Antes de que acabara 1968, y con el “Álbum Blanco” aún calentito, George y John editarían sus primeros trabajos al margen de los Beatles -Paul ya lo había hecho en 1967 con la banda sonora de The Family Way-.
George, como le había ocurrido a McCartney con la citada “The Family Way”, recibió el encargo de componer la banda sonora de la película “Wonderwall”. Así “Wonderwall Music“, que es como acabó llamándose un disco es un LP instrumental que tiene dos partes muy diferenciadas basadas en dos estilos bien marcados, uno Oriental y otro Occidental. La parte Oriental es música hindú grabada en Bombay por varios músicos locales bajo las ordenes de George, mientras que la otra, principalmente Rock, se grabó en Londres con músico como Eric Clapton y Ringo Starr. Sorprende que Harrison, aunque compone todo, no toca ni una nota.
El disco tiene buenos momentos como “Wonderwall To Be Here” o la rockera “Ski-ing” pero, no nos engañemos, si no fuera porque fue el disco de un beatle hubiera pasado absolutamente desapercibido. Con todo, es un álbum digno y, a pesar de no entrar en las listas de éxitos británicas, “Wonderwall Music” alcanzó el puesto 49 en las listas estadounidenses a comienzos de 1969.
Más, mucho más controvertido resultaría el disco de John o…, mejor dicho, de John y Yoko
Con el “Álbum Blanco” recién editado, John y Yoko lanzan al mercado el que sería su primer disco: “Unfinished Music No.1: Two Virgins“. Básicamente se trata de la misma basura experimental con la que debutaron en “Revolution 9″ y no hubiera tenido la más mínima repercusión de no haber sido el trabajo de un beatle y, sobre todo, de haber tenido otra portada… John y Yoko aparecen en la cubierta del álbum luciendo un desnudo integral frontal, mientras en el reverso de
la portada podemos contemplar sus posaderas.
EMI y Capitol se negaron a distribuir el disco -editado por Apple Records- y acabó siendo distribuido por Transatlantic Records en el Reino Unido y por Tetragrammaton Records en los Estados Unidos, eso sí, convenientemente enfundado en papel marrón que sólo permitía ver las caras de la pareja. Todos los Beatles intentaron impedir que John utilizara esta portada, pero John estaba decidido y nada ni nadie le iba a hacer cambiar de opinión. Finalmente, Paúl, que había sido uno de los grandes opositores tanto al disco como a la portada , acabó contribuyendo con una frase para la portada: “Cuando dos grandes santos se reúnen, es una experiencia humilde. Las largas batallas para probar que era un Santo”.Ante toda la polémica, Lennon declaró: “No entiendo tanto follón, sólo somos ex-drogadictos un poco fuera de forma”.
De cualquier forma, lo importante es que el disco es infumable. Una inconexa colección de conversaciones, ruidos y sonidos guturales de Yoko a los que, de forma muy ocasional, John acompaña con algún fraseo de piano. Aunque parezca increíble, la portada es lo mejor del disco, de largo.
Entretanto, a comienzos de 1969, el grupo editó, seis meses después del estreno de la película, la banda sonora original de «Yellow Submarine». El motivo del retraso fue que la banda quería dar prioridad absoluta al «Álbum Blanco» -editado dos meses antes- y no quería que otro lanzamiento del grupo interfiriera. Además, no olvidemos que los Beatles nunca estuvieron interesados en el proyecto «Yellow Submarine»
«YELLOW SUBMARINE»

«Yellow Submarine» (Lennon-McCartney)
«Only a Northern Song» (Harrison)
«All Together Now» (Lennon-McCartney)
«Hey Bulldog» (Lennon-McCartney)
«It’s All Too Much» (Harrison)
«All You Need is Love» (Lennon-McCartney)
«Pepperland» (Martin)
«Sea of Time» (Martin)
«Sea of Holes» (Martin)
«Sea of Monster» (Martin)
«March of the Meanies» (Martin)
«Pepperland Laid Waste» (Martin)
«Yellow Submarine in Pepperland» (Lennon-McCartney-Martin)
Seamos claros desde el principio. «Yellow Submarine» es, con mucha diferencia, el pero disco de la carrera del grupo. De hecho, es el único trabajo de los de Liverpool que no considero imprescindible. George Harrison ha llegado a decir que «este disco no vale nada» pero, si somos justos, no podemos dejar de obviar que, realmente, no es un disco propiamente dicho. La cara B no es original del grupo, sino que se trata de orquestaciones para la banda sonora del film de George Martin, y sólo encontramos
cuatro nuevas canciones de los Beatles.
Ninguno de los miembros del grupo mostró ningún interés por la película y trabajaron sobre su banda sonora con absoluta dejadez. Recuperaron dos canciones que ya habían sido editadas («Yellow Submarine» y «All You Need is Love») y cedieron para la película canciones sobrantes de otros trabajos. La primera de las nuevas canciones es «Only a Northern Song» (enlace), una competente melodía de Harrison que fue grabada (y descartada) para «Sgt. Pepper’s», hecho que explica su sonido psicodélico que los Beatles habían abandonado con el Álbum Blanco, editado apenas dos meses antes.
Paul realiza su única aportación original al álbum con «All Together Now» (enlace), un sencillo skiffle , que si bien resulta simpático y pegadizo, no puede considerarse demasiado en serio. Es la canción que suena en los apenas dos minutos en que los Beatles reales aparecen en la película. La aportación de John es «Hey Bulldog» (enlace) y es, de largo, lo mejor del disco. Buen rock basado en un marcado riff de piano que la banda grabó durante la sesión de «Lady Madonna». Buen tema.
La última de las nuevas aportaciones es la interesante «It’s All Too Much» (enlace), de nuevo de Harrison, y de nuevo un resto psicodélico de los tiempos de Pepper’s. Buena canción de George cuya versión original superaba los ocho minutos de duración y que, aquí, aparece recortada aunque dura más de seis minutos.
En cuanto a la parte de Martin, es más que competente y funcional para la película. Desde la melódica y deliciosa «Pepperland» a la siniestra «March Of The Meanies» la música acompaña perfectamente las imágenes de una película que, a pesar de que los Beatles no quisieran tener mucho que ver con ella, es más que interesante. Resumiendo, un disco que no es imprescindible, pero que no está exento de buenos momentos y que consiguió un numero 3 en Inglaterra y el 2 en USA.
Concluidos todos los lanzamientos de comienzos de 1969, la banda se sentó a hablar de negocios. Habían fundado Apple apenas hace 6 meses y era el momento de saber cómo iban sus cuentas. La respuesta era sencilla: estaban al borde de la bancarrota. Sólo la división musical de la compañía, Apple Records, parecía funcionar. Apple Press no había publicado un solo libro, ni Apple Films rodado ninguna película… Apple Retail, la división dedicada a moda, estaba al borde de la desaparición tras el cierre de la boutique que habían abierto en Baker Street. El caso es que Apple ya había consumido -en poco más de medio año- el millón de libras que
John, Paul, George y Ringo habían invertido en su creación y, por si fuera poco, había perdido 400.000 libras más.
En esta situación, se hacía más que obvio que era necesario contratar a alguien que se hiciera cargo del aspecto financiero del grupo. John propuso a Allen Klein, el manager de los Rolling Stones al que había conocido durante el rodaje de The Rolling Stones Rock And Roll Circus, mientras Paul propuso a John Eastman, el hermano de su novia Linda. Los perfiles de Klein y Eastman eran muy diferentes, opuestos: Klein era un tiburón financiero que había hecho ganar un montón de dinero a los Rolling Stones y que era conocido en el showbiz por su falta de escrúpulos; por otro lado, Eastman era un reputado abogado de métodos mucho más profesionales pero, dicho sea todo, menos efectivos. En un primer momento, ambos, Klein y Eastman, empezaron a llevar los asuntos del grupo.
Resueltos los temas burocráticos, era hora de volver al trabajo. Tenían un problema que resolver ya que United Artist les comunico que «una cinta de dibujos animados, en la que John, Paul, George y Ringo tan sólo aparecen realmente en el minuto final no puede considerarse una película de Los Beatles, por mucho que incluyera su música en una banda sonora que además aportaba escasas novedades«. De esa forma, la distribuidora reclamaba el contrato firmado por Brian Epstein en octubre de 1963 y que les obligaba a realizar tres filmes para la compañía.
Tras no pensarlo demasiado, decidieron que lo más fácil sería que un equipo de filmación grabara su trabajo diario a modo de documental y, además, aprovechar dichas sesiones para grabar un nuevo álbum que podrían editar un nuevo LP. Con la idea cogida por hilos, contrataron al productor productor del programa musical Ready, Steady, Go!, el neoyorquino Michael Lindsay-Hogg, como director. Adicionalmente, y a sugerencia de Paul se hicieron con los servicios de Glyn Johns (que hasta la fecha había producido a The Rolling Stones o Traffic) como supervisor del sonido. Las funciones de George Martin no quedaban muy claras ya que el grupo no quería un productor como tal , «me dijeron que querían llegar directamente al fondo, a lo elemental, no querían utilizar ningún tipo de doblaje, cantarían las canciones como les salieran«.
No querían artificios ni trucos de estudio, el plan era recuperar la frescura y la espontaneidad de los primeros años alternando canciones nuevas y viejas e incluso versionando algunos clásicos del rock’ n’ roll… Volverían a ser un grupo de dos guitarra, bajo y batería…Volverían al principio… El proyecto llevaría por título Get Back (vuelve), una vuelta a los orígenes. El gran final sería una actuación en directo.
Para la portada del proyecto, John tuvo la idea de simbolizar su vuelta a los orígenes repitiendo la portada del que fuera su primer disco, «Please Please Me», en la que los de Liverpool aparecían asomados desde las escaleras de las oficinas londinenses de EMI, en Manchester Square. Incluso llamaron al mismo fotógrafo: Angus McBean, para intentar
reproducir la fotografía original seis años después.
La película estaría dividida en dos grandes partes, , la primera recogería los ensayos y la segunda el concierto. El rodaje comenzó el 2 de enero de 1969 en los estudios Twickenham. Las sesiones comenzaban sobre las 11 horas y permanecían tocando hasta las 13:00 aproximadamente, pero en seguida se comprobó que ni el horario ni el lugar eran los más adecuadas. El poco acogedor plató de Twickenham en pleno invierno británico y el horario matinal no favorecían en lo más mínimo la inspiración: «No lográbamos ponernos en situación», recordaría John, «era espantoso, estar en los estudios Twickenham, siendo filmados constantemente. No se podía hacer música a las ocho de la mañana, o a las diez, o a la hora que fuera, con gente filmándonos y luces de colores».A eso hay que añadirle que nadie se había preocupado por elegir un repertorio. Los Beatles acababan de agotar todo su repertorio con el «Álbum Blanco», y sus nuevas canciones apenar era bocetos. Las cintas acabaron recogiendo más de un centenar de fragmentos de canciones, jam sessions y retazos musicales varios.
La tensión entre los miembros del grupo es brutal y el ambiente se corta con cuchillo. El grupo interpreta las canciones de modo mecánico y desapasionado y, en este entorno, Paul, el principal impulsor del proyecto, intentó tomar el mando. «Lo de Let It Be fue similar a Magical
Mystery Tour» —declararía John —. «A Paul se le ocurrió hacernos ensayar para hacer un nuevo disco. Terminamos unas cuantas canciones, pero sin ningún interés por parte de nadie. Él lo dispuso todo y comenzaron las discusiones sobre lo que había que hacer. Yo me limitaba a decir a todo que sí porque ya estaba con Yoko y el resto me importaba un pito. No movía un dedo y ni a mí ni a nadie le importaba lo más mínimo». Los esfuerzos de McCartney por poner orden acaban exasperando a sus compañeros y aún empeoran la situación. El 6 de enero se produce una de las más agrias discusiones entre George y Paul: McCartney indica a Harrison cómo debe tocar la guitarra en «Two Of Us», «…llevamos una hora haciendo lo mismo y no sonamos como un grupo…, no sé qué te pasa, tengo la impresión de que siempre te molesto y tan sólo intento ayudarte«. Un Harrison aburrido y hastiado de su compañero responde: «No importa. De acuerdo, tocaré cualquier cosa que quieras que toque. O no tocaré nada si así lo prefieres. Haré lo que quieras con tal de complacerte».
Los buenos momentos durante esta primera parte fueron muy pocos, apenas la entusiasta y acelerada versión de «Two Of Us» con Paul y John cantando a un solo micrófono como en sus primeros tiempos (enlace).
La actuación en directo que debía servir de final a la película también fue objeto de polémica. El más entusiasta era Paul, que no podía dejar de pensar que Los Beatles habían traicionado la responsabilidad que tenían con su público al abandonar los conciertos en directo. No paraba de insistir a los demás en que tenían que volver a la carretera con una nueva gira, pero se encontró frontalmente con George, quien no podía soportar la idea de resucitar en lo más mínimo el agobio que supuso la beatlemanía. Descartada la gira, decidieron que harían un único concierto que debería ser algo verdaderamente fuera de lo común y filmarse como espectacular culminación de la película. Se barajaron ideas como Gibraltar, el Coliseo de Roma, el desierto de Túnez, un transatlántico
en alta mar, la sala principal del Parlamento Británico, un geríatrico… George fue descartando todas. Llegaron al consenso de hacerlo en un anfiteatro romano en Trípoli, pero la idea se descartó cuando, el 10 de enero, a pocos días de ultimar los detalles del viaje, George Harrison anunció que abandonaba el grupo.
En un primer momento, pensaron en ofrecerle el puesto de Harrison a Eric Clapton, pero finalmente deciden continuar el trabajo en el estudio como si nada hubiera ocurrido. Cinco días después, y tras reconsiderar su decisión, George regresa a Londres y se reúne con John, Paul y Ringo durante casi ocho horas. Harrison pone como condición para regresar al grupo abandonar de inmediato los estudios Twickenham y trasladarse a los de Apple. Solicita además que las cámaras se limiten a filmar a Los Beatles grabando un disco con las nuevas canciones y olvidar la idea de hacer un concierto espectacular en un lugar imposible.
Los Beatles llegan a Apple el 22 de enero. El primer día de trabajo en Apple debía haber sido el lunes 20 de enero, pero no se pudo empezar hasta el miércoles 22 debido a que el nuevo estudio no estaba terminado. De hecho, ni siquiera estaba construido. Alex Mardas (apodado «El Mágico»), amigo del grupo, les había prometido un maravilloso estudio dotado de los últimos adelantos técnicos y con una mesa de grabación de 72 pistas. Lo que los Beatles encontraron un montón de pequeños altavoces distribuidos por la sala y que no sólo que no había mesa de grabación de 72 pistas sino que no existía mesa de grabación alguna. Los Beatles tan sólo pudieron comenzar el trabajo después de pedir prestada a EMI una mesa de grabación de ocho pistas.
George invitó a su amigo Billy Preston a la primera sesión en Apple y, como ocurriera cuando llevó a Eric Clapton a las sesiones de «Álbum Blanco», la presencia de un quinto hizo que el ambiente mejorara sensiblemente, recuperando por momentos incluso el ambiente bromista de antaño. Preston no sólo hace un trabajo brillante a los teclados («Get Back«), sino que su presencia hace que los Beatles se disciplinen y empiecen a trabajar en sesiones de siete horas diarias (de 10 a 17 horas) para, así, el 30 de enero de 1969, llegar al gran momento, el concierto.
Tras la negativa de George a plantearse siquiera algo más espectacular, Paul sugiere celebrar el concierto final en la azotea de Apple. Arturo Moreno Obregón en «El Cine Beatle – Todas las películas de John, Paul, George y Ringo» (2000) explica que «Para filmar la actuación, el equipo de rodaje dispuso cinco cámaras en la azotea y varias más en la calle. Se estudió la posibilidad de colocar una en un helicóptero para obtener planos aéreos, pero estaba prohibido que ese tipo de aparatos sobrevolase Londres. Tampoco hubo tiempo para obtener los permisos necesarios y alquilar un globo. El concierto comenzó alrededor de las 12:00 del mediodía, recordando los horarios matinales en que solían actuar en el Cavern de Liverpool, pero esta vez la actuación era en medio del frío invierno londinense, acentuado por un persistente viento que se volvía aún más gélido en lo alto de un edificio de oficinas»
Los Beatles comenzaron el concierto con una trepidente versión de la canción de Paul «Get Back» (enlace) , para pasar a una brillante interpretación de John de su «Don’t Let Me Down» (enlace). La siguiente es la
fantástica «I’ve Got A Feeling» (enlace) fruto de la colaboración entre Paul y John y en la que cada uno lleva la voz principal en la parte que ha aportado a la canción. El siguiente tema es «The One After 909» (enlace), versión de una antiguo tema de John de 1963 que retomaron para la ocasión. «Dig a Pony» (enlace), una nueva canción de John, termina con un comentario de éste afirmando que «tengo las manos demasiado frías como para cambiar de acordes». En este preciso momento, la policía irrumpe en el edificio, mientras los Beatles interpretan «God Save The Queen«. A continuación vuelven a interpretar «I’ve Got A Feeling» y «Don’t Let Me Down» para acabar con una nueva y más potente versión de «Get Back» (enlace), al comenzar el primer estribillo (0:30 del vídeo del enlace), Mal Evans les notifica la presencia de los agentes de policía, que acaban de hacer su aparición en la azotea, John y George paran de tocar (0:39), pero Paul y Ringo siguen y el resto deciden unirse si cabe con mayor brío (0:43). Al llegar al final, y conocedor de la presencia de los agentes, Paul improvisa una estrofa en la que canta: «Has estado otra vez jugando en las azoteas y sabes que eso no le gusta a tu mamá! ¡Hará que te arresten!», John añade: «Me gustaría daros las gracias en nombre del grupo y espero que hayamos pasado la prueba». El show tuvo una duración de cuarenta y dos minutos, de los cuales tan sólo veintiuno aparecen al final de la película Let It Be. Esta sería la última vez que los cuatro miembros de los Beatles coincidirían jamás sobre un escenario.
«Get Back», el documental, concluyó con noventa y seis horas de filmación. Paul, George y Ringo sugirieron eliminar numerosas escenas en las que aparecían John y Yoko aprovechando la ausencia de Lennon. Quedando el montaje final en torno a los ochenta y ocho minutos. Lennon se mostró muy dolido «La cámara estaba allí para Paul y no para los demás. Encima los montadores lo hicieron como si tuvieran en mente ‘Paul es Dios’ y nosotros estuviéramos allí de casualidad. Yo me sentía así y me enteré de que algunas escenas de Yoko conmigo habían sido arrancadas de la película… Me sacó de quicio. Después de haberme sentado durante sesenta sesiones con la gente más estirada y cabezota del mundo me insultaban simplemente por amar a alguien». A nivel musical , da las más de 100 canciones (o fragmentos) que se interpretaron, en el montaje final aparecen «Paul’s Piano Theme» , «Maxwell’s Silver Hammer«, «I Me Mine«, «Piano Boogie«,»Across The Universe«, «For You Blue«, «Bésame Mucho» / «Octopus’s Garden» , «You Really Got A Hold On Me»,»The Long And Winding Road«, «Shake Rattle And Roll – Kansas City – Miss Ann – Lawdy Miss Clawdy«,»Dig It«,»Two Of Us«, «Let It Be» más las canciones del concierto «Get Back«, «Don’t Let Me Down«, «The One After 909» y «Dig a Pony«. Las cintas con música se dejaron en manos de Glynn Johns y George Martin para que prepararan un LP que debería editarse en agosto.
Mientras, el 12 de marzo de 1969, Paul aprovechó para casarse con Linda Eastman que ya estaba embarazada de la que sería la primera hija e ambos, Mary. Ningún Beatle acudió a la ceremonia: John y Yoko dijeron que estaban grabando un disco y no podían, Ringo y Maureen se quedaron en casa, George dijo que tenía cosas que hacer… Nada diferente a lo que pasó en la boda de John y Yoko, que se celebró apenas una semana después en Gibraltar,
ni Paul,ni George, ni Ringo hicieron mención de acudir al enlace.
Fue precisamente durante el viaje de novios con Yoko, cuando John supo Dick James había vendido su parte de Northern Songs a ATV. En 1963 Dick James, Brian Epstein, John Lennon y Paul McCartney contituyeron la compañía editora «Northern Songs» para publicar las canciones compuestas por Lennon y McCartney, tras muerte de Epstein, Lennon y McCartney se habían propuesto negociar con James pero no hubo oportunidad ya que, temiéndose la pronta disolución del grupo, vendió su parte.
Klein tomó cartas en el asunto y propuso realizar una contraoferta y, para conseguir el dinero, John y Paul deberían aportar sus acciones de Northern Songs como aval. Este fue el momento en que John y Paul hirieron de muerte su relación: en un principio Paul y John se repartían los derechos y las acciones de la editora al 50%, fruto de su acuerdo de firmar juntos sus canciones, pero cuando hicieron el recuento de acciones, se reveló que Paul tenía 751.000 acciones y John 644.000… La reacción de John no se hizo esperar:
-¡Miserable!, ¿has estado comprando valores a nuestras espaldas?, ¡Eso es jodidamente ruin!
-Vaya, disculpad…, me pareció tener un poco de dinero y supongo que quise un poco más
Aunque la tensión del primer momento se disipó, John Y Paul nunca recuperaron la relación que habían tenido hasta entonces. Entre tanto Klein urdió una serie de estratagemas financieras y acabó recuperando Northern Songs para John y Paul.
A estas alturas Glynn Johns ya había terminado las mezclas de «Get Back», el LP y entregó un acetato a la banda con las siguientes canciones:
- «One After 909»
- «Rocker»
- «Save the Last Dance for Me»
- «Don’t Let Me Down»
- «Dig a Pony»
- «I’ve Got a Feeling»
- «Get Back»
- «For You Blue»
- «Teddy Boy (canción)»
- «Two of Us»
- «Maggie Mae»
- «Dig It»
- «Let It Be»
- «The Long and Winding Road»
- «Get Back» (reprise)
La banda, no demasiado ilusionada con su nuevo trabajo, decide posponer la edición del disco hasta septiembre, fecha en la que estaba previsto estrenar la película. Entre tanto aprovecharon para editar un nuevo single.»Get Back» (enlace), extraída de las sesiones del documental, es un extraordinario tema de McCartney que muestra a los Beatles desnudos, sin artificios, y haciendo buen, muy buen, rock. El trabajo de Billy Preston es muy destacable así como el inteligente ritmo de la batería de Ringo. Un temazo que se acompañó en la cara B de la no menos estupenda «Don’t Let Me Down» (enlace), una desgarradora balada de Lennon con una soberbia interpretación instrumental (qué línea de bajo) y unas fantásticas armonías. Un single extraordinario que devolvió al grupo al número 1 en abril de 1969, y que demostró que , hasta peleados, los Beatles eran una apuesta segura.
Tras su triunfo con la negociación por Northern Songs y con el grupo desunido, Klein comenzó su asalto definitivo al poder. Su próximo plan era renegociar el contrato de los Beatles con EMI/Parlophone y, para ello, tenía que ser el representante legal del grupo… Paul era el problema… Peter Brown, empleado y biógrafo de los Beatles relata como Klein apareció una tarde de mayo en el estudio, con un montón de papeles bajo el brazo. Los cuatro Beatles estaban dentro.
–«Necesito esto firmado esta noche, debo teneros bajo contrato» -dijo Klein depositando los contratos bajo las narices de Paul.
–«¿Un viernes por la tarde?, ¿por qué tanta prisa?» -dijo Paul- «¿dame los papeles, los miro y el lunes hablamos?»
–«Otra vez lo mismo… deja de intentar ganar tiempo Paul, firma ya» -intervino John.
–«¿Pero por qué tanta prisa?«
Klein explicó que esa misma noche cogía un avión a Nueva York porque tenía una reunión durante el fin de semana, a lo que Paul contestó que no iba a firmar nada sin que lo leyera su abogado y no podía localizarlo hasta el lunes. Klein insistió en que no podía esperar y solicitó al grupo que sometieran la decisión a votación.
Paul respiró tranquilo, sabía que George estaría con John estaba convencido de que Ringo no lo dejaría solo.
–«Nunca conseguirás convencer a Ringo»
Paul se volvió hacia el batería para hacerle un guiño pero sólo encontró la mirada apenada de Ringo.
-«Estoy con ellos, Paul»
Paul gritaba encolerizado. Pero esa noche, Klein cogió ese avión como manager de los Beatles, pero sin la firma de Paul. Poco después, Klein firmó un jugoso contrato para los Beatles que duraría hasta 1976, a razón de dos discos por año, y que prácticamente duplicaba sus beneficios por ventas, aunque para ello la banda tuvo que ceder y permitir que la compañía pudiera editar recopilatorios. Los Beatles ya no era un grupo, pero iban a ganar mucho dinero.
TEXTO: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 2 de marzo de 2013

Apple. Así Paul, muy activo en este aspecto, trabajó mucho con Badfinger, a los que cedió una de sus 
La primera víctima de esta forma individualista de proceder en el estudio fue Ringo. Con mucho menos talento para la composición que sus compañeros, Ringo se sentía aislado, como un mero músico de sesión y decidió abandonar el grupo alegando que ya no existía esa complicidad que le hacía disfrutar de ser miembro de un grupo . Peter Brown, describe la situación: «La mayor parte del tiempo que Ringo pasaba en el estudio, se sentaba en una esquina y jugaba a las cartas con Neil Aspinall y Mal Evans. Era un secreto a voces entre los íntimos de los Beatles que, cuando Ringo abandonaba los estudios, Paul añadía pistas de batería tocadas por él mismo. Cuando Ringo volvía al estudio al día siguiente, hacía ver que no se daba cuenta de que no era él quien tocaba», y el propio Ringo añade, «… Mi forma de tocar me parecía una mierda. Y aquellos tres se metían conmigo. Tenía la sensación de que nadie me quería; me sentía fatal. Así que me dije: ‘¿Qué hago aquí?. Esos tres se llevan perfectamente y yo ni siquiera estoy tocando bien’… Aquello era una locura, así que me fui de vacaciones para aclararme. No sé, quizá me cogió la paranoia. Para tocar en un grupo hay que confiar unos en otros». Eligió como destino Cerdeña.
Yoko seguía allí, estaba presente en todas las sesiones de grabación a las que asistía Lennon, hasta el punto que la japonesa trasladó su cama al estudio. Pete Shotton, amigo del grupo recuerda «En el mejor de los casos, la presencia de Yoko tendía a inhibir a los otros Beatles y a reprimir la extraordinaria relación que habían tenido hasta entonces; en el peor de los casos, Paul o George dejaban aflorar su resentimiento, John se ponía a la defensiva y las tensiones se exacerbaban aún más… A lo largo de mis numerosas visitas a Abbey Road durante el verano y el otoño de 1968, las bromas, las risas y la camaradería de siempre brillaron por su ausencia. Las sesiones de grabación de los Beatles se habían convertido en procesos serios y llenos de acritud, a años luz del ambiente festivo que impregnó la creación de Sgt. Pepper».
Por otro lado, el profesional McCartney, empezó a liderar las sesiones y su exceso de perfeccionismo y de celo en la grabación especialmente de sus canciones, llegó a exasperar al resto. Ringo recuerda condescendiente, «Paul es fantástico, es el mejor bajista del mundo. Pero también es de ideas fijas; sigue y sigue para ver si puede salirse con la suya. Aunque esto por supuesto, pueda ser una virtud, hacía que de vez en cuando surgieran desavenencias» y Harrison es mucho más irónico al respecto, «Paul siempre estaba dispuesto a ayudar… después de haber hecho sus diez canciones. Entonces venía a hacer una de las mías, entonces ayudaba. Era ridículo, y muy egoísta por su parte».
«Hapiness is a Warm Gun» «Revolution 9», de Lennon, «
El lejano sonido de un reactor comienza a colarse en el ambiente…, «Back In The U.S.S.R» (
en la India. Es una canción sobre la hermana de Mia Farrow, que pareció volverse un poco loca, ya que meditaba demasiado y no salía de la pequeña cabaña en que vivíamos», recordaba Lennon. De nuevo Ringo no está detrás de los tambores y de nuevo Paul ocupa su puesto.
hablando de cómo los baterías tienen que tocar en consonancia con el cantante: «La articulación de las palabras es la que debería determinar el toque global del tema… ‘Ob-la-di’ va acentuado, ‘ob-la-da’ va acentuado, ‘life goes on…’, todo esto te mete en el feeling del ska. En esta letra hay una clara escansión, lo cual probablemente les llevó a tocarla con ritmo ska. De hecho, es uno de los primeros ejemplos de reggae blanco». Es una canción infecciosamente pegadiza y Paul quería editarla como single, pero George y John la vetaron por parecerles excesivamente trivial. De hecho Lennon la odiaba profundamente calificándola de «mierda para viejas».
Clapton que participase en la grabación, «Trabajé en esta canción con John, Paul y Ringo un día, y no terminaba de cuajar. Yo sabía que era una buena canción. Al día siguiente estaba con Eric Clapton y, de camino a la sesión, le dije: ‘Vamos a hacer esta canción. Ven a tocarla’. El dijo: ‘Huy, no, no puedo. Nadie toca en un disco de los Beatles’. Yo le dije: ‘Mira, es mi canción y quiero que la toques’. Así que vino Eric y los otros tres estaban como la seda por su presencia. Eric la tocó y lo que hizo me pareció realmente bueno».
solo de guitarra y la sección de I need a fix…., luego va a compases alternos en 9/8 y 10/8 en Mother Superior…, para regresar por último al 4/4 para la sección final en estilo doo wop), su variedad estilística, su enrevesada letra y su maravillosa interpretación tanto vocal como instrumental hacen de esta canción uno de los pilares del álbum tal y como siempre han reconocido Paul («Creo que es mi canción favorita del álbum») y George. La influencia del tema ha llegado se ha prolongado en el tiempo al punto que el grupo británico Radiohead reconocen su influencia en la fabulosa «
lucha de los negros por sus derechos civiles. Una maravillosa canción que eleva la música acústica a lo más alto.
Paul continúa empeñado en tocar todos los estilos posibles y, tras mecernos con la suavidad de «Blackbird» nos espabila a base de bien con la potentísima «Why Don’t We Do It In The Road» (
productor de la sesión en ausencia de George Martin que se había cogido unos días de vacaciones, describe el nacimiento de la canción: «… Paul fue el primero en llegar y empezó a tocar el riff de ‘Birthday’. Cuando llegaron los demás, Paul había compuesto literalmente la canción, ahí mismo, en el estudio. Luego John le ayudó a terminarla«. Un buen número de rock en el que Paul toca el piano, Ringo la batería, John la solista, George el bajo y Yoko y Pattie Harrison ayudaron en los coros.
Ambos temas se inspiraron en la misma conferencia del Maharishi«. McCartney vuelve a asumir el control y toca todos los instrumentos excepto los arreglos de viento.
es fantástica.
de Paul aunque, en esta ocasión, colaboró con un brillante solo de guitarra tal y como recuerda George, «John hizo un solo fantástico en ‘Honey Pie’… parecía Django Reinhardt o algo así. Era uno de esos en que cierras los ojos y no fallas ni una nota, era como un pequeño solo de jazz».
intentaron excluirla del álbum pero John fue inflexible, «esta es la música del futuro«, proclamó. A McCartney le desagradaba especialmente, él ya había hecho cosas de este tipo mucho antes («Carnival Of Light») y prefirió que quedaran en privado y no publicarlas en un disco de los Beatles, algo que para Paul era «sagrado». Es una soberana basura sin ningún tipo de mérito artístico. Desechable.
Tras el fracaso cimematográfico, que no musical, que supuso «Magical Mystery Tour» el grupo retomó la actividad y, el 3 de febrero de 1968, vuelven al estudio para trabajar sobre una nueva canción que Paul había compuesto. La soberbia «Lady Madonna» (
estaba lejos de ser ideal. La banda estaba acostumbrada a gastar sin criterio, pedían dinero y simplemente se les daba, pagaban un 96% en concepto de impuestos, EMI les debía 1.000.000 de libras en concepto de derechos de autor… Tras acudir a expertos financieros en busca de consejo llegaron a la conclusión que la mejor idea para revalorizar sus ingentes ingresos era expandirse, invertir, convertirse en hombres de negocios…
celebridades como Donovan, Mike Love de los Beach Boys o la actriz Mia Farrow.
meditación, pero, entre charlas y sesiones los Beatles tenían mucho (pero mucho) tiempo libre, sobre todo por las noches. Tiempo que usaron para componer una ingente cantidad de canciones, la mayoría de una inmensa calidad. Lejos del alcohol, las drogas y el ruido del showbussines, el reinante ambiente de camaradería hizo que las musas no se separaran del grupo.
Así que sólo quedaban George y John. No obstante, las sospechas de que las prácticas del Maharishi tenían más que ver con aspectos financieros que espirituales. Descubrieron que el gurú tenía un contable, cuentas en suiza y que «sugería» a sus estudiantes famosos que hicieran «donaciones» para que la verdad pudiera llegar a todos los hombres.
Paul y John viajaron a Nueva York para anunciar oficialmente el nacimiento de Apple Corps. a la que definieron como «una especie de comunismo occidental, queremos ayudar a otras personas con sus proyectos …ya ven, por primera vez el patrón no busca ganancias, si usted tiene un sueño yo le diré, «venga , hagámoslo» … y que no tengan que pedir a nadie de rodillas».
divorcio.
dibujos animados no sólo en su país, sino también en Estados Unidos y Gran Bretaña. En la primavera de 1967, George Dunning incluyó en el proyecto al checo Heinz Edelmann cuyos llamativos carteles publicitarios le hacía parecer el artista más idóneo para crear un diseño gráfico innovador. Los Beatles se desentendieron de la película, sólo John se implicó mínimammente cuando una noche, a las tres de la
mañana, telefoneó al productor, Al Brodax para sugerirle que «sería genial ver en la película a Ringo seguido por la calle por un submarino amarillo», la escena acabo apareciendo al principio del film.
La película se estrenó en Londres, el 17 de julio de 1968 y, como siempre, en el London Pavilion, suponiendo l debut público de un producto cinematográfico bajo el sello «Apple». 10.000 fans colapsaron los alrededores de Picadilly Circus esperando la llegada de Los Beatles, haciendo necesaria la intervención de la policía.
Volviendo a la música, Apple Records, filial musical de Apple Corps. aún no había editado ningún disco de los Beatles y el debut iba a ser inmejorable. «Hey Jude» (
como compuso la canción, «comencé con la idea de ‘Hey Jules’, que era Julian, don’t make it bad, take a sad song and make it better (no lo estropees, toma una canción triste y mejórala). ¡Hey, trata de lidiar con esa terrible situación! Sabía que no iba a ser fácil para él. Siempre me sentí triste por los niños en los divorcios… Para cuando llegué ya tenía la idea para la canción. Lo cambié a ‘Jude’ porque pensé que sonaba mejor«
400.000.000 de personas; cada país podía mostrar al mundo lo que quisiera durante algunos segundos. Los distintos países eligieron sus paisajes más representativos, monumentos, danzas…, y el Reino Unido eligió a los Beatles.
por George quien, a su vez, acompañaba a su novia Pattie que ya estaba aprendiendo misticismo y la meditación transcedental, disciplinas de las que el Maharishi era máxima autoridad. Los Beatles fliparon con el enjuto y místico personaje. Semanas después partían a Bangor, Gales para asistir a un curso de Meditación Trascendental impartido por Yogui.
hasta demasiado caballeroso para el negocio de la música: creía en la palabra dada. Cumplía sus compromisos: los Beatles hicieron actuaciones por un caché mínimo que se habían firmado cuando todavía no había comenzado el boom (en esos casos se suele renegociar el dinero o, si el manager tira hacia lo despiadado, se suspenden con un falso certificado de enfermedad). También puede afirmarse que la honestidad de Epstein y su insistencia con modos de «gentleman» le abrieron muchas puertas, especialmente en Estados Unido. Considerando las circunstancias, Epstein desarrolló una organización eficaz, que supo llevar al cuarteto por todo el mundo sin grandes contratiempos. Una organización que funcionaba aunque Brian desapareciera unos días, en medio de una gira, siguiendo algún impulso sexual. Una vez conquistado el mundo, los Beatles decidieron dejar de girar. Aunque algunos atribuyen a esa disminución de responsabilidades la posterior caída en picado de Epstein, lo cierto es que entonces tuvo la posibilidad de vivir a su gusto. Y lo hizo. A fondo. Se despertaba a la hora que quería y la toma de decisiones estaba a expensas de su nocturnidad. Se aficionó al juego y aumentó el abanico de drogas que consumía (marihuana y LSD, aparte de las de farmacia). Al margen de muchas aventuras, tuvo un noviazgo tormentoso con un chapero bisexual y rastrero que le proporcionó constantes disgustos. En realidad, Epstein fue la primera gran víctima de la era de permisividad que comenzó a mediados de los sesenta».
Como ocurriera con «Sgt. Pepper’s», Paul tuvo la idea en un avión en el que estuvo leyendo «The Merry Prankster», de Ken Kesey, sobre una troupe que viajaba en autobús por recónditos parajes californianos consumiendo un refresco llamado Kool-Aid en el que disolvían LSD. Dicho viaje inspiró a McCartney la idea de una serie de pequeños autocares que partían rumbo a «giras misteriosas» por diversas localizaciones de las costas británicas. A partir de ahí a Paul se le vinieron a la cabeza distintas imágenes de enanos y mujeres gordas, que iría anotando en una hoja de papel durante el vuelo. También se le ocurrió el título de Magical Mystery Tour e incluso escribió el primer verso de lo que acabaría siendo la canción titular.
leerse «Magical Mystery Tour». Luego, una vez fueron a buscar (ya subidos en el bus) a John, George y Ringo a sus casas, Paul anunció al pasaje que debían permanecer siempre en los mismos asientos y no cambiar su vestimenta, puesto que pensaba filmar numerosas escenas de interior…, y, dos semanas después habían acumulado unas diez horas de grabación que tuvieron que editar hasta conseguir acortar la duración del film a poco menos de una hora (duración que habían pactado con la BBC, donde se estrenaría la película).
Beatles fracasan por vez primera con la película de Pascuas». La crítica fue tan agresiva que Paul se sintió en la necesidad e pedir disculpas en público y, un día después (28 de diciembre de 1967), en el Evening Standard decía: «Ha sido como recibir un golpe en la cara y la próxima vez no cometeremos el mismo error. Algunas personas se enojan porque nos metemos en profundidades sin saber realmente cómo son las cosas. Supongo que si se mira Magical Mystery Tour desde la perspectiva de un entretenimiento de vacaciones, realmente hemos metido la pata».
Las cadenas televisivas norteamericanas rechazaron emitir la película, pero se estrenó en las salas de cine estadounidenses en mayo del 68, cosechando sorprendentemente las únicas críticas favorables… Pero, ¿tan mala era?, ¿tiene razón Spielberg al decir que es una joya que supone la obra maestra de la psicodelia?, pues ni una cosa ni otra… Realmente fue el único fracaso comercial que sufrió el grupo en toda su carrera, eso es indudable y, desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, no es de extrañar. Sin embargo, tampoco es injusto decir que tiene un puñado de buenas secuencias (

La canción titular, «Magical Mystery Tour» (
secuencia de acordes y los acertados arreglos de flautas (la solista tocada por el propio McCartney).
maestra.
inactividad de la banda. De ahí que existiera una importante expectación con su vuelta al estudio, al que todos retornaron con frondosos bigotes provocando toda una serie de comentarios de la prensa británica.
la primera parte de esta y la segunda de esta…mézclalas». George Martin, horrorizado, le dijo que eso era imposible ya que estaban grabadas en distintos tonos y en distintos tempos (hoy en día, con grabaciones digitales, se haría sin demasiados problemas, pero esto pasó hace más de cuarenta años). «Tú sabrás como arreglarlo», dijo John, y… se fue.
de lograr el disco perfecto y aterrorizado por la idea de no conseguirlo. Aquejado de sus obsesiones, e incrementando éstas con un masivo uso de drogas, tenía un comportamiento cada vez más difuso hasta que un día, acompañado de un amigo, Brian daba un paseo en coche para liberar tensiones después de una maratoniana sesión de grabación. Enchufaron la radio y, en ese momento, febrero de 1967, escucharon «Strawberry Fields Forever»
de la parada donde Paul -autor de la canción- se subía al autobús para ir al colegio, es un monumento al pop. Mccartney nos propone un bucólico viaje en autobús por Liverpool descibiendo sus gentes y lugares. El sonido de la canción está muy influenciado por las limpias grabaciones de «Pet sounds», disco por el que Paul estaba prendado.
Forever», anunciaban un futuro LP de alto nivel…, pero la Capitol americana necesitaba algo nuevo de los Beatles ya (recordad que, hasta la fecha, habían estado lanzando al mercado dos LP’s por año y varios singles) y, ante las fuertes presiones y como no tenían nada más, se vieron obligados a publicarlo como single.
No es fácil decir algo de este disco que no se haya dicho ya. Es una obra de arte, sin más y sin menos. Quizás no sea el disco del grupo que contenga sus mejores canciones. Quizás el grupo de canciones de «Revolver» sea mejor. Pero lo que está claro es que este «Sgt. Pepper’s» funciona como un conjunto, como ningún disco lo había hecho hasta la fecha y como pocos volverán a hacerlo. Sus arriesgados arreglos, inspiradas melodías y fabulosas guitarras…, todo encaja.
base de esta percepción, el Sgt. Pepper devino en el catalizador de una explosión de gran entusiasmo por parte de las masas para con el formato de álbum de rock, que iba a revolucionar tanto la estética como la economía de la industria discográfica que sobrepasaría las anteriores explosiones pop provocadas por el fenómeno de Elvis en 1956 y el fenómeno de la Beatlemanía en 1963″. Y es que esto es lo que hizo «Sgt Pepper’s», cambiar el concepto. El pop y el rock se hicieron adultos el día en que las copias de este LP empezaron a escucharse en los hogares de medio mundo.
Si se habla de Sgt. Pepper’s, no se puede dejar de mencionar su soberbia portada, pues el álbum destacaba tanto por su música, como por su concepto. Fue el primer LP con la totalidad de las letras impresas y que tuvo
unas tapas desplegables en forma de carpeta, incluyendo además recortables en el interior.Durante las sesiones de grabación, McCartney se convenció de que Sgt. Pepper era una gran obra artística e insistió en que la portada del álbum debía ser digna de su contenido. El propio Paul afirma:, «Hasta este álbum nunca pensamos en tomarnos la libertad de hacer algo como Sgt. Pepper. La marihuana empezó a impregnar todo cuanto hacíamos. Coloreó nuestra percepción y empezamos a darnos cuenta de que no había tantas barreras como pensábamos, y que podíamos aportar innovaciones como trabajar en la portada del álbum o inventar otra identidad para el grupo».
Pero lo realmente sobresaliente del álbum es su música y la forma de presentarla. Según la idea original el disco debería presentarse como si se tratase de un concierto en directo a cargo de la Banda de Corazones Solitarios…
y uno de los estándares del pop/rock de todos los tiempos cuya fama aún se vio más respaldada con la excelente versión que
El nivel sigue a alturas estratosféricas y se eleva más aún, si cabe, con la inconmensurable «Lucy In The Sky With Diamonds» (
Better» (
donde iría. Se trata de ti interfiriendo con las cosas. SI tu eres un yonky sentando en una habitación chutándote heroina entonces significará eso para ti, pero cuando la escribí quería decir que si había una grieta en la habitación o la habitación no tiene suficiente color, entonces la pintaré», aclara el propio Paul. Sea como fuere es una joya con un marcado estilo jazzy y un estupendo trabajo instrumental.
disipando apenas han pasado dos canciones, la unidad atomosférica de la cara A es pasmosa y consigue que el oyente lo perciba como un todo único.
abuelitas» . Una joya.
dijo , «…me siento a menudo al piano y me pongo a trabajar en las canciones, con la tele bajita como ruido de fondo. Si estoy algo bajo de forma y la cosa no avanza, entonces empiezo a escuchar lo que dicen en la tele. Fue así como oí ‘Good Morning Good Morning'(Buenos días, buenos días)… era un anuncio de cornflakes…» . Al final de la canción, y como continuación al gallo del comienzo, John quería poner sonidos de animales de forma que cada animal tenía que poder atacar/comerse al anterior…, así, tenemos una serie de gallo, gato, perro y caballo, otra de ovejas, leones, y elefantes, un zorro perseguido por galgos, una vaca mugiendo y .finalmente. otra vez el gallo… En una de esas maravillosas casualidades, George Martin, comprobó que el sonido del gallo final era muy parecido al sonido de la guitarra del principio de la siguiente canción… «pude cortar y mezclar las dos pistas de forma que la primera se convirtió realmente en la segunda. Fue uno de los montajes más afortunados que pueda imaginarse». Esa siguiente canción es «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Reprise)» (
afirmaban en 1987 (2o años después de su edición), «esta canción es la única que sigue sosteniendo, rejuveneciendo y enardeciendo mis sentidos y sensibilidades». Resultado de la unión de dos canciones distintas, una de Lennon y otra de McCartney, «A Day In The Life», arranca con la parte de John (con la que también finaliza). Lennon se inspiró en varios titulares de periódicos para conseguir unos versos fabulosos, evocadores y provocadores sin perder un ápice de belleza. No obstante John no conseguía terminar la canción y, como no, acudió a su compañero… La sorpresa fue comprobar que Paul estaba igual, con una canción que se le resistía…, y la sorpresa se convirtió en milagro cuando comprobaron que ambos temas encajaban. John y Paul se pusieron en seguida a trabajar en la letra, «…habíamos comentado la historia de un hombre afortunado que había tenido éxito y había una foto de él sentado al volante de su cochazo; John no pudo evitar ponerse a reír cuando lo vio. No es más que un poco de humor negro. El trozo siguiente era una canción en sí misma, pero resultó que se adaptaba bien a la primera parte. Eran recuerdos de lo que era ir corriendo por la calle para coger el autobús, echar un pitillo y meterse en clase. Así que decidimos: ‘¡Venga, tío, vamos a hacer una canción de drogas!. Era lo único del álbum escrito deliberadamente para provocar a la gente. ¡Pero lo que queríamos realmente era mostrar la verdad y no sólo la maldita marihuana!. Recuerdo haber tenido muy presentes las palabras (turn you on – «excitarte» ó «ponerte ciego») y pensar: ‘Esto es lo más fuerte que hemos escrito hasta ahora’. En fin, que la BBC la prohibió…», recuerda el propio McCartney.
George, John, y Paul… John sugirió añadir un silbato de perro para alterar a los animales. La canción y el LP concluyen con un galimatías (
abandonó su proyecto «SMiLE» al tener claro que no pordría superar a los Beatles, Jimi Hendrix versionaba «

pasarían muchas cosas. Entre otras cosas que Paul tuvo un peligroso accidente al estrellar su motocicleta contra el pavimento y salir disparado contra el pavimento. Los daños fueron mínimos: su labio fue profundamente cortado, un buen corte en un ojo y una fractura dental. Un doctor local tuvo que ser despertado a esas altas horas de la madrugada para efectuar las curas ya que no se llamó a ningún hospital ni a la policía ya que pensaron que la historia podría haber sido utilizada por la prensa sensacionalista y quisieron evitar cualquier escándalo posible. Este accidente daría mucho que hablar en el futuro ya que, años después, el 17 de septiembre de 1969, el periódico de la Universidad de Drake en Des Moines (Iowa), publicó un reportaje firmado por Tim Harper y titulado ¿Está muerto el Beatle Paul McCartney? Cuando el rumor se extendió, Harper logró protagonismo en los medios y concedió entrevistas hablando sobre el asunto: «Era sólo una broma. Cuando escribí la historia sabía que no era cierta«. Poco después, el 23 de septiembre, en el periódico del campus de la Universidad del Norte de Illinios, Northern Star, Barv Ulvilden amplió este rumor en el artículo «Pistas apuntan a la posible muerte de un Beatle». Básicamente la noticia apuntaba a que Paul había muerto y había sido sustituido por un doble, William Campbell. A partir de entonces, fans con mucho tiempo e imaginación empezaron a buscar en portadas y canciones pistas que demostraran que Paul estaban muerto y había sido sustituido, dando forma a la teoría «Paul is dead». Lo iremos comentando.
canción, compuesta y cantada por Paul, está muy marcada por la presencia del nuevo bajo de McCartney (Rickembaker 4000), un nuevo sonido para una nueva época. Geoff Emerick, quien sustituyó por aquel entonces a Norman Smith como ingeniero de sonido del grupo, afirma «fue la priemra vez que el sonido de un bajo se oía en todo su esplendor». Es un tema que empieza a dejar ver un nuevo sonido que se acentúa, aún mas, en la cara B del single, «Rain» (
Como vimos en el capítulo anterior, «Rubber Soul» asombró al genial Brian Wilson, líder y cerebro de los Beach Boys, «un disco lleno de canciones buenas, sin relleno..., yo también puedo hacerlo…Voy a grabar el mejor disco de todos los tiempo” repetía de forma obsesiva a su entorno. El disco se llamaría «Pet Sounds» (
antecedió a una nueva gira mundial del grupo que en un principio les llevó del 24 al 26 de junio a Alemania.
La diversión comienza con «Taxman» (
incluidas al primer ministro Harold Wilson (ah, ahh, Mr Wilson) y al jefe de la oposición Edward Heath (ah, ahh, Mr Heath). Basada en un insitente riff (que años después The Jam y su «
hay que destacar la contribución del productor George Martin con su estratosférico arreglo de cuerda para dos chelos (a cargo de Derek Simpson y Norman Jones), dos violines (Tony Gilbert, Sidney Sax, John Sharpe y Jurgen Hess) y dos violas (Stephen Shingles y John Underwood). Ningún Beatle, salvo Paul , que se dobla las voces, intervino en la grabación. Respecto a la excelente letra sobre la soledad, Paul comenta: «Fui jugando con las palabras. Originalmente la protagonista se llamaba ‘Miss Daisy Hawkins’, al principio pensé que era una chica joven, un poco como ‘Annabel Lee’, pero no tan sexy, aunque luego me di cuenta de que había dicho que estaba recogiendo arroz en una iglesia, así que tenía que ser una especie de señora de la limpieza; se había perdido la boda y de pronto se sentía sola. De hecho, se lo había perdido todo: era como una solterona… Pero realmente no me gustaba ‘Daisy Hawkins’, quería un nombre que fuera más real… Saqué el nombre de Rigby de una tienda y creo que Eleanor venía de Eleanor Bron, la actriz con la que trabajamos en la película «Help!». Sencillamente me gustaba el nombre. Buscaba un nombre que sonara natural. Eleanor Rigby sonaba natural… Ya lo tenía, así que fui a casa de John para cantársela… Lo siguiente fue Father McKenzie. Iba a ser Father McCartney, pero luego pensé que eso era hacerle una faena a mi padre, metiéndole en una canción tan solitaria. Así que nos pusimos a buscar en listín de teléfonos y allí estaba…, a John le gustaba más como sonaba McCartney pero acabó siendo Father McKenzie, y era justo como lo había imaginado: solitario, zurciéndose los calcetines». Una barbaridad de canción. Imprescindible.
Sleeping» (
muy lejos de ser un mal tema. En todo momento fue concebida por Paul, su autor, como una canción infantil que acabaría sirviendo para que Ringo tuviera su momento de gloria en el disco. Todas las sesiones estuvieron presididas de un tono de diversión y experimentación que se traduce en el jocoso resultado final.
ambos, junto a George Harrison y otros amigos, compartieron. «La escribí después de un viaje de ácido en Los Angeles, durante un descanso en la gira de los Beatles, donde nos estábamos divirtiendo con los Byrds y muchas chicas… Peter Fonda llegó cuando estábamos «viajando» y constantemente se acercaba a mí, se sentaba a mi lado y susurraba ‘I know what it’s like to be dead’ (Sé lo que es estar muerto). Estaba describiendo un viaje de ácido que había tenido». Al margen de su origen, la canción destaca por sus sólidas guitarras y sus sorprendentes cambios de compás. Una gran canción para terminar una fastuosa cara A.
grabación y, en un principio, cantaban todo el tema a varias voces como se puede apreciar en la hilarante
Paul es «como un chiste… sobre aquel tío que curaba a todo el mundo de todos los males con pastillas y tranquilizantes, con inyecciones para esto y aquello; mantenía a Nueva York con un buen punto. De eso habla ‘Doctor Robert’: un médico de pastillas que te hace una buena visita. Era un chiste entre nosotros».
Poco después de aterrizar en tierra yanqui, los Beatles se encuentran con la furibunda reacción de los grupos cristianos americanos, especialmente los del sur del país que se encargaron de organizar incluso quemas públicas de discos. Todo provocado por aquellas declaraciones de John, publicadas meses atrás en las que afirmaba que «Ahora nosotros somos más populares que Jesucristo». La polémica y la inagotable estupidez del catolicismo oficial llegó a tal nivel que incluso el Vaticano llegó a a formular una protesta formal.
separación definitiva pero, en lugar de eso, decidieron tomare un tiempo en le que cada uno se dedicaría a lo que le viniera en gana, a sus proyectos personales.
Paul se fue de vacaciones a África y, a su vuelta, se dedicó a componer la banda sonora de la película «The Family Way», una trama cómica de una pareja de clase trabajadora recién casada, interpretada por Hayley Mills y Hywel Bennett, quienes al casarse viven con los padres de él y por vivir en una casa pequeña no pueden consumar el matrimonio, en medio de chismes y tensiones provocadas por esta situación. La película acabaría estrenándose en 1967 y Paul obtuvo el premio Ivor Novello de la Academia Británica de cantautores, compositores y actores en 1967.