, la única canción del disco en la que aparece la guitarra de Graham y una emocionante balada que resulta ideal para terminar el disco.

Y esto es «Think Tank», un buen disco de un grupo compuesto por Damon Albarn, Alex James y Dave Rowntree pero que, sin Graham Coxon, no terminan de ser Blur. Con todo tiene canciones soberbias y la mayoría del álbum está a la altura del grupo.

¿Y después qué?, el grupo empezó una gira para la que contrataron al guitarrista de The Verve Simon Tong. Fue una gira dolorosa aunque muy exitosa, con la ausencia de Graham muy presente…, en especial a la hora de tocar canciones como «Tender», «Siento un terrible agujero sin él (…), no sé qué nos pasó», dijo Damon en uno de los conciertos, «por favor, cantad conmigo su parte, cantad la parte de Graham».

TEXTO: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 11 de enero de 2014