1. «This Beautiful Day» (Wilson-Thomas)
2. «Runaway Dancer» (Wilson-Thomas)
3. «What Ever Happened» (Wilson-Thomas)
4. «On The Island» (Wilson-Thomas)
5. «Our Special Love» (Wilson-Thomas)
6. «The Right Time» (Wilson-Thomas)
7. «Guess You Had To Be There» (Wilson-Thomas)
8. «Tell Me Why» (Wilson-Thomas)
9. «Sail Away» (Wilson-Thomas)
10. «One Kind Of Love» (Wilson-Thomas)
11. «Saturday Night» (Wilson-Thomas)
12. «Half Moon Bay» (Wilson-Thomas)
13. «The Last Song» (Wilson-Thomas)
Quede claro que Brian Wilson me parece uno de los mayores genios que ha dado la historia de la música. Probablemente, junto a Lennon, McCartney, Townshend y Davies represente la quintaesencia de la melodía sesentera. Discos como «Today», «Pet Sounds» o «Sunflower» deberían servir de prueba suficiente de semejante afirmación.
Desgraciadamente, en gran medida lastrado por sus problemas mentales, la carrera en solitario del genial músico ha quedado lejos de sus trabajos con los Chicos de la Playa. No obstante ha firmado algunos buenos trabajos como «Brian Wilson» (1998) o el más reciente «That Lucky Old Sun» de 2008. La extraordinaria reconstrucción de «Smile» que llevó a cabo en 2004, los notables álbumes de versiones de Gershwin («Brian Wilson Reimagines Gershwin» de 2010) y de películas Disney («In the Key of Disney» de 2011), así como su destacable aportación al más que decente disco de reunión de los Beach Boys «That’s Why God Made the Radio» de 2012, hacían pensar que el septuagenario Wilson se encontraba en un buen estado de forma musical. Entonces, ¿es «No Pier Pressure», que así se titula el álbum, un disco a la altura de su creador?. Veremos.
Por ponernos en situación. Como era de esperar, teniendo en cuenta los precedentes, la gira de reunión de los míticos Beach Boys no terminó del todo bien. El disco fue un éxito (número 3 en las listas Billboard), así como la recepción de los conciertos, pero las tensiones entre Mike Love y Wilson terminaron con un nuevo alejamiento de posturas. Mike seguiría girando con unos nuevos Beach Boys y Brian volvería a su retiro, aunque su página web enseguida anunció que estaba grabando y produciendo un nuevo trabajo en solitario que contaría con la participación del brillante guitarrista británico Jeff Beck, y sus ex-compañeros de The Beach Boys Al Jardine, David Marks y Blondie Chaplin.
Por razones aún no detalladas por ninguna de las partes, el material producido durante esas sesiones decidió desecharse y Wilson siguió trabajando en el estudio hasta que en el invierno de 2014 anunció que el disco estaba terminado. La idea era contar con varias voces colaboradoras y armar un disco de «duets». El título del álbum sería «No Pier Pressure» y se editaría en la primavera de 2015.
La primera mala noticia, al tener el álbum entre las manos, es comprobar que el disco estaba producido de nuevo por Joe Thomas, uno de los más recalcitrantes representantes del más puro sonido AOR. Amante del demoníaco Autotune y arquitecto de pulcros y fríos sonidos. Thomas ya colaboró con Wilson en la producción y la composición de los temas del último disco de los Beach Boys «Why God Made The Radio» y en algunos de sus trabajos en solitario, como el insípido «Imagination» de 1998.
No obstante, la cosas empiezan muy bien con la breve y preciosista «This Beautiful Day«, una bonita, serena y sobresaliente balada con una melosa melodía que a pesar de sus azucarados arreglos funciona de forma fantástica como arranque del disco. Excelente comienzo que hace que empecemos a albergar unas esperanzas que se tambalean con «Runaway Dancer«, una extraña suerte de electro-pop con dueto con el miembro de Capital Cities Sebu Simonian. No es que sea una mala canción, simplemente descoloca.
La excelente bien conservada voz de su es-compañero de The Beach Boys, Al Jardine, es la protagonista de «Whatever Happened«, una evocadora balada que roza la ñoñería. Resulta agradable, está bien construida pero es tan blandita y autocomplaciente resulta absolutamente inofensiva. Es cierto que Wilson nunca ha sido muy amigo de decibelios y estridencias, pero su música siempre ha tenido un algo que aquí se pierde entre azucarados mantos de armonías autotuneadas. Está muy lejos de ser una mala canción, en cualquier caso. «On The Island«, la siguiente canción, cuenta con la colaboración del dúo de indie folk estadounidense She & Him, y se trata de una agradable canción de aromas hawaianos en la que destaca la acertada interpretación de Zooey Deschanel. Buen tema.
El comienzo y el final de «Our Special Love» nos recuerdan al mejor Wilson, pero enseguida penetra en ambientes de «radio-fórmula madura» bastante prescindible. Una lástima porque esta canción apuntaba maneras. El joven cantante Peter Hollens colabora en el tema. También tiene muy buenos momentos «The Right Time» en la que el ex-Beach Boy Al Jardine vuelve a tomar la voz cantante en las estrofas mientras Brian luce falsetto en los estribillos. Muy agradable, muy blandita también, pero da gusto escucharla.
La joven estrella country Kacey Musgraves es la voz principal en «Guess You Had To Be There«, un pegadizo medio tiempo de country-pop que es de lo mejor del disco pero en la que es difícil reconocer el estilo de Brian Wilson como compositor. Algo más reconocible resulta «Tell Me Why«, pero, de nuevo, lo mismo AOR puro, límpidos arreglos y un sonido demasiado empalagoso… Y cuando ya estamos a punto de rendirnos llega «Sail Away» con dos ex-Beach Boys, Blondie Chaplin y Al Jardine, compartiendo estudio con Brian y, sin ser ninguna joya, nos anima a seguir un poco más, y la espera merece la pena, pues, «One Kind Of Love» es, junto a «This Beautiful Day», lo mejor del disco. Ahora, sí, muy Brian Wilson…, lejos de su mejor material, pero muy reconocible. Muy buena canción y grandes arreglos vocales.
Hay esperanza, pero la soporífera «Saturday Night«, con el joven Nate Ruess al micro, nos devuelve a la radio-fórmula menos edificante. Lo peor del disco, una canción muy floja que no debería estar en el catálogo de semejante genio… Y es que no podemos olvidar que Brian Wilson ha sido uno de los grandes. Sus problemas mentales, el abuso de drogas y las influencias maliciosas de su entorno acabaron por apagar, hace ya mucho, una de las estrellas más brillantes del firmamento musical… Aún así, a veces, como si se escapara por una rendija de su torturado cerebro, su talento nos deja joyitas como «Half Moon Bay«, el maravilloso instrumental que encontramos a continuación y, para rematarlo, «The Last Song» con sus hermosos arreglos vocales y su maravillosa melodía deja el disco a una altura que ni siquiera los pomposos arreglos de la parte final de la canción consiguen estropear.
VALORACIÓN GUILLETEK: 6,5/10
Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 26 de abril de 2015
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