John Lennon. «Walls And Bridges» (1974). (8,5/10)

Going Down On Love (Lennon)
Whatever Gets You Thru The Night (Lennon)
Old Dirt Road (Lennon, Harry Nilsson)
What You Got (Lennon)
Bless You (Lennon)
Scared (Lennon)

#9 Dream (Lennon)
Surprise, Surprise (Sweet Bird Of Paradox) (Lennon)
Steel And Glass (Lennon)
Beef Jerky (Lennon)
Nobody Loves You (When You’re Down And Out) (Lennon)
Ya Ya (Morgan Robinson, Lee Dorsey, Clarence Lewis, Morris Levy)

 

En el verano de 1973, John Lennon y Yoko Ono  decidieron darse un tiempo en su relación. Según dijeron posteriormente, necesitaban «ver si lo suyo era lo suficientemente fuerte para querer volver a estar juntos». Tras dieciséis meses de separación -periodo que es conocido en la historiografía Lennoniana como el «Lost Weekend»-, John y Yoko volvieron a unirse.

Al comienzo de aquel celebre «Fin de semana perdido», John editó «Mind Games» pero es este «Walls And Bridges» el disco que se concibió, grabó y editó durante esta turbulenta época de su vida. Tras su separación de Yoko, John se refugia en los brazos  de May Pang, que había estado trabajando como secretaria de la pareja. Lo más sorprendente en que fue la propia Yoko la que propició la relación, prefiriendo que John estuviera con Pang, conocida, que con otras mujeres.

John y May Pang, dejaron Nueva York a finales de 1973 para trasladarse a Los Ángeles. Una vez allí, John recibió por parte de su amigo Harry Nilsson, el encargo de producir el que iba a ser su nuevo disco («Pussy Cats»). A John y May les pareció buena idea que los músicos vivieran bajo el mismo techo y tener el estudio instalado allí mismo. Así que Pang alquiló una casa de playa en Santa Mónica en marzo de 1974, instalaron un estudio de grabación, y  Ringo Starr, Harry Nilsson y Keith Moon se trasladaron allí.

Fue una época muy convulsa para Lennon. que se refugió en las drogas y en el alcohol para superar la depresión que le había ocasionado la separación de Yoko. May Pang, que fue fundamental para John durante este periodo, intentó que John afrontara sus problemas y se enfrentara a sus fantasmas, especialmente su familia y sus amigos. En primer lugar, hizo que John retomara su relación con Julian, su hijo, al que no veía desde hacía cuatro años. Pero quedaba un cabo suelto: Paul McCartney. Los McCartney decidieron visitar a John, sabedores de que éste estaba en Los Ángeles donde ellos se encontraban aquel 28 de marzo de 1974. Christopher Sandford, uno de los testigospresentes, describió la escena del reencuentro Lennon-McCartney de la siguiente manera: «La habitación se congeló cuando McCartney entró, y se quedó en absoluto silencio hasta que Lennon dijo: ‘Valiant Paul, supongo?’ McCartney respondió: ‘Señor Jasper Lennon, supongo? (Valiant Paul y Sir Jasper eran personajes interpretados por los dos, en un juego televisado de Navidad a inicios de la carrera de The Beatles). Extendió una mano McCartney, Lennon se la estrechó, y el ambiente era agradable, pero moderado, cordial, pero no especialmente cálido, por lo menos inicialmente». Paul y John, prácticamente no se hablaban desde hacía cuatro años y el reencuentro fue no demasiado afectuoso en un principio. Poco a poco el ambiente se relajó y comenzaron a hablar sobre los viejos tiempos, especialmente sobre la época de Hamburgo. Los litros de alcohol y las drogas probablemente contribuyeron a rebajar la tensión, hasta el punto que Lennon y McCartney empezaron a mostrarse a gusto con la situación y empezó a respirarse una auténtico ambiente de camaradería.

Última foto de John y Paul juntos, marzo de 1974

Paul y Linda se quedaron en casa de John y May unos días. El 31 de marzo de 1974, Stevie Wonder y Harry Nilsson, en mitad de una juerga, convencieron a John y Paul de que estaría bien grabar algo de música… y ocurrió… La sesión no tuvo mucha calidad a causa de la borrachera que llevaban todos. La marihuana y la cocaína también contribuyeron. Tras esta sesión Paul y John se vieron en muchas ocasiones durante 1974. May Pang recuerda esos encuentros: «Un día, los McCartney nos hicieron una visita sorpresa. De hecho, después de ese encuentro, nos vimos bastante con los McCartney. John  estaba mucho más tranquilo y más abierto a sus viejos amigos y a su familia«. Podríamos decir que nunca existió una posibilidad tan real de que los miembros de los Beatles volvieran a trabajar juntos como a lo largo de este periodo de 1974.

Sea como fuere, el caso es que, tras unos meses de desenfreno, y sintiendo que su carrera profesional necesitaba un empujón, John volvió a Nueva York dispuesto a grabar las canciones que había escrito entre juerga y juerga. Solicitó que las drogas y el alcohol desaparecieran del estudio y se dispuso a trabajar en «las sesiones más profesionales en las que he participado». Tras un par de días ensayando las canciones con su banda de acompañamiento (Nicky Hopkins y Ken Ascher a los teclados, Jesse Ed Davis, Eddie Mottauy en las guitarras, Klaus Voormann al bajo y Jim Keltner tras la batería), el disco se grabó en un periodo de dos meses entre julio y agosto de 1974.

El disco se editó el 26 de septiembre en Estados Unidos y un par de semanas después en Europa. Alcanzó un lustroso número 1 en Estados Unidos y fue bastante bien recibido en el resto del mundo. En Inglaterra, llegó al sexto puesto. Su portada, con un dibujo sobre un partido entre el Arsenal y el Newcastle  del propio John a los once años de edad, se acompañó de una curiosa contraportada en la que, gracias a un ingenioso troquelado, podía intercambiar parte de la cara de Lennon.

«Walls And Bridges» es un álbum notable, con cierta tendencia a la irregularidad y con un par de temas de relleno pero, en general, es un muy buen LP. En mi opinión, el mejor de su producción es solitario tras los excelsos «Plastic Ono Band» e «Imagine». Cabe destacar también la labor de John Lennon como productor ya que, si bien en «Mind Games» (primer álbum que produjo) no estuvo demasiado fino, en este consigue un sonido fantástico.

«Going Down On Love» , la canción que abre el disco, es un tema fantástico. Los aires orientales de la intro (la canción es un canto de amor a Yoko) dan paso a una canción de aires soul en la que los metales, el buen trabajo rítmico de la banda y la acertada voz de John redondean un corte de muchos kilates.

No obstante la canción más recordada del disco (junto a «#9 dream») es la exitosa «Whatever Gets You Thru The Night«, editada como single supuso el primer y único número 1 estadounidense de Lennon es solitario. Un infeccioso tema que aunque a John no le gustaba mucho, aceptó a editar como single ante la insistencia de Elton John, que colabora en la grabación. Lennon era el único Beatle que no había conseguido un número 1 en Estados Unidos y Elton John estaba tan seguro del potencial del tema que le hizo prometer a Lennon, retirado de los escenarios por aquel entonces, que se subiría con él al escenario del Madison Square Garden de Nueva York… John cumplió pagó su apuesta su promesa el 28 de noviembre de 1974

En «Old Dirt Road«, John tampoco está solo. En esta ocasión es Harry Nilsson quien le acompaña a los coros y, a su vez coescribe este fantástico y sinuoso tema. Maravilloso piano del inefable Nicky Hopkins y excelente guitarra slide de Jesse Ed Davis. Muy buena. Tras este relajado tema, «What You Got» sube los índices de adrenalina de forma notable. A medio camino entre el funk y el rock, este brillante y vigoroso tema ha servido de más que obvia inspiración a músicos posteriores como Lenny Kravitz. Otra estupenda canción.

«Bless You» rebaja de nuevo los ánimos. De nuevo con Yoko como protagonista era la canción preferida de Lennon entre las incluidas en este álbum. No comparto su criterio, pero sin duda es una muy buena canción.
«Scared«, una de mis preferidas, cierra la cara A en un tono muy similar al estilo que John exhibiera en «Plastic Ono Band». Fantástica y siniestra a partes iguales.

Tras una notable cara A, la cara B se abre de forma inmejorable con «#9 Dream«, un clásico en toda regla. Ya desde su sobresaliente introducción la canción te invita a disolverte en su onírica melodía. Una maravilla atemporal que se editó como single alcannzando un número 8 en Inglaterra y un número 9 en Estados Unidos. Genial.

«Surprise, Surprise (Sweet Bird Of Paradox)» es otra estupenda canción de nuevo con Elton John como compañero de micrófono. Uno de los cortes más comerciales del disco. tan breve como extremadamente disfrutable. Mucho más densa, pero igual de fantástica, resulta «Steel And Glass«:  la canción con la que Lennon ajusta cuentas con Allen Klein, quien fuera manager y amigo de los Beatles tras la muerte de Brian Epstein. Otra canción fabulosa, y ya van unas cuantas…

«Beef Jerky«, en cambio supone el primer bajón de este muy buen álbum, no por su ausencia de calidad (es un apreciable instrumental) si no por su status de canción de relleno. Prescindible, no como la preciosa y sensible «Nobody Loves You (When You’re Down And Out)» , una balada absolutamente sobresaliente que John imaginó «para que la cantara Frank Sinatra, hubiera hecho un trabajo fantástico, ¿no crees?». Una canción frecuentemente olvidada a la hora de recordar al genio de Liverpool y que hubiera supuesto un final perfecto para el disco, de no ser por la inclusión de «Ya ya«, una versión bastante tontorrona del clásico de Lee Dorsey cuyo principal atractivo es escuchar a Julian Lennon aporrear la batería con 11 años.

La crítica recibió el disco de forma tibia si bien, como ha ocurrido tantas otras veces con trabajos de ex-beatles, con el tiempo han rectificado su postura. Lennon como le sucediera (y le sucede) a McCartney tuvo que soportar siempre la comparación con la estratosférica calidad de su material anterior. Es cierto, este disco no alcanza el nivel del material beatle de John Lennon…, también es verdad que probablemente está por debajo del de sus dos primeros discos…, pero si ese es el baremo para decidir si un álbum es bueno o no, señores músicos, cuelguen sus bártulos.

VALORACIÓN GUILLETEK’S: 8,5/10

 

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 7 de septiembre de 2014

Licencia Creative Commons

Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

John Lennon. «Mind Games» (1973). (7/10)

Mind Games (Lennon)
Tight A$ (Lennon)
Aisumasen (I’m Sorry) (Lennon)
One Day (At A Time) (Lennon)
Bring On The Lucie (Freeda Peeple) (Lennon)
Nutopian International Anthem (Lennon-Ono)

Intuition (Lennon)
Out The Blue (Lennon)
Only People (Lennon)
I Know (I Know) (Lennon)
You Are Here (Lennon)
Meat City (Lennon)

 

John Lennon no aceptó bien el fiasco que supuso el muy flojo «Some Time In New York City», su LP junto a Yoko Ono editado en 1972, y las enormes críticas que recibieron por parte de público y crítica. De hecho, se retiró del activismo político, especialmente tras ver cómo Nixon era reelegido presidente. Una vez se mudaron a los apartamentos Dakota de Nueva York, en la primavera del 73, la pareja  empezó a hacer vida por separado. Tras seis años sin apenas separarse para ir al baño, cada uno empezó a trabajar en proyectos por separado. Así, mientras Yoko trabajó sobre sus LP’s «Approximately Infinite Universe» y «Feeling The Space», John empezó a trabajar sobre algunas demos que tenía a medio terminar.

No obstante, tal y como comentábamos, las críticas tras «Some Time In New York City» habían dejado huella en el genial músico. Su confianza estaba bajo mínimos y, aunque no era capaz de producir ningún material al nivel de inspiración que había mostrado durante toda su carrera hasta 1972, sí tenía un conjunto de canciones sólidas que bien tratadas podían componer un LP que hiciera olvidar el mal sabor de boca de su trabajo anterior.

Decidido a retomar su carrera, John decide producir él mismo su nuevo disco y en julio de 1973 entra en los estudios Record Plant de Nueva York. Entre los músicos encontramos a los guitarristas David Spinozza, Peter E Kleinow, el bajista Gordon Edwards, los bateristas  Jim Keltner y Rick Marotta y el teclista Ken Ascher.

A los pocos días de entrar al estudio, John y Yoko decidieron darse un tiempo en su relación. Según dijeron posteriormente, necesitaban «ver si su relación era lo suficientemente fuerte para querer volver a estar juntos». La siempre sorprendente Yoko, asignó a la asistente personal de la pareja, May Pang, que se convirtiera en la amante de Lennon para evitar que éste se fijara en otras mujeres. Tras dieciséis meses de separación -periodo que es conocido en la historiografía Lennoniana como el «Lost Weekend»-, John y Yoko volvieron a unirse.

No obstante, entretanto se grabó y se produjo este «Mind Games». Editado en noviembre de 1973, es un disco irregular que mezcla grandes canciones con una buena cantidad de temas insustanciales. John vivía entre el dolor que le suponía la separación de Yoko y el gozo que le proporcionaba la libertad derivada de su nuevo estado de soltería, y este estado fluctuante se deja notar en el álbum.

Todo arranca maravillosamente con la estupenda «Mind Games«, titulada originalmente «Make Love Not War» y destinada a ser un nuevo himno pacifista en la línea de «Imagine». Aunque el mensaje sigue siendo el mismo, John decidió cambiar el título porque «era un cliché  que estaba muy visto«, y se inspiró en el libro «Mind Games» de Robert Masters y Jean Houston. Es una canción fantástica. Un monumento pop que se editó como single y fue recibido de forma tibia (nº18 en USA y 26 en Reino Unido) por un público receloso del nuevo material de Lennon tras  «Some Time In New York City». Una joyita… Desgraciadamente, salvo un par de excepciones, el disco ya no recupera el tono tras esta excelente canción.

Canciones como «Tight A$«, que el propio Lennon califica como «una canción de usar y tirar, algo sólo para mover el esqueleto», distan mucho de ser malas, pero tampoco aportan demasiado a la carrera del genio británico. Con todo, es un buen ejercicio de estilo y suena convincente.

Mucho mejor es la melancólica «Aisumasen (I’m Sorry)«. Construida sobre la base de «Call My Name«, escrita en los tiempos de «Imagine», es un bello y melódico canto de petición de disculpas hacia Yoko entonado por un Lennon que se sentía culpable por haber empezado una relación con May Pang. Buen tema, muy soul. Otro de los mejores momentos de un álbum tan irregular que puede alternar esta excelente canción con cortes mucho más intranscendentes como la juguetona «One Day (At A Time)«, en la que John luce falsetto, o la monótona «Bring On The Lucie (Freeda Peeple)«. Todas, insisto canciones con más luces que sombras, pero muy lejos del nivel exhibido en el pasado John Lennon.

La cara A se cierra con un corte de tres segundos de silencio titulado «Nutopian International Anthem», el himno simbólico de una nación conceptual, Nutopia, que John y Yoko dieron por inaugurada en una rueda de prensa en abril de 1973 como protesta por sus problemas con el departamento de inmigración estadounidense.

«Intuition«, la canción que abre la cara B, vuelve a ser un buen medio tiempo, bien construido, pero exento de brillantez… Pero John Lennon es John Lennon y la fantástica «Out The Blue» pone las cosas en su sitio. Preciosa canción de amor que, aunque John nunca apreció demasiado («es sólo otra canción de amor, nada especial»), desde la primera escucha destaca sobre el resto del material del álbum y que, sin duda, hubiera podido ser un buen y probablemente exitoso single. Yoko es el el sujeto paciente de esta hermosa canción  cuyo único defecto es una cierta tendencia a la sobreproducción. Fabulosos los teclados de Ken Ascher.

No obstante, y este es el problema de este LP, tras una gran canción un tema como «Only People» hace que seamos conscientes que no estamos ante el mejor Lennon. Definida por él mismo años después como «una canción fallida», es un nuevo intento de escribir un himno pacifista del corte de «Give Peace a Chance» o «Power To The People». Una canción de agradable escucha, pero poco más.

Mejor resulta «I Know (I Know)» un tema que el propio John despreciaría como «un pedazo de nada», pero que sin embargo tiene una buena melodía (especialmente apreciable cuando se la desprende del exceso de azúcar de la producción imperante en el LP) y una línea de bajo antológica. Lo curioso de esta canción es que, aunque aparentemente es una petición de disculpas, son muchos los allegados al entorno beatle que afirman que la letra está dedicada a Paul McCartney y supondría la reconciliación definitiva del genial dúo. ¿Quién sabe?

Seguro es, esta vez sí, que la exótica «You Are Here» está escrita para Yoko. Melosa, tierna, disfrutable y perfecto contrapunto al tema que cierra el álbum, la rockera «Meat City«. Y así concluye «Mind Games», un LP con el que Lennon intentó reconciliarse con su público, objetivo que en gran medida consiguió. Se editó en noviembre de 1973 y, a pesar de un arranque comercial titubeante, acabó alcanzando el número 9 en Estados Unidos, muy lejos del número 48 de su anterior trabajo. Sin embargo en su país natal, Inglaterra, ni siquiera alcanzó el número 11 de «Some Time In New York City» y se quedó en un nº13.

La crítica, sin embargo, no fue mucho más benévola con este álbum. Rolling Stone habló de «lo peor que ha escrito hasta ahora» y en las revistas especializadas en general se repitieron términos como «autocomplacencia» y «falta de inspiración». Pero, ¿es Mind Games un mal disco?, definitivamente, no. No es un John Lennon en plena forma, pero un John Lennon al 50% reúne más talento que decenas de otros músicos juntos. De hecho, se puede decir que muchos de los cortes incluidos no están a su altura, pero no dejan de ser buenas canciones. Estamos muy lejos del Lennon Beatle o el de «Plastic Ono Band» e «Imagine» pero un LP con «Mind Games»,  «Out The Blue» o «Aisumasen» merece una oportunidad…, no será un disco que haga volar tus sentidos, pero seguro que te hará pasar un rato agradable…, poco mérito para John Lennon, pero algo inalcanzable para gran parte del resto.

VALORACIÓN GUILLETEK’S: 7/10

 

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 30 de agosto de 2014

Licencia Creative Commons

Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

John Lennon. «Some Time In New York City» (1972). (4/10)

DISCO 1

Woman Is The Nigger Of The World (Lennon/Ono)
Sisters, O Sisters (Ono)
Attica State (Lennon/Ono)
Born In A Prison (Ono)
New York City (Lennon)

Sunday Bloody Sunday (Lennon/Ono)
The Luck Of The Irish (Lennon/Ono)
John Sinclair (Lennon)
Angela (Lennon/Ono)
We’re All Water (Ono)

DISCO 2

Cold Turkey -en directo- (Lennon)
Don’t Worry Kyoko  -en directo- (Ono)

Well (Baby Please Don’t Go) -en directo-(Ward)
Jamrag  -en directo- (Lennon/Ono)
Scumbag  -en directo- (Lennon/Ono/Zappa)
Aü  -en directo- (Lennon/Ono)

Lo dejo claro desde el principio ,»Some Time In New York City» me parece un mal disco, y no sólo en términos relativos teniendo en cuenta el enorme talento de su autor, sino que me parece un mal LP con todas las de la ley. Falto de inspiración, aburrido y, sobre todo, muy lastrado por las «aportaciones» de Yoko, los destellos son tan leves y escasos que no consiguen sacar a flote este tercer trabajo en solitario de Lennon (sexto si tenemos en cuenta los experimentales y deleznables «Two Virgins», «Life with the lions» y «Wedding Album»).

Firmado por el propio Lennon y su esposa, Yoko Ono, el disco está inspirado en lo lírico por los movimientos de izquierdas de los primeros setenta y se apoya en la euforia de un John recién mudado a Nueva York. «Yo debería haber nacido aquí, en Nueva York. París era el lugar donde tenías que estar en el siglo XVIII, ahora es Nueva York…», declaraba poco después de mudarse. No obstante, las autoridades norteamericanas no estaban tan satisfechas como John y mucho menos con su «cercanía a los líderes de la nueva izquierda radical» como  Abbie Hoffman y Jerry Rubin.  De hecho, la Administración Nixon lo vigiló muy de cerca, llegando a pinchar su teléfono, realizarle seguimientos e incluso recibir una carta de deportación. «Todos nuestros problemas con inmigración se deben a una falacia. Hubo una reunión con Jerry, Abbie, Allen Ginsberg, John Sinclair. Nos contaron que querían a ir a la convención republicana de San Diego... Cuando ellos contaron sus planes, nosotros dijimos que no nos gustaba la idea. No pasó nada pero parece que se filtró la historia de que íbamos a ir a San Diego y eso fue suficiente para que Inmigración la tomara con nosotros. Pero todo estaba basado en esta ilusión. Lunáticos de derechas o lunático de izquierdas. Están todos locos».

A pesar de sus problemas con inmigración, John siguió empapándose de la libertad que supuraba la cultura neoyorquina y reclutó a una banda local, la Elephant’s Memory, para que fuera su grupo de apoyo en las diversas apariciones en directo que realizó en la época, principalmente en actos de izquierdas y con un set de canciones de marcado signo político.

Muy motivado y con un renovado espíritu, John llamó de nuevo a Phil Spector: quería grabar un nuevo disco para que el gran público pudiera saber lo que estaba ocurriendo en Nueva York. Así, en diciembre de 1971, comenzaron las sesiones en los estudios Record Plant. Lennon tenía un buen número de canciones escritas, la mayoría en un marcado tono acústico que decidió alterar uan vez empezó a contar con su nueva banda de apoyo, ahora renombrsa como Plastic Ono Elephant’s Memory Band.

El principal problema de este disco es que las canciones no están a la altura. Sólo dos cortes («John Sinclair» y «New York City» ) están firmadas por Lennon en solitario, el resto o son de Yoko («Sisters, O Sisters«, «Born In A Prison» y «We’re All Water«) aparecen acreditadas a la pareja. La frase de John «componer es tan simple como decir lo que quieres decir y poner un ritmo de fondo» tiene aquí más sentido que nunca, porque poco más se puede decir de las músicas que acompañan los dicursos ideológicos de la pareja.

Y eso que el disco no arranca mal. «Woman Is The Nigger Of The World» es una buena canción. Basada en una frase pronunciada por Yoko en una entrevista de 1969, tiene un marcado tono feminista y fue editada como single en abril de 1972  alcanzando únicamente un puesto 57 en las listas americanas. Es la mejor canción del disco y la única de  las presentadas en este LP que parece haber sobrevivido al paso del tiempo. Todo es peor a partir de aquí.

«Sisters O Sisters» es la primera de las canciones de Yoko. No es de lo peor de su repertorio y, a pesar de su poco agraciada voz, la defiende con dignidad. No obstante no hay nada destacable en esta canción en la que Ono pretende proclamar un canto a la solidaridad. «Attica State» no es mucho mejor, pero consigue elevar el nivel. Inspirada en las revueltas de la prisión de Attica, en la que murieron cuarenta personas, es, por lo menos, un rock resultón.

La mejor de las tres canciones que Yoko aporta al disco es «Born In a Prison» que, sin ser ninguna maravilla,  tiene un estribillo bastante decente. La cara A se cierra con «New York City«, el tributo de John a su ciudad adoptiva. Un buen rock, sin más, en el que la Elephant’s Memory realiza un buen trabajo en el acompañamiento mientras Lennon muestra su innato talento para cantar rock’n’roll e incluso nos dedica una palabras en castellano («¿Qué pasa en New York?»).

La matanza de veintiséis civiles irlandeses durante una manifestación a manos del ejército británico en enero del 72 (el conocido «Domingo Sangriento»), inspiró a Lennon para escribir «Sunday Bloody Sunday«, la canción que abre la cara B. Tanto John como Paul McCartney, que por su parte escribió «Give Ireland Back To The Irish«, se habían declarado en varias ocasiones simpatizantes de la causa irlandesa. En cuanto a la canción, la causa lo merecía, las estrofas -muy en la línea de «Come Together»- son decentes, pero el estribillo es abominable. Otra producción Lennon-Ono… Bastante mejor resulta «The Luck Of The Irish«, otro tema sobre la causa irlandesa. Es una muy buena canción hasta que Yoko canta, pero hasta incluso entonces la melodía -de marcado aire de folk irlándes- es muy apreciable.

«John Sinclair» es el mejor tema (o el único bueno) del disco junto a «Woman Is The Nigger Of The World». Sinclair era un poeta de Detroit condenado en 1979 a diez años de cárcel tras regalar dos porros de marihuana a un par de agentes encubiertas de la policía, La razón real de su desproporcionada condena era ser el fundador de un grupo radical marxista autodenominados Panteras Blancas (White Panthers). John escribió la canción por encargo de sus nuevos amigos de la izquierda neoyorkina y aunque adimitió sentirse «identificado con el caso de Sinclair, no me gusta escribir este tipo de canciones, no lo haré más». Buena canción en cualquier caso, cosa rara en este álbum.

Si «John Sinclair» era un tema dedicado a John Sinclair», «Angela» está escrita en soporte de Angela Davis, miembro del grupo radical «Panteras Negras». Músicalmente insípida salvo por la sección central, es otro ejercicio fallido de la colaboración musical entre John y Yoko. El disco termina con una nueva canción de Yoko, «We’re All Water«, bueno…, lo mejor que se puede decir es que supone el punto final del disco.

Buscando dotar de algo de espíritu comercial al disco, se decidió incluir un segundo LP titulado «Live Jam»· La cara A recogía el concierto que John y Yoko ofrecieron el 15 de diciembre de 1969 en el Lyceum Ballroom de Londres, con la colaboración de Eric Clapton, Billy Prestron, George Harrison y Keith Moon. La cara B  contenía grabaciones de la aparición sonre el escenario de Lennon y Ono durante el show de Frank Zappa & The Mothers of Invention,  en el Fillmore East de Manhattan en June 1971. Nada reseñable, si acaso la extensa versión de «Cold Turkey«.

Un LP olvidable en todos los sentidos. «Woman Is The Nigger Of The World» es una buena canción y «New York City», «The Luck Of The Irish» y «John Sinclair» se pueden disfrutar si no se es demasiado crítico con la obra de uno de los mayores genios de la historia del rock…, pero poco más. El peor álbum de John Lennon y uno de los peores que nunca editara un ex-beatle. Lástima tras dos joyas como «Plastic Ono Band» e «Imagine».

VALORACIÓN GUILLETEK’S: 4/10

 

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 24 de agosto de 2014

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Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

John Lennon. «Imagine» (1971). (9/10)

Imagine (Lennon)
Crippled Inside (Lennon)
Jealous Guy (Lennon)
It’s So Hard (Lennon)
I Don’t Want To Be A Soldier (Lennon)

Gimme Some Truth (Lennon)
Oh My Love (Lennon-Ono)
How Do You Sleep? (Lennon)
How? (Lennon)
Oh Yoko! (Lennon)

Productores: John Lennon, Yoko Ono, Phil Spector

Tras el aclamado por la crítica «Plastic Ono Band», John parece querer acercarse con este álbum al mainstream que, en parte, le había dado la espalda con su anterior trabajo. Lennon, imbuido de los movimientos de izquierdas de principios de los 70, había continuado realizando proselitismo para dichas causas con la edición de los singles «Power To The People» y «God Save Oz«. No obstante, este «Imagine» es un disco mucho más pop y comercial, soberbio de principio a fin, pero sensiblemente más convencional. El propio Lennon declaró que era como «cubrir Plastic Ono Band con una capa de dulce chocolate»

Fue precisamente durante la grabación de uno de estos singles, «Power To The People», cuando John habló con Phil Spector sobre la posibilidad de hacer un nuevo álbum juntos. Conseguido el productor, Lennon se propuso reclutar músicos e inmediatamente recurrió a Klaus Voorman y Ringo Starr, los músicos que trabajarón junto a él en su anterior LP. Pero, si bien el bajista aceptó sin rechistar, Starr no estaba disponible en las fechas en las que John le requería por lo que acudió al batería de Derek And The Dominos (la banda de Eric Clapton), Jim Gordon. La nómina de músicos colaboradores se extendió hasta llegar a juntar a siete guitarristas (el propio Lennon, el ex-beatle George Harrison, los Badfinger Joey Molland y Tom Evans y los músicos de sesión Rod Linton, Andy Davis y Ted Turner ), tres pianistas (Lennon, el inefable sessionman Nicky Hopkins y el Renaissance John Tout) y tres baterías (el citado Jim Gordon, Alan White y el fantástico Jim Keltner), a los que habría que añadir al bajista anteriormente mencionado, Klaus Voorman, los percusionistas Mike Pinder, Steve Brendell y John Barham y el saxofonista King Curtis. Dieciocho músicos, sin icluir al grupo The Flux Fiddlers que interpretaron los arreglos orquestales de cuerda. Toda una tropa.

De esta forma, a finales de mayo de 1971, John comenzó a grabar en los Ascot Sound Studios, las instalaciones que había ordenado construir en su mansión de Tittenhurst Park.  El trabajo fue muy fluido, en sesiones de 11 a 19, y en los primeros cinco días terminaron hasta ocho de las diez canciones que acabaron componiendo el álbum. Concluida la grabación y tras algunos retoque,s el trabajo se reanudó en julio, esta vez enImagine poster - John Lennon Nueva York, donde se añadieron los arreglos de cuerda y viento.

El disco salió al mercado el 7 de octubre de 1971 y un mes antes, en Septiembre, en Estados Unidos. Alcanzó rápidamente el número 1 en ambos países. Y es que, en este disco -insisto, fantástico-, Lennon se muestra mucho más accesible. No deja de lado su vertiente política (I Don’t Want To Be A Soldier o Gimme Some Truth lo atestiguan), ni la introspección de la que hizo gala en «Plastic Ono Band» (Crippled Inside, Jealous Guy, It’s So Hard,  How?), pero vuelve a escribir canciones de amor como «Oh Yoko» u «Oh My Love» y a tocar temas universales como en «Imagine». Todo de una forma mucho más convencional desde un punto de vista pop, es improbable que John hubiera vencido a los demonios que parecían atormentarle en su LP anterior, pero si aprende a contenerlos y a presentarlos de una forma más amable. Es un álbum, brillante, prácticamente sin lagunas, que pone en valor las capacidades melódicas de Lennon y su intención de llegar al gran al público de la misma forma que lo hiciera en su época Beatle.

«Imagine«, la canción titular, abre el disco. ¿Qué decir? Un himno. Posiblemente la canción más famosa de Lennon en solitario.Un canto a la paz, no exento de versos cargados de crítica, cuyo mensaje atemporal consigue mantenerla vigente por encima del paso de los años. El propio Lennon ironizaba sobre la popularidad conseguida por la canción, «Imagine es profundamente antireligiosa, antinacionalista y anticonvencional, pero como es bonita, la gente lo acepta. Ahora ya sé lo que hay que hacer. Suelta tu mensaje político pero ponle un poco de miel…». Fue lanzada como single es Estados Unidos y alcanzó el número 3 en las listas. Una obra maestra.

El excelente piano honkytonk de Nicky Hopkins y el acertado toque de dobro de George Harrison engrandecen la rítmica «Cripple Inside«, dotándola de un encantador y simpático aire western que contrasta con la caústica letra de la canción,muy en la línea de los versos que dominaron «Plastic Ono Band».

La nunca suficintemente ponderada «Jealous Guy» nos devuelve al John de 1968…, al Lennon Beatle. Fue en está época y en la India cuando compuso «Child Of Nature«, el embrión de lo que acabaría siendo esta sobresaliente canción. Todo en ella es perfecto: la melodía es espectacular, John canta con una ternura a prueba  de insensibles, una letra excelente, el piano de Hopkins es de otro mundo… Existe cierto debate sobre a quién iba dirigida la canción, ya que, aunque todo indica que es una carta disculpa a a su pareja, son varias las voces que afirman que podría estar dedicada a Paul McCartney. Una de las mejores canciones de la historia, en cualquier caso.

Las sonoridades de Plastic Ono Band vuelve con «It’s So Hard«, eso sí matizadas por el saxofón de King Curtis y el excelente arreglo de cuerdas de Torrie Zito. Gran blues que completa un gran y muy variado comienzo de álbum. Sin embargo la última canción de la cara A, «I Don’t Want To Be A Soldier«, supone un considerable bajón en lo que a calidad musical se refiere y, a pesar de la valía de su mensaje antibelicista. Aunque interesante, es el punto más bajo de un disco por otro lado excelso.

Tras una estupenda cara A, la cara B mantiene el nivel con la fantástica «Gimme Some Truth«, otra de los temas que John compuso en la India en 1968 durante su época Beatles. De hecho, incluso existen grabaciones realizadas por el cuarteto de Liverpool, durante las sesiones de «Let It Be». La canción más pop del álbum y curiosamente la que más carga política contiene, alusiones a Nixon incluidas. Otras de las canciones que cuenta con la participación de George Harrison a la guitarra.

Tras la descarga de ira social que supone «Gimme Some Truth», «Oh My Love» nos devuelve al Lennon romántico, que construye aquí una hermosísima balada al parecer con la asistencia lírica de Yoko Ono. George Harrison vuelve a intervenir como guitarrista y, de nuevo, se trata de una canción compuesta en la India en 1968. Una ernorme canción que supone el momento más elegante del álbum.

Y llegamos a la canción más polémica del disco: «How Do You Sleep?«, un furibundo ataque al que fue su compañero durante sus años Beatle: Paul McCartney. Pero hagamos un poco de historia. Los Beatles no terminaron bien, su separación fue muy dolorosa y las relaciones entre Paul y el resto del grupo, en especial con John, quedaron muy dañadas. La tensión entre ellos llegó al gran público cuando ambos músicos empezaron a lanzarse dardos desde sus canciones. En este aspecto fue Paul el primero en golpear  con su discoRAM (enlace a crítica en Guilletek’s), en cuya contraportada se pueden ver dos escarabajos –beetles- en actitud de darse por culo.  La primera de las canciones con mensaje es “Too Many People”. Paul arranca criticando la pose de John y Yoko (“Demasiada gente haciéndose el «underground» / Demasiada gente peleando por un trozo del pastel / Demasiada gente en un tira y afloja / Demasiada gente esperando un golpe de suerte”), luego recrimina a John no haber aprovechado la suerte de estar en los Beatles y renegar de ellos en los últimos dos años (“Ese fue tu primer fallo / cogiste tu golpe de suerte y lo partiste en dos / ¿qué puedo hacer por ti? / lo partiste en dos”). McCartney critica también la moralina de las canciones de John (“Demasiada gente predicando sermones / No les dejes que te digan lo que quieres ser / Demasiada gente haciéndolo /  es una locura, yo no lo hago”), para terminar dejando claro que ha cambiado de compañero, John por Linda (“Ese fue tu último fallo / yo encontré a mi amor / y ahora ¿Qué va a ser de ti / mi amor me espera”).

Paul reconoció que «Too Many People» estaba dedicada a John pero, además, Lennon entendió que en  “Dear Boy” también había referencias hacia él y Yoko. Según John, Paul le recriminaba que le hubiera  dejado para irse con Yoko (“Espero que nunca te des cuenta, querido chico, de lo que has encontrado / Espero que nunca te des cuenta de que es la cosa más dañina / Espero que nunca te des cuenta, querido chico / Espero que no tengas que darte cuenta de que el amor estaba aquí / y quizás con lo fastidiado que estás no recuperes el sentido común / espero que no lo recuperes, querido chico”), para luego dejarle claro que él sí había encontrado en Linda a la sustituta perfecta tras la separación del grupo (“Cuando salté estaba destrozado / pero ella y su amor aparecieron y me levantaron”). Paul siempre afirmó que esa canción iba dedicada al ex-marido de Linda.

El caso es que John era un hueso de roer… y vaya si contestó… En el interior de la funda del LP «Imagine» incluyó una foto de regalo que hacía referencia a la portada de «RAM» en la que sostenía a un cerdo por las orejas en posición similar a la de Paul en la cubierta de su LP. Pero con lo que se despachó a gusto fue con la canción que nos ocupa: «How Do You Sleep?» . John empieza atacando a la obra cumbre de Paul («Incluso el Sargento Pepper te pilló por sorpresa, te veías bien a los ojos de esa mamaíta») e incluso ironiza con la «histeria Paul is Dead («Esos locos tenían razón cuando decían que estabas muerto,  tu gran problema es tu cerebro / ¿Cómo puedes dormir por las noches?»). En la siguiente estrofa («Lo único que hiciste fue «Yesterday» y ahora eres «Another day»), John hace un buen juego de palabras diciéndole a Paul que lo único que hizo fue «Yesterday» (su mejor canción) y que ahora es «Another day» (que era el single de Paul que estaba en el mercado), por otro lado «Yesterday» es «ayer» y «another day» tiene la acepción de «día cualquiera», con lo que viene a decir que Paul hizo su mejor trabajo en el pasado y ahora es un vulgar autor… Al final, John es especialmente duro (» Una bonita cara dura un año o dos, veremos que puedes hacer después / La música que hace es como música de ascensores (musak), ¿no has aprendido nada en estos años?, ¿Cómo duermes?).

Además, por si fuera poco, George participó también en la canción…Eso le dolió aún más a Paul.  Años después, el propio Harrison, habló de este tema: «Supongo que después de la ruptura, -aunque en el fondo todos la deseábamos- lo más fácil era encontrar un culpable dentro de nuestro pequeño circulo y por lo menos para John y para mí la culpa recayó directamente en Paul. Por eso y porque su canción también me gustaba y además porque tampoco me había agradado en absoluto la actitud de Paul conmigo durante las sesiones de Let it be, fue que acepté la invitación de John para grabar la guitarra slide en «How do you sleep?» Recuerdo que cuando escuchamos el tema terminado, sonreímos un poco, pero era una sonrisa un poco amarga o forzada, como la que se ofrece por compromiso cuando alguien cuenta un chiste de pésimo gusto. Con el tiempo he pensado que John se pasó un poco, sobre todo en líneas como «the sound you make is musak to my ears». Parece que Ringo también estuvo invitado a la grabación pero se retiró al conocer la letra. Años después John declaró a mediados de los 70 no estar orgulloso de haber escrito esta canción («la verdad es que lamento la intención de la canción, pero ya pasó. Lo importante es lo que él y yo sentimos al respecto, no lo que vosotros pensáis…., y Paul y yo estamos bien ahora»). A pesar de los pesares la canción, en lo musical, es soberbia.

Mucho más azucarada es la bonita «How?» con la que John vuelve de nuevo a la introspección a través de una deliciosa melodía que vuelve a mostrar la extrema calidad de Lennon como compositor. Y, así, llegamos al final con la infecciosa «Oh Yoko!«, un sencillo y adorable medio tiempo pop que John había compuesto en la India en 1968. El tema resulta tan extremadamente pegadizo que EMI propuso su edición como single ante la negativa de Lennon («ya sabes, está bien y es una canción muy popular, pero me daba un poco de vergüenza…, no iba nada con mi rollo de roquero de lengua afilada…, todo el mundo la veía como single pero yo lo paré»). De nuevo, el trabajo de Hopkins al piano es sobresaliente.

Tras su edición, las críticas fueron menos elogiosas que las recibidas por su anterior trabajo «Plastic Ono Band» pero la respuesta del público fue muy superior. «Imagine» es un gran LP y contiene algunas de las mejores canciones («Imagine», «Jealous Guy», «Gimme Some Truth», «Oh My Love», «How?» ) de su genial autor. Quizás no toque tanto la fibra como el crudo Plastic Ono Band y resulte mucho más convencional, pero no deja de ser un álbum excepcional en todos los sentidos y, sin duda, el más apropiado para iniciarse en la carrera de Lennon es solitario.

VALORACIÓN GUILLETEK’S: 9/10

 

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 16 de agosto de 2014

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Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

John Lennon. «Plastic Ono Band» (1970). (9,5/10)

Mother (John Lennon)
Hold On (John Lennon)
I Found Out (John Lennon)
Working Class Hero (John Lennon)
Isolation (John Lennon)

Remember (John Lennon)
Love (John Lennon)
Well Well Well (John Lennon)
Look At Me (John Lennon)
God (John Lennon)
My Mummy’s Dead (John Lennon)

Productor: John Lennon, Yoko Ono y Phil Spector

A mediados de 1969, John Lennon era un adicto a la heroína retirado junto a su inseparable Yoko en su finca de 72 acres en Ascot, Tittenhurst Park. Los Beatles habían comenzado a desintegrarse y tanto John como Yoko comenzaron un proceso de retorno a la vida pública que comenzó por el abandono de la heroína (hola, metadona), su participación en campañas pacifistas y algunas excursiones musicales.

Una de sus más conocidas campañas pacifistas se desarrolló, una vez la pareja contrajo matrimonio, en marzo de 1969. John y Yoko citaron a la prensa en la suite presidencial del Hotel Hilton de Amsterdam y , durante seis días sin salir de su cama, realizaron varias declaraciones en favor de la paz mundial. Una segunda «encamada» tuvo lugar en el Hotel Queen Elizabeth de Montreal y, en la misma, uno de los periodistas preguntó a John acerca de qué intentaba conseguir con toda aquella campaña. John contestó  de forma espontánea: «todo lo que estamos diciendo es : dadle una oportunidad a la paz». A Lennon debió gustarle la frase puesto que, rápidamente y de forma casi improvisada, compuso un tema -«Give Peace a Chance»- en torno a la proclama. La grabó en una sencilla grabadora de ocho pistas alquilada en una tienda de música sita en las inmediaciones del hotel. El single que contenía “Give Peace A Chance” (enlace) se editó en julio de 1969 por primera vez bajo el nombre de Plastic Ono Band y con los créditos del tema aún a nombre de Lennon y  McCartney, puesto que los Beatles aun no se había separado y el acuerdo entre Paul y John para firmar las canciones aún seguía vigente.

Acto seguido John se enfrascó en la grabación del excelso «Abbey Road» de los Beatles. Desgraciadamente, a pesa del maravilloso nivel artístico del álbum, el grupo estaba absolutamente roto para estas fechas. Paul seguía siendo un Beatle hasta la médula, pero era el único. John seguía haciendo su vida y, de nuevo bajo el nombre de Plastic Ono Band, grabó una canción sobre la dura experiencia del mono que vivió en sus propias carnes. “Cold Turkey” (enlace), que era la canción en cuestión, fue grabada por John con Ringo Starr a la batería y Klaus Voorman (antiguo amigo de Hamburgo) al bajo, y es un sucio y descarnado rock que acabó editando en Octubre de 1969.

La canción no era gran cosa, pero tampoco justifica el descarnado y furibundo ataque de la crítica que recibió, si bien éste fue ocasionado más por la sórdida temática del tema que por su calidad musical. No obstante, ninguna de las críticas hizo que John frenara su particular proceso de independencia respecto al grupo. A principios de septiembre, aún durante la grabación de “Abbey Road”, John había recibido una invitación de los organizadores del festival Rock and Roll en Toronto. Lennon junto a Yoko, Eric Clapton, Klaur Voormann y Alan White (que acabaría siendo el batería de Yes), no sin antes advertir “no hemos tocado ni ensayado nunca juntos, así que tocaremos canciones que todos conocemos”, tocaron “Blue Suede Shoes“, “Money“, “Dizzy Miss Lizzy” (horriblemente mal, por cierto), “Yer Blues“, “Cold Turkey” (con Yoko haciendo el payaso), “Give Peace a Chance” y dos basuras integrales cantadas por Yoko como “Don’t Worry Kyoko” y John, John (Let’s Hope for Peace)“. La verdad es que fue un mal concierto pero sirvió para que John sintiera la emoción del directo y que fuera consciente de lo encerrado que se sentía dentro de los Beatles. Ni corto ni perezoso, Lennon llamó al manager del grupo, Allen Klein y se lo dejó claro: “Me voy de los Beatles, voy a montar un grupo con Eric Clapton y Klaus Voorman. Quiero anunciarlo a la prensa, prepáralo todo”. Klein consiguió disuadirle diciéndole que no anunciara nada hasta que hubiera terminado la negociación que estaba llevando con EMI para renovar su contrato.

John aceptó no decírselo a la prensa, pero nada iba a privarle de decírselo al resto del grupo, y en especial a Paul. El 20 de septiembre de 1969, seis días antes de la edición de “Abbey Road”, John le dijo a Paul en medio de una fuerte discusión: “Ya no soy un Beatle. Quiero el divorcio, cómo lo hice de Cynthia, ¿cabe eso en tu jodida cabeza?”.

Era el final, y aunque Paul pensó que sólo era una de las rabietas de John, decidió darle tiempo mientras él se trasladaba con toda la familia a la granja que había comprado en Escocia decidido a grabar su primer disco en solitario. George y John lo habían hecho, ¿por qué él no? Pero lo de John no era una rabieta, aunque aún quedaba para el final…, porque ningún gran relato acaba sin una gran batalla … Pero eso es otra historia que, podéis seguir en este mismo blog en la sección biografías de grupos.

John y Yoko seguían haciendo de las suyas y, en noviembre de 1969, editan “The Wedding Album, otra basura disfrazada de obra experimental. Incluye únicamente dos temas, uno en cada cara de la edición original de vinilo. “John & Yoko”, en la primera cara, es una grabación de John y Yoko llamándose entre sí con distintos rangos vocales; “Amsterdam”, en la segunda cara, está compuesto de entrevistas, conversaciones y sonidos registrados durante la conocida encamada por la paz de la pareja.

No fue hasta enero de 1970 cuando la producción en solitario de John comenzó a dar muestras de su verdadero e indudable talento. Entonces edita un nuevo single y esta vez, al fin, es un tema propio. John escribió “Instant Karma” (enlace) y ese mismo día la grabó junto a Billy Preston (teclados), Klaus Voormann  (bajo y  piano eléctrico), Alan White (batería), George Harrison (guitarra eléctrica) , y Yoko Ono y Mal Evans (coros). Buena canción de John que alcanzó el número 3 en lista y que fue producida por el archiconocido productor Phil Spector.

Tras la dolorosa separación del grupo en la primavera de 1970, John, animado por Yoko, se trasladó a Los Angeles para conocer al doctor Arthur Janov, un psicoanalista que había escrito «The Primal Scream, Primal Therapy: The Cure for Neurosis», el libro de cabecera de Lennon por aquel entonces. El libro defendía la premisa basada en que las neurosisse basan en dolores reprimidos causados por traumas infantiles. John y Yoko estuvieron siguiendo una terapia diseñada por Jacov durante cuatro meses hasta que, como le ocurriera con el Maharishi, John acabó desencantándose de su nuevo gurú.

No obstante, John aprovechó su retiro para componer y, en septiembre de 1970 y ya en Inglaterra, John y Yoko llamaron a Ringo, Klaus Voorman, Billy Preston y el productor Phil Spector para trabajar en lo que sería su nuevo LP. La idea de Lennon era huir de artificios de estudio  -de los que acabó hastiado en su época Beatle- e intentar interpretar y producir el tema en su forma más básica, casi en directo. De esta forma,  trabajaba rápido dando instrucciones básicas a los músicos. Ringo recuerda al respecto que «era una especie de jam, se sentaba, nos cantaba la canción y empezábamos a tocar…, era genial. Creo que, además, la simplicidad de la instrumentación le permitió enfocarse en su voz y cantar con mucho más sentimiento».

Las sesiones duraron aproximadamente un mes, bajo la supervisión y la producción de Phil Spector. No obstante el genial productor norteamericano faltó en muchas ocasiones y, en gran medida, fue el propio Lennon quien produjo la mayoría de las canciones de un disco que acabó publicándose el 11 de diciembre de 1970 y un par de semanas después en Estados Unidos. El público lo recibió de forma tibia en Reino Unido (número 11) y sensiblemente mejor en Estados Unidos (número 6), muy lejos de los resultados de los álbumes de debut McCartney y Harrison, números 1 y 2 respectivamente, e incluso por debajo del número 7 conseguido por Ringo.

No obstante, y a pesar de sus escasos réditos comerciales -que provocaron no pocos quebraderos de cabeza al propio Lennon-, el disco es sencillamente fantástico. De una sinceridad conmovedora, nos muestra a un Lennon desnudo, sin complejos y presentando al público sus traumas, miedos y frustraciones. La carrera de John en solitario alterna luces y sombras y resulta bastante irregular, pero quizás estamos ante la más pura y honesta muestra de música genuinamente lennoniana. «John Lennon/Plastic Ono Band» es un gran disco. Quizás no es muy accesible y puede resultar algo desasosegante para quien busque algo más ligero, pero tanto las melodías como los versos de John rayan a gran altura…, posiblemente en el mejor nivel que llegó a mostrar alejado de los Beatles.

Unas fúnebres campanadas sirven de preludio a la primera canción del disco: «Mother«, una verdadera joya con la que Lennon pone sus cartas sobre la mesa. Con sólo la compañía de un piano y el minimalista acompañamiento de Klaus Voorman al bajo y Ringo a la batería, John convierte en una sobresaliente canción las experiencias vividas bajo la terapia del doctor Janov, destinada a superar los traumas con los que convivía el músico tras la muerte de su madre, Julia. Con versos como «Madre, tu me tuviste, pero yo nunca te tuve», queda poco que decir… La emocionante voz de Lennon, los dramáticos acordes (con el sustain por las nubes) y la fantástica melodía hacen el resto. Una maravilla. Únicamente al alcance de los grandes genios.

La optimista y esperanzadora letra de «Hold On» es una isla dentro en el océano de melancolía que empapa los versos del álbum. Sin ser un festival es, de lejos, la canción más alegre de un disco con el que Lennon parece querer poner punto y final a su jovial y gloriosa etapa juvenil para empezar una nueva fase vital junto a Yoko. De nuevo, una instrumentación minimalista para una muy disfrutable canción. Mucho más caustica resulta «I Found Out«,un agresivo tema en el que Lennon no deja títere con cabeza, desde Jesucristo hasta Paul McCartney pasando  por toda la colección de gurús que consideraba que le habían engañado años atrás. Todos reciben su ración. Es un rock sucio y muy eficaz merced a la distorsionada y acertada guitarra de John y la potente base rítmica de Ringo y Voorman.

«Working Class Hero» nos devuelve al Lennon mas folkie. En esta ocasión, John deja de mirar en su interior para escribir una canción muy influenciada por las corrientes de izquierdas de la época. Buen corte acústico en el que la influencia de Dylan es evidente, a pesar de que John lo negara en su momento, («no pienso que suene a Dylan… Pero claro,  siempre que toques un tema serio y lo hagas con una guitarra acústica, pueden decirte que suenas como Dylan. Puede haber influencia, supongo, al fin y al cabo nunca me gustaron Judy Collins y Báez y todas esas cosas. Así que la única música folk que conozco es sobre los mineros de Newcastle o la de Dylan… Pero no suena a Dylan»). A pesar de su aparente sencillez estructural, fue una de las canciones que más tiempo le costó grabar, llegando a repetirla docenas de veces. Un clásico. La cara A se cierra con la extraordinaria «Isolation«, una fabulosa balada soul plena de sensibilidad en la que John estás especialmente brillante frente al micrófono. Instrumentación ultra sencilla, producción casi inexistente, una melodía gloriosa… Lennon en estado puro.

El vibrante piano de «Remember» abre la cara B. posiblemente el corte más pop del disco  y una canción que John grabó el día de su trigésimo cumpleaños.Es el único tema del disco en el que hay armonías de voces (realizadas por el propio Lennon en pistas diferentes) a las que John había sido tan aficionado pero que en este LP brillan por su ausencia. Otra muy buena canción.

Mejor aún resulta la  esencial «Love«, una de las baladas más delicadas de la historia del rock. Una obra maestra de la melodía que, sin duda, supone el momento más tierno del LP y es completamente ajena al espíritu deliciosamente amargo que rodea al disco. En esta ocasión John se encarga de la guitarra y Phil Spector del piano. Joya entre las joyas.

El John más rockero vuelve con «Well Well Well«,  de estructura y sonido muy similar a «I Found Out» pero mucho menos notable en todos los sentidos, quizás el tema menos brillante del disco. Un pequeño tachón que se ve completamente corregido por «Look At Me«, otra joyita. Se trata de una de las canciones que el Beatle John escribió durante su estancia con el resto del grupo en la India en 1968, pero que no llegó a acabar en su momento . De hecho, su estilo es muy similar al de «Dear Prudence» que acabó incluida en el «Album Blanco» del cuarteto de Liverpool, el LP que grabaron justo después de regresar de la India.

Palabras mayores.»God«.Una de las más enormes canciones que Lennon grabara nunca y por extensión uno de los mejores temas de la historia. Billy Preston aporta su pericia al piano para dar brillo al combo Lennon (piano), Starr (batería), Voorman (bajo). La voz de John es perfecta, la melodía es maravillosa pero la letra es aún más impresionante. John pone fin al sueño, punto final a los mágicos años 60 y a su glorioso pasado musical cuando, tras renegar de la religión (Jesuscristo, La Biblia, Buda, Gita), personajes históricos (Hitler, Kennedy), ídolos musicales (Elvis, Dylan) afirma «…no creo en los Beatles… sólo creo en mí, en Yoko y en mí. Esa es la realidad. ¿Qué Puedo Decir? El Sueño Termino. Ayer. Yo era el tejedor de sueños, pero ahora he vuelto a nacer. Yo era ea morsa, pero ahora soy sólo John. Así es, queridos amigos, tendrés que seguir adelante por vuestra cuenta. El sueño terminó». Trágico y emocionante. Brutal. Una de las mejores canciones de todos los tiempos. Tras semejante descarga emocional, el disco concluye con «My Mummy’s Dead«, una sencilla grabación casera realizada mientras John sequía la terapia del doctor Janov.

La crítica recibió razonablemte bien el disco en su momento, pero su prestigio y fama incluso han crecido con el tiempo. Junto a «Imagine» es, sin lugar a dudas, el mejor trabajo de John Lennon en solitario. Si bien su ruda producción y su caustica temática pueden resultar duras a orejas acostumbradas a sonidos más radioformuleros, su honesta y brillante propuesta deberían ser suficientes para llegar a oídos sensibles. ARTE con mayúsculas. «Mother», «Working Class Hero», «Isolation»,  «Love» o la estratosférica «God» son prueba palpable de algo que -entiendo- nadie discute a estas alturas: John Lennon fue uno de los mejores creadores de canciones de toda la historia del rock.

VALORACIÓN GUILLETEK: 9,5/10

 

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 10 de agosto de 2014

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Paul McCartney (Wings): “Back To The Egg” (1979) (7,5/10)


Reception (McCartney)
Getting Closer (McCartney)
We’re Open Tonight (McCartney)
Spin It On (McCartney)
Again And Again And Again (Laine)
Old Siam Sir (McCartney)
Arrow Through Me (McCartney)

Rockestra Theme (McCartney)
To You (McCartney)
After The Ball / Million Miles (McCartney)
Winter Rose / Love Awake (McCartney)
The Broadcast (McCartney)
So Glad To See You Here (McCartney)
Baby’s Request

Tras las criticas al excesivo almibarado de sus últimas producciones, Paul decide dar un importante giro a su sonido. Al frente de una nueva banda tras la incorporación del guitarrista Laurence Juber y el batería Steve Holly, McCartney muestra en este LP su lado más fresco y guitarrero . Frecuentemente este «Back To The Egg» es considerado un bache en la carrera de Macca, pero no puedo estar en mayor desacuerdo. Es cierto que hay mucho de «postureo» en la actitud punkrockera de un megamillonario de 37 años, no lo negaré, pero si hablamos de música, casi todo en este Back To The Egg es de notable para arriba.  Uno de mis discos favoritos y, en mi opinión, de lo mejor que los Wings post-Band On The Run.

Bajo la producción de Chris Thomas, la intención era captar la esencia de la música en directo por lo que la mayoría de las canciones se grabaron con todo el grupo tocando en el estudio y en pocas tomas.

Fue además, el primer disco de Wings en ser distribuido por Columbia Records tras la ruptura de Paul con Capitol por los pobres resultados comerciales de «London Town» y que McCartney achacó a defectos promocionales. Tuvo también el «honor» de ser el último disco del grupo puesto, aunque nunca estuvo previsto que así fuera, tras este LP Paul retomó su carrera en solitario

Dos meses antes de la edición del LP los Wings consiguieron un gran éxito con la insufriblemente hortera «Goodnight Toonight«, un tema absolutamente prescindible -si no fuera por su excelsa línea de bajo- que reforzó a los críticos de McCartney pero que, por otro lado, se convirtió en un absoluto megahit mundial. Bastante más decente era la cara B del single, la curiosa e interesante «Daytime Nightime Suffering«.

No obstante, ninguna de esas dos canciones fueron incluidas en la selección final de un LP que se abre con una breve introducción incidental «Reception» antes de despegar con la vigorosa y fantástica «Getting Closer«, un gran tema de puro power pop apoyado en un denso manto de guitarras y sintetizadores. Una canción fantástica injustamente olvidada y que pone de relieve las intenciones de Wings desde el principio: nos vamos a hartar de guitarras y melodías inmediatas… ¡bendito problema!

La tranquila, misteriosa y bucólica «We’re Open Tonight» nos acerca de forma hipnótica y albumblanquiana a otra descarga de adrenalina, la punk «Spit It On«. Un tema con el que, sin duda, pretendía retomar su línea más potente y contestar a los que le acusaron de almibarado. Fabulosas guitarras en una canción breve, intensa y… buenísima.

Hasta aquí el Lp avanza con paso firme…, y seguirá haciéndolo, el siguiente tema , compuesto e interpretado por Denny Laine es un fabuloso medio tiempo acústico que, bajo el título de «Again And Again And Again«, no viene sino a demostrar que Denny era mucho más que un mero comparsa. Fabuloso pop, pero «Back To The Egg» se quería mover en otros derroteros y el McCartney más potente reaparece con «Old Siam Sir«, un notable rock que se adentra en terrenos propios del heavy y que fue editado como single con más pena que gloria. Un buen tema en cualquier caso.

La cara A concluye con un inesperado cambio de tercio ya que, tras varias descargas de adrenalina, nos sorprenden con «Arrow Through Me» un soberbio R&B que si fuera obra de Stevie Wonder o Michael Jackson sería un cláisco que hubiéramos tenido hasta en la sopa, pero que viniendo de Paul  paso desapercibida sobre todo por lo poco que se emitió por la FM en un momento que esta música estaba en boga. Muy buena.

Pero, como hemos repetido varias veces, este es un disco de rock y ¿qué mejor forma de demostrarlo que coger a las mejores estrellas del firmamento rockero británico y unirlos como si de una salvaje orquesta sinfónica se tratase?, pues ese es el concepto de ROCKESTRA. Paul tiró de contactos y llamó a sus amigos músicos para que participaran en la grabación de un par de canciones. Así consiguió reclutar al Pink Floyd David Gilmour, al miembro de los Shadows Hank Marvin, a Pete Townshend de los Who (Keith Moon también estaba invitado pero murió semanas antes de la grabación), a los Led Zeppelin John Bonham y John Paul Jones, a los integrantes de The Faces Ronnie Lane y Kenney Jones, James Honeyman-Scott de The Pretenders, Gary Brooker (Procol Harum), Tony Ashton (Ashton, Gardner y  Dyke), los percusionistas Speedy Acquaye, Tony Carr y Ray Cooper, la sección de viento formada por Howie Casey, Tony Dorsey, Steve Howard y Thaddeus Richard y al miembro de los Attractions Bruce Thomas. Había más invitados, pero Eric Clapton, Jeff Beck y Jimmy Page fallaron por distintas causas y Ringo Starr estaba fuera del país. «Era flipante escuchar como sonaba aquello, sorprendía que tocáramos tan acompasados, ya sabes, cuando juntas a gente como Pete Townshend, Gary Brooker, Hank Marvin, Ronnie Lane, Ray Cooper y Dave Gilmour, podrías esperar algo más descontrolado, pero no fue así», recordaba el propio Paul. La Rockestra tocó dos canciones, la primera de ellas es el fastuoso instrumental «Rockestra Theme«…, sin palabras. El tema que deseo que suene en mi funeral…, prometo levantarme. Conocedor de la transcendencia del evento, Paul pidió que la sesión se rodara, dando lugar a un interesante y difícil de encontrar documental: Rockestra Documentary Special (pulsad el enlace, es un gozada). En 1980, la canción ganó un Grammy a la mejor interpretación instrumental de rock.

Paul McCartney sigue rebosante de energía y demostrando un fabuloso estado de forma vocal con la powerpopera «To You«, otro excelente tema que me hace no entender cómo es posible que este disco esté tan denostado… Incomprensible. En cualquier caso, Macca se toma un respiro después de tanta adrenalina y nos obsequia con dos mini-medleys de dos canciones de tono mucho más melódico y relajado. El primero de ellos, «After The Ball / Million Miles«, fusiona una buena balada de aires años 50 con un excelente folk cantado por Paul a capella sobre unos minimalistas acordes de acordeón. Una joyita que se acompaña con la segunda dupla de canciones, «Winter Rose / Love Awake«, un extraordinario y misterioso tema casi medieval y una ñoña y dulzona balada que se convierte en el único punto bajo del disco y en la única canción que podría hacer justicia a las totalmente injustas críticas que se vertieron sobre el presuntamente almibarado McCartney.
El siguiente tema, «The Broadcast«, es una bellísima y breve pieza de piano sobre la que Harold Margary dió lectura a fragmentos de dos poemas: The Sport of Kings de Ian Hay y The Little Man de John Galsworthy. Una tema fantástico de marcado carácter experimental que mereció los elogios de Davis Bowie que afirmó no entender «como semejante maravilla no había sido editada como single»… Y aquí acabó la pausa, ¡tiempo para una nueva dosis de ROCKESTRA!, la galaxia de astros del rock británico se unen a Paul para interpretar el fantástica y arrolladora «So Glad To See You Here«. Enorme, realmente grande… Y cuando todo parece haber acabado…, las dulces notas de la deliciosa «Baby’s Request» asoman. Después de todo el desparrame, tras demostrar que puede rocanrolear como el que más, después de tapar tantas bocas, se arranca con una de esas baladas easy listening, una de aquellas «canciones de abuelita» que tanto exasperaban a su otrora compañero Lennon y que tanto nos maravillan a otros. Parece que Paul quisiera decir, «vale os he dado lo que queríais, pero esto también es bueno y aquí estoy yo para demostrarlo»
Y así concluye un álbum frecuentemente denostado y, en mi opinión, injustamente tratado. Los resultados comerciales estuvieron lejos de lo esperado y «sólo» alcanzó un puesto 6 en las listas de éxitos británicas y el 8 en la lista estadounidense. Los singles extraídos del álbum, «Old Siam Sir», «Arrow Through Me» y «Getting Closer» tampoco tuvieron excesivo éxito. Y esta es quizás la razón fundamental del «fracaso » del LP, la falta de un single que tire del resto del LP. El disco no tiene un «My Love», un «Jet»  un «Listen To What The Man Said», un «Silly Love Songs» o un «With A Little Luck» que hiciera que Paul asaltara las estaciones de FM como había hecho hasta la fecha. La crítica tampoco ayudó y aunque hubo algunas críticas positivas, el álbum fue considerado por algunos analistas como «sin inspiración» o «falto de dirección«… Pues, digan lo que digan…, uno de mis discos preferidos de Wings.
VALORACIÓN GUILLETEK:  7,5/10

Paul McCartney (WINGS): «London Town» (7/10)

«London Town» (McCartney-Laine)
«Cafe On The Left Bank» (McCartney)
«I’m Carrying» (McCartney)
«Backwards Traveller» (McCartney)
«Cuff Link» (McCartney)
«Children Children» (McCartney-Laine)
«Girlfriend» (McCartney)
«I’ve Had Enough» (McCartney)
«With A Little Luck» (McCartney)
«Famous Groupies» (McCartney)
«Deliver Your Children» (McCartney-Laine)
«Name And Address» (McCartney)
«Don’t Let It Bring You Down» (McCartney-Laine)
«Morse Moose And The Grey Goose» (McCartney-Laine)

Tanto el éxito comercial de «Wings At Speed Of Sound» (número 1) como la enorme gira mundial posterior y la edición del sobresaliente triple álbum en directo «Wings Over America» que resumía dicho tour, hizo de 1976 un año absolutamente triunfal para la banda de Paul McCartney.  No es por lo tanto de extrañar que Paul quisiera intentar repetir en 1977 la dinámica que tan buenos réditos le había proporcionado el año anterior. La idea era grabar un nuevo disco en invierno y retornar a la carretera de cara al verano.

Así, la banda al completo, Paul, Linda, Denny Laine, Jimmy McCulloch y Joe English, entraron a los Abbey Road Studios de Londres en febrero de 1977 y permanecieron allí poco más de un mes. Durante este tiempo, los planes iniciales cambiaron puesto que Linda se quedó embarazada y cualquier planteamiento de una gira mundial quedó en ese momento abortado.

Truncados los planes iniciales, a Paul se le ocurrió que estaría bien grabar -como ya hicieron previamente Rod Stewart y el grupo America- el resto del LP a bordo de un barco. Encontraron una embarcación  llamada «Fair Carol» amarrado en las Islas Vírgenes, en la que instalaron un estudio de grabación de 24 canales.

Las sesiones transcurrieron a buen ritmo de marzo a mayo de 1977 aunque no sin incidencias. Agentes antidrogas registraron el barco en busca de marihuana y, a pesar de que todo acabó sin detenciones, sufrieron una amonestación; Denny sufrió una insolación; Paul se cortó en una pierna, McCulloch en una rodilla… Tras las sesiones marítimas el grupo se tomó un descanso hasta Agosto.

Tras unas vacaciones, los Wings retomaron el trabajo en agosto de 1977 y lo hicieron de nuevo en un estudio pero esta vez en Campbeltown, Escocia. No obstante, no continuaron lo que habían dejado a medias sino que se pusieron manos a la obra sobre una canción que Paul y Denny habían compuesto, un tradicional vals escocés titulado «Mull Of Kintyre», tras cuya grabación volvieron a parar las sesiones por el nacimiento del hijo de Paul y Linda, James, nacido en septiembre de 1977.

En octubre se plantearon volver de nuevo al estudio pero, antes de regresar, Jimmy McCulloch y Joe English anunciaron que

dejaban la banda. El guitarrista decidió unirse a la nueva formación de los Small Faces y el batería echaba de menos norteamerica y decició volver a casa. Así que, reconvertidos en trío Wings edita en noviembre de 1977 «Mull Of Kintyre», el que se convertiría -superando a los propios Beatles- en el single más exitoso de la historia del Reino Unido con más de 2.000.000 de copias vendidas.

Varias canciones quedaron por el camino -como la notable «Waterspout«-, pero al final el LP, cuyo titulo acabó siendo «London Town» se editó en marzo de 1978 consiguiendo un gran éxito en Estados Unidos (número 2) un nada despreciable cuarto puesto en las listas británicas. Los buenos resultados del LP son más meritorios por que, en 1978, estamos en plena explosión del punk y los llamados «dinosaurios» del rock fueron blanco de las más furibundas críticas por parte de los acólitos del movimiento.

«London Town«, un inteligente medio tiempo tan blandengue como preciosista en lo melódico, abre el fuego. Buena canción que Paul y Denny compusieron en Australia durante la gira de 1976 y que es un ejemplo patente de que el McCartney de 36 años ya no tiene ninguna intención de estar en la vanguardia musical. Y es que, como se puede escuchar en el siguiente tema, «Cafe On The Left Bank«, los Wings del 78  eran fruto de su tiempo y sonaban contemporáneos pero, con la escena punk, acechando corrían el riesgo de sonar inmediatamente pasados de moda. Buen tema en cualquier caso.

Además, qué importa todo esto cuando el Pableras es capaz de escribir cosas como «I’m Carrying«, un prodigioso tema de nivel de calidad Beatle que mereció los elogios del propio George Harrison. Una canción absolutamente sobresaliente, perfecta, que precede a la breve pero interesante «Backwards Traveller«.

El curioso funky instrumental de «Cuff Link» sirve de puente a una nueva composición del tándem McCartney-Laine, la infantiloide «Children Children» que, a pesar, de su buena melodía -cantada por Denny- resulta demasiado azucarada. El peligro para los diabéticos aumenta con «Girlfriend«, un empalagoso tema que Paul compuso para Michael Jackson y que éste grabó en su disco «Off The Wall».

A estas alturas, y a pesar de varias buenos temas y algunos incluso sobresalientes, el LP empieza a naufragar y a deshacerse entre los dedos de puro blandito. De ahí que la incursión del buen rock de la fantástica «I’ve Had Enough» resulte tan apropiado. Gran tema en cuyo videoclip ya aparecen los que serán los nuevos miembros de Wings, el guitarrista Laurence Juber y el batería Steve Holly. Muy buena canción que hace que el disco levante el vuelo y salga del almíbar.

Pero, quién sabe si por su reciente paternidad, el McCartney del 78 estaba de un blandito de impresión y «With A Little Luck» no hace más que reforzar esa idea. No nos confundamos, es una muy buena canción, con una gran melodía, pero los arreglos la llegan a hacer empalagosa. Con todo, un número 1 planetario.

La cómica «Famous Groupies» supone un soplo de aire fresco y resulta muy disfrutable. Buen tono que se mantiene con la estupenda «Deliver Your Children» en la que Paul y Denny se disfrazan de Simon y Garfunkel y nos regalan una gran canción con fantásticas armonías. Muy buena y habitualmente olvidada. Y es que si el disco empezaba bien y tenía una parte central embadurnada en azúcar que podía resultar excesiva, la parte final es irreprochable.

«Name And Address» es el homenaje de Paul al recientemente fallecido Elvis Presley, uno de sus ídolos. Paul iimta con acierto el tono del Rey en este buen rock clásico que precede a la soberbia «Don’t Let It Bring You Down«, impresionante de principio a fin. Hipnótica y de una belleza abrumadora hace que el LP suba muchos enteros y que perdonemos varios de los previos deslices.

El disco se cierra con la bizarra «Morse Moose And The Grey Goose«, un tema con un importante componente experimental y, quizás la única canción del LP que muestra cierto inconformismo creativo de un McCartney que, aunque brillante en varios pasajes del disco, aparente estar peligrosamente aburguesado.

Y es que, en muchos aspectos, este «London Town» es la confirmación del apoltronamiento de un músico genial, capaz de escribir cosas como «I’m Carrying«, «Deliver Your Children«, «I’ve Had Enough» o «Don’t Let It Bring You Down«, pero con poca capacidad de sorprender. Es un disco bonito, de escucha muy agradable y no exento de grandes momentos, pero con un poco menos de azucar y un poco más de garra estaríamos hablando de algo mucho menos interesante.  Con todo, lo más importante de un disco son las buenas canciones, y en eso, «London Town» va servido. Paradójicamente, el exceso de azúcar puede llegar a amargaros el plato, no lo permitáis.

VALORACIÓN GUILLETEK: 7 / 10

THE WHO. «Who Are You» (1978). ( 5/10)

«New Song» (Townshend)
«Had Enough» (Entwistle)
«905» (Entwistle)
«Sister Disco» (Townshend)
«Music Must Change» (Townshend)

«Trick Of The Light» (Entwistle)
«Guitar And Pen» (Townshend)
«Love Is Coming Down» (Townshend)
«Who Are You» (Townshend)

Tras un inusual periodo de silencio de dos años, en Octubre de 1977 Pete, John, Keith y Roger volvieron a reunirse en el estudio con la intención de trabajar en el nuevo repertorio que Pete había compuesto. Pero las cosas no empezaron bien.  Cuando volvieron a encontrarse Keith Moon era difícil de reconocer, convertido en un borracho integral y muy pasado de peso, parecía tener diez años más de su edad real (30). Absolutamente alcoholizado y convertido en un adicto a todo tipo de drogas, Moon era apenas una sombra del muchacho que conocieron apenas doce años atrás.

Las facultades musicales del batería también se vieron muy mermadas por los abusos, ante lo que Keith, consciente de la situación, intentó vencer su adicción al alcohol a base de una medicación que, si bien era eficaz en su lucha contra el alcoholismo, también afectaba a sus reflejos y su coordinación tras los tambores. A este respecto Pete recuerda como «era duro verlo intentar sus frenéticos redobles y perder el compás…, se le veía frustrado y, cuando le mirábamos de forma condescendiente, se levantaba de su taburete y gritaba: ¡Joder!, ¡qué nadie tenga duda de que soy el mejor jodido batería del mundo, ¡puedo hacerlo!» .

Poco a poco la tolerancia de Keith a las pastillas fue mejorando y reduciéndose sus perniciosos efectos secundarios y, como consecuencia, las sesiones de trabajo en el estudio se normalizaron. No obstante la delicada situación de Moon hizo que el nuevo disco del grupo no pudiera terminarse hasta abril de 1978.

Lo dejo claro desde el principio: con «Who Are You», los de Townshend editan su primer disco absolutamente intrascendente y, desde mi punto de vista, ciertamente prescindible. En un futil intento de fusionar las sonoridades de las dos corrientes estilísticas imperantes en el momento (el punk y el rock progresivo), los Who recuperan el uso masivo de sintetizadores y las composiciones más elaboradas tras el clasicismo de «By Numbers». El problema es que las canciones, en su mayoría, no son buenas: baladas radioformuleras, rocks con sonoridades repetitivas respecto a sus anteriores trabajos y melodías olvidables.

Obviamente, hay excepciones en forma de buenas canciones, como el tema titular y algunos de los temas rescatados de retales del malogrado proyecto «Lifehouse» pero, sin duda, estamos ante el peor disco del grupo hasta ese momento de su carrera (desgraciadamente, empeorarían aún más). El escaso uso de guitarras en favor de la masiva utilización de los sintetizadores y la patente baja forma de Keith (llegó a exigir aparecer en la portada sentado sobre una silla con el respaldo hacia delante para ocultar su barriga) , hacen que la sonoridad del grupo cambie mucho, pero no a mejor.

«Who Are You«, la canción que da título al disco, es un tema brillante. Los sintetizadores son fantásticos y muy imaginativos, Keith realiza una labor a la batería sobresaliente y el resto está igualmente a un nivel altísimo tanto en lo instrumental como en lo vocal…, probablemente la última canción memorable que el genial Pete Townshend escribiría para su grupo de toda la vida y todo un clásico del rock de todos los tiempos. La pena es que sea lo único del LP que está al nivel de la leyenda del grupo que lo edita.

Hay canciones destacables como «Sister Disco» o, especialmente «Music Must Change«, un fantástico tema proveniente de «Lifehouse» en el que la batería de Keith -incapaz de seguir un compás 6/8 a causa de su mal estado de salud- tuvo que ser sustituida por una pista de percusión. Pero el resto está muy por debajo del nivel del grupo hasta ese momento. Las canciones de John, «Had Enough«, » y especialmente «905«, tienen buenas melodías pero resultan irrelevantes, y el resto de las de Pete (la teatral «Guitar And Pen» y la ampulosa «Love Is Coming Down«) tampoco son nada del otro mundo.

Editado en agosto de 1978, «Who Are You» no es un disco desastroso, tiene buenos momentos y el nivel general es digno, pero no está a la altura de los Who. En cambio, tuvo una gran respuesta entre el público y obtuvo un gran éxito comercial, alcanzando el puesto 2 en las listas británicas y americanas (frenado por la rompepistas banda sonora de la película Grease). No es un imprescindible si bien, merece la pena por ser el último LP en el que podemos escuchar al genial Keith Moon, aparecido muerto 20 días después de la edición del disco tras una salvaje ingesta de Clometiazol.

VALORACIÓN GUILLETEK’S: 5 / 10

THE WHO. Capítulo 8 (1977-1980). «Who Are You» y la muerte del alma de un grupo, Keith Moon.

La dolencia auditiva de Pete (tinnitus) provocó que la banda abandonara temporalmente las giras. A esto hay que añadir la ruptura definitiva entre el grupo y sus managers de toda la vida (Kit Lambert y Chris Stamp), lo que provocó que Pete se sumiera en una profunda depresión que no hizo sino aumentar sus adicciones y abocó a la banda a casi dos años de silencio. Los miembros del grupo se dedicaron a diversas tareas alejados de los focos que siempre apuntaban a los Who.

Así,  John se dedicó a sus juergas de cocaína, alcohol y sexo a raudales aprovechando las ganancias de la última gira que, de paso, también le sirvieron para renovar su ya ingente vestuario. Keith no le fue a la zaga en cuanto a orgías y consumos abusivos de todo tipo de sustancias, si bien al batería le dio tiempo a grabar una versión del «When I’m Sixty Four» de los Beatles para la banda sonora de la película All This and World War II.

Por su parte Roger aprovechó para grabar y editar en Mayo de 1977 su tercer disco en solitario, «One of the Boys«, un valorable LP en el que Roger co-escribe tres canciones y en el que interpreta temas de músicos como Andy Pratt («Avenging Annie«) o Murray Head («Say It Ain’t So, Joe«) . Paul McCartney cedió a Roger un tema inédito, «Giddy«, para el disco. A pesar de contar con importantes medios técnicos, músicos de lujo (con el propio John Entwitle, Eric Clapton, el Wing  Jimmy McCulloch, el Zombie Rod Argent,Hank B. Marvin (The Shadows) o  Alvin Lee de Ten Years After), ni el LP, ni los singles extraídos del mismo («Written on the Wind» y «One of the Boys«)  tuvieron demasiada repercusión.

También Pete editó, acompañado del bajista de los Small Faces  Ronnie Lane, un LP que titularon «Rough Mix«. Originalmente, Pete iba a producir el disco en solitario de Lane, pero acabó siendo un trabajo de colaboración y lo editaron como dúo. Trabajaron sobre estilos muy alejados del sonido de sus bandas de procedencia, acercándose más al folk-rock («Keep Me Turning«, «Misunderstood«, «Street In The City«, «Heart To Hang Onto«), aunque también hubo tiempo para el buen rock («My Baby Gives It Away«). A pesar del buen nivel general, el nombre de ambos y de contar con la colaboración de estrellas como Eric Clapton, John Entwistle, Ian Stewart y Charlie Watts, el disco no consiguió notoriedad y apenas alcanzó un Top-50 tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido.

En Octubre de 1977 Pete, John, Keith y Roger volvieron a reunirse en el estudio con la intención de trabajar en el nuevo repertorio que Pete había compuesto. Pero las cosas no empezaron bien.  Cuando volvieron a encontrarse Keith Moon era difícil de reconocer, convertido en un borracho integral y muy pasado de peso, parecía tener diez años más de su edad real (30). Absolutamente alcoholizado y convertido en un adicto a todo tipo de drogas, Moon era apenas una sombra del muchacho que conocieron apenas doce años atrás.

Las facultades musicales del batería también se vieron muy mermadas por los abusos, ante lo que Keith, consciente de la situación, intentó vencer su adicción al alcohol a base de una medicación que, si bien era eficaz en su lucha contra el alcoholismo, también afectaba a sus reflejos y su coordinación tras los tambores. A este respecto Pete recuerda como «era duro verlo intentar sus frenéticos redobles y perder el compás…, se le veía frustrado y, cuando le mirábamos de forma condescendiente, se levantaba de su taburete y gritaba: ¡Joder!, ¡qué nadie tenga duda de que soy el mejor jodido batería del mundo, ¡puedo hacerlo!» .

Poco a poco la tolerancia de Keith a las pastillas fue mejorando y reduciéndose sus perniciosos efectos secundarios y, como consecuencia, las sesiones de trabajo en el estudio se normalizaron. No obstante la delicada situación de Moon hizo que el nuevo disco del grupo no pudiera terminarse hasta abril de 1978.

«New Song» (Townshend)
«Had Enough» (Entwistle)
«905» (Entwistle)
«Sister Disco» (Townshend)
«Music Must Change» (Townshend)

«Trick Of The Light» (Entwistle)
«Guitar And Pen» (Townshend)
«Love Is Coming Down» (Townshend)
«Who Are You» (Townshend)

Lo dejo claro desde el principio: con «Who Are You», los de Townshend editan su primer disco absolutamente intrascendente y, desde mi punto de vista, ciertamente prescindible. En un futil intento de fusionar las sonoridades de las dos corrientes estilísticas imperantes en el momento (el punk y el rock progresivo), los Who recuperan el uso masivo de sintetizadores y las composiciones más elaboradas tras el clasicismo de «By Numbers». El problema es que las canciones, en su mayoría, no son buenas: baladas radioformuleras, rocks con sonoridades repetitivas respecto a sus anteriores trabajos y melodías olvidables.

Obviamente, hay excepciones en forma de buenas canciones, como el tema titular y algunos de los temas rescatados de retales del malogrado proyecto «Lifehouse» pero, sin duda, estamos ante el peor disco del grupo hasta ese momento de su carrera (desgraciadamente, empeorarían aún más). El escaso uso de guitarras en favor de la masiva utilización de los sintetizadores y la patente baja forma de Keith (llegó a exigir aparecer en la portada sentado sobre una silla con el respaldo hacia delante para ocultar su barriga) , hacen que la sonoridad del grupo cambie mucho, pero no a mejor..

«Who Are You«, la canción que da título al disco, es un tema brillante. Los sintetizadores son fantásticos y muy imaginativos, Keith realiza una labor a la batería sobresaliente y el resto está igualmente a un nivel altísimo tanto en lo instrumental como en lo vocal…, probablemente la última canción memorable que el genial Pete Townshend escribiría para su grupo de toda la vida y todo un clásico del rock de todos los tiempos. La pena es que sea lo único del LP que está al nivel de la leyenda del grupo que lo edita.

Hay canciones destacables como «Sister Disco» o, especialmente «Music Must Change«, un fantástico tema proveniente de «Lifehouse» en el que la batería de Keith -incapaz de seguir un compás 6/8 a causa de su mal estado de salud- tuvo que ser sustituida por una pista de percusión. Pero el resto está muy por debajo del nivel del grupo hasta ese momento. Las canciones de John, «Had Enough«, » y especialmente «905«, tienen buenas melodías pero resultan irrelevantes, y el resto de las de Pete (la teatral «Guitar And Pen» y la ampulosa «Love Is Coming Down«) tampoco son nada del otro mundo.

Editado en agosto de 1978, «Who Are You» no es un disco desastroso, tiene buenos momentos y el nivel general es digno, pero no está a la altura de los Who. En cambio tuvo una gran respuesta entre el público y obtuvo un gran éxito comercial, alcanzando el puesto 2 en las listas británicas y americanas (frenado por la rompepistas banda sonora de la película Grease).

La banda aprovechó el periodo entre octubre del 77 y agosto del 78 para, además de grabar este disco, preparar el material para una película  documental sobre su historia como grupo. Tras el éxito de la película «Tommy», la banda decidió fundar su propia productora de cine -«The Who Films»-, bajo el que editarían sus posteriores producciones cinematográficas…, y ¿qué mejor forma de inaugurar el sello que con una película sobre sus socios fundadores?

El documental, a petición del director Jeff Stein, debía incluir además de un gran minutaje de material de archivo, imágenes nuevas del grupo. Así, en los Shepperton Studios, rodaron una versión del «Barbara Ann» que popularizaron los Beach Boys y dos espectaculares interpretaciones en directo de «Baba O’Riley» y, sobre todo, un «Won’t Get Fooled Again» irrepetible.

El disco llevaba 20 días en la calle y la película se encontraba en fase de montaje de sonido cuando llegó la noticia. El 7 de septiembre de 1978 Keith Moon apareció muerto en el Nº 12 de Curzon Place, en Londres, en la casa que Harry Nilson les cedió a Keith y su novia, Annette Walter-Lax.

Keith había quedado con Paul McCartney la noche anterior. Paul invitó a Moon y a su novia al estreno de la película The Buddy Holly Story, producida por el ex-beatle. Los tres cenaron, junto a Linda McCartney, y concluida la cena Keith y su chica se fueron a casa. Como hemos comentado antes al hablar sobre la grabación de «Who Are You», Keith estaba tomando medicación para superar el síndrome de abstinencia tras estar intentando abandonar el alcohol, concretamente  Clometiazol.

En su momento, el Dr. Geoffrey Dymond, recetó al batería el fármaco y le marcó una posología: una pastilla cada vez que tuviera deseos de beber, con un límite de tres al día. Keith se levantó a la mañana siguiente con ganas de beber, decidió tomar sus pastillas y volverse a la cama…, nunca despertó. Cuando realizaron la autopsia encontraron 32 pastillas en el estómago de Keith. Estaba desesperado por desengancharse, pero su naturaleza era vivir en el exceso, incluso cuando se trataba de luchar contra sus adicciones.Keith Moon fue incinerado ese mismo mes en Londres, en el Golders Green Crematorium, donde se colocó una placa conmemorativa con la frase «There is no substitute», parafraseando el histórico tema del grupo.

Y así se nos fue una de las leyendas del rock, uno de los mejores (si no el mejor) baterías de la historia y, sin duda, el más carismático. Fue fundamental en el sonido de los Who y uno de los máximos culpables de que se convirtieran en una apisonadora sonora. Especialmente reveladoras son las palabras de Roger a este respecto: «Recuerdo el día en que Keith llegó al grupo. Vino a vernos y nos dijo: «yo puedo tocar mucho mejor que vuestro batería». Parecía un niño, tan pequeño y con esos enormes ojos de cachorro. El caso es que pensamos que no pasaba nada por intentarlo, así que nos pusimos a tocar, yo le di la espalda para ir hacia el micrófono y… ¡joder!, ¡qué era eso!, era como un jodido motor a reacción detrás mío. Pete, John y yo nos mirábamos y no podíamos creerlo…¡Eso era el sonido que queríamos para los Who!»

Pete realizó un comunicado: «Hemos perdido a nuestro gran comediante, al supremo intérprete del melodrama, al hombre que, además de ser el batería más imprevisible y espontáneo del rock, se habría prendido fuego si hubiera pensado que eso haría reír o saltar al público de sus butacas… Estamos más dispuestos que nunca a seguir y queremos que el espíritu de grupo, al cual Keith contribuyó en gran manera, continúe. Pero nadie podrá ocupar su puesto.»

En este comunicado, Pete dejaba clara la intención de continuar del grupo, Finalmente el elegido fue Kenney Jones, ex batería de los Small Faces y que ya había colaborado con el grupo en la banda sonora de la película Tommy.

La primera actuación de la banda con su nuevo batería fue en mayo de 1979 May en el Rainbow Theatre de Londres. Los Who aparecieron como una banda de cinco miembros, puesto que decidieron reclutar al teclista John Rabbit Bundrick para las actuaciones en directo. El grupo sonaba bien, Kenney era un excelente batería, pero ni él ni nadie podía competir con la personalidad, el carisma y la incendiaria forma de tocar del que siempre será el batería y alma de los Who: Keith Moon.

En junio de 1979, durante el Festival de Cannes, se estrenó la película documental sobre la que el grupo había trabajado mientras grababan «Who Are You», «The Kids Are Alright«, la primera película producida por The Who Films. Dirigida por Jeff Stein, realiza un repaso por apariciones televisivas y actuaciones en directo del grupo, desde sus orígenes hasta 1978. Durante más de dos años, el director recolectó grabaciones -profesionales y de aficionados- a lo largo de Estados Unidos, Inglaterra, Suecia, Alemania, Francia, Australia, Noruega y Finlandia.

No es un documental lineal. Así, arranca en 1967 – con la mítica explosión del bombo de la batería de Keith en la TV yanqui-.  y va avanzando hacia delante y hacia atrás en el tiempo motivado más por aspectos emocionales que cronológicos.

La consiguiente  banda sonora del documental fue lanzada en junio de 1979, y  alcanzó el puesto número 2 en el Reino Unido, al igual que en Estados Unidos.

La segunda incursión como productores de los de Townshend en la industria del cine sería la adaptación a la gran pantalla de la segunda ópera rock del grupo, Quadrophenia. Estrenada en noviembre de 1979 y dirigida por el director debutante Franc Roddam, es un estupenda película que, si bien hace una interpretación muy libre del argumento de la ópera de Townshend, supone un excelente retrato de la juventud de la Inglaterra de mediados de los 60. La película nos presenta a un Jimmy, un joven mod interpretado de forma sobresaliente por Phil Daniels, que viaja a Brighton donde va a enfrentarse con sus rivales, los rockers. Allí encuentra el sentido a su existencia: vence a sus enemigos, hace el amor con la chica que le gusta y acaba preso con uno de los líderes del movimiento mod, Ace (interpretado por Sting). Ha llegado ha su zénit.

Ya de vuelta a casa, todo empieza a empeorar: sus padres le echan de la casa tras encontrar drogas bajo su cama, su chica  se lía con su mejor amigo, se pelea con sus colegas y un un camión de correos destruye su preciada Lambretta. Así que, intentando recuperar la gloria perdida, vuelve a Brighton… pero no encuentra más que una apacible ciudad costera en la que el líder mod, Ace, trabaja como un simple botones en un hotel. Jimmy, tras descubrir que nada queda del mundo que amó, roba la moto del que fuera su modelo a seguir (Ace) y  decide suicidarse… ¿o no? Al final de la cinta se ve la moto estrellándose contra las rocas. Esto ha originado el debate de si Jimmy se suicidó o sólo arrojó la moto de Ace al vacío en un simbólico gesto de ruptura con el mundo mod. Es una discusión absurda puesto que hay una fugaz imagen en la que se ve a  Jimmy en lo alto del acantilado viendo caer la scooter al vacío (minuto 3,11 de este vídeo). Así, toda la película es por tanto una analepsis cuyo final es la primera escena de la película, en la que vemos a Jimmy contemplando el mar desde el acantilado (escena).

Una  buena película que ha resistido muy bien el paso del tiempo merced al apropiado retrato de las crisis propias de la adolescencia, la extraordinaria banda sonora y a unas competentes interpretaciones. No es una obra maestra, pero no se me ocurren muchas películas mejores basadas en un LP.

A mí particularmente me hubiera gustado que se ciñera más al argumento original y hubiera desarrollado el tema de la cuádruple personalidad del protagonista, punto que pasa desapercibido en la cinta de Roddam. La crítica acogió mal la película, acusándola de demasiado violenta y explícita, y el público no respondió mucho mejor. Sólo el boca a boca y el tiempo han conseguido que se convirtiera en una especie de película de culto

Entretanto, el grupo seguía de gira con un considerable éxito y el Tour se extendería a lo largo de 80 conciertos hasta julio de 1980, con un parón entre enero y febrero. No obstante, la primera parte de la gira acabó de la peor forma posible:  en diciembre de 1979, once espectadores murieron aplastados por la multitud en el concierto que la banda ofreció en Cincinnati. Hecho que no hizo sino alimentar una sensación que hacía tiempo que Pete tenía: estaba cansado de ser un Who.

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán, 24 de agosto de 2013.

Paul McCartney (Wings). “Wings At Speed Of Sound” (1976). (6,5/10)

Let ‘Em In (McCartney)
The Note You Never Wrote (McCartney)
She’s My Baby (McCartney)
Beware My Love (McCartney)
Wino Junko (McCulloch)
Silly Love Songs (McCartney)
Cook Of The House (McCartney)
Time To Hide (Laine)
Must Do Something About It (McCartney)
San Ferry Anne (McCartney)
Warm And Beautiful (McCartney)

Inglaterra se quedaba pequeña para los nuevos Wings. Eran una banda consolidada  con cuatro LP’s a sus espaldas (dos de ellos de gran éxito mundial), era el momento de empezar un gira mundial. La primera fase de la gira, la que transcurrió por Europa y Oceanía, tuvo un éxito arrollador, pero Paul se sentía un poco corto de repertorio para afrontar la gira americana (la primera desde 1966), más exigente y comercialmente de mayor interés. De esta forma, en enero de 1976, reservaron los  Abbey Road Studios de Londres y, aprovechando un parón en la gira, grabaron los temas que habían ido componiendo en sus viajes. En poco más de un mes, a finales de febrero, el álbum estaba terminado y el grupo volvió a salir de gira. Vivían a toda velocidad, de ahí el nombre del grupo: «Wings At Speed Of Sound«

El LP, concebido para directo, es el álbum en el que Macca admite más colaboraciones: McCulloch compone y canta un tema, Laine compone un tema y canta dos, English canta otro e incluso Linda canta un tema en solitario. Con esta «democratización» de Wings, Paul pretendía hacer frente a las críticas que aformaban que  Wings no era un grupo, sino un vehículo para promocionar la música de McCartney…, de hecho fue el propio McCartney quien animó al resto del grupo a contribuir con al menos una canción. «Ya no éramos Paul McCartney & Wings, como no fuimos Paul McCartney & The Quarrymen, o Paul McCartney & The Beatles…, además «Wings» era mucho más rápido de decir y más fácil de recordar y, ¡qué demonios!, ¡todo el mundo sabe que estoy en el grupo!, ¿no?  «At Speed Of Sound» no fue un trabajo de McCartney sino un producto de Wings. No fue premeditado, salió así. Había una canción mía, «Must Do Something About It» -que yo ya había grabado- y la probamos con nuestro batería, Joe…, la cantó genial y la dejamos así. Denny también, claro, tiene una voz genial, de hecho, él es un cantante fabuloso. Le di una canción, «The Note You Never Wrote» y el compuso «Time To Hide». Y luego estaba Jimmy, que escribió con Colin Allen «Wino Junko». Y así fue».

La crítica recibió el disco con reservas y Paul fue acusado de «aburguesamiento»,  Rollingstone describió el álbum como un «día con los McCartney», dejando entrever una pérdida de punch respecto al material expuesto en «Band On The Run» y, en menor medida, en «Venus And Mars». Y es que el disco tiene claras concesiones al público radioformulero y, por qué negarlo, vuelve a acercarse peligrosamente al AOR en momentos concretos. Hay buenas canciones, es innegable, pero parece más un disco expresamente creado para soportar una gira que un esfuerzo real de creación por parte de McCartney.

A pesar de todo, el público respondió y el LP tuvo un gran un éxito comercial, alcanzando el número  2 en las listas británicas y el número 1 en las americanas, sobre todo, merced al éxito de los singles extraídos del disco: las infecciosas «Silly Love Songs» y «Let’Em In».

El LP empieza bien. «Let ‘Em In» es una muy buena canción, eso sí, con una pésima letra. Todo un pelotazo comercial que alcanzó el número 2 de Reino Unido y el 3 en Estados Unidos. Es indudable que es un tema comercial y con intenciones radioformuleras, pero eso no hace que deje de ser un gran tema.

El disco sigue avanzando en buen línea con la enigmática «The Note You Never Wrote«, una misteriosa canción de Paul, cantada por Denny Laine. Perezosa y siniestramente melódica, es una de las joyas ocultas del LP y una demostración de que Paul no escribía solo singles, otra cosa es que éstos sean tan deslumbrantes en cuanto a popularidad que ensombrezcan el resto sus canciones. Algo parecido pasa con «She’s My Baby«, un alegre tema con una soberbia línea de bajo que, sin ser un clásico, es una notable canción que poca gente recuerda a pesar de su intachable factura y su innegable calidad melódica.

«Beware My Love«, parece más un ejercicio de estilo que el fruto de una tarea de creación artística por parte de McCartney. Rock setentero de manual con una notable interpretación vocal de Paul. Perfecta para el directo, pero poco más. Algo parecido a lo que le ocurre a la anodina composión de McCulloch, «Wino Junko«.

Y llegamos al tema central del LP, por el que este disco será recordado para unos y condenado a la hoguera para otros: «Silly Love Songs«. Esta «Tonta Canción de Amor» de Paul es azucarada, ñoña, empalagosa…, pero musicalmente perfecta y absolutamente infecciosa en cuanto a lo pegadizo. Paul reacciona ante las críticas contra la ligereza de sus letras con una, en mi opinión pasada de vueltas, reafirmación  en su estilo. Yo nunca la tuve entre mis favoritas pero decir que es una «porquería» como dicen algunos de sus detractores es una soberana gilipollez. Una buena canción pop, sin más, que tuvo un éxito planetario siendo número 1 en medio mundo…, ah, por cierto, la línea de bajo, para la historia.

Linda toma la voz cantante en «Cook Of The House«, una canción simplemente malísima, un rock tontorrón con una letra indigna cantada por la señora McCartney con patente desgana. Una porquería que hace que el disco baje muchos enteros. Menos mal que el bueno de Denny Laine nos devuelve a la senda correcta con la destacable «Time To Hide«, un excelente rock «a lo seventies» que Laine canta estupendamente.

El incuestionable buen pulso de Macca  a la hora de crear pop vuelve a quedar patente con «Must Do Something About It«. Un tema menor, ciertamente intranscendente, pero de irreprochable factura y con una notable melodía cantada con mucho gusto por el batería Joe English, mejorando la versión que cantó el propio Paul y que permanece inédita.

Afrontamos el tramo final del disco con una pequeña joya que la historia no ha valorado en su justa medida, me refiero a «San Ferry Anne«, un excelente tema engrandecido por un enorme trabajo de vientos que dotan al tema de un irresistible aire jazzy. Mi favorita del álbum. La azucarada y notable «Warm And Beautiful«, despide el LP dejándonos un buen sabor de boca.

No estamos ante un disco sobresaliente. «Wings At Speed Of Sound» es peor que su predecesor, «Venus & Mars», y la comparación es áun más dura si lo ponemos al lado del excelso «Band On The Run». Tiene un punto comercialoide (que lo convirtió en un disco de éxito a nivel mundial) y una marcada tendencia hortera que puede producir cierto rechazo , pero eso no puede hacer que olvidemos canciones como «Let’Em In», «The Note You Never Wrote», «She’s My Baby» o «San Ferry Anne»…, flaco favor haríamos a nuestros sentidos.

VALORACIÓN GUILLETEK’S; 6,5 / 10