Baba O’Riley (Townshend)
Bargain (Townshend)
Love Ain’t for Keeping (Townshend)
My Wife (Entwistle)
The Song is Over (Townshend)
Gettin’ in Tune (Townshend)
Goin’ Mobile (Townshend)
Behind Blue Eyes (Townshend)
Won’t Get Fooled Again (Townshend)
Tras el éxito de Tommy, Pete Townshend se propuso abracar un nuevo proyecto. Durante la gira de «Tommy», Pete declaró: «He visto momentos en los conciertos de The Who en los que las vibraciones se estaban volviendo tan puras que pensé que el mundo entero se iba a detener, todo se estaba uniendo». Eso le hizo recrearse y pensar sobre un nuevo argumento para una ópera-rock: «Quería que fuera sobre música, sobre el futuro, sobre la esperanza, pero quería que estuviera anclado a la realidad, que tratara problemas reales. ¿Cómo crear un personaje sordo, ciego y mudo sin repetirme? Ya sé, vivirá en el futuro. Lo pondré en un traje espacial, rechazará vivir en la realidad, vivirá en un mundo imaginario, viciado. Tendrá una vida de trono, vivirá la vida que los cineastas, los mentirosos, los publicistas, los manipuladores políticos y los controladores quieran que viva. Será sordo, ciego y mudo a los recursos del espíritu, que le dan la libertad de unirse a los otros seres humanos, de integrarse con ellos y de tener una vida verdadera. Una fantasía en un tiempo donde el mundo estará colapsado completamente y las únicas experiencias que la gente tendrán serán a través de tubos de ensayo. Ellos vivirán como si estuvieran en programas de televisión, todo programado. Hasta que alguien recordará lo que el rock era capaz de hacer sentir a la gente e intentará conseguir que el efecto que produce el rock pueda sentirse eternamente». El proyecto se denominó «Lifehouse»
El argumento era algo así: En un futuro «no muy lejano» las condiciones atmosféricas han llevado a la humanidad a la necesidad de vivir dentro de unos trajes especiales que simulan emociones y experiencias. De esta forma, pueden «vivir» sin salir de sus casas. Dichos trajes están conectados a una gran computadora llamada «The Grid», controlada por Jumbo, el líder del gobierno. Un día Bobby, nuestro héroe, toma un teatro abandonado en el que reúne a 300 personas e intenta hacer música con ellas basándose en su personalidad y experiencias vitales. Dentro de ese teatro, al que denomina Lifehouse, una banda traduce esas experiencias en rock. Pasado un tiempo, el experimento de Bobby va ganando notoriedad hasta que el gobierno decide que es peligroso e intenta clausurarlo enviando tropas al recinto… Sin embargo, la música es poderosa y crea un campo de fuerza que impide el asalto. La audiencia del concierto se une creando la «Nota Única» que provoca que todo desaparezca y la humanidad alcance el nirvana musical eterno.
El ambicioso proyecto de Townshend pretendía crear una máquina capaz de traducir las personalidades de los oyentes en notas musicales en busca del «acorde universal». Para ello, los Who estrenarían su nuevo material en el Teatro Young Vic ante un público que no había oído las nuevas canciones. Los integrantes del público emergerían de la audiencia y aportarían su rol a la música. El perfil de cada miembro de la audiencia sería tenido en cuenta, desde el pérfil astrológico del individuo hasta sus hobbies, incluso su apariencia física. Esos datos, a través de sintetizadores, se traducirían en sonido creando lo que Pete definió como «una clase de cacofonía celestial». Mientras y en paralelo, se rodaría una película con el argumento que antes os he contado. El problema del proyecto es que nadie lo entendió…, salvo Townshend. Ni el grupo, ni el manager, ni la discográfica…, nadie. Daltrey declaró: «Pete escribió todo aquello…, incluso hizo un guión simplificado…, pero…, no tenía sentido, nadie entendía nada». John Entwistle se manifestó de forma similar: «A decir verdad, no entendí nada. Fue un fracaso, la verdad».
Pete seguía, entretanto, ajeno a todo…, obsesionado con un proyecto que solo él entendía. Su incapacidad para contagiar al resto su entusiasmo le produjo una enorme frustración. Finalmente decidieron trasladarse a los Record Plant de Nueva York para grabar las canciones del proyecto y olvidarse, momentáneamente, de la peformance y de la película. De esta forma, el resultado fue un doble LP, pero finalmente, aconsejados por Glynn Johns, al que habían solicitado que les ayudara con la producción, decidieron renunciar al concepto original y reducirlo a un sólo disco: el histórico «Who’s Next«.
Estamos ante el que, para la mayoría de la crítica, es el mejor disco de la banda. No comparto del todo esta opinión, pero en innegable que estamos ante un trabajo fabuloso. Desde una primera escucha llaman especialmente la atención tres factores: por un lado es un disco mucho menos denso y más directo que «Tommy» (aunque, como hemos visto, estuvo a punto de ser una paranoia opero-rockera que dejaba al pobre Tommy en calzoncillos), por otro lado, hay que destacar la brillantísima y novedosa introducción de sintetizadores (estamos ante el primer disco de rock en el que se hace uso de los sintetizadores en un sentido estrictamente musical y no para hacer «ruiditos») y, por último, la potentísima voz de Roger, que evoluciona de una forma indescriptible respecto a los discos anteriores de la banda.
Editado en agosto de 1971, «Who’s Next» es rock. Nada más. Aunque parte de una idea narrativa compleja, los temas que componen el disco funcionan perfectamente aislados del proyecto Lifehouse conformando un LP inteligente, innovador, potente, melódico, grandioso y estimulante. Todos los miembros de la banda desarrollan e incluso exhiben su pericia musical sin complejos, Pete toca como nunca, atreviéndose más que nunca con la solista, Keith y John agotan los calificativos y Roger pasa de ser un cantante competente a convertirse en una de las mejores voces del rock. En muchos sentidos, The Who aparecen ante nosotros como un grupo nuevo.
En definitiva, uno de los grandes discos de la historia que fue recibido con alborozo tanto por el público como por la crítica alcanzando el número 1 en Inglaterra y el 4 en Estados Unidos. «El mejor disco de rock duro que nunca se ha editado» u «Obra maestra del rock», fueron sólo algunos de los titulares de la prensa especializada.
El espectáculo comienza de forma inmejorable con la tremenda «Baba O’Riley«, un tema sencillamente inconmensurable. Pete, a pesar de que sus allegados le dijeron que era un suicidio comercial, decidió que el disco arrancara con ese largo y extraño arpegio generado por un primitivo sintetizador…, luego llegan esos reverberados y largos acordes de piano, la genial batería de Keith, el bajo de John, la impresionante voz de Roger y, finalmente, la guitarra de Pete… Historia del Rock. Con un título inspirado en Meher Baba, el mentor filosófico-espiritual de Pete y el músico Tim O’Riley, los 5 minutos de duración de la canción son resultado de seleccionar las mejores partes de la composición original «Teenage Wasteland», de más de 30 minutos. La parte del violín fue una aportación de Keith.
El tono potente se mantiene con «Bargain«, otro buen rock que, según su autor, Pete Townshend «trata simplemente sobre perder el ego propio». Destaca especialmente y de nuevo la imponente voz de Roger que estaba particularmente satisfecho de sus gritos en los estribillos. Otro muy buen tema que da paso al más pausado y acústico «Love Ain’t For Keeping«, gran canción de sonoridades «abbeyroadianas» en la que Pete hace gala de su pericia con la guitarra acústica.
John aporta su única canción al disco con «My Wife«, una de las pocas canciones incluidas en este álbum que no pertenecían al proyecto Lifehouse. Como es habitual en las canciones de Entwistle, el humor negro y la ironía están muy presentes en la lírica de la canción tratando en esta ocasión sobre un hombre que se va de juerga y es arrestado por la policía, cuando sale de calabozo va a casa y se encuentra con que su mujer le acusa de haber estado con otra mujer e intenta agredirle de mil formas. Gran canción de John que demuestra que, además podía ser un muy competente cantante solista.
Esta fabulosa cara A se cierra con «The Song is Over«, aparentemente la canción que servía de final a Lifehouse. Pete toma la voz principal en la primera y pausada parte de la canción para ceder el testigo a Roger conforme la canción va subiendo en intensidad. El bajo de John alcanza en esta ocasión niveles extraterrenales. En la parte final incluye un fragmento del tema principal a nivel argumental de Lifehouse, «Pure And Easy» que finalmente se descartó para su inclusión en el LP «Who’s Next».
La cara B arranca con «Gettin’ in Tune«, una canción de estructura muy similar a «The Song Is Over», es decir, de meloso arranque y posterior ascenso de intensidad. Sin ser ni de lejos una mala canción es, en mi opinión, el punto más bajo del LP. El ambiente rockero se rompe con la luminosa y fantástica «Goin’ Movile«, de atmósferas soul y en la que destaca, además de la voz de Pete, el peculiar sonido de la guitarra -resultado de conectarla a un sintetizador. Temazo, una de mis debilidades.
Llegamos a la recta final. «Behind Blue Eyes» merece un lugar de honor en el Olimpo de los baladones. Una maravillosa canción con una notable letra en la que Pete expresa, a pesar de que se refugia tras uno de los personajes de Lifehouse, la soledad del creador ante su obra y la ferocidad de una crítica que le esperaba con las uñas afiladas tras el éxito de «Tommy». El inicio sosegado y extraordinariamente melódico de la canción se apoya en excelentes armonías hasta que se rompe en mil pedazos aproximadamente a mitad de minutaje convirtiéndose en un extraordinario rock (grande Moon). Una de las mejores melodías que Pete escribiera nunca. Otro clásico para la historia.
Pero un disco como este no podría terminar sin un final a la altura.»Won’t Get Fooled Again» es sencillamente uno de los himnos del rock de los 70. Una de esas cuatro o cinco canciones que definen un género y que pasan a la historia como entidades propias. Si los Who sólo hubieran editado esta canción, ya merecerían un lugar de honor en los manuales del género. La estructura es muy similar a la de la también genial «Baba O’Riley», un arranque de sintetizadores que ejerce de base a la que Pete, John, Keith y finalmente Roger se acoplan conjuntados bajo las órdenes de una enérgica y arrebatadora melodía. Más de ocho minutos de desparrame rockero que se quiebran abruptamente cerca del final para que Keith realice uno de los únicos solos de batería que realizó en su carrera y Roger ruja en el que se conoce como «el mejor grito de la historia del rock». Una canción eterna.
Y así concluye «Who’s Next», uno de los mejores discos de rock que jamás se hayan editado. Como antes he comentado, es habitual que la crítica lo considere el mejor trabajo del grupo. Yo prefiero «Tommy» pero lo que tengo claro es que , sin dejar demasiado lugar al debate, este LP es una auténtica obra de arte. Un imprescindible.
VALORACIÓN GUILLETEK: 9.5/10